Para la prensa occidental quienes se
manifiestan en Hong Kong contra el gobierno chino son “activistas” (1).
Quienes lo hicieron contra la reunión del G7, en Biarritz, “radicales”
(2).
En Hong Kong hay “protestas” (3), en Biarritz hubo “altercados” (4) o “disturbios” (5).
La violencia extrema (6) y las banderas de EEUU y Reino Unido exhibidas
(7) en las manifestaciones de Hong Kong son elementos cuidadosamente
apartados por la prensa. Que insiste en el control informativo del
gobierno chino (8), mientras justifica –por ejemplo- el cierre de más de
200 cuentas en Youtube de quienes defienden a Pekín (9).
Es la prensa líquida que convierte en “el
Che Guevara hongkonés” a un líder anticomunista (10), y a “la rana
Pepe”, un icono de la extrema derecha en EEUU (11), en el nuevo símbolo
prodemocracia (12). Pero la guerra comercial
a gran escala de la Casa Blanca contra China, ¿verdad que no tiene nada que ver con todo esto (13)?
Cuando leemos algo sobre literatura cubana, automáticamente, aparece la supuesta “censura” (14). Pero
que Donald Trump apruebe nuevas prohibiciones para evitar acuerdos entre editoriales de EEUU y Cuba ni es censura… ni es noticia (15).
Nils Melzer, Relator Especial de la ONU sobre la Tortura, denunció que la BBC y Sky News decidieron no emitir una entrevista
que le hicieron sobre el caso de Julian Assange (16). Y que ningún
diario occidental ha querido publicar
un artículo en el que denuncia la tortura a la que es sometido el
periodista australiano (17) (18). Así es la “prensa plural e
independiente” que tantas lecciones da… a Cuba.
El Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU pidió a España la “libertad inmediata” de los presos políticos catalanes,
por sufrir “prisión arbitraria” (19). Los grandes medios españoles,
como una sola voz, rebajaban
esta petición a una simple “opinión” de “un grupo de trabajo” de la ONU
(20) (21) (22) (23) (24) (25). Pero cuando se trata de Venezuela, la
cosa cambia: “Naciones Unidas confirma” –leemos- que allí sí hay
“persecución” y “presos políticos” (26).
Por eso, diarios españoles como “El País” aplauden que el Gobierno de EEUU desvíe “fondos de ayuda a Centroamérica para apoyar a la oposición venezolana”. Y así –nos dice- invertir en “buena gobernanza y derechos humanos”
para “restaurar la democracia en Venezuela” (27).
¿Qué diría la prensa corporativa si en Cuba arrestaran a 70 monjas y clérigos católicos (28)?
Pero como ha ocurrido en Washington, no leemos nada (29). Fue durante
una sentada, en el Capitolio, contra los campos de concentración
para inmigrantes instalados por el Gobierno de Donald Trump.
Hace unos días fallecía Richard Driscoll, bombero de Nueva York que trabajó en el rescate durante el 11S (30). Con él ya son 200 los bomberos fallecidos por enfermedad,
sumados a los 343 que murieron el día de los atentados.
¿Preparará una serie HBO o Netflix, como la de Chernobyl, para
enseñarnos cómo los “liquidadores de las Torres Gemelas” fueron
“engañados… por el capitalismo” (31)?
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