Manifestación 18 de Julio de 2014 en Madrid – HOY, COMO AYER, ¡NO PASARÁN!
- Escrito por Redacción
HOY, COMO AYER, ¡NO PASARÁN!
Un 18 de julio, hace 78 años, militares golpistas se sublevaron
contra el gobierno constitucional de la II República bajo la bandera
roja y gualda de los Borbones y al son del himno de la Monarquía.
El levantamiento fascista fue inmediatamente apoyado política y
militarmente por los gobiernos nazis de Italia y Alemania, mientras las
democracias europeas – sobre todo Gran Bretaña y Francia – no sólo
permanecieron “neutrales” , sino que llevaron a cabo un implacable
bloqueo armamentístico que fue determinante para la derrota de los
pueblos del Estado español.
La Dictadura fascista, tras llevar a cabo uno de los genocidios más
grandes de la historia, proclamó a Juan Carlos I como sucesor a título
de Rey del Generalísimo Franco. Este Rey juró los principios del
Movimiento Nacional y las Leyes Fundamentales; ni siquiera juró la
Constitución de 1978.
Tras 39 años de reinado, los mismos que Franco, el heredero del
Dictador más criminal que ha conocido la historia de los pueblos del
estado español, ha abdicado en su hijo Felipe. Lo ha hecho para salvar
una Monarquía hundida en la ciénaga del descrédito y la corrupción que
va a ver sentados en el banquillo de los acusados a su hija, a su yerno y
al secretario de las infantas por blanqueo de capitales, delito fiscal y
malversación de fondos públicos.
Un Rey que inauguró su mandato con las manos chorreando sangre de los
últimos fusilados del franquismo el 27 de septiembre de 1975, pretende
haber dejado – como Franco – todo atado y bien atado para perpetuar la
indigna sangre borbónica en la Jefatura del Estado. Las elecciones al
Parlamento Europeo del 25 mayo – al igual que sucedió con las
municipales de 1931 – han puesto de manifiesto el hundimiento de las
fuerzas políticas – PP y PSOE – que han apuntalado la Monarquía desde la
Transición.
La monumental crisis capitalista que la clase dominante está
utilizando para dinamitar derechos laborales y servicios sociales y que
deja a millones de personas – entre ellas a la gran mayoría de la
juventud – sin esperanza alguna, ha dejado al descubierto ante la
mayoría del pueblo trabajador la podredumbre de la Transición y la
traición de quienes la urdieron. Y la monarquía es la clave de bóveda en
la que se juntan las oligarquías vencedoras de la guerra civil con los
nuevos ricos de las privatizaciones de los sucesivos gobiernos.
La proclamación del nuevo Rey Felipe VI el 19 de junio pasado tuvo
lugar en un auténtico Estado de Sitio – no aprobado por institución
alguna – con la consiguiente suspensión de Derechos Civiles y Políticos
para la ciudadanía de Madrid que en ese día pretendió pacíficamente
reivindicar la República y rechazar la Monarquía. La brutal represión
llevada a cabo por la Policía, la conculcación de derechos democráticos y
la prohibición de cualquier tipo de manifestación llevada a cabo por el
Gobierno, sin duda con la aprobación de la Casa Real, entronizó al
nuevo Rey con los mismos métodos dictatoriales que caracterizaron al
Régimen que reinstauró a los Borbones.
Es evidente que temen al Pueblo. Al mismo Pueblo que derribó a
Alfonso XIII, que luchó heroicamente en la Guerra Civil y a la clase
obrera que supo levantarse contra la Dictadura. Las clases dominantes
tienen hoy pánico ante la juventud a la que niegan el futuro, que ahora
reniega de la Transición y que reconstruye al mismo tiempo, en la lucha,
su identidad de clase y la de los pueblos oprimidos en sus derechos
nacionales.
El hilo histórico que la Transición pretendió truncar se reconstruye.
La conciencia de clase y de pueblos se erige al calor de la percepción
de las brutales medidas con que la oligarquía europea y la de los
“patriotas” nacionales pretenden asegurar sus beneficios.
El pueblo trabajador no acepta ya otra cosa que no sea exigir que la
prioridad social sea la satisfacción de las necesidades de todas las
personas, echando para ello al basurero de la historia a la Monarquía y
al régimen de la Transición, a la OTAN, al FMI, a la UE, al BCE, y a la
Deuda con la que nos sojuzgan.
Por todo ello no es adecuado reclamar un referéndum acerca de la
forma de Estado, Monarquía o República, que implicaría la posibilidad de
legitimar la negación misma de la democracia. Y, sobre todo, porque
dejaría intacto el resto del texto constitucional, incluido el nuevo
artículo 135 que impone la prioridad absoluta del pago de la Deuda y la
sumisión a los dictados de la UE y del que seguiría ausente el Derecho
de Autodeterminación de los Pueblos.
Tampoco se sostiene el discurso de quienes dicen que el pueblo está
preocupado por otras cosas más cercanas que por el hecho de tener un
Jefe del estado que no ha elegido. Es cierto que muchos trabajadores y
trabajadoras suscribirían esta afirmación, pero los dirigentes políticos
que se justifican en ella – pretendiendo ser muy “modernos” –
contribuyen a ocultar al pueblo trabajador la estrecha vinculación entre
la Corona heredera de la Dictadura y el poder de la oligarquía que le
niega derechos y recursos indispensables para vivir.
Cuando el fascismo se vuelve a perfilar como la opción de la
burguesía para someter a los pueblos en tiempos de crisis, la lucha
antifascista aparece con fuerza entre las tareas urgentes de lxs
explotadxs y lxs oprimidxs. Es necesario que este 18 de julio sea, más
que nunca, una jornada de lucha contra las mismas clases dominantes que
se levantaron contra la soberanía popular y que se instalaron en el
poder sobre la aniquilación de la generación más heroica de nuestra
historia y sobre cuya Memoria nos constituimos como clase trabajadora y
como pueblos.
En el Estado español y en otros lugares de Europa, como el ejemplo de
Ucrania manifiesta, muchas cosas se aparecen a lo que ocurrió hace 80
años y otras nuevas emergen. Lo que más nos urge es recrear, aquí y
ahora, las condiciones de conciencia y de fuerza que permitieron
levantarse a los pueblos de Europa y, en especial al pueblo de Madrid,
al grito de “NO PASARÁN”.
Coordinadora Republicana de Madrid y Coordinadora Antifascista
Madrid, 18 de julio de 2014
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