jueves, 13 de junio de 2019

FARC Córdoba, exguerrilleros sentenciados al exterminio FARC-EP


Con profunda tristeza, indignación y preocupación seguimos contando las victimas de una guerra contra la paz que día tras día se profundiza dejándonos a la deriva de la incertidumbre.Los y las farianas que decidimos reincorporarnos a la vida legal y elegir una nueva forma de hacer política hoy nos sentimos sentenciados y sentenciadas a muerte y tememos porque se cumpla el designio que históricamente en nuestro país han trazado para los hombres, las mujeres y las colectividades que luchamos por transformar las realidades sociales de Colombia.
El exterminio anunciado para FARC es evidente, tanto como lo fue en décadas pasadas para las expresiones políticas de las guerrillas que firmaron acuerdos de paz, hicieron dejación de armas, se reincorporaron y se convirtieron en movimientos o partidos políticos.
Hoy nos volvemos a vestir de luto y ponemos un muerto más a la cifra que va en ascenso, hoy le restamos a la construcción de la paz uno más.
El 6 de junio del año en curso, en horas de la tarde, fue encontrado con múltiples impactos de bala y sin vida nuestro compañero Jorge Enrique Sepúlveda, exmiliciano en la extinta guerrilla de las FARC- EP, quien se encontraba en proceso de reincorporación en zona rural del municipio de Tierralta, departamento de Córdoba.
Nuestro compañero se trasladaba del corregimiento de Naín al casco urbano de Tierralta con el propósito de adelantar diligencias relacionadas con la reincorporación.
Nuestra exigencia al gobierno y a las autoridades es a blindar y a resguardar nuestras vidas, es a evitar el exterminio de FARC.
Nuestra solicitud a la bancada por la paz del Congreso de la Republica es a multiplicar los esfuerzos y acciones por defender la vida. Y el llamado a la opinión pública, a la sociedad civil, a las organizaciones sociales, a los partidos políticos es a solidarizarse, a levantar junto a las nuestras sus voces en rechazo al plan oscuro de desaparecernos, y a favor de que se respeten e implementen los acuerdos, y con ello se nos otorgue la garantía de vivir con nuestra decisión de paz, la cual continua intacta junto al compromiso de seguir nuestra lucha política y social lejos de la guerra.
“Aquí nadie está amilanado, estamos es absolutamente llenos de dignidad y de moral…” -Alfonso Cano

Fuente original: https://prensarural.org/spip/spip.php?article24420

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