domingo, 30 de septiembre de 2018

En Siria o en el Sudeste Asiático Occidente mintió, miente y seguirá mintiendo Andre Vltchek Investig’action Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

En Siria o en el Sudeste Asiático
Occidente mintió, miente y seguirá mintiendo

Investig’action

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo


Estoy sentado en el espléndido edificio de la Biblioteca Nacional de Singapur, en una habitación semioscura, con un microfilm insertado en un aparato de alta tecnología. Estoy visionando, filmando y fotografiando viejos periódicos malasios de octubre de 1965.
Estos artículos fueron publicados justo después del terrible golpe militar que se produjo en Indonesia en 1965, que derrocó al presidente progresista Sukarno y liquidó el tercer mayor partido comunista del planeta, el PKI (Partai Komunis Indonesia). Entre 1 y 3 millones de personas perdieron la vida en una de las más terribles masacres del siglo XX. Indonesia pasó de ser un país socialista (y a punto de ser comunista) a hundirse en el agujero turbo-capitalista y de locura religiosa y de extrema derecha en que se encuentra todavía en el presente.
Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Holanda y otras naciones occidentales promovieron el golpe de Estado y colocaron a las facciones traidoras pro-occidentales del ejército y a los líderes religiosos en la vanguardia del genocidio.
Toda la información está, por supuesto, al alcance de cualquiera que le interese, en los archivos desclasificados de la CIA y del Departamento de Estado de EE.UU. Se puede acceder a ella, analizarla y reproducirla. Yo dirigí un documental sobre estos sucesos, al igual que otros directores.
Pero no forman parte de la memoria de la humanidad. En el sudeste asiático, solo un puñado de intelectuales conocen estos hechos.
En Malasia, Singapur o Tailandia, el fascismo que gobernó Indonesia a partir de 1965 es un tema tabú. Simplemente no se habla de ello. Aquí, como en otros estados clientelares de Occidente, los intelectuales “progresistas” son pagados para elucubrar sobre su orientación sexual, sobre temas de género y de “libertades” personales, pero claramente no para preocuparse por los temas esenciales que han configurado tan negativamente esta parte del mundo: el imperialismo occidental, el neocolonialismo, las formas salvajes y grotescas del capitalismo, el saqueo de los recursos locales y del medio ambiente, así como la desinformación y la ignorancia forzosa que acompañan a la amnesia de masas.
En Indonesia, en concreto, el Partido Comunista está prohibido y el gran público lo considera el culpable y no la víctima.
Occidente, mientras tanto, se parte de risa a espaldas de sus adoctrinadas víctimas. Y sigue riendo todo el camino hasta llegar al banco. Las mentiras, obviamente, producen buenos dividendos.
Ninguna otra parte del mundo ha sufrido tanto el imperialismo occidental posterior a la Segunda Guerra Mundial como el sudeste asiático, quizás con dos excepciones: África y Oriente Próximo.
En la llamada Indochina, Occidente asesinó a cerca de 10 millones de personas, mediante campañas de bombardeos indiscriminados y otras formas de terrorismo, en Vietnam, Laos y Camboya. El mencionado golpe de Estado en Indonesia arrebató al menos un millón de vidas humanas. El 30 por ciento de la población de Timor Oriental fue exterminado durante la ocupación de Indonesia, que contaba con el apoyo total de Occidente. El régimen tailandés, completamente subordinado a Occidente, mató indiscriminadamente a los izquierdistas del norte del país y de la capital. Toda la región ha sufrido las consecuencias de los implantes religiosos extremistas, con el favor de Occidente y de sus aliados del Golfo.
Sin embargo, en esta parte del mundo se admira a Occidente, casi con un fervor religioso.
Las agencias de prensa y los “centros culturales” estadounidenses, británicos y franceses difunden desinformación a través de los medios de comunicación locales propiedad de élites serviles. La “educación” local ha sido adaptada con devoción a los conceptos didácticos occidentales. En lugares como Malasia e Indonesia, pero también en Tailandia, el mayor triunfo es conseguir un grado universitario en uno de los países que colonizaron esta parte del mundo.
Los países víctimas, en lugar de buscar compensaciones en los tribunales, admiran y copian a Occidente, al tiempo que piden financiación a sus pasados y presentes opresores, incluso la suplican.
El sudeste asiático es ahora obediente, sumiso, flemático, ha sido despojado de antiguas ideologías revolucionarias de izquierda. Aquí, el adoctrinamiento y la propaganda occidental han logrado una incuestionable victoria.
***
Ese mismo día, conecté el televisor de la habitación de mi hotel y estuve viendo la cobertura que los medios occidentales ofrecían de la situación en Idlib, el último bastión de los terroristas apoyados por Occidente en territorio sirio.
Rusia había convocado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para advertir que los terroristas podrían lanzar un ataque químico para luego culpar, con el apoyo de Occidente, a las fuerzas del presidente Bashar al-Assad.
La OTAN ha desplegado buques de guerra en la región. No cabe duda de que ha sido una buena puesta en escena de los actores europeos y estadounidenses: “Te golpeamos, matamos a tu gente y después, en castigo, te bombardeamos”.
Luego, los gánsteres imperialistas señalan con dedos acusativos a las víctimas (Siria, en este caso) y a aquellos que intentan protegerlas (Rusia, Irán, Hezbolá, China). Tal y como ocurría en la guardería o en la escuela primaria, ¿recuerda? Un niño pegaba a otro desde atrás y luego gritaba, señalando a un tercero con el dedo: “¡Ha sido él, ha sido él!”. Milagrosamente, hasta ahora, Occidente siempre se ha salido con la suya con esta estrategia, a costa, claro está, de millones de víctimas en todos los continentes.
Así ha sido durante siglos y así sigue siendo. Así es como seguirá siendo hasta que se ponga fin al terror y al gansterismo.
***
Durante años y durante décadas, nos han dicho que el mundo está ahora más interconectado, que nada verdaderamente importante podía suceder, sin ser inmediatamente detectado y reportado por las lentes vigilantes de los medios de comunicación y la “sociedad civil”.
Sin embargo, miles de cosas suceden continuamente de las que nadie se da cuenta.
Solo en los dos últimos decenios, ha habido país enteros a los que Norteamérica y Europa han señalado, han intentado matar de hambre mediante embargos y sanciones para, finalmente, atacarlos y hacerlos pedazos: Afganistán, Iraq y Libia entre otros. Gobiernos de distintas naciones han sido derribados, bien desde el exterior, o bien a través de sus propias élites y medios de comunicación serviles. Sirvan de ejemplo Brasil, Honduras y Paraguay. Innumerables compañías occidentales y sus secuaces locales están realizando un saqueo desenfrenado a los recursos naturales de lugares como Borneo o la República Democrática del Congo, destruyendo por completo selvas enteras y aniquilando cientos de especies (como el emblemático orangután).
¿Estamos realmente interconectados, como planeta? ¿Qué tanto sabemos las personas unas de otras, o de lo que sufren nuestros hermanos y hermanas en los distintos continentes?
He trabajado en unos 160 países y puedo afirmar sin la menor duda: “Casi nada”. O, peor aún, “¡Menos que nada!”.
El imperio occidental y sus mentiras han conseguido fragmentar el mundo hasta extremos anteriormente desconocidos. Todo se hace “abiertamente”, a plena vista del mundo, incapaz por otra parte de observar e identificar las amenazas más urgentes para su propia supervivencia. Los medios de comunicación de masas sirven como vehículos para el adoctrinamiento, al igual que las instituciones culturales y “educativas” de Occidente, o aquellas instituciones locales moldeadas por los conceptos occidentales. Entre estas últimas estarían instrumentos tan diversos como las universidades, los manipuladores del tráfico de Internet, los censores y los individuos que se autocensuran, las redes sociales, las agencias de publicidad y los “artistas” de la cultura pop.
***
La barbarie y las mentiras colonialistas y neocolonialistas occidentales se guían por un claro patrón:
“”El presidente de Indonesia, Sukarno, y su mayor aliado, el Partido Comunista de Indonesia (PKI) se proponían construir un país progresista y autosuficiente. Por tanto, era preciso parales los pies, derribar al gobierno, masacrar a los miembros del partido, prohibir el PKI y privatizar el país entero, venderlo a los intereses extranjeros. La abrumadora mayoría de los indonesios tiene el cerebro tan lavado por la propaganda local y occidental, que siguen culpando a los comunistas por el golpe de Estado, a pesar de lo que dicen los archivos de la CIA”.
El presidente Mossaddeq de Irán perseguía también un proyecto progresista, y terminó del mismo modo que Sukarno. Y todo el mundo quedó fascinado por el carnicero puesto en el trono por Occidente: el Sha y su fastuosa esposa.
En Chile, en 1973, se reprodujo el mismo patrón letal, en una nueva muestra del amor por la libertad y la democracia que tiene Occidente.
Patrice Lumumba, en el Congo, nacionalizó los recursos naturales e intentó alimentar y educar a su gran nación. ¿El resultado? Derribado, asesinado. El precio: unos ocho millones de personas masacradas en los últimos veinte años, quién sabe si muchas más (mi película Rwanda Gambit trata de ello). Nadie lo sabe, o todo el mundo pretende que no lo sabe.
¡Siria! El mayor crimen de este país, al menos a ojos de Occidente, fue intentar proporcionar a sus ciudadanos una buena calidad de vida, a la vez que promovía el panarabismo. Los resultados todos los conocemos (¿de verdad los conocemos?): cientos de miles asesinados por extremistas asesinos apadrinados por Occidente, millones de refugiados y de desplazados internos. Y Occidente, naturalmente, culpa al presidente sirio y está dispuesto a “castigarlo” si gana la guerra.
Claro que es irracional. ¿Pero puede el fascismo a escala global ser racional?
Las mentiras difundidas por Occidente se están acumulando. Se superponen unas con otras, a menudo se contradicen. Pero el público del mundo ya no está entrenado para buscar la verdad. Subconscientemente siente que le han mentido, pero la verdad es tan horripilante que la gran mayoría de las personas prefieren simplemente sacarse selfis, analizar y exhibir su orientación sexual, ponerse auriculares y escuchar música pop vacía, en lugar de luchar por la supervivencia de la humanidad.
He escrito libros enteros sobre ello, incluyendo el volumen de casi mil páginas “Exposing Lies Of The Empire” (Mostrando las mentiras del Imperio). Este artículo no es más que una cadena de pensamientos que me han venido a la cabeza mientras estaba sentado junto al proyector en una habitación en penumbra de la Biblioteca Nacional de Singapur.
Una pregunta retórica no dejaba de atormentarme: “¿Es posible que todo esto esté pasando?” “¿Puede Occidente esquivar el castigo por todos los crímenes que ha cometido durante siglos en todo el mundo?”
La respuesta es evidente: “Por supuesto que sí, mientras no se le detenga”. Por tanto, A luta continua!
Andre Vltchek es filósofo, novelista, cineasta y periodista de investigación nacido en Rusia y residente en Estados Unidos. Ha cubierto guerras y conflictos en docenas de países y es autor de múltiples libros, entre ellos un diálogo con Noam Chomsky en el que analiza el poder y la propaganda occidental, Terrorismo occidental (Txalaparta, 2014).
Fuente: https://www.investigaction.net/en/115390/
El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se nombre a su autor, su traductor y a Rebelión como fuente de la traducción.

