El drama del cómico o la paranoia del payaso
Escrito por Redacción
Existen seres racionales que saben envejecer… y otros que dejan que 
la decrepitud vaya ganando terreno al sentido común, por desgracia el 
que menos  funciona, como en el caso del comediante Albert Boadella 
(Barcelona, 1943) quien ha sacado a relucir su paranoia anti 
independentista en la web de Sputnik, argumentando para ello que el“resto de España nunca le ha hecho nada negativo”, a Catalunya, se entiende.
Boadella, en la misma pendiente de senilidad galopante que padece el 
cantautor Paco Ibáñez, llega a afirmar que en un país totalmente 
democrático, el presidente catalán Artur Mas “ya estaría procesado” por
 hacer caso omiso a la decisión del Tribunal Constitucional español de 
prohibir la consulta celebrada el 9 de noviembre pasado.
Cualquier ser humano, hasta un votante del PP, sabe que en un país 
democrático una consulta como la realizada en Catalunya nunca hubiera 
sido considerada ilegal, sino de pleno derecho, como sucedió en Crimea 
cuando la población decidió, por un porcentaje cercano al 95%, separarse
 del neonazismo ucraniano y volver a la madre Rusia, tras el gravísimo 
error de Nikita Kruschev de “regalársela” a Kiev.
Boadella, un comediante muy ingenioso cuyas actividades teatreras le 
costaron algunos días de cárcel y bastantes multas en pleno franquismo, 
fue plegándose a la transición con la misma mansedumbre de los 
protagonistas de la serie “Cuéntame”, preclaro ejemplo del 
conservadurismo español más cateto.
Como buen antinacionalista, para Albert no existe otro pueblo que el 
español y los demás deben conformarse con disfrutar del folklore, la 
cocina propia, algo de su lengua materna, un diario y una TV autonómica.
Para el payaso Boadella, el derecho a decidir no es humano, sino marciano.
Me da en la nariz que no es Catalunya la que padece paranoia, sino el
 propio cómico (trágico y esperpéntico en el siglo XXI), cuyas neuronas 
más que patinar, han emprendido una inútil carrera hacia la estulticia 
senil, prólogo de la demencia.
Boadella, en su día, detentó gracia y salero, pero muy, pero que muy españoles.
Desgraciamente, nada que ver con la perspicacia, coraje, sarcasmo y capacidad intelectual de Pepe Rubianes.
Y para colmo, ignora que es catalán.
 http://tenacarlos.wordpress.com/2014/12/20/el-drama-del-comico-o-la-paranoia-del-payaso/
 
 
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