16 febrero 2023 Germán Gorraiz López
Ayuso y el populismo
El ideario de Ayuso incluiría los puntos esenciales del ideario populista: maniqueísmo (Comunismo o libertad), culto al líder y finiquito de lo “políticamente correcto”. Así, el pensamiento de Ayuso sería rígido e incorregible: no tiene en cuenta las razones contrarias, solo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio para convertirlo en convicción y sufre de un delirio de grandeza que provoca que “el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión” (derrotar al socialismo). Asimismo, poseería un ADN dotado de la triple enzima trumpista (autocracia, instauración del paraíso neoliberal y retorno al “pensamiento único heteropatriarcal”), y perseguiría la instauración de un sistema autocrático, forma de Gobierno ejercida por una sola persona, para lo que necesita una mayoría absoluta.
La autocracia sería una especie de parásito endógeno de otros sistemas de gobierno (incluida la llamada democracia formal) que, partiendo de la crisálida de una propuesta partidista elegida mediante elecciones libres, llegado al poder se metamorfosea en líder presidencialista con claros tintes totalitarios (centralista, heteropatriarcal e inflexible). Ayuso sería la heredera natural del legado trumpista y tras la mayoría absoluta lograda por ella en las elecciones anticipadas del 2021, la Presidenta siguió apostando por la economía en detrimento de la salud a la espera de realizar su sueño secreto: ser Presidenta del Gobierno central.
Así, la propaganda de Ayuso estará dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta, doctrina condensada en un lema maniqueísta (comunismo o libertad) y en un ideario que incluirá los puntos esenciales del populismo: culto al líder y finiquito de lo “políticamente correcto”. Asimismo, su estrategia electoral se basará en la defensa del paraíso neoliberal madrileño como último reducto de las libertades individuales frente al “Estado Totalitario Socialista”, en la creencia de que en el electorado madrileño primará el "panem et circenses" ayusiano frente al vértigo del “Régimen totalitario propugnado por Pedro Sánchez”.
¿Será la sanidad el cisne negro de Ayuso?
La teoría del Cisne Negro fue desarrollada por Nicholas Taleb en su libro “El Cisne Negro” (2010), en el que intenta explicar “los sesgos psicológicos que hacen a las personas individual y colectivamente ciegas a la incertidumbre e inconscientes al rol masivo del suceso extraño en los asuntos históricos”.
En efecto, nuestra mente es capaz de secuenciar únicamente fragmentos de la secuencia total del inmenso genoma del caos, con lo que inevitablemente recurrimos al término “efecto mariposa” para intentar explicar la vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que terminarán por configurar el puzzle inconexo del caos ordenado que se está gestando y del que Ayuso sería desconocedora.
Así, la frivolización de la tercermundista situación de la sanidad madrileña por parte de una Ayuso firme defensora de la sanidad privada, habría provocado la llamada Marea Blanca en defensa de una Sanidad Pública madrileña exangüe tras décadas de abandono institucional y ausencia de las necesarias inversiones para paliar el déficit de personal sanitario que habría provocado el colapso de los servicios médicos.
Asimismo, la crisis sanitaria se habría agravado tras su enfrentamiento con los sindicatos médicos, a los que habría acusado de ser correas de transmisión de la izquierda, con lo que dado el hartazgo de una población madrileña abandonada a su suerte por el neoliberalismo furibundo de Ayuso, no sería descartable la pérdida de la mayoría absoluta en las próximas elecciones de la Comunidad de Madrid y que podría significar el principio de su ocaso y su posterior condena al ostracismo político.
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