Rufian dice las verdades de los crímes de Aznar y este responde con la cara dura de los criminales de guerra


El fascistas del Aznar el terrorista del trío de las Azores. Se ríe del parlamento de la justicia y de la Ley.


La amnistia fical de la vergÜenza del PP: UN ROBO A LA CIUDADANÍA


III República


sábado, 29 de septiembre de 2018

El Mediterráneo, más mortal que nunca

El Mediterráneo, más mortal que nunca

Mar Mediterraneo mortalidad

Compartir 
Facebook iconTwitter iconCompártelo por email
03 Septiembre 2018
Tres años después de la muerte de Alan Kurdi en una playa de Turquía, un nuevo informe de ACNUR muestra que cruzar el Mediterráneo es hoy más peligroso que nunca.
‘Travesías Desesperadas’ reporta que más de 1.600 personas han muerto intentando alcanzar las costas europeas en lo que va de año. Aunque la cifra es más baja que en años anteriores, la mortalidad es mucho mayor. El informe muestra que las llegadas a Europa siguen cayendo, mientras la tasa de mortalidad aumenta de manera dramática.

6 datos para entender lo que está pasando en el Mediterráneo

  1. Bajan las llegadas hasta Italia, la ruta más peligrosa, y aumentan las que llegan a Grecia y España.
  2. En la ruta hasta Italia, llamada “Mediterráneo Central”. 1 de cada 18 personas que cruzaron en 2018, perdió la vida. Esta tasa sube hasta 1 de cada 7 en junio.
  3. El Mediterráneo Central ha dejado más de 50 muertos procedentes de Libia, un infierno para los refugiados.
  4. Los sirios siguen llegando a Grecia vía Mediterráneo. Una ruta en la que el 60% son mujeres y niños.
  5. En la ruta del norte de África a España más de 300 personas han muerto en lo que va de año, 100 más que en todo el año anterior. En abril, la mortalidad en esta ruta aumentó hasta 1 de cada 14 personas.
  6. Además, más de 78 personas han muerto en las rutas terrestres hacia Europa y las fronteras europeas. Casi el doble que el año anterior.

“Ya no es una prueba de si Europa puede gestionar números, sino de si tiene la humanidad para salvar vidas”

ACNUR y la IOM, la Agencia de migración de la ONU, se unen para pedir una respuesta a los rescates y desembarcos en el mar Mediterráneo. Además, ACNUR llama a aumentar el acceso de rutas legales para los refugiados, como la reunificación familiar, que ofrezcan una alternativa a estas travesías mortales y a reforzar los mecanismos para proteger a los niños solos.
Entre las mayores preocupaciones, los centros de recepción de las islas griegas, conocidos como “hotspots”, donde las condiciones deplorables se van deteriorando. ACNUR pide el traslado hasta el continente desde centros como los de Moria, en Lesbos, donde 7.000 personas viven en un centro capacitado para 2.000. Una cuarta parte de ellos son niños.
“Este informe confirma una vez más que el Mediterráneo es uno de los cruces marítimos más mortales del mundo. Con el número de personas que llegan a las costas de Europa disminuyendo, ya no es una prueba de si Europa puede gestionar los números, sino de si Europa puede tener la humanidad para salvar vidas."
Pascale Moreau, Director de la Oficina para Europa de ACNUR.
Esclavos sexuales

Más de 1.800 personas evacuadas de Libia en solo unos meses

Este informe muestra los peligros a los que se enfrentan los refugiados hasta llegar a Europa, pasando por rutas tan peligrosas como el desierto de Libia, un territorio que es hoy más mortal que el propio mar y donde el tráfico de esclavos, torturas y abusos se repiten entre los testimonios de quienes logran escapar.
En los últimos meses, ACNUR ha podido evacuar a terceros países a más de 1.800 personas especialmente vulnerables, en su mayoría mujeres y niños. Más recursos son necesarios para dar una vida digna a refugiados que han sido vendidos como esclavos en Libia por menos de lo que cuesta un teléfono móvil.

Khaled Hosseini recuerda la tragedia de Alan Kurdi

“Cuando vi las devastadoras imágenes de Alan Kurdi, me sentí destrozado. Sin embargo, solo tres años después y pese a los miles de personas muertas en el mar, nuestra memoria colectiva y la urgencia por hacerlo mejor parecen haberse desvanecido”. Coincidiendo con el aniversario, Khaled ha presentado un nuevo libro en honor a este pequeño sirio con el que pretende rendir homenaje y captar fondos para ayudar a quienes han tenido que huir de la guerra.

