Tal como informó en exclusiva
'Público' en noviembre de 2018, Manuel Murillo Sánchez, un experto
tirador de 63 años, planeaba atentar contra el presidente como venganza
por la orden de exhumación de los restos de Franco. Fue detenido en
septiembre de 2018 en su domicilio de Terrasa y está acusado de un
delito de homicidio en grado de proposición.
Barcelona
La Fiscalía pide 18 años y 6 meses de prisión
para el francotirador que planeó matar a Pedro Sánchez, presidente del
Gobierno, en 2018 como venganza por la orden de exhumar los restos de
Franco, tal como informó Público en exclusiva en noviembre de aquel año.
Manuel Murillo Sánchez, un experto tirador de 65 años, es un ultraderechista
que trabajaba de vigilante de seguridad en el momento de ser detenido.
Tirador experto –el mejor de los del club de tiro olímpico del Vallés en
el que practicaba y competía con éxito desde hacía muchos años– y con
licencia de armas, no tenía antecedentes penales de ningún tipo: actuaba
como el típico lobo solitario. En la exclusiva que
firmaron en noviembre de 2018, Carlos Enrique Bayo y Patricia López
informaban de que Manuel Murillo fue detenido en su domicilio de
Terrassa (Barcelona) en septiembre de 2018, donde tenía un arsenal de 16
armas de fuego, incluidos rifles de alta precisión y un subfusil de
asalto. Decía estar dispuesto a "sacrificarse por España".
Tras su detención e ingreso en prisión, Murillo fue investigado por un delito de odio y conspiración para atentar contra una autoridad. En el escrito de acusación, el Ministerio Fiscal le considera culpable de un delito de homicidio en grado de proposición
además de delitos de depósito de armas y municiones de guerra, de
tenencia de armas prohibidas, de depósito de municiones no autorizadas y
de tenencia de explosivos, con el agravante de discriminación
ideológica.
El hombre hizo
comentarios en un grupo de WhatsApp contrarios a la decisión de exhumar a
Franco, y sobre Sánchez dijo que le "gustaría tenerlo en el punto de
mira". La voz de alarma la dio una usuaria de aquel chat cerrado de
WhatsApp, al ver que Murillo pasaba de lanzar continuas invectivas y amenazas contra el líder del PSOE, a solicitar inequívocamente apoyo logístico para cometer un atentado contra Sánchez, aprovechando su pericia como francotirador, su profesión y su arsenal.
No le importaba ser
después capturado, afirmaba en el chat: "Estoy dispuesto a sacrificarme
por España", escribió. Fue entonces cuando los Mossos recibieron el
chivatazo y empezaron a rastrear al sospechoso. Fue al descubrir su gran pericia como francotirador cuando solicitaron la orden de entrada, registro y detención de Murillo.
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