viernes, 30 de marzo de 2018

“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”.

De la violencia directa a la violencia estructural

“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía,
mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe
es la naturaleza económica de la violencia”.
Bertolt Brecht 
Hace pocos días nos conmocionó el asesinato en Rio de Janeiro de la concejala Marielle Franco. La joven política, que investigaba la acción policial y militar en las favelas, fue “ejecutada” con munición procedente de los depósitos policiales, en pleno corazón de una gran metrópoli. Fue una noticia impactante, pues perdimos a una activista defensora de los Derechos Humanos, negra y lesbiana, con un acumulado de vida aleccionador. Este hecho nos remite a otro caso emblemático: hace dos años fue asesinada Berta Cáceres, activista que le torció la mano al Banco Mundial y a China, frenando en Honduras la construcción de una represa hidroeléctrica…
Penosamente semejantes asesinatos son diarios y se dan en todo el mundo. Por doquier emergen crímenes en contra de activistas defensores de los Derechos Humanos y los Derechos de la Naturaleza, justamente por defenderlos. El año pasado, por apenas dar una cifra, fueron asesinados cerca de 200 defensores de la vida por enfrentar a los extractivismos y a sus acciones conexas (como precisamente la construcción de represas hidroeléctricas). De estos crímenes, un 60% se registran en América Latina .
Las razones en cada caso son múltiples. Pero todo indica que tan brutal ola de violencia posee un trasfondo estructural. “Es obvio que violencia directa y violencia estructural no son la misma cosa, ya que cada una tiene sus propios problemas. Pero se gana conocimiento al verlas como parte de un conjunto más vasto que, en este caso, es el de sus relaciones mutuas”, señala el destacado sociólogo alicantino José María Tortosa. Él, en un libro sobre las Violencias Ocultadas, publicado en el 2003 en Ecuador , en consecuencia, recomienda que, “si quieren prevenir la violencia directa o la violencia física, atajen otras violencias institucionales, estructurales, antes de que se conviertan en agresiones y entren en complicadas dinámicas de acción-reacción”.
Por ello, centrar la atención en las particularidades de cada acto de violencia directa, marginando su esencia estructural, es peligroso. Hacerlo así impide buscar respuestas a un tema tan enmarañado como el combate a la violencia en todas sus manifestaciones sea desde el asesinato de activistas de derechos, al tráfico de personas, el negocio de la guerra y de las armas (basta ver el caso estadounidense, donde el negocio de las armas genera millones de dólares , a la vez que miles de personas mueren y emergen las protestas exigiendo que dicha realidad cambie ), la pornografía infantil, las muertes causadas por el narcotráfico, el crimen organizado, la destrucción medioambiental, la injusticia y desigualdad social… causas y expresiones de las violencias enmarcadas en el patriarcado, la colonialidad, que incluye la violencia del racismo y la xenofobia.
En definitiva no podemos olvidar las violencias que provocan las rupturas y las disfuncionalidades de la propia economía mercantilizada: la velocidad de acumulación productiva difiere del ritmo de acumulación sustentada en la especulación financiera.
Recordemos que, en los últimos 200 años, las tasas de crecimiento económico, que nos darían cuenta del mundo de la producción, bordean el 2%, y que las tasas de interés, que reflejarían los niveles de la especulación financiera, habrían alcanzado el 4,5% promedio anual, según Thomas Pikkety. Esta financiarización de la economía se acelera cada vez más: los stocks financieros del mundo superan más 3,5 veces el PIB mundial, especialmente desde la gran arremetida neoliberal de la década del 80.
Además, estas dos velocidades económicas, la de la producción y la de la especulación, son infinitamente más aceleradas que lo que podría ser la reproducción de la vida o lo que podríamos entender como la tasa de intercambio con la Naturaleza. Esta constatación nos grafica una situación de tres velocidades insostenibles en el tiempo. Aquí asoma también el antropocentrismo como una matriz estructural de tanta violencia.
Si hay algo capitalista, entonces, son muchas de estas violencias, no la violencia en general, que es, obviamente, precapitalista. No podemos marginar de ninguna manera las graves violencias vividas dentro del socialismo real: inmerso en la economía-mundo, tal como la entiende Immanuel Wallerstein.