viernes, 28 de septiembre de 2018

Sucedió en Toledo Víctor Arrogante Rebelión

Sucedió en Toledo






En la historia de España, Toledo es una referencia milenaria. En esta ciudad imperial de Carlos I de España y V de Alemania convivieron las tres culturas. Pero no es ésta la historia a la que hoy quiero referirme. Tampoco al asedio al que fue sometido su Alcázar durante la guerra civil, provocada por el golpe de Estado fascista; aunque algo tuvo que ver con los sucesos de aquel 28 de septiembre de 1936.
Cada año, vengo rindiendo homenaje a este luctuoso y trágico acontecimiento, No he tenido confirmación documental, hasta que me la facilitó la organización Víctimas de la dictadura de Castilla-La Mancha: Antonia Arrogante Carretero (de profesión sus labores) era natural de Cebolla y murió por asesinato el día 28/9/36. Lugar de muerte: Toledo – TO-227o. Ocurrió al día siguiente en el que Franco "liberó" a los sublevados encerrados en el Alcázar, ciegos de odio y de venganza.
Antonia Arrogante Carretero, está enterrada en una fosa común en el cementerio de Toledo, mientras el golpista Moscardó, junto con el no menos Milans del Bosch, continúan en el Alcázar. Hace unos días el PSOE y el Partido Popular se unieron en el Parlamento castellano-manchego para votar en contra de calificar la proposición no de ley planteada desde Podemos instando a la exhumación de los golpistas, impidiendo así su tramitación parlamentaria. El PSOE, continúa con sus contradicciones, en este caso con la política del Gobierno de Pedro Sánchez. "No entendemos ni comprendemos cómo el PSOE vuelve a pactar con el PP para no dar cumplimiento a la ley de Memoria Histórica en la región", señalaba María Díaz, que calificaba el asunto como "una cuestión de humanidad, de cumplimiento de la ley y de derechos humanos".
Toledo, la Ciudad Imperial, sede principal de la Corte de Carlos I. Toledo, la Ciudad de las Tres Culturas y de la tolerancia, por haber sabido convivir en armonía y durante varios siglos, cristianos, judíos y musulmanes; en 1936 se rompió la convivencia. Su historia se remonta a la Edad del Bronce. Tras las invasiones germánicas, Toledo se convierte con Leovigildo en capital y, posteriormente, en principal sede eclesiástica del Reino visigodo. En el año 711, Toledo fue conquistada por Táriq ibn Ziyad y dominada por los musulmanes hasta que Alfonso VI reconquistó la ciudad en 1085. Durante la Edad Moderna la ciudad destacó como sede de los Reyes Católicos. Al trasladarse la corte a Madrid en 1561 la ciudad entró en decadencia. En 1983 se convirtió en capital de Castilla-La Mancha. Pero estamos en 1936.
Nos cuenta Julio Martín Alarcón en Sin novedad en el Alcázar de Toledo, que "A las 5.30 rompen el fuego las piezas de 15.5 emplazadas en Pinedo, y entre las 30 detonaciones que disparan se oye una de mayor intensidad que llena de polvo y humo muy negro todas las dependencias del Alcázar". El 27 de septiembre de 1936 es la última entrada del diario del asedio del coronel José Moscardó, que dirige a los sitiados en el Alcázar, para entonces, un amasijo de hierro y ruinas. (El Mundo 27 de septiembre 2016). Parece ser que la detonación es la cuarta mina para volar lo poco que queda de la fortaleza, convertida en un símbolo tanto para Franco como para el presidente del gobierno Largo Caballero, sabiendo que el enclave no tenía valor militar alguno.
El asedio del Alcázar de Toledo fue una batalla altamente simbólica que ocurrió en los comienzos de la Guerra Civil. Se enfrentaron fuerzas compuestas por milicianos del Frente Popular y de Guardias de Asalto, contra las fuerzas sublevadas de la guarnición. Las fuerzas republicanas empezaron el asedio el 21 de julio de 1936 y lo levantaron el 27 de septiembre, con la llegada del Ejército de África al mando del general Varela, que había hecho un alto en el camino hacia Madrid. Franco entró en la ciudad al día siguiente, y empezó la represión.
"Franco convirtió la liberación de Toledo en un valioso golpe de efecto internacional, llegando a recrearlo, recorriendo los escombros, para las cámaras de los noticiarios que se proyectaron en salas de cine de todo el mundo". Toledo, decían, es un lugar de enorme importancia simbólica y patriótica desde la Reconquista. (Helen Graham, Breve historia de la guerra civil). Luis Quintanilla Isasi afirma "Que no hubo tal heroísmo de los sitiados y solo la espera que les sacase de su autoencierro, el absurdo de la amenaza telefónica sin relación con la muerte del hijo del héroe y los rehenes, motivos estos de haber divulgado al mundo la leyenda del Alcázar". El 1 de octubre habiendo triunfado en Toledo, Franco asumiría el mando supremo. Exigió la Jefatura del Estado, la del Gobierno y el mando absoluto sobre todo el Ejército. (Franco y el Tercer Reich, de Luis Suárez). Ya no era rebelde, sino Jefe del Ejército Nacional.
Como he dicho, he tenido la oportunidad de publicar, desde hace unos años, la historia que conozco sobre la represión en Toledo y el fusilamiento de mis abuelos. No me resisto este año de volver a recordarlo. No conozco las razones que arguyeron los asesinos para matarlos, si es que puede haber razones para matar. No se celebró juicio, por lo que no existió sentencia de muerte, les dieron el paseo criminal.
No tengo noticias de que mis abuelos fueran unos peligrosos rojos, ni siquiera si eran de izquierdas o republicanos. Mi padre, que sería quien hubiera podido contarme la historia, murió cuando yo tenía siete años y mi madre, ya fallecida, en raras ocasiones habló del tema. Sí parece que mi abuela Antonia Arrogante tenía un carácter fuerte y poco dado a componendas. Mujer de mediana estatura, fuerte, guapetona, con moño bajo, saya larga y pañoleta negra sobre los hombros.
Vivían en Toledo, en el Callejón de los Niños Hermosos, callejón sin salida de la judería toledana, del que les sacaron para nunca volver. Oigo las botas contra el empedrado, los gritos y empujones, los culatazos de los fusiles sobre su espalda. Veo la cara perpleja y asustada de mi abuela Antonia, embarazada, y las caras descompuestas por el odio de los sacadores. Oigo el sonido seco de las descargas de los fusiles y el taac, taac de los tiros de gracia junto a un paredón a la vera del Tajo.
Transcurridos ochenta y dos años, la historia sigue siendo muy emotiva para mí. Siento dolor y desprecio hacia quienes cometieron el crimen y por quienes lo ordenaron. Siento desprecio por aquellos que hoy, todavía, justifican el asesinato de las decenas de miles de hombres y mujeres que murieron y sufrieron persecución victimas de la barbarie y que hoy, todavía, siguen sin reconocer el genocidio franquista. Reivindico mi memoria histórica. Ni olvido ni perdono.

MÉXICO: AMLO y la Comisión de la Verdad Miguel Ángel Ferrer Rebelión



A lo largo de los últimos cuatro años han corrido dos versiones sobre el crimen de la Noche de Iguala. Una, ideada y desplegada desde el poder, es que se trató de un asunto de narcotráfico. En ella se asegura que los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, secuestraron un autobús en el que, cosa que ellos ignoraban, se trasladaba droga. Y que este hecho hizo enfurecer al grupo de narcos dueños de esa carga, lo que los llevó a decidir dar un escarmiento a los muchachos a fin de que todo el mundo entendiera que con el negocio del narco nadie debe entrometerse.

Esta interesada versión no niega la participación de diversas instancias gubernamentales: gobiernos y policías municipales, gobierno y policía estatal, policías federales y miembros del ejército. Pero esta participación gubernamental se atribuye a la complicidad con el narco de estas instancias oficiales. De este modo se refuerza la idea de que finalmente se trató de un asunto de tráfico de drogas.

La segunda versión de los hechos sostiene que el gobierno federal, ebrio de poder, decidió poner un hasta aquí definitivo a las actividades subversivas, movilizadoras y críticas del poder del normalismo rural mexicano, enemigo con poderosas raíces populares, al que el Estado ha intentado liquidar de todas las formas posibles sin hasta ahora haber podido conseguirlo.

De modo que una de dos: crimen del narco o crimen de Estado. Y aunque la versión que atribuye al narco la responsabilidad de los hechos ha tenido muy buena prensa y la autoría oficial, no es sencillo, por esas mismas razones, tragársela. Es una reedición de la vieja historia del ratero que, sorprendido en su accionar, señala hacia otro lado mientras grita: “¡Al ladrón, al ladrón!” con el fin de desviar las miradas sobre sí mismo al señalar a un personaje inexistente.

Además de la inverosimilitud de la versión del narco por las razones señaladas, hay otros hechos que refuerzan la hipótesis del crimen de Estado: la inicial resistencia del gobierno federal por atender un asunto sin duda gravísimo que emparentaba al gobierno mexicano con la política sudamericana de la desaparición forzada; la tardía y sesgada investigación federal; el ocultamiento y destrucción de evidencias; y los resultados de otras investigaciones.

