La pupila insomne | 10 agosto, 2021 a las 10:37 | Etiquetas: Felipe de J Perez Cruz | Categorías: Cuba, Latinoamérica, Sociedad civil | URL: https://wp.me/p10AwN-jM5Nuestros
enemigos han evaluado la actual coyuntura nacional como un momento de
disponibilidad para construir en la profundidad de la sociedad civil
cubana “nuevas significaciones" de esencialidad individualista, anti
socialista y contrarrevolucionaria.
La manipulación en curso
Como
parte del proyecto ideológico neoliberal se ha desarrollado la
tecnología del "vaciamiento ideológico" de los macro relatos y “las
viejas creencias colectivas”, camino de la desestructuración de las
memorias e identidades colectivas. Y el método más recurrente del
imperio trasnacional para alcanzar tal objetivo, ha sido el de las
violencias simbólicas ejercidas por el mercado y las industrias de la
manipulación psicológica. Hablamos de una guerra cultural que a escala
global ha desatado el capital transnacional. De este arsenal se nutrió
la actual propaganda política imperialista, la que con los llamados
golpes suaves y revoluciones de color, perfeccionó la tecnología de
guerra psicológica, subversión y agresión ideológico cultural.
La
tecnología comunicacional enemiga elude la consideración de los
significados conceptuales histórico-filosóficos y culturales de las
consignas, para subrayar, amplificar, y priorizar la atención en los
significantes fónicos (en la memoria sentimental). En consecuencia, el
debate no se expresa en el terreno de la racionalidad, sino que la lucha
por el dominio de las significaciones fue trasladado al escenario de la
inducción comunicativa de sentimientos, sensaciones y sobre todo
prejuicios.
En
estos días se ha acentuado la manipulación de nuestra consigna icónica
de Patria o Muerte. La conceptualización de la muerte como negatividad,
como holocausto innecesario, se ha colocado de disparador de simpatía ·y
autoafirmación de la vida. Se nos acusa de magnificar o hiperbolizar la
muerte, de asumir una defensa festinada e irresponsable como opción
para la nación. De ahí que en los laboratorios de la subversión se
fabricara la consigna Patria y vida como antípoda generativa de
“fraternidad, paz y vida”.
Nuestros errores
Los
enemigos se valen también de nuestros errores: Cierto que hemos pecado
de discursos de dogma repetitivo. El “consignismo” ha sido ido un mal
criticado desde el propio Partido, pero que hasta ahora no hemos
resuelto. Cierto que, en tiempo no muy lejano, la consigna política
desplazó al análisis de los hechos y personajes, al juicio de ciencia en
la enseñanza de la Historia. Y cierto que nuestra prensa continúa sin
salir de los esquemas apologéticos.
Las
personas cultas y políticamente capaces que ha creado la Revolución, no
necesitan de repasadores machacones de consignas. Faltar a la
inteligencia de los compañeros y compañeras explicando lo evidente,
ocultar las manchas de nuestro inmenso sol, eludir problematizar, son
modos de actuación de generalizada crítica. Estas debilidades en el
trabajo político y educacional han creado rechazos y alejamientos frente
a la prensa, la educación política y la propaganda revolucionaria, más
en los jóvenes, incluso en camaradas muy comprometidos con la causa
martiana y fidelista y políticamente activos.
Y
es que el discurso que se hace a nombre de la Revolución en el aula, el
periódico o el noticiero, en el papel, el éter o en mundo de la
ubicuidad tecnológica, además de político-revolucionario por su
contenido, debe ser también revolucionario en su apego a una verdad bien
contada, atractiva por sus formas, hermosa en su estética de
planteamiento.
Nuestra fortaleza y sus retos
Si
de consignas se trata la verdad es que las nuestras nacieron de la
historia de resistencias, luchas y emancipaciones de nuestro pueblo. Con
la consigna de Libertad o muerte los mambises se lanzaron a conquistar
el derecho a tener patria. Nos legaron la patria en más de cien años de
luchas, sacrificios y bondad. Las generaciones que hicieron la Guerra de
Liberación (1956-1958), fundaron la patria socialista (1961) e hicieron
la revolución en el siglo XX, en genuina continuidad asumieron y
defendieron la nación enarbolando la consigna de Patria o Muerte.
Tenemos razones de historia, verdades irrefutables…
Y
lo más trascendental de las consignas patrióticas cubanas de todos los
tiempos, no es la decisión de pelear hasta las últimas consecuencias.
Sino que tal autoafirmación existe precisamente, porque invoca
definitivamente la vida. Porque se autoafirman en una hermosa propuesta
de significación, organización y realización de la vida social, una
propuesta que por más utópica que parezca, merece luchar por ella,
merece dedicarle la vida.
Cuanta
belleza hay en esta tradición, cuanta entrega de amores … Es que lo
mejor del ser humano en Revolución resulta una y otra vez en explosión
de sensibilidades que se afirman desde lo bueno en lo bello. Poseemos
esos tesoros. Los explicamos a nivel racional. Pero aún nos falta
abrirle mejores causes a la inteligencia emocional, al sentimiento. Lo
intentamos mejor en la escuela primaria, sin que podamos afirmar que el
reto este resuelto. La revolución en la comunicación y en la formación
ciudadana desde la moralidad, la ética y la belleza de la lucha
revolucionaria, de su teoría y praxis nos reta.
Hacer
Explicarnos
lo que ocurre bien resulta un ejercicio necesario. Educarnos en los
viejos y nuevos lenguajes es imprescindible, si de negación dialéctica
se trata. Criticar lo desacertado y ponerle nombre y apellido no puede
faltar. Concertar el deber ser nos coloca en unidad frente al horizonte
correcto. Educar es la divisa. Pero poco avanzaremos sino buscamos
colectiva e individualmente alternativas en la práctica, si no hallamos
para cada reto específico un camino de salida progresiva. Si no nos
colocamos como responsables y protagonistas de cada solución que esté a
nuestro alcance. Las verdades se realizan en acciones concretas.
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