Y
el otro que estaba trabajando, cuando llegaba: “No, no hay.” No hay,
porque el otro ya lo había comprado, o el otro. Había tipos que se
ganaban la vida —fíjense qué nuevo oficio ese: el oficio de “coleros”. Y
los había quienes se ganaban la vida haciendo colas.
Pues
de verdad vamos a detectar a todos esos que se ganaban la vida haciendo
colas, para que se ganen la vida trabajando y produciendo.
Es
propósito del Gobierno Revolucionario apretar la mano contra toda forma
de especulación, toda forma de corrupción, toda forma de parasitismo .
Así que se sepa que aquí nadie, nadie podrá ganarse la vida de bergante.
Los bergantes los pueden sostener allá los imperialistas con el
producto de la explotación de otros pueblos; los bergantes, los
vagabundos, todo tipo de parásitos, los pueden sostener allá los
imperialistas, porque esos son su gente. ¡Pero nuestro pueblo trabajador
no está para sostener parásitos de ninguna índole!
¿En
nombre de qué lo hacemos? En nombre del pueblo. ¡En nombre del más
sagrado de todos los derechos, que es el derecho del pueblo, del pueblo
trabajador: el que suda, el que trabaja, el que está transformando este
país, el que está creando la riqueza del futuro! Y no es justo que sea
una parte del pueblo la que esté haciendo todo eso, y otros, pudiendo
trabajar, no trabajen.
Al
que está enfermo se le da todo, al que está viejo y no pueda trabajar
se le da de todo; no debe quedar un solo ciudadano desamparado —hombre o
mujer, niño, viejo—, ¡nadie desamparado en este país! Ese es un
principio. Y al que no se le pueda dar un trabajo se le da lo que
necesite, ¡se le da lo que necesite! Es decir que para el que no pueda
trabajar, para el que esté enfermo, para el que esté viejo, todo lo que
necesite. ¡Para el que lo necesite, más que para nadie si es necesario!
Ese tiene que ser el principio.
Pero
lo que no es justo, ni podemos permitir por ningún concepto —y si no
entendiéramos eso no seríamos revolucionarios—, es que permitiéramos la
perduración de ese tipo de privilegio y de ese tipo de parasitismo.
DISCURSO
PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL
COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA y PRIMER MINISTRO DEL
GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA INAUGURACION DEL SEMINTERNADO DE PRIMARIA
“JUAN MANUEL MARQUEZ”, EN BOCA DE JARUCO, EL 15 DE MARZO DE 1968.
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