Por todo lo anterior, y a pesar de la creencia de cada quien, es necesaria la creación y funcionamiento de una Comisión de la Verdad. Solo una investigación de este tipo puede esclarecer plenamente lo ocurrido aquella noche del 26 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala y conocer los nombres de quien ordenó la atrocidad y de quienes la ejecutaron.

Blog del autor: www.economiaypoliticahoy.wordpress.com
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Prácticas de la izquierda que contribuyen al desencanto Marta Harnecker Rebelión

Prácticas de la izquierda que contribuyen al desencanto






1. La gente común y corriente está harta del sistema político tradicional2. En el artículo anterior nos referimos a como la corrupción afecta la credibilidad de la izquierda y sostuvimos que existen una serie de rasgos en ella que dificultan su papel orientador y articulador.
3. Desconcierta la bastante frecuente adopción por algunos partidos de izquierda de prácticas partidistas que difícilmente se diferencian de las prácticas habituales de los partidos tradicionales. Y esto ocurre cuando cada vez más la gente rechaza las prácticas partidarias clientelistas, poco transparentes y corruptas, de aquellos que solo se acercan al pueblo en momentos electorales, que pierden energías en luchas intestinas, de fracciones y pequeñas ambiciones; donde las decisiones son adoptadas por las cúpulas partidarias sin una real consulta con las bases y prima el liderazgo unipersonal sobre el colectivo de la gente.
4. La gente común y corriente está harta del sistema político tradicional, los mensajes que se quedan en meras palabras y nunca se traducen en acciones concretas. La gente quiere cosas nuevas, quiere cambios, quiere nuevas formas de hacer política, quiere una política sana, quiere transparencia y participación, quiere recuperar la confianza.
2. Prácticas que contribuyen al desencanto5. A continuación señalaremos algunas de las prácticas que suelen ser usadas por la izquierda y especialmente por la izquierda partidaria y que —además de la corrupción que señalábamos en el artículo anterior— conducen a que esta pérdida de credibilidad.

6. A la izquierda partidaria le ha costado mucho abrirse a las nuevas realidades. Muchas veces se ha mantenido aferrada a esquemas conceptuales que le han impedido apreciar la potencialidad de los nuevos sujetos sociales , centrando su mirada exclusivamente en los actores que tradicionalmente se movilizaban como los sindicatos, hoy muy debilitados producto de diferentes factores. Ellos deben tener en cuenta el resto de la gente que se mueve.
7. Esta izquierda suele no considerar, por ejemplo, al movimiento juvenil, que luego de haber casi desparecido durante varios años, comienza hoy a repuntar.
8. Por otra parte, la aplicación reduccionista del concepto de clase al campesinado indígena la llevó a considerarlo como una clase social explotada que debía luchar por la tierra como cualquier otro campesino, ignorando la importancia del factor étnico-cultural que hacía de ese campesinado un sector social doblemente explotado, tanto desde el punto de vista de clase, es decir, de la situación que se tiene en relación con los medios de producción, como desde el punto de vista étnico.
b) Subjetivismo en el análisis de la correlación de fuerzas9. Entre las cosas que hay que rechazar está el subjetivismo en el análisis de la correlación de fuerzas. En relación con este aspecto, Bernardo Jaramillo, dirigente comunista colombiano y presidente de la Unión Patriótica en su época, reconoce que existe en la izquierda una tendencia a “auto engañarse, a decir, por ejemplo, que se logra movilizar a miles cuando sólo se moviliza a centenas.” “¿Cómo puede una fuerza revolucionaria conducir a las masas de esa manera?” se pregunta y agrega que él estuvo en el paro de octubre de 1988 en Bogotá, que recorrió durante todo el día la ciudad; que estuvo con dirigentes de la CUT [Única de Trabajadores] en la zona industrial de Bogotá, y el paro no se dio. “¿Cómo puede aparecer luego la prensa revolucionaria diciendo que el paro fue un éxito?” “Sobre esta base —afirma— nunca vamos a ir a ningún lado. Pero es que ese tipo de concepciones que se reflejan en la prensa nuestra son producto de las concepciones estalinistas que afirman que siempre tenemos la razón, que siempre somos los mejores, que todo lo que hacemos nos da resultado. Ese es el quid del estalinismo, es el criterio que yo considero que hay que combatir; ése es el criterio que nos lleva a cometer graves errores.”
10. Suele ocurrir que los dirigentes movidos por su pasión revolucionaria tienden a confun dir los deseos con la realidad. No hacen una valoración objetiva de la situación, tienden a subestimar las posibilidades del enemigo, y, por otro lado, a sobrestimar las posibilidades propias.
11. “Confundimos en parte, nuestro estado de ánimo con el de las masas”, reconoce autocríticamente el comandante salvadoreño, Roberto Roca. “Yo creo que, sobre todo a finales del 88, el apasionamiento subjetivista impregnó un tanto a la Comandancia General. No tengo problema en reconocerlo.” En enero del 89 la información que recibieron les hizo ver que la realidad era diferente. La “incorrecta apreciación de la situación impidió que se aprovechara óptimamente la coyuntura desencadenada por la propuesta electoral del FMLN”.
12. “La única garantía de no cometer estos errores —según Roca— es asegurar que la organización política sea capaz de evaluar la situación, no en función de su estado de ánimo, sino a partir de tomarle el pulso al estado de ánimo de las masas, al estado de ánimo del enemigo, a la realidad internacional. Una vez hecha esa evaluación es preciso buscar la fórmula política, militar, operativa, y diseñar las líneas de acción que permitan capitalizar toda esa situación. Pero, como se trata de un proceso tan dinámico, ésa debe ser una labor cotidiana. Y debe realizarse sin perder de vista jamás que el sujeto de la revolución son las masas, porque la revolución no se hace a partir de la intriga, de la maniobra política, o de las iniciativas en el plano diplomático. En eso se prueba el arte, la capacidad de conducción.” 
13. Pero también es importante que los militantes y dirigentes intermedios sean objetivos al entregar la información a su dirección evitando esa tendencia a contar los hechos como esta quiere que sean. Algunas veces éstos desinforman en lugar de informar al proporcionar, por ejemplo, cifras abultadas de determinadas movilizaciones o acciones.
14. Con ello, se está poniendo en peligro la capacidad de los dirigentes para evaluar la situación en la que hay que operar.
c) Generalizar a partir de la experiencia personal sin tener en cuenta la situación en su conjunto15. Es lógico que sean distintas las visiones de la realidad según el lugar donde se vive y el sector en el que se trabaja. Es diferente la apreciación de la situación que tienen del país los dirigentes que trabajan con los sectores más radicalizados, de la que tienen los que realizan su actividad política entre los sectores más retrasados.
16. No tienen la misma visión de Chile los cuadros revolucionarios que trabajan en un barrio popular combativo, que los que lo hacen con los sectores medios. Esto mismo ocurre en los países donde existen zonas de guerra y espacios políticos. Los guerrilleros que viven enfrentamientos reales con el enemigo, que han logrado obtener gracias a sus victorias militares el control de determinadas zonas, tienden a creer que el proceso revolucionario está más avanzado de lo que realmente está. Aquellos militantes que participan en los espacios legales en los grandes centros urbanos tienen visión diferente, en esos lugares el poder ideológico y el control militar del régimen es todavía muy grande.
17. “Las valoraciones de la Unión Patriótica y de las FARC sobre lo que ocurre en el país son completamente diferentes —reconoce Bernardo Jaramillo y agrega—: Esto me parece lógico. Yo estoy desarrollando la política a campo abierto, en contacto permanente con las masas urbanas de la sociedad colombiana; estoy actuando en la vida política de un país de democracia restringida y las FARC están desarrollando una acción armada donde su contacto es con las masas campesinas, donde sus acciones tienen otras consecuencias políticas que las que tienen para mí...”
18. A veces los revolucionarios se deslumbran con pequeños destellos de poder local que logran promover en algunos lugares del país. Estos son perfectamente tolerados por el enemigo, porque no ponen en peligro la reproducción global de su sistema. Por otro lado, éxitos locales les hacen olvidar que el enemigo controla todavía los puntos estratégicos en los cuales se asienta su poder.
19. Por eso es muy importante, que, al analizar la situación, se superen las apreciaciones subjetivas nacidas de la sola experiencia personal y se contemple el conjunto del país con sus áreas y sectores más avanzados y retrasados.