Debemos reflexionar en las causas de tantas violencias, que terminan siendo aristas de una violencia estructural subyacente, propias d el capitalismo en tanto civilización dominante, la “civilización de la desigualdad” en palabras de Joseph Schumpeter . Al hacerlo vemos que emerge -como causa común- la acumulación capitalista que, desde una lógica y estructura complejas, sobrevive a través de explotar la fuerza de trabajo; de dominar mercados con prácticas monopólicas; de aumentar la financiarización de negocios cada vez más especulativos y alejados de la producción; de desbocar extractivismos que destruyen la Naturaleza y las comunidades; de concentrar y centralizar beneficios en pocos centros de poder a través del comercio internacional; de aprovechar las más diversas formas de crimen organizado; de alentar guerras… buscando casi siempre la permanencia de la acumulación de capitales, sobre todo transnacionales.
Es justo en estos -y otros- procesos que la lógica de la acumulación capitalista tiende a emanar una violencia estructural. No olvidemos que el sistema mundial capitalista es “maldesarrollador” por su propia lógica, hacia la cual debemos dirigir la atención. En este punto resulta indispensable recomendar un libro del mismo José María Tortosa que aborda a profundidad esta cuestión: “ Maldesarrollo y mal vivir - Pobreza y violencia a escala mundial” .
De hecho, la pobreza y su contracara la concentración de la riqueza son causas profundas de violencia, constituyen graves amenazas para la paz. Contradicciones y desigualdades propias de una civilización inequitativa, un sistema en esencia depredador y explotador, un sistema, el capitalista, que –como anotó el filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría- “vive de sofocar a la vida y al mundo de la vida”. Como bien mencionó Marx en El Capital- la acumulación capitalista es violenta por naturaleza pues implica un “proceso de violenta creación de los proletarios libres y desheredados, [implica un] régimen sanguinario con que se les [convierte] en obreros asalariados” .
En síntesis, la violencia estructural va en crescendo a la par con la desaforada hambre de capital cada vez más globalizada (que, en definitiva, implica hambre de poder). Esto asoma por todos lados, pero quizás con fuerza inusitada en los extractivismos, donde la violencia no es solo consecuencia sino incluso condición necesaria. Y como vemos a diario en América Latina,esta violencia se retroalimenta de corrupción , que termina potenciando a la propia acumulación. Además, ese complejo mundo de extractivismos se expresa también con la especulación de petróleo y minerales en los mercados de futuros, con la explotación laboral, con el intercambio comercial y ecológicamente desigual… y, para colmo, hasta con la represión estatal y el crimen organizado que han devenido en pilares fundamentales de la civilización del capital.
Para sostener esta espiral concentradora de poder político y económico desde la violencia, la corrupción y la represión -sea con gobiernos neoliberales o con progresistas como sucede en América Latina- se necesita del autoritarismo para sostener estructuras injustas e inequitativas. Recuérdese que la explotación del trabajo y la Naturaleza -el fin mismo de la economía en el capitalismo, podríamos acotar- es parte de un entramado de factores políticos, incluyendo en ellos los mediáticos, donde los beneficiados defienden sus privilegios pero venden a la sociedad la idea de que eso es lo “normal” y “adecuado”, llegando a extremos de violencia cultural impulsada desde la construcción de hegemonía.
Al vender un mundo y una civilización podridas como “adecuadas”, el capitalismo ha llegado incluso a transformar a las víctimas del sistema en “beneficiarias” de potenciales (siempre insuficientes) medidas de remediación -por ejemplo a consecuencia de un deslave minero o derrame petrolero- frente a las cuales terminan hasta agradecidas: la víctima bendiciendo al criminal. Asimismo, aceptar este mundo como “adecuado” implica también aceptar la falacia de que el capitalismo, especialmente en su faceta globalizadora, es inevitable, es la única e indiscutible opción, es -según los voceros del poder- una alternativas viable y posible: es casi como hablar de la muerte vestida con túnica de ángel… Bien sabemos que –en palabras de Carlos Marx- “ si el dinero (…) nace con manchas naturales de sangre en un carrillo, el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies hasta la cabeza ”.
Aceptar el capitalismo implica cerrar un círculo de violencia. Aceptación que, a más de violenta -como se demuestra a lo largo de su existencia- se da en medio de una fase de masiva globalización que, aunque a momentos no lo parezca, sí hay salidas del laberinto capitalista .-

