Poeta: Pedro Martínez Díaz
Ten mi vida;
que existe en el mundo
de la tierra con el cielo,
como halcón sin vuelo
de
alas heridas
hasta el corazón.
Ten
mi vida;
que
vive en una parábola
de hombre existente,
como árbol rodeado de noche
arenada en una parva de llanto,
de una miel que no se recoge.
Ten mi mano;
siempre cerrada,
porque
nació de esa manera,
pero no es óbice
para que estreche con toda
su fuerza tu pequeña
mano delicada.
Ten todo mi corazón;
con el aire que respira,
con todo
lo que tiene,
con su libertad incluida;
y toda su sangre,
que aún siendo la misma
de todos los hombres,
para ti, quiero que sea distinta.
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