20. Los movimientos populares y, en general, los diferentes actores sociales que hoy están en las principales trincheras de lucha por construir una sociedad alternativa a la sociedad capitalista tanto a nivel de sus propios países, como a nivel internacional rechazan, con razón, las conductas hegemonistas. No aceptan que se intente imponer en forma autoritaria la dirección desde arriba; que se pretenda conducir al movimiento por órdenes por muy correctas que éstas sean.
b) No saber escuchar21. Parecería una perogrullada decir que es importante que los dirigentes máximos aprendan a escuchar. Pero es fundamental que sean capaces de asimilar las informaciones y opiniones ajenas sobre todo cuando no coincidan con las suyas.
22. Si el líder no se sabe escuchar –dice el comandante Roca—, para lo cual se requiere de una gran dosis de modestia revolucionaria, y, por otro lado, se reciben informaciones falseadas, lo que ocurre luego es que se bajan líneas de acción que no se ajustan a las posibilidades reales de movilización. Entonces después resulta más fácil atribuir el fracaso en la consecución de los objetivos a una falta de madurez del pueblo. Si el pueblo no te va acompañando en el nivel que vos querés, tenés que preguntarte por qué, qué es lo que anda mal, y hay que tener la modestia de reconocer en lo que se anda mal, y no descargar la responsabilidad sobre otros.”
c) Actitudes sectarias23. Este es un error que se arrastra desde la izquierda marxista tradicional cuando. Desde la presunta preeminencia que le daba su condición de guardián de la ortodoxia marxista, el partido tendía a minusvalorar los aportes de sus “compañeros de viaje”
24. En su forma más extrema sólo las acciones dirigidas por el Partido tenían valor. Una victoria derivada de la iniciativa de otra fuerza, aunque fuera aliada, era peor que una derrota.
25. Y en la práctica el trabajo político se sustituía por maniobras de salón para copar directivas de organizaciones de masas y eliminar rivales de otras fuerzas de izquierda, destruyendo cualquier posibilidad de colaboración entre estas fuerzas.
26. Este error, que se dio en muchas ocasiones en los partidos comunistas ortodoxos, reapareció con más frecuencia si cabe en los grupos escindidos de aquéllos que pretenden defender la pureza revolucionaria, y, por desgracia persiste en la nueva izquierda, en la que el “patriotismo de partido” se impone muchas veces a la lealtad con los compañeros de lucha.
27. Es mal recibido que la izquierda partidaria tienda a “partidizar” —como dicen los uruguayos Enrique Rubio y Marcelo Pereira— todas las iniciativas y los acciones de quienes luchan por la emancipación, en lugar de esforzarse por articular sus prácticas en un proyecto político único. Se partidiza la lucha cuando ésta se subordina a la preeminencia del partido y su línea política.
28. Pero este error, muy grave cuando se trata de conflictos entre partidos de origen obrero o marxista, es más grave aún cuando se tiende a desconocer el aporte de fuerzas que expresamente pretenden representar otras clases o sectores como los campesinos o indígenas.
29. Esta izquierda parece haber olvidado que Lenin siempre subrayó que la clase obrera no puede adquirir conciencia de clase si no es capaz de comprender y asumir como propios los intereses de todas las clases, capas y grupos de la población que son oprimidos por el régimen imperante. “Quien oriente la atención, la capacidad de observación y la conciencia de la clase obrera exclusivamente, o aunque sólo sea con preferencia, hacia ella misma, no es un social­demócrata [1] —escribía el dirigente bolchevique en Qué hacer - , pues el conocimiento de sí misma, por parte de la clase obrera, está inseparablemente ligado a la completa nitidez no sólo de los conceptos teóricos... o mejor dicho: no tanto de los conceptos teóricos, como de las ideas elaboradas sobre la base de la experiencia de la vida política, acerca de las relaciones entre todas las clases de la sociedad actual.”
d) Manipulación de las organizaciones populares30. Muy ligado a lo anterior ha existido una tendencia a considerar a las organizaciones populares como elementos manipulables, como meras correas de transmisión de la línea del partido. La dirección del movimiento, los cargos en los organismos de dirección, la plataforma lucha, en fin, todo, se resuelve en las direcciones partidarias y luego se baja la línea a seguir por el movimiento social en de cuestión, sin que éste pueda participar en la gestación de ninguno de los asuntos que más le atañen.
31. Esta posición se ha apoyado en la tesis de Lenin en relación con los sindicatos de los inicios de la revolución rusa, cuando parecía existir una muy estrecha relación entre clase obrera, partido de vanguardia y estado.
32. Sin embargo, pocos saben ¾ por la forma a histórica e incompleta en que se ha leído a este autor ¾ que esta concepción fue abandonada por el dirigente ruso en los años finales de su vida, cuando ¾ en medio de la aplicación de la Nueva Política Económica (NEP) y sus consecuencias en el ámbito laboral ¾ prevé el surgimiento de posibles contradicciones entre los trabajadores de las empresas estatales y los directores de dichas empresas y sostiene que el sindicato debe defender los intereses de clase de los trabajadores contra los empleadores utilizando, si considera necesario, la lucha huelguística que, en un estado proletario no estaría dirigida a destruirlo sino a corregir sus desviaciones burocráticas.
33. Este cambio pasó desapercibido para los partidos marxistas‑leninistas quienes hasta hace muy poco pensaban que la cuestión de la correa de transmisión era la tesis leninista para la relación partido‑organización social.
e) Trabajar sin tener en cuenta las diferencias34. Todavía existe en la izquierda una dificultad para trabajar con las diferencias. La tendencia de las organizaciones políticas del pasado, especialmente de los partidos que se autodenominaban partidos de la clase obrera, fue siempre tender a homogeneizar la base social en la que actuaban. Si esta actitud se justificó alguna vez dada la identidad y homogeneidad de la clase obrera de épocas pasadas, en este momento es anacrónica frente a la presencia de una clase obrera muy diferenciada y el surgimiento de otros actores sociales muy diversos entre sí. Hoy se trata cada vez más de la unidad en la diversidad, del respeto a las diferencias étnicas, culturales, de género, y de sentimiento de pertenencia a colectivos específicos.
35. Se hace necesario realizar un esfuerzo por encauzar los compromisos militantes partiendo de las potencialidades propias de cada sector y aún de cada persona que está dispuesta a comprometerse en la lucha, sin buscar homogeneizar a los actores. Es importante tener una especial sensibilidad para percibir también todos aquellos puntos de encuentro que puedan permitir levantar, a partir de la consideración de las diferencias, una plataforma de lucha común .

36. El trabajo de la militancia se delega progresivamente en las personas que detentan cargos públicos y administrativos. La política se transforma en una acción exclusivamente administrativa o institucional. El esfuerzo prioritario deja de ser la acción colectiva para convertirse en la acción parlamentaria o en la presencia mediática .
b) Dejar que la derecha fije el calendario de las luchas de la izquierda37. La izquierda que respeta las instancias democráticas suele estar a la defensiva. Al limitar el trabajo político, salvo escasas excepciones, al uso de la institucionalidad vigente casi exclusivamente, es decir, al adaptarse a las reglas del juego del enemigo, casi nunca lo toma por sorpresa. Se cae en el absurdo de que el calendario de las luchas de la izquierda lo fija la derecha.
c) Ir a elecciones en el marco heredado sin denunciarlo38. ¿Cuántas veces no hemos escuchado quejas de la izquierda contra las condiciones adversas en las que tuvo que dar la contienda electoral, luego de constatar que no ha logrado en las urnas los resultados electorales esperados? Sin embargo, esa misma izquierda muy pocas veces denuncia en su campaña electoral las reglas del juego que se le imponen y plantea como parte de esa campaña una propuesta de reforma electoral. Por el contrario, suele ocurrir que en búsqueda de los votos ¾ en lugar de hacer una campaña educativa, pedagógica, que sirva para que el pueblo crezca en organización y conciencia ¾ utilice las mismas técnicas para vender sus candidatos que las que usan las clases dominantes.
39. Y esto determina que, en caso de un fracaso electoral, además de la frustración, el desgaste y el endeudamiento productos de la campaña, el esfuerzo electoral no se traduzca en un crecimiento político de quienes fueron receptores y actores, dejando la amarga sensación de que todo ha sido en vano. Muy distinta sería la situación si la campaña se pensase fundamentalmente desde el ángulo pedagógico, usando el espacio electoral para fortalecer la conciencia y la organización popular. Entonces, aunque los resultados en las urnas no fuesen los mejores, el tiempo y los esfuerzos invertidos en la campaña no serían algo perdido.
40. Con razón algunos sostienen que el culto a la institución ha sido el caballo de Troya que el sistema dominante logró introducir en la misma fortaleza de la izquierda transformado logrando minarla por dentro.
41. La acción militante tiende entonces a reducirse a la fecha electoral, pegadas de carteles y algún que otro acto público.
d) Someterse a reglas institucionales que fomentan el personalismo y afectan la unidad42. Por otra parte, las propias reglas del juego electoral impuestas por las clases dominantes dificultan la unidad de la izquierda y fomentan el personalismo . Obligan en algunos países a trabajar por el propio partido en lugar de hacerlo por un frente más amplio.
43. La izquierda tiene que ser consciente de este problema y debe elaborar reglas internas que desactiven los efectos de este tipo de reglas institucionales.
e) Depender en cuanto al financiamiento de la organización política casi exclusivamente de los cargos institucionales44. Por desgracia, el financiamiento de los partidos proviene cada vez más de la participación de sus cuadros en las instituciones Izquierda del estado: parlamento, gobiernos locales, tribunales de control electoral, etcétera; con todo lo que ello entraña de dependencia y de presiones.