 El autor es economista ecuatoriano. Profesor universitario. Exministro de Energía y Minas. Expresidente de la Asamblea Constituyente. Excandidato a la Presidencia de la República del Ecuador.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Odio a los indiferentes

Odio a los indiferentes

Antonio Gramsci 

29/04/2007

Hace ahora 70 años, el 27 de abril de 1937, moría Antonio Gramsci en un hospital penitenciario, apenas 6 días después de haber recobrado formalmente la libertad, tras cumplir, en situación penosísima, más de 10 años de cárcel de los más de 20 a que le condenó un tribunal mussoliniano. Acaso sea Gramsci hoy, junto con Walter Benjamin, el clásico del socialismo marxista más grotesca e ignaramente manipulado por unas “humanidades” académicas franco-norteamericanas olvidadizas de la historia del movimiento obrero europeo. Para conmemorar su muerte -dada a conocer al mundo por las emisoras de radio de la Barcelona revolucionaria- hemos elegido un característico textito suyo de juventud (publicado por vez primera el 11 de febrero de 1917 e inédito en castellano) que, entre varias otras, tiene la virtud de no ser fácilmente pasible de manoseo pseudoacadémico.
Odio a los indiferentes. Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son bellaquería, no vida. Por eso odio a los indiferentes.
La indiferencia es el peso muerto de la historia. La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia. Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, acontece porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, permite la promulgación de leyes, que sólo la revuelta podrá derogar; consiente el acceso al poder de hombres, que sólo un amotinamiento conseguirá luego derrocar. La masa ignora por despreocupación; y entonces parece cosa de la fatalidad que todo y a todos atropella: al que consiente, lo mismo que al que disiente, al que sabía, lo mismo que al que no sabía, al activo, lo mismo que al indiferente. Algunos lloriquean piadosamente, otros blasfeman obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan: ¿si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, habría pasado lo que ha pasado?
Odio a los indiferentes también por esto: porque me fastidia su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos: cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, qué han hecho, y especialmente, qué no han hecho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.
Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la consciencia de los de mi parte el  pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos. Vivo, soy partidista. Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes.
Traducción para www.sinpermiso.info: Antoni Domènech
Fuente:
www.sinpermiso.info, 27 abril 2007

jueves, 29 de marzo de 2018

Carta abierta de un cura a la ministra Cospedal sobre banderas a media asta





¿Por qué tanta manipulación de la fe en el Dios de Jesús? ¿Por qué tanta hipocresía, tanta maldad y crueldad disfrazada? Has decretado de nuevo que el Viernes Santo las banderas ondeen a media asta en los cuarteles por la muerte de Cristo ¿A quién pretendes engañar, comprar o vender? ¿O pretendes autoengañarte?
Entiendo perfectamente que esta decisión le siente mal a algunas personas amparándose en que el Estado es aconfesional, y llevan razón, pero yo quiero hacer un planteamiento desde la propia vida de Jesús de Nazaret que, como bien sabrás, se recoge en los Evangelios. Y no lo digo con ironía, sino como algo obvio que con el paso de los siglos ha quedado sepultado por los poderosos de este mundo, esos poderosos que condenaron a Jesús a muerte, como a tantos otros que han luchado por un mundo más humano. No te olvides que los ejecutores fueron los militares romanos.




