Los estudiantes madrileños celebrarán en marzo un referéndum sobre el 3+2. Eduardo Muriel
 
La Marea
 Los estudiantes de la Comunidad de Madrid celebrarán un referéndum ciudadano entre los días 10 y 12 de marzo para preguntar a la comunidad univesitaria si están o no de acuerdo con la aplicación del decreto 43/2015, conocido como el 3+2. En una gran asamblea en la facultad de Farmacia, en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), los alumnos de varias universidades de la región acordaron esta iniciativa como un acto más de rechazo colectivo a lo que consideran una “devaluación” de los grados.
“El decreto se ha
 aplicado silenciando a la comunidad universitaria y desoyendo a 
organismos como el Consejo de Rectores o el Consejo de Estado, que han 
planteado su rechazo o aplazamiento, lo que demuestra que hay un gran 
rechazo social hacia el mismo”, ha denunciado Alejandra Soto, activista 
del movimiento estudiantil y miembro del Consejo de Gobierno de la UCM. 
En una rueda de prensa abarrotada de estudiantes, arropados por Tania 
Sánchez (Convocatoria por Madrid), Mauricio Valiente (IUCM) y Guillermo 
Zapata (Ganemos), así como por representantes de varios movimientos 
sociales y sindicales, Soto ha enfatizado la importancia de la “cuestión
 democrática” y ha llamado a otras universidades del país a que se 
promuevan iniciativas similares.
 
El referéndum será el elemento 
clave de la campaña de protestas que hoy [por ayer] han comenzado los 
estudiantes en toda España. Arantza Escudero, estudiante de la UCM, ha 
tomado la palabra para denunciar que con tres años de grado “no habrá un
 gran futuro en el mercado laboral”, por lo que se está “precarizando” 
la enseñanza. En cuanto a la supuesta homologación con la UE que supone 
el decreto, Escudero ha replicado al Gobierno que trate de hacerlo en 
los costes económicos para los estudiantes. “Un máster en la Sorbona 
cuesta 400 euros mientras que en la Complutense puede rondar los 1.800”,
 ha enfatizado.
 
Por último, Montserrat Galcerán, profesora que 
lleva más de 30 años trabajando en la UCM, ha recordado la elaboración 
del Plan Bolonia, un plan que se presentó, ha señalado, como “una 
necesidad de adecuarnos a los modelos en Europa”. “Al ver los 
documentos, nos encontramos con que no se trataba de eso, sino que había
 un plan detrás con el cual la universidad se colocaba en el centro del 
conflicto con el capitalismo financiero”, ha explicado, y ha lanzado un 
dardo al candidato del PSM, Ángel Gabilondo, ese ex ministro que se 
presenta, en sus palabras, como el “gran hacedor” y una persona 
“democrática”: “Cuando fuimos a hablar con el señor ministro para 
decirle que detuviera el Plan Bolonia, nos dijo que no podría porque su 
lealtad estaba con sus socios europeos y no con sus poblaciones”, ha 
sostenido.
 
 
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