45. Muchos activistas de la izquierda suelen limitarse a repetir mecánicamente mensajes y consignas sin considerar a quien se están dirigiendo, ni si han ocurrido hechos que ameritarían una modificación de ellos.
46. Refiriéndose a la práctica del FMLN en este sentido, uno de sus comandantes — Eduardo Sancho — escribía: “Cuando todos los discursos y los mensajes vienen hechos de la misma tela y se trasmiten de la misma forma y con las mismas palabras, pronunciadas en el mismo tono y por el mismo megáfono, cuando pasan los años y la pinta y la consigna no cambian, la palabra se devalúa. Es moneda que ya no compra la imaginación de nadie.
47. “Esto ha pasado en buena medida con la propaganda revolucionaria. La gente se aburre de los textos de manual, en los cuales los conceptos se aplican mecánicamente y la realidad parece no cambiar. Nada es más idealista que esto, nada tan falto de materialismo como este inmovilismo teórico, abstracto, este hueso sin carne. ¿Cómo es posible leer un libro de hace 20 años y encontrar que dice lo mismo que nuestro mensaje de hoy? ¿Cómo es posible que nuestro discurso no cambie? [...] ¿Es que no existen problemas nuevos en la revolución? ¿Cómo es posible que no seamos capaces de crear nuevas consignas? A veces tenemos síntomas de arterioesclerosis ideológica. [...] Debemos evitar toda forma de adoctrinamiento que simplifique la verdad, convirtiéndola en simples consignas o escondiéndola o manipulándola. A veces hemos caído en esta engañosa trocha del adoctrinamiento por comodidad, por ganar tiempo, por impaciencia.
b) Mensajes uniformes no adaptados a la gente que se quiere movilizar48. Muchas veces dirigentes de izquierda transmiten mensajes no adaptados a la gente que se quiere movilizar.
49. Nos parece de interés recordar aquí lo que nos narrara Facundo Guardado en mayo de 1989, en relación con las banderas de lucha y el tipo de gente que, de acuerdo a ello, se mueve. “Hasta hace unos pocos días atrás —decía— estuve trabajando con un compañero que es el responsable del trabajo del barrio nuestro, y le pregunté: “¿Cuánta gente de la que tenemos en los barrios es una base segura que podés movilizar a cualquier marcha de contenido reivindicativo o político, o lo que sea?” ‘Nosotros ahí aseguramos 300 gentes’, me respondió. ‘¿Cuántas bases tenemos que podés sacar a las calles de San Salvador por las reivindicaciones del barrio?’ ‘¡Ah, bueno! —me dijo—, ahí nosotros aseguramos que salgan mil gentes Y esas mil gentes pueden salir también en una situación de un movimiento más amplio. Ahora bien, si el llamado lo hacen sólo las organizaciones más radicales esas mil gentes no salen; pero si lo hacen al mismo tiempo otros sectores podés lograr esa cifra o más’.”
50. Cuando se planifica una movilización es fundamental determinar cuál es el tipo de gente que queremos mover. El mensaje debe ser muy diferente si lo que se busca el dinamizar a los más radicalizados o si se pretende movilizar a amplios sectores de la población.
51. Pero también es importante que los militantes y dirigentes intermedios sean objetivos al entregar la información. Algunas veces éstos desinforman en lugar de informar al proporcionar, por ejemplo, cifras abultadas de determinadas movilizaciones o acciones.
5) El tema económico: un elemento clave en la crisis de la izquierda52. El actual vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, ha analizado en forma brillante aspectos objetivos de esta crisis de la izquierda en su Conferencia del 27 mayo del 2016 en la Universidad de Buenos Aires.
53. Aquí quisiéramos aludir a uno de los temas que él aborda: el tema económico que, en general, está ausente del discurso de la izquierda.
54. Concuerdo con el señalamiento que hace el vicepresidente boliviano de que en estos procesos de construcción de alternativas al neoliberalismo la “economía es decisiva.” Según él en “la economía nos jugamos nuestro destino como gobiernos progresistas y revolucionarios.”
55. Tenemos que tener claro que no hay discurso que valga si no va acompañado de la satisfacción de las necesidades básicas de la población. Y por eso la derecha ha decidido aprovecharse de esta debilidad de la izquierda para atacarla en este terreno. 



[1] . Lenin emplea este término como el equivalente de militante revolucionario. Este significado no tiene nada que ver con el uso actual del término de socialdemócrata.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

“No puedes solucionar una crisis creada por el euro dentro del euro”. Roy William Cobby El Salto

“No puedes solucionar una crisis creada por el euro dentro del euro”. Roy William Cobby
El Salto


Políticas de identidad, crisis económica, arquitectura del sistema financiero, posibilidades de una coordinación de gobiernos de izquierda dentro de la UE... Thomas Fazi se mete en todos los jardines del presente político común a los Estados europeos.



Thomas Fazi
 Thomas Fazi, escritor y periodista. Foto cedida por el entrevistado.
Thomas Fazi (Londres, 1982) es un periodista, escritor, creador de documentales, activista y traductor. Es el codirector de Standing Army (2010), un documental sobre las bases militares norteamericanas. Más recientemente, ha escrito dos obras sobre la evolución de la Unión Europea y su relación con la (in)capacidad de desarrollar políticas progresistas.
En particular, este es el tema de su último libro Reclamando el Estado: Una visión progresista de la soberanía para un mundo post-neoliberal, coescrito con el economista William Mitchell. En éste se plantea cómo la recuperación de un concepto de soberanía nacional y popular puede ayudar a la izquierda a recuperar la iniciativa política en el continente.

¿Puedes resumir el argumento del libro? 

La narrativa principal trata la transición del keynesianismo al neoliberalismo. Sin embargo, al contrario que otras muchas narrativas, esta toma un punto de vista singular: el debilitamiento de la nación-Estado y la soberanía.
Al contrario de lo que piensa la mayoría, esta erosión no es un proceso natural debido a las dinámicas intrínsecas de los mercados y la globalización. Esta perspectiva a menudo hace referencia al papel sobredimensionado de las finanzas en la economía actual, y en su capacidad para limitar el poder del Estado.

¿Pero no implica el neoliberalismo la retirada del Estado? 