No te puedes imaginar la indignación que me produce cuando veo a los legionarios con la imagen del Cristo yacente. Me parece blasfemo verlo con los fusiles, con ese exhibicionismo corporal. Desde la fe es una aberración. Me decía un amigo con tono de sarcasmo: "Sólo falta que le pongan a la imagen de Jesús unas pistolas". Le dije a continuación: "No des ideas".
Tú, María Dolores, defiendes unas políticas que chocan frontalmente con los Evangelios, con lo que Jesús vivió, porque sería bueno que todos tuviéramos claro el motivo de la muerte de Jesús y respondiéramos a la pregunta de por qué Jesús murió, por qué fue crucificado.
Él no buscó la muerte, la aceptó por el pueblo porque no quiso huir ni esconderse. Fue capturado, detenido, encerrado en una cárcel, torturado y condenado a muerte por los poderes políticos, económicos, militares y religiosos. Sí, fue un delincuente, un antisistema que se enfrentó a los enriquecidos porque quiso ser Buena Noticia (Evangelio) para los empobrecidos, para dar la libertad a los cautivos y desobedeció las leyes políticas y religiosas para poner en el centro de la historia al ser humano y su dignidad denunciando a los que ostentaban el poder. Por eso la afirmación: "Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros, el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor". 
Los poderes económico, político, religioso y militar no aceptaron que una persona abriera el pensamiento y la conciencia de su pueblo para liberarse de los yugos y las cadenas. Sobre todo, cuando Jesús quería que el pueblo fuera protagonista de su propia liberación. Quiso que la sumisión, la resignación y la legitimación se transformaran en libertad, solidaridad, paz, reconciliación, igualdad, fraternidad y amor. Y todo esto desde una actitud de desobediencia social y religiosa.
El sistema reaccionó, y como a tantos otros de la historia –humanistas, agnósticos, ateos, aquellos que han luchado por ese mundo que soñamos– lo asesinó en un juicio sumarísimo. Fueron los defensores del orden social quienes lo mataron.
Mira, María Dolores, Jesús sigue siendo crucificado en los refugiados, esos que vienen huyendo de las guerras y el hambre. Les ponéis alambradas e impedís los rescates humanitarios ¡Ni siquiera habéis acogido a los 17.000 que os comprometisteis! Jesús sigue siendo crucificado en los inmigrantes, esos que encerráis en los CIEs, y presumís con orgullo de las expulsiones. Jesús sigue muriendo en la violencia contra las mujeres y, en cambio, despotricasteis contra las movilizaciones del 8 de marzo. Por cierto, me encantó la postura del arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, apoyando esta movilización y diciendo que María iría a las manifestaciones.
Jesús sigue siendo crucificado en los parados, en los trabajadores precarios, en las personas explotadas y oprimidas, en los mayores que no tienen una pensión digna, en los que no tienen ayuda en dependencia que les permita una vida en calidad, en las familias desahuciadas, en los que mueren por causa de cualquier tipo de violencia, en los que son despedidos de sus puestos de trabajo por pedir sus derechos….
Sé que es muy fácil comprar la voluntad y el silencio de obispos y sacerdotes: por eso el silencio ante estos contrasentidos, ya que sólo hace falta dinero y el cobijo del poder. El Cardenal Rouco Valera os lo puso fácil.
Pero tienes que saber que gestos como el de ondear la bandera a media asta en los cuarteles militares (te vuelvo a recordar la incompatibilidad entre la fe y lo militar, y, de paso, se lo recuerdo a los curas castrenses que bendicen armas y tropas para matar) sólo sirve para aumentar la hipocresía y el cinismo. Esa hipocresía y cinismo que se extiende a los que defendéis la política al servicio de los poderosos y que ellos os pagan a cambio con puestos en grandes multinacionales o negocios. No te quiero decir nada de lo incompatible que es con la corrupción.
Te pido un favor: no vuelvas tú o quien te sustituya a mandar una circular pidiendo un luto que es despreciativo para Jesús, porque el luto se encuentra en los que se ahogan en el Mediterráneo o están sepultados bajos los escombros por las bombas o muertos por armas que tu Gobierno vende, entre otros. No lo vuelvas a hacer por honestidad. ¿Os queda algo de honestidad? Confío en que algún día se recupere la honestidad y el servicio a la ciudadanía desde la perspectiva de los Derechos Humanos.

