España y la Región de Murcia: “Show must go on”
Pues bien, España no se libra de los vientos que soplan en el resto del mundo. Apuntábamos en documentos anteriores a la disminución de la agresividad de los recortes ante el próximo ciclo electoral como una de las posibles explicaciones del estancamiento momentáneo de la movilización. Pese a que esto es cierto, es una realidad que la presión de las fuerzas reaccionarias sobre los gobiernos de España, Grecia y Portugal, como “patio trasero de Europa”, van a empujar en dirección contraria. Y es que a la presión por no perder votos, se opone hoy la de la urgencia de los mercados por seguir manteniendo el funcionamiento del sistema.
Los datos del SIE de Octubre, pese a los malabarismos con los que intenta esconder la realidad, señalan que el crecimiento del PIB intertrimestral en el segundo trimestre de 2014 ha sido del 0,5%, y más adelante promete un milagroso crecimiento para el mismo año ¡del 1,3% para el 2014 y el 1,7% para el 2015!. Tampoco parecen acertar en los pronósticos sobre la exportación que de un 5,3% se quedan en un 0,5%, ni parece muy alentador el hecho que los intereses de la deuda pública puedan bajar gracias a la bajada de la prima de riesgo, ya que la inyección de dinero público del Estado Español ha hecho que para finales de año nuestra deuda supere el 100% del PIB.
Y como no podía ser de otra manera, estando el poder en manos de quien está, esto se va a traducir en más políticas de ajustes, que nadie lo dude. Es curioso que prometiendo el gobierno un crecimiento económico del 1,3% del PIB se anuncie la necesidad de reducir el gasto público en un 3,2% en 2015 (32.000 millones de euros), lo que va a significar claramente una reducción del gasto público.
Y el gobierno se ha preocupado de que se cumplan los objetivos previstos elaborando una serie de leyes que permitan hacer real la modificación del artículo 135 de la Constitución. Así, Ley 2/2012 ha supuesto que seis Comunidades Autónomas, Aragón, Castilla La Mancha, Navarra, Cataluña, Murcia y Valencia hayan debido presentar un Plan Económico y Financiero extraordinario para asegurar el cumplimiento de los objetivos de déficit, que se traducirá en medidas coercitivas si no se hace. Por su parte la Ley orgánica 9/2013, aprobada el 20 de diciembre de 2013, ¡extiende las medidas previstas en la Ley 2/2012 al control de la deuda de las AA.PP. con proveedores! En definitiva “el pago de la Deuda, el cumplimiento de los objetivos de déficit y, ahora, el pago a proveedores, se constituye en prioridad absoluta, por delante de la satisfacción de las necesidades de la población y del cumplimiento de las propias competencias asumidas por las AA.PP.” Lo que se traducirá sin duda en reducción de prestaciones por desempleo, en recortes en educación o sanidad, disminución de ayudas….
En nuestra Región los efectos de la crisis son más demoledores. En la memoria sobre la situación socioecónomica y laboral de 2013 del Consejo Económico y Social de la Región ya ni siquiera se esconde que “la economía murciana prolonga su recesión en 2013 casi con la misma intensidad que el año anterior pero más que la nacional, lo que acentúa la divergencia hacia el nivel medio de renta por habitante de España. Poco queda que añadir, por tanto, a lo que se expuso inicialmente en la Memoria de 2012 cuando se valoró el periodo transcurrido desde el inicio de la crisis como el más devastador económicamente desde mediados del pasado siglo”. Solo que el gobierno regional, de la misma forma que se consideraba autor de los éxitos del crecimiento durante la burbuja inmobiliaria, ahora no deja de “tirar balones fuera”.
Lo cierto es que nuestra región ha sido vapuleada de la misma forma que el resto del Estado por el tsunami de la crisis. Pero, el precario modelo de desarrollo del que se ha dotado ha hecho que desde 2008 el decrecimiento sea mayor y, de la misma forma, que las consecuencias de la crisis para la vida de las clases populares también lo sean. Mayor nivel de desigualdad, menores salarios, mayores recortes…
Y ante una ofensiva a todo lo público sin precedentes es llamativo como la Deuda Pública de la Región se ha sextuplicado en 3 años: de 139,0 millones en 2010 a 869,1 millones en 2013. Una aceleración de la deuda de la Región que obliga a pagar intereses y aumentar el gasto público. Demencial.
Insistimos que todo esto es muestra de que la recesión va mucho más lejos de la voluntad de quienes nos gobiernan. Su responsabilidad, desde nuestro punto de vista, es la de querer salvaguardar el Régimen al que representan, que los protege y que deben proteger. No hay opción ya de asumir reformas por parte de este modelo. La corrupción o los recortes no son más que dos caras de la misma moneda. Una legal y la otra ilegal. Por supuesto, Valcárcel, Sotoca, los corruptos o El Corte Inglés podían haber sido menos ambiciosos, y gestionar de otra manera menos lesiva para las clases populares los recortes, pero el tapón del modelo económico está ahí. Por supuesto que dentro de las reglas del juego actuales hay margen, y en unos u otros países, en unas u otras regiones las desigualdades no serán tan grandes, pero ese margen está limitado por la propiedad privada de las grandes empresas que, teniendo una capacidad productiva como nunca, el único criterio de búsqueda de beneficios impide el avance de la sociedad.
Hoy lo que toca es empujarlos hasta el precipicio, y no pensar que podemos construirles un puente.