En realidad no. Contra eso, aportamos dos pruebas. Primero, los Estados-nación no se han debilitado: de hecho, en algunos casos, se han hecho más fuertes. Mires donde mires los Estados todavía están al mando.
Para funcionar, los mercados necesitan una intervención masiva y constante del Estado. En la actualidad, se ve claramente que los Estados intervienen para favorecer actores privados.
El mayor ejemplo es el rescate bancario posterior a la crisis, pero lo vemos constantemente. Cada vez que se utiliza a la policía para controlar una manifestación, interrumpir una sentada, una ocupación… ese es el Estado interviniendo para favorecer a ciertos actores sociales. El neoliberalismo necesita que el Estado intervenga para mantener el equilibrio de poder en su favor.
Esto es algo que la izquierda ha ignorado completamente. Han tragado con un ideal cosmopolita post-democrático. Mientras que, históricamente, el Estado ha sido uno de los vehículos principales de poder para la izquierda.
El segundo elemento es la cesión voluntaria de la soberanía por las élites nacionales. Por soberanía, nos referimos no solamente a su sentido “nacional” clásico, sino que también a su dimensión popular. Es decir, la habilidad de los ciudadanos de influenciar las consecuencias de las decisiones políticas, y la economía política de la sociedad en la que viven. Esto ha sido debilitado dramáticamente por élites nacionales que se han impuesto a sí mismas una reducción en sus poderes clave.
Esta “despolitización” implica un debilitamiento de la conexión entre los procesos democráticos y las decisiones macroeconómicas. Entonces, se ha eliminado un elemento esencial para la democracia. 
¿Dónde se puede ver que esta despolitización tiene lugar? 
 Hay muchas políticas que trabajan hacia este objetivo. Por ejemplo, bancos centrales independientes. La eliminación de los controles de capitales. La firma de tratados de libre comercio (TLC) que limitan la habilidad de intervenir en la economía, si con ello se dañan las expectativas de beneficio de las multinacionales. Reglas fiscales del gasto… ¡Incluso en Estados Unidos, el país más monetariamente soberano del mundo! El debate sobre el techo de deuda es el mejor ejemplo de límites autoimpuestos.
El neoliberalismo ha utilizado la despolitización para disminuir agresivamente la habilidad de los ciudadanos para influir el proceso de toma de decisiones.

¿Pero cómo benefició esta cesión de soberanía a las élites nacionales? 

Les permitió implementar una serie de políticas deseadas, pero altamente impopulares, como la privatización, la precarización del empleo, etc. Una vez se aísla la toma de decisiones de los ciudadanos, ya no queda mucho que puedan hacer. Los políticos justifican sus acciones diciendo “no queríamos hacer esto, pero…” La ideología de la globalización, la idea que el cambio es irresistible, justifica estas decisiones. Pero estas decisiones son políticas.
La idea de que los gobiernos no tienen alternativa es una patraña. Les resulta muy útil haber creado un sistema donde parece que se les ha quitado el poder de tomar decisiones.
La Eurozona es el ejemplo más extremo de despolitización, donde los países han entregado el poder de emitir su propia moneda; el aspecto más importante de la soberanía. Incluso la auténtica soberanía militar requiere gestionar tu propia divisa. Entonces, una vez la entregas, ya no eres realmente soberano. Paradójicamente, esto no implica que los países no tengan poder real.
En efecto, la despolitización hace que las élites domésticas parezcan más débiles, pero en términos efectivos las hace más fuertes. Esto es porque refuerza el brazo ejecutivo del Estado (el gobierno) frente a los parlamentos nacionales (que hoy en día juegan un papel puramente auxiliar). Las élites españolas son todavía muy poderosas, pero eso no es a pesar de haber entregado su soberanía monetaria; sino precisamente por haberlo hecho. Les permite implementar una serie de políticas que, de otra manera, habrían sido difíciles de aplicar.

¿Piensas que los principales partidos de la izquierda europea son conscientes de estos cambios? 

El análisis de la izquierda ha sido muy erróneo. Los enormes fracasos, más aparentes en el caso griego, pero también otros ejemplos (incluyendo a Podemos), se enlazan con este flojo análisis del sistema europeo. No entienden cómo funciona la UE y las enormes dificultades que impone a las políticas progresistas. Mientras las élites nacionales sigan apoyando el statu quo, permanecer en este sistema solo las hace más fuertes.
Sin embargo, si la izquierda alcanzase el poder en un gran país europeo, se verían obligados a incumplir su programa político. O incluso serían forzados a abandonar el poder: el Banco Central Europeo tiene una serie de herramientas para presionar gobiernos electos.
Lo vimos en Grecia. Pero incluso antes. En Italia en 2011, cuando un Primer Ministro elegido por las urnas, Berlusconi, fue forzado a renunciar por el BCE. Ahora tenemos información que respalda esta historia. Fue justamente Zapatero quien confirmó cómo Alemania, Francia y el BCE conspiraron para destituir a Berlusconi. Todo lo que el BCE tuvo que hacer fue detener la compra de bonos italianos, lo que aumentó las tasas de interés y precipitó una crisis de gobierno. Por muy poco que nos guste Berlusconi, esto significó un desprecio de la soberanía popular.

¿Qué debería hacer la izquierda para contrarrestar esta situación tan complicada? 

En la segunda parte del libro señalamos que el elemento esencial es ganar soberanía nacional, soberanía monetaria. Este es el primer paso. Podemos debatir durante horas y días cómo lo hacemos. Se puede hacer de un día para otro, se puede anunciar previamente… Eso depende de cada país y cada situación. Pero, en resumidas cuentas, permitir que los países recuperen sus propias divisas es el paso esencial para permitir que los ciudadanos vuelvan a orientar la dirección de sus sociedades.
¿No es posible reformar la Unión Europea en una dirección progresista? 
Nuestra argumentación parte de la creencia de que una reforma de Europa es imposible. La reforma son castillos en el aire de la izquierda. Algunos piensan que la Unión Europea puede transformarse, y que de alguna manera los poderes que se quitaron a la gente se devolverán al nivel supranacional.
No es realista pensar que solamente porque las élites europeas se enfrenten a cierta agitación en las calles, que van a entregar sus poderes. Cualquier reforma en la dirección de más empleo, más democracia, el empoderamiento de los trabajadores... es muy improbable que las élites europeas bajo presión hiciesen algo en esa dirección.
Además, pensar que si todos los gobiernos europeos fuesen de izquierdas podríamos cambiar... es una propuesta muy complicada. Técnicamente, se puede hacer; pero vivimos en el mundo real y aquí podemos estar de acuerdo en que la izquierda llegue al poder en más de veinte países al mismo tiempo es prácticamente imposible. Creo que Varoufakis y su movimiento DiEM25 son conscientes de esto, pero hablarlo es un gran tabú. La idea de abandonar el euro es un tabú todavía más grande, y este sueño de reformar la UE les permite evitar atacar el problema directamente.

¿Cuáles serían las consecuencias económicas y políticas de abandonar la Eurozona? ¿No bloquearían una agenda de gobierno de izquierdas? 

Recuperar la soberanía popular es la única manera de reactivar las políticas de izquierdas. Hemos pasado los últimos diez años debatiendo asuntos estúpidos: reducir el déficit, fijar ratios de deuda al PIB más generosos…Nada de esto tiene significado, son solo números en un ordenador, creados y destruidos a voluntad por bancos centrales y la banca privada. El dinero se crea en un ordenador, justo igual que tú estas redactando esta entrevista ahora mismo. Y pensar que en mitad de crisis múltiples: ecológica, humanitaria, nuevas guerras… nos pasamos el 90% del tiempo hablando de déficit, ¡ésta es la absurdidad del sistema!
La idea de que abandonar el sistema dañará la solidaridad europea es absurda: es este sistema el que precisamente está creando conflictos entre países. No hemos visto este nivel de desconfianza desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Eso impide cooperar en cualquier tema, como los refugiados.
Permitir a los países recuperar su soberanía monetaria y mejorar las condiciones de sus ciudadanos sería un elemento esencial para una verdadera cooperación europea. Implicará que ya no se culpará a otros países por los problemas que son propios. Piensa en el conflicto entre Grecia y Alemania. Es cierto que se tomaron decisiones injustas e imposiciones en ambos lados, pero son la consecuencia última de la arquitectura del euro.

¿No está Alemania en la posición de poder en este caso?

Sí, Alemania ha estado explotando este sistema a su favor, pero es la arquitectura la que está equivocada. La mayoría del poder alemán se cancelaría mañana fuera del euro. Es su papel dentro del BCE el que les otorga el control. Incluso su gran superávit comercial se reduciría, su moneda se apreciaría…
En resumen, no puedes solucionar una crisis creada por el euro dentro del euro. A no ser que Alemania acepte limitar su superávit, que es casi imposible. Tenemos que salir del modelo económico que bloquea nuestro pensamiento más allá del mantenimiento del euro y sus principios.

¿Cuál fue el papel de la socialdemocracia en ceder esta soberanía? 