La única procesión de Semana Santa que merece la pena

La única procesión de Semana Santa que merece la pena


En esta semana de estomagantes y más que masoquistas celebraciones, en donde pobres ignorantes y simples mentales honran a oscuros mitos inventados por algunos alucinados de tiempos más que remotos, resulta que existe una procesión que de verdad merece la pena.

En Asturias por fin se ha inventado una procesión a la que puede acudir cualquier ateo a rendir sentido homenaje a un mito real y más que palpable: la sidra.

Tal y como reza la publicidad del evento

"La procesión más sidrera que existe irá este viernes santo de sidrería en sidrería y de llagar en llagar en un idílico peregrinar que dará buena muestra del fervor sidrero de los participantes. De las 12 del medio día hasta las 10 de la noche, con autocares desde Uviéu y Avilés, gaita, pinchos para el cuerpo y sidra para el alma. Eso sí ¡plazas limitadas!!."

Porque

Sidracrucis es la procesión más sentida y más sidrera de la Semana Santa, la que más esfuerzo requiere, en la que los participantes no decaen en su ahínco por demostrar honor y respeto a la sidra asturiana.


Un magno evento que lleva ya 14 años celebrándose ¡Eso sí que es una verdadera tradición!

Grecia, el baile de los buitres. Anouk Renaud CADTM. El país heleno ha sido el laboratorio de las políticas neoliberales que han dejado a toda su población a merced de los fondos buitres.

Grecia, el baile de los buitres. Anouk Renaud
CADTM. 
El país heleno ha sido el laboratorio de las políticas neoliberales que han dejado a toda su población a merced de los fondos buitres.

Las privatizaciones son “ineludibles“ en las curas de ajuste impuestas tanto en el Norte como en el Sur. Este contexto permite a las instituciones acreedoras no justificarlas más solo por el registro ideológico del “Estado no tiene, por definición, vocación de gestionar las empresas”, sino también (y sobre todo) por el del imperativo económico de extraer los recursos financieros para el reembolso de las deudas.
Grecia es un caso de manual en este sentido. Las instituciones (Comisión Europea, FMI, BCE y Mecanismo Europeo de Estabilidad – MEDE) no se contentan con imponer privatizaciones en contrapartida a los préstamos contraídos, puesto que también han creado una herramienta para tomar el control de los bienes públicos griegos y privatizarlos según sus condiciones.
Es en el marco del primer memorándum, que vio la luz, en 2011, la agencia TAIPED (HRADF, Hellenic Republic Assets Development Fund, en inglés) encargada de privatizar los activos griegos (puertos, aeropuertos, redes de agua, de electricidad, propiedades inmobiliarias, litorales, ferrocarriles…). El objetivo era llegar a los 50.000 millones de euros de recaudación. A finales de 2015, ese objetivo está lejos de ser conseguido. El tercer memorándum, concluido en el verano de 2015, acelera las privatizaciones con la creación de un bien llamado “superfondo”.

¿UN SUPERFONDO CON SUPERPODERES?

El 1 de julio de 2016 la Hellenic Corporation of Assets and Participations S.A (HCAP S.A.) se puso en marcha. El Estado griego transfiere a este nuevo fondo el conjunto de sus activos (empresas, patrimonio, propiedades, acciones…) sin contrapartida, es decir, sin recibir dinero a cambio. A continuación, este fondo fue encargado de vender o ceder los derechos de los activos en cuestión. A diferencia de su predecesor, el TAIPED, que poseía “solamente” el 25% de los activos griegos durante seis años, este superfondo tiene vocación de gestionar la casi totalidad [1] y por 99 años.
¿Qué hace entonces este superfondo con las ganancias de las privatizaciones? Según el texto del tercer memorándum, sobre 50.000 millones, el 50% de los beneficios obtenidos serán destinados a cubrir las necesidades de recapitalización de los bancos griegos, el 25% para el reembolso de la deuda del MEDE y el 25% restante para inversiones decididas por el propio fondo.

