¡Con Hugo Chávez y con la revolución venezolana siempre!
A las 16:25 horas del 5 de marzo moría el 
presidente venezolano Hugo Chávez Frías, tras luchar varios años contra su grave 
enfermedad. Desde la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR) y la campaña Manos 
Fuera de Venezuela queremos expresar toda nuestra solidaridad con el pueblo 
venezolano y la familia del presidente por esa dolorosa pérdida, dolor que 
compartimos totalmente. La muerte de Hugo Chávez es una conmoción para los 
revolucionarios del mundo entero. 
El comandante Chávez ha sido una figura central 
en el proceso revolucionario Latinoamericano. La intensa y permanente campaña de 
odio desatada por el imperialismo a escala mundial contra él en la última década 
no es casualidad. Chávez representa las profundas aspiraciones de cambio de las 
masas venezolanas y Latinoamericanas golpeadas por décadas de explotación, 
saqueo y represión a manos del imperialismo y la burguesía.
El año 1989  fue el gran punto de inflexión de la 
historia de Venezuela, momento en el que  estalló la indignación de los 
trabajadores y los pobres venezolanos en el llamado “Caracazo”, contra las 
políticas del FMI auspiciadas por el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Este 
estallido social supuso la entrada de las masas en la lucha política del país. 
Sin embargo los explotados que desafiaron al gobierno capitalista carecían de 
una dirección política que encauzara ese cambio, y el levantamiento popular fue 
aplastado en sangre por las fuerzas policiales y militares.  Ante esa profunda 
crisis del país, que parecía no tener salida, el 4 de febrero de 1992  un grupo 
de militares sacudidos por la represión brutal del gobierno de Pérez y las 
condiciones miserables en las que vivía el pueblo, se alzó en armas contra el 
gobierno asesino. Pese a ser derrotados, Hugo Chávez, el oficial que los 
comandaba, se ganó por su valentía y arrojo una enorme simpatía y autoridad  por 
parte del pueblo.
Los años siguientes, en los que Chávez estuvo en 
la cárcel y fue perseguido y hostigado, fueron los del colapso de la IV 
república. Ante la ausencia de una dirección revolucionaria por parte de la 
clase obrera que supiera encauzar el descontento fue Hugo Chávez  la persona que 
recogió el apoyo y la esperanza de millones en un cambio profundo en el país. 
Las ideas de Chávez  en aquel entonces ya estaban en las antípodas del discurso 
almibarado y cobarde de la socialdemocracia, siempre arrastrándose ante el poder 
y las instituciones burguesas. Chávez era justo el contrario: despreció la 
política oligárquica de la IV república, sus instituciones y su legalidad en 
defensa exclusiva de los opresores. Chávez hizo un llamado enérgico a darle el 
poder al pueblo para refundar el país sobre nuevas bases. Es por ello que la 
inmensa mayoría de la población lo votó en 1998, y en todas las ocasiones 
posteriores con el fin de  propiciar una ruptura con la política de 
privatizaciones y sumisión al capital financiero practicada por los gobiernos 
anteriores, así como por una transformación socialista profunda del país que 
terminara con las tremenda desigualdad y los continuos atropellos a la 
población.
Todos los intentos del imperialismo de acabar con 
Chávez, como el golpe de Estado de 2002, el sabotaje petrolero y un sinfín de 
maniobras, fueron respondidos con la acción de las masas que, basándose de su 
propia experiencia en todos estos acontecimientos, han sacado conclusiones 
políticas cada vez más avanzadas y revolucionarias. El propio presidente 
reconoció en numerosas ocasiones que su poder residía en el apoyo y la 
movilización de los trabajadores y oprimidos venezolanos.
Chávez fue un hombre honesto que evolucionó y 
cambio sus puntos de vista sobre la base de las experiencia y los golpes que 
recibió la revolución así como de su propio afán por el estudio y la lectura. Si 
en un principio apostaba por una reforma radical del país sin romper con el 
capitalismo —llegó a  apoyar ingenuamente la tercera vía de Tony Blair— Hugo 
Chávez tuvo el enorme mérito de cambiar su opinión y señalar años atrás —y fue 
el primer dirigente de la izquierda que lo hizo tras la caída del estalinismo— 
que el socialismo es la única salida para la humanidad y para Venezuela. Solo 
por ello, se ha ganado el reconocimiento  del pueblo y los revolucionarios.
Los reaccionarios del mundo se creen que la 
muerte de Chávez supone el fin de la revolución venezolana. Qué duda cabe que su 
desaparición representa un golpe a la misma y, sin embargo, pese a su muerte, 
 la obra de Chávez ya es imperecedera: encauzar el descontento de millones de 
oprimidos, ayudarles a tener confianza en sí mismos, a hacerles conscientes de 
su propia fuerza y de la necesidad de luchar por una sociedad socialista, una 
sociedad sin clases, es algo que justifica toda su vida de luchador. Como 
demostraron las últimas elecciones presidenciales  y demostraran las próximas 
que se realicen,  en el pueblo venezolano, en la clase trabajadora, el espíritu 
revolucionario que ayudó a despertar Hugo Chávez sigue  rebosante de vida. Es 
por ello que la revolución Venezolana tiene todavía mucho que decir y seguirá 
siendo un amenaza para la burguesía y el imperialismo.
La campaña tanto interna como externa de los 
capitalistas llena de odio y calumnias está ya desatada y  va a buscar ocultar 
el legado revolucionario de Hugo Chávez  a los ojos de los trabajadores de todo 
el mundo. También intentarán todo tipo de maniobras para intentar tumbar la 
revolución y el gobierno,  creyendo equivocadamente que sin su máximo dirigente 
la misma está acabada.  Los trabajadores y el pueblo deben estar vigilantes ante 
cualquier intento golpista  de los contrarrevolucionarios confiando solo en su 
movilización y sus propias fuerzas.
El presidente Chávez deja el testigo de la 
revolución a la clase trabajadora venezolana para que culmine la revolución 
socialista en Venezuela frente a la presión de los capitalistas, imperialistas y 
reformistas. Es tarea de los trabajadores revolucionarios organizarse dentro del 
PSUV y el movimiento bolivariano para llevar adelante el legado de Chávez y 
construir una organización de masas con el programa, la táctica y estrategia del 
marxismo revolucionario. De esta manera los trabajadores, los campesinos, los 
pobres de Venezuela podrán tomar efectivamente el poder, expropiando a los 
capitalistas y destruyendo su Estado, creando con ello las bases para una 
sociedad socialista en Venezuela. 
¡Viva 
Hugo Chávez!
¡Viva 
la revolución venezolana!
¡Viva 
la lucha por el socialismo en todo el mundo!
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Concentración de 
solidaridad con la revolución venezolana
 Hoy 6 de marzo, a las 20 horas, en la Puerta del 
Sol de Madrid, a iniciativa de la Plataforma Bolivariana de Solidaridad con 
Venezuela en Madrid, se convoca una concentración de solidaridad con la 
revolución venezolana a raíz del fallecimiento de Hugo Chávez. Desde MFV, El 
Militante y el Sindicato de Estudiantes hacemos un llamamiento a participar en 
el acto. 
 
 
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