La mayoría de estudiosos del período keynesiano de postguerra piensan que la fuerza de los partidos socialdemócratas de ese período fue el resultado de la presión directa que los partidos ejercieron sobre el sistema. Sin embargo, argumentamos que fue el sistema en sí mismo, el campo de juego, que empoderó a estos partidos. Las reformas no llegaron simplemente porque los partidos y movimientos se enzarzaron en luchas para implementarlos. Más concretamente, este período de la historia europea se organizó de tal forma que concedió a los ciudadanos mucho poder.
Asimismo, estos partidos de izquierdas de masas alcanzaron el poder centrándose en políticas como el pleno empleo y nuevos paradigmas de inversión pública. Tan pronto como este sistema entró en crisis en los años 70, las condiciones que sirvieron de base para el compromiso de clase desaparecieron. Una vez los beneficios empresariales empezaron a resentirse, las élites capitalistas vieron su poder político debilitarse por la fuerza que el pleno empleo daba a los trabajadores.
Entonces, la izquierda no está preparada para afrontar la situación: su análisis estaba acabado. Lo que los líderes de izquierdas escribían en esa época es que habían alcanzado el socialismo. Pensaron que habían creado un sistema donde habían reducido permanentemente el poder del capital. Por supuesto, la existencia de la Unión Soviética también les ayudó a intimidar a las clases dirigentes.
De pronto, se hace evidente que este no era el caso. En nuestro libro, miramos específicamente al Partido Laborista británico a mediados de los 70, y a Mitterrand en los 80. Ambos partidos reaccionaron de la misma manera, concluyeron muy rápidamente de que no había alternativa a lo que hoy conocemos como neoliberalismo. Literalmente se autoconvencieron.

¿Por qué se autoconvencieron? 

Primero, como mencioné antes, habían desarrollado un análisis erróneo del período. En segundo lugar, hicieron una mala lectura del sistema posterior a Bretton Woods. Tras su disolución, todos los países comienzan a operar un sistema fíat [del latín ‘hágase’] o dinero fiduciario: el dinero se crea de la nada.
La mayoría de partidos de izquierdas todavía operaban dentro del viejo pensamiento. Libros, como La crisis fiscal del Estado, fueron muy influyentes. Pensaban que, ya que el Estado aplica impuestos a los beneficios capitalistas, ahora que estos beneficios se habían reducido; por lógica el Estado tendría menos dinero. Sin embargo, de acuerdo con la Teoría Monetaria Moderna, el dinero no es un recurso escaso.
En cualquier caso, es cierto que el sistema no podría haberse “salvado” con unas pocas reformas. Necesitaba una reforma radical en alguna dirección: en favor de los trabajadores, o del capital. En caso contrario, te quedas bloqueado entre la conexión ideológica al régimen anterior, y tu miedo a comenzar una revolución: el problema que tuvo Syriza. Esto también es aplicable a Miterrand, Felipe González… A pesar de tener un gran consenso social, estos izquierdistas se convencieron de que no había alternativa.

¿Había alternativa? 

¡Por supuesto que había alternativa! En Reino Unido, Tony Benn y otros aliados desarrollaron la Alternative Economic Strategy (Estrategia Económica Alternativa) contra las imposiciones de la austeridad. En Italia también. En los años 70, economistas cercanos al PCI desarrollaron una visión del futuro diferente, pero el partido los ignoró.
Tenemos que abandonar la idea de TINA (acrónimo de There Is No Alternative: no hay alternativa, en inglés). Tenemos que reconocer que hay alternativas al nivel doméstico. Por supuesto, si un país no tiene su propia moneda, necesitas recuperarla. En el caso de Europa, el espacio para la maniobra política es más amplio de lo que muchos izquierdistas piensan.

¿Cuál es tu visión del populismo de derechas, que también esta “reclamando el Estado”? ¿Es demasiado tarde para frenar su ascenso? 

¡Nunca es demasiado tarde! Todavía creemos que las cosas se pueden cambiar, por eso escribimos lo que escribimos.

¿Por qué ha tenido más éxito la derecha? Primero de todo, no han tenido miedo de criticar a Europa, incluso sobre cuestiones legítimas. 

Salvini tiene argumentos increíblemente racistas, pero cuando dice que la imposición de Bruselas de un límite de déficit del 3% es un problema, suena lógico. También Le Pen combinó su discurso xenófobo con lecturas muy razonables del sistema euro. Han atacado a la UE frontalmente en estas cuestiones fundamentales.
Los partidos de la extrema derecha han hecho campaña contra el euro durante años. Mientras que la mayoría de partidos de izquierda todavía se abstienen de criticar seriamente la eurozona, mucho menos hablar de salirse del euro.
La segunda razón es que no están asustados de ser radicales. Como escribió Perry Anderson en la New Left Review, la derecha, incluida la extrema derecha, están formando un consenso porque no les da miedo parecer radicales, proponer soluciones anti-establishment. Aunque xenófobas, proponen medidas radicales: cerrar las fronteras, abandonar la UE…
La izquierda debe ser igual de radical que la derecha si quiere empezar a arrancar el consenso lejos de la derecha. “Tenemos que reformar el Parlamento Europeo”. “Hagamos a la Comisión más transparente”. No se puede ganar el consenso social con esto.
Finalmente, la derecha no tiene miedo de invocar las identidades nacionales. El discurso sobre los refugiados puede ser racista, pero reconoce la necesidad de la gente de pertenecer a una comunidad. Reconoce los lazos que un pueblo tiene con su territorio. El problema de la identidad se ha visto en Cataluña, por ejemplo. Por todas partes vemos que la tesis del “final de la historia“ de los años 90 es falsa. “Oh, la identidad es artificial, hablar de ella es ceder al discurso conservador…” Todo esto se está mostrando como un error.
Es exactamente lo contrario. Las élites cosmopolitas desnacionalizan la identidad con su intento forzado de crear una identidad europea. Y pensaron que sería suficiente para librarse de la identidad nacional. Pero esto no es algo que se puede construir. Es algo que tiene raíces profundas: geográficas, lingüísticas… Un problema que la mayoría de la izquierda ha evitado; es un tabú.
La identidad nacional es una construcción artificial que tiene efectos reales sobre las personas. Causas el efecto contrario con el cosmopolitismo. En realidad, multiplicas identidades locales y localizadas. La alianza al Estado-nación se puede declinar de forma progresista. Incluso por los liberales. Gente como Roosevelt en EEUU y Beveridge en Reino Unido aprobaron las reformas del New Deal y crearon el estado del bienestar moderno con gestos a la nación: esto es lo que somos, avanzamos juntos como sociedad. Entonces, la izquierda comprendía la necesidad de articular el discurso nacional con el discurso de clase. Hoy, visiones progresistas de una comunidad nacional son necesarias.

¿Sientes que el éxito relativo de Corbyn en Reino Unido después del referéndum a favor del Brexit confirma el argumento de vuestro libro? 

La cuestión del Brexit no es ni siquiera sobre los efectos concretos del voto, abandonar la UE. Lo que podría hacer a largo plazo es ampliar el horizonte de posibilidades. Uno de los problemas es que, siempre y cuando permanezcas dentro de este sistema, estás obligado a funcionar dentro de fronteras muy estrechas.
Una vez abres esta ventana, las posibilidades aumentan. La gente puede sentirse emocionalmente conectada con la alternativa. Si el Brexit termina sucediendo, en sí mismo demolería el argumento de TINA. Porque la idea de que no había alternativa se empleó por los que estaban a favor de permanecer en la UE durante el referéndum.
Todas las predicciones de desastre han sido desmontadas. Si hubiese ganado el sí a permanecer en la UE, Cameron todavía ocuparía el poder y los conservadores serían más fuertes que nunca. El Partido Laborista habría destruido a Corbyn por no apoyar la permanencia en la UE lo suficiente. En lugar de esto, estamos en una situación donde los conservadores están en un completo caos, y Corbyn no para de subir en las encuestas.
Esto apoya el argumento del libro. En el caso del Reino Unido, su pertenencia a la UE impondría límites a un programa socialista radical. Muchos aspectos del programa de Corbyn serían difíciles o imposibles de implementar con reglas europeas: por ejemplo, renacionalizaciones. La ley europea es muy clara respecto a esto: se opone a monopolios de cualquier tipo, públicos o privados. El gobierno estaría bajo la presión de las instituciones europeas.
El éxito de Corbyn es el resultado de la repolitización de la sociedad y las masas. Necesitas tener una ventana de posibilidades para hacerlo.
Por todo ello, tenemos que ocuparnos del asunto de abandonar el euro, que amplificaría el debate y el tipo de transformaciones que son posibles. Si no hacemos esto, acabaremos atrapados en esta prisión con el “no hay alternativa”.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/pensamiento/thomas-fazi-la-idea-de-que-los-gobiernos-no-tienen-alternativa-es-una-patrana