sábado, 3 de septiembre de 2022

Cristina, de acusada a acusadora. Por Ángel Guerra Cabrera 25 agosto, 2022 de La pupila insomne

Cristina, de acusada a acusadora. Por Ángel Guerra Cabrera

Los  supuestos elementos de prueba contenidos en el chat de un celular presentado por los fiscales fueron convertidos por la ex presidenta en letales armas para deshacer la acusación y  evidenciar la complicidad con la corrupción de quienes los aportaron. Para qué  hablar de la baja catadura moral de estos sujetos, incondicionales de Macri y parte de un poder judicial en gran parte hundido en la inmundicia. Con su  alegato,  Cristina desnudó el  golpe mediático judicial que intentan asestarle no solo  a ella, sino  -como argumentó- a  los 4  años de gobiernos de Néstor Kirchner y los ocho de ella y las conquistas de derechos sociales, políticos y económicos que significaron para el pueblo argentino. Castigar el atrevimiento de Néstor y Cristina, escarmentarlo como nefasto precedente que todo hombre o mujer que intente imitarlo ya sabe la persecución a que se expone.

No nos perdonan, es lo que deriva de las palabras de la mayor líder popular argentina, haber liquidado la deuda con el FMI y haberlo puesto en su lugar, la pelea y el acuerdo conseguido con los fondos buitres, el alza de los salarios por sobre la inflación, la nacionalización del petróleo, la participación mayor de los trabajadores que de los patronos en el reparto del pastel, el retorno a lo público y solidario de los fondos de pensiones y aumento importante de estas. Más  aun, como reflexionó la también doctora en derecho, el juicio que se le sigue,  intenta ser un  golpe de los grandes grupos de poder económico y mediático concentrado del país austral a la clase obrera. También al peronismo dijo  diría yo,  que sobre todo a su expresión kirchnerista, entrañablemente arraigada en lo popular y en la herencia política de soberanía nacional, unidad continental y justicia social del general Perón.

En América Latina y el Caribe, se ha vuelto una norma la persecución mediática y judicial  con pruebas fabricadas e injustas condenas contra los  líderes de los gobiernos populares. Estados Unidos se dio cuenta de los réditos políticos que podía sacar con estos montajes e inició cursos formadores de fiscales y jueces, que como el   juez brasileño Moro, acosó y persiguió a Lula y lo metió en la cárcel para impedirle competir por la presidencia con chicanas legales, repetidas hasta el cansancio por Globo y otros grupos mediáticos locales e internacionales. A Cristina  le ha tocado estar entre los líderes hostigadas por más tiempo,  lo mismo en periodos en que ha gobernado que en la oposición. Muy pocas personas han sido tan calumniadas y denostadas por fábricas de mentiras como La Nación, Clarín e Infobae. Hoy recuerda uno con dolor a personas como la líder indígena Milagro Sala, presa política en Argentina contra todo principio de legalidad y justicia o a Jorge Glas, el vicepresidente tan leal a sus convicciones y querido en Ecuador, que ha sido víctima del criminal ensañamiento judicial y mediático contra el correísmo.

El país del gran San Martín se  debate en  este instante entre la agitación de masas activada por el atropello contra Cristina, la forma en que sus palabras han logrado reagrupar al peronismo y subrayado la centralidad de esta mujer en la política argentina. Pero, a la vez, con el ajuste económico iniciado por el gobierno del que ella es vicepresidenta y al que ha obligado el FMI. El ajuste hará daño  a una población ya castigada por la gigantesca deuda contraída por Macri y por la crisis económica, cuyos fondos no solucionaron un solo problema al pueblo argentino pero, eso sí, por los que no preguntan ningún juez ni los medios que quieren acabar con Cristina.  Pero ojo, hoy Moro no es nada y Lula tiene un pie otra vez dentro del  Palacio de Planalto.  Quién sabe si en Argentina ocurra algo semejante.  Más de 2000 científicos y universitarios del país repudiaron la “persecución judicial y mediática”  contra la vicepresidenta y ya hay convocada una gran marcha en su apoyo.

@aguerraguerra

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