¿QUIÉN PILOTA EL AVIÓN?

Este superfondo está dirigido por un consejo de dirección compuesto por cinco miembros: tres son nombrados por Grecia, tras el aval de las instituciones; y dos, entre ellos el presidente, por la Comisión Europea y el MEDE, tras el acuerdo del ministro de Finanzas griego. Los últimos disfrutan del derecho de veto. En octubre de 2016, el consejo fue nombrado. Los dos representantes elegidos por los acreedores son el francés Jacques Le Pape para la dirección del fondo y el español David Vergara. El primero, un alto funcionario que llegó a través de las puertas giratorias, habiendo pasado principalmente por Air France y el gabinete de Christine Lagarde [2] , hoy directora del FMI . El segundo es un antiguo miembro del MEDE. Sin sorpresa, los acreedores han colocado a “caras conocidas” a los mandos de este superfondo.

Un sinsentido económico

Además de despojar a Grecia de sus riquezas, de sus bienes y de sus ventajas productivas, lo han hecho a muy bajo coste. Si nos atenemos a un razonamiento puramente económico, estas privatizaciones muestran un sinsentido. La lógica presentada es la siguiente: “privatizar vuestros bienes os permitirá sacar ingresos no solamente con el precio de la venta, sino también, gracias a los ahorros realizados no teniendo que financiar más tal infraestructura, tal servicio o tal red. En una palabra: aumentáis vuestros ingresos y reducís vuestros gastos”. Implacable en apariencia, salvo que, por una parte, los precios de las ventas son ridículamente bajos, y por otra, Grecia no se deshace únicamente de edificios polvorientos, sino que cede empresas rentables e infraestructuras estratégicas para su economía.
Ese fue el caso en diciembre de 2015, cuando el Gobierno de Tsipras cedió por 40 años los derechos de explotación y de extensión de 14 aeropuertos regionales. Las instalaciones no solamente dan beneficios, sino también tienen un potencial de desarrollo importante [3] , dado el lugar que ocupa el turismo en la economía griega. Idem para las redes de agua de Atenas y Tesalónica, cuya transferencia al superfondo provocó fuertes protestas y el corte del agua de los locales de Syriza en Tesalónica. Afectando a más del 80% de la población griega, estos dos servicios registraron 40 millones de euros de beneficios en 2016 [4] . Los precios de los contratos de privatización son fijados por el superfondo, con la ayuda de consejeros financieros, como el Deutsche Bank, Citibank y Piraeus Bank [5] .

Privatizaciones ilegales

Además, estas privatizaciones son ilegales. En efecto, para M. Hudson, los activos de un Estado son constitutivos de su soberanía, dilapidarlos como en el caso de Grecia, resulta pues contrario a las reglas elementales del derecho internacional. Hudson habla, ni más ni menos, que de guerra intraeuropea [6] . La ilegalidad de las privatizaciones se manifiesta en dos aspectos: primero, el tipo de bienes privatizados y luego, sus modos de venta [7] .
En su análisis de las diferentes transferencias de propiedades derivadas del memorándum, Eleni Portaliou, profesora en la National Technical University de Atenas, identifica tres tipos de bienes públicos: los bienes que por naturaleza están ligados a los objetivos públicos y a la soberanía nacional (defensa, lugares naturales, infraestructuras energéticas…), los bienes garantes de los objetivos públicos ligados al despliegue del Estado social (hospitales, escuelas…) y finalmente los bienes inmobiliarios, que son propiedades privadas del sector público. Solamente esta última categoría es susceptible de pasar a manos privadas, pero según procedimientos determinados por el propio Estado y no por organizaciones del exterior [8] . Estando en manos de potencias extranjeras, acreedoras de Grecia, el HCAP S.A. es una institución ilegal porque, por un lado, su cartera comprende todos los bienes griegos y, por otro, disfruta de una total libertad en cuanto a métodos y condiciones para la explotación de esos activos.
Sobre la cuestión del tipo de bienes privatizados, cabe destacar que numerosas legislaciones prohíben el embargo por los fondos buitre de bienes considerados como intrínsecos a la soberanía estatal. ¡Lo que los fondos buitre no pueden hacer, el FMI, la Comisión Europea, Francia, Alemania, Bélgica, Vinci o Véolia lo hacen!