Pues bien, España no se libra de los vientos que soplan en el resto del mundo. Apuntábamos en documentos anteriores a la disminución de la agresividad de los recortes ante el próximo ciclo electoral como una de las posibles explicaciones del estancamiento momentáneo de la movilización. Pese a que esto es cierto, es una realidad que la presión de las fuerzas reaccionarias sobre los gobiernos de España, Grecia y Portugal, como “patio trasero de Europa”, van a empujar en dirección contraria. Y es que a la presión por no perder votos, se opone hoy la de la urgencia de los mercados por seguir manteniendo el funcionamiento del sistema.
Los datos del SIE de Octubre, pese a los malabarismos con los que intenta esconder la realidad, señalan que el crecimiento del PIB intertrimestral en el segundo trimestre de 2014 ha sido del 0,5%, y más adelante promete un milagroso crecimiento para el mismo año ¡del 1,3% para el 2014 y el 1,7% para el 2015!. Tampoco parecen acertar en los pronósticos sobre la exportación que de un 5,3% se quedan en un 0,5%, ni parece muy alentador el hecho que los intereses de la deuda pública puedan bajar gracias a la bajada de la prima de riesgo, ya que la inyección de dinero público del Estado Español ha hecho que para finales de año nuestra deuda supere el 100% del PIB.
Y como no podía ser de otra manera, estando el poder en manos de quien está, esto se va a traducir en más políticas de ajustes, que nadie lo dude. Es curioso que prometiendo el gobierno un crecimiento económico del 1,3% del PIB se anuncie la necesidad de reducir el gasto público en un 3,2% en 2015 (32.000 millones de euros), lo que va a significar claramente una reducción del gasto público.
Y el gobierno se ha preocupado de que se cumplan los objetivos previstos elaborando una serie de leyes que permitan hacer real la modificación del artículo 135 de la Constitución. Así, Ley 2/2012 ha supuesto que seis Comunidades Autónomas, Aragón, Castilla La Mancha, Navarra, Cataluña, Murcia y Valencia hayan debido presentar un Plan Económico y Financiero extraordinario para asegurar el cumplimiento de los objetivos de déficit, que se traducirá en medidas coercitivas si no se hace. Por su parte la Ley orgánica 9/2013, aprobada el 20 de diciembre de 2013, ¡extiende las medidas previstas en la Ley 2/2012 al control de la deuda de las AA.PP. con proveedores! En definitiva “el pago de la Deuda, el cumplimiento de los objetivos de déficit y, ahora, el pago a proveedores, se constituye en prioridad absoluta, por delante de la satisfacción de las necesidades de la población y del cumplimiento de las propias competencias asumidas por las AA.PP.” Lo que se traducirá sin duda en reducción de prestaciones por desempleo, en recortes en educación o sanidad, disminución de ayudas….
En nuestra Región los efectos de la crisis son más demoledores. En la memoria sobre la situación socioecónomica y laboral de 2013 del Consejo Económico y Social de la Región ya ni siquiera se esconde que “la economía murciana prolonga su recesión en 2013 casi con la misma intensidad que el año anterior pero más que la nacional, lo que acentúa la divergencia hacia el nivel medio de renta por habitante de España. Poco queda que añadir, por tanto, a lo que se expuso inicialmente en la Memoria de 2012 cuando se valoró el periodo transcurrido desde el inicio de la crisis como el más devastador económicamente desde mediados del pasado siglo”. Solo que el gobierno regional, de la misma forma que se consideraba autor de los éxitos del crecimiento durante la burbuja inmobiliaria, ahora no deja de “tirar balones fuera”.
Lo cierto es que nuestra región ha sido vapuleada de la misma forma que el resto del Estado por el tsunami de la crisis. Pero, el precario modelo de desarrollo del que se ha dotado ha hecho que desde 2008 el decrecimiento sea mayor y, de la misma forma, que las consecuencias de la crisis para la vida de las clases populares también lo sean. Mayor nivel de desigualdad, menores salarios, mayores recortes…
Y ante una ofensiva a todo lo público sin precedentes es llamativo como la Deuda Pública de la Región se ha sextuplicado en 3 años: de 139,0 millones en 2010 a 869,1 millones en 2013. Una aceleración de la deuda de la Región que obliga a pagar intereses y aumentar el gasto público. Demencial.
Insistimos que todo esto es muestra de que la recesión va mucho más lejos de la voluntad de quienes nos gobiernan. Su responsabilidad, desde nuestro punto de vista, es la de querer salvaguardar el Régimen al que representan, que los protege y que deben proteger. No hay opción ya de asumir reformas por parte de este modelo. La corrupción o los recortes no son más que dos caras de la misma moneda. Una legal y la otra ilegal. Por supuesto, Valcárcel, Sotoca, los corruptos o El Corte Inglés podían haber sido menos ambiciosos, y gestionar de otra manera menos lesiva para las clases populares los recortes, pero el tapón del modelo económico está ahí. Por supuesto que dentro de las reglas del juego actuales hay margen, y en unos u otros países, en unas u otras regiones las desigualdades no serán tan grandes, pero ese margen está limitado por la propiedad privada de las grandes empresas que, teniendo una capacidad productiva como nunca, el único criterio de búsqueda de beneficios impide el avance de la sociedad.
Hoy lo que toca es empujarlos hasta el precipicio, y no pensar que podemos construirles un puente.
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