La dictadura se sucede a sí misma
Lo dicho. Entre
las dos opciones que el bloque independentista tenía (proponer a Puigdemont o
un "alter ego" de Puigdemont) había solo un periodo más o menos
duradero. Prácticamente, ni periodo ha habido. El gobierno se niega a publicar los nombramientos en el DOG y, por tanto,
no serán efectivos... a su ojos. El president Torra los ha
citado a tomar posesión el miércoles. Son dos realidades que evolucionan por
separado, la República Catalana en situación de excepción y el Estado español
que también está sometido a la excepcionalidad que él mismo ha impuesto. Desde
el punto de vista de la República, es una situación forzada y artificial, con
la que ha de convivir. Desde el del Estado, algo inadmisible pues afecta a la
unidad de mando.
La cuestión es si
el Estado puede mantener su actitud represiva sin convertirse en una dictadura
o gobierno no sujeto a la ley; ni siquiera a su propia palabra. Había un
compromiso de levantar el 155 cuando Catalunya tuviera un gobierno legal. Tiene
gobierno y es legal. ¿Por qué afirma el gobierno central que no lo es y le
niega la inscripción en