¿Quiénes son los buitres que se aprovechan?

Octubre de 2015: François Hollande llega al aeropuerto de Atenas, y es recibido en persona por Alexis Tsipras. Con él, varios ministros franceses, pero también un puñado de directivos de empresas. Mientras que se nos presenta una visita bajo el signo de “la confianza y la amistad”, está claro que tres meses después de la firma del tercer memorándum, Francia viene a buscar su parte del pastel. Una veleidad ciertamente revestida con el barniz diplomático de rigor, pero que no se puede ocultar, ya que las empresas francesas se han beneficiado claramente del viaje para hacer conocer “sus intereses por ciertas privatizaciones”, tal y como declara un consejero de Tsipras [9] . Alstom codicia el sector ferroviario; Vinci los aeropuertos, puertos y autopistas y, por supuesto, Suez está en los puestos de partida para los servicios de agua de Atenas y Tesalónica [10] .
Pero más allá de los intereses de los grandes grupos privados, muchas empresas beneficiarias de las privatizaciones griegas están directamente ligadas al sector público de países extranjeros. En 2015, la empresa Fraport, que ha obtenido el negocio de los 14 aeropuertos regionales está mayoritariamente en manos del Land de Hess y de la ciudad de Fráncfort [11] . Y en 2016, la compañía pública italiana de ferrocarriles ha comprado su homóloga griega OSE (Organismós Sidirodrómon Elládos).
A la luz de esta empresa de desposesión de las riquezas griegas a una escala prácticamente industrial (se trata de la mayor transferencia de propiedad en Europa occidental) y llevada a cabo por y para las potencias extranjeras o los intereses a los que están ligadas, es difícil no hacer el paralelismo con los países del Sur y la instalación de un régimen neocolonial. Un régimen que se instala y se fortalece, no al ritmo de las botas de un ejército colonial, sino al de los préstamos y plazos de reembolso de una deuda pública ilegítima.

Traducción: Fátima Martín.


Notas:
[1] Afecta a los puertos, las propiedades públicas (hoteles, zonas de camping, edificios de la administración…), monumentos declarados, carreteras nacionales, aeropuertos, instalaciones militares, la red de gas natural, bosques, playas, redes de agua, miles de hectáreas de tierras, humedales, ferrocarriles, la red de correos, empresas públicas, etc.
[2] Vv Olivier PETITJEAN, « Grèce : “Grecia: Francia coloca a sus altos funcionarios para aprovecharse mejor de las privatizaciones”, 2016. https://www.bastamag.net/Privatisations-grecques-la-Franceplace-ses-hauts-fonctionnaires-pour-mieux
[3] Niels KADRITZKE, « Gran liquidación en Grecia », Monde Diplomatique, julio 2016.
[4] Marie-Laure COULMIN KOUTSAFTIS, «Tras dos memoranda y en medio del tercero», 2017.
[5] Sol TRUMBO VILA y Matthijs PETERS, «The Privatising Industry in Europe », TNI, febrero 2016, p.14-16. https://www.tni.org/files/publication-downloads/tni_privatising_industry_in_europe.pdf
[6] Citado por Eleni PORTALIOU, op. cit.
[7] Ibid.
[8] Ibid.
[9] Marina RAFENBERG, « Manuel Valls, un extraño aliado para Alexis Tsipras », 2016. http://www.lexpress.fr/actualite/monde/europe/manuel-valls-un-drole-d-allie-pour-alexis-tsipras_1797952.html
[10] Olivier PETITJEAN, “Grecia: millonarios y multinacionales se reparten el pastel de las privatizaciones”, 2015. https://www.bastamag.net/Grece-milliardaires-et
[11] Niels KADRITZKE, op.cit.
Anouk Renaud, miembro del CADTM Bélgica.
Fuente: http://www.cadtm.org/Grecia-el-baile-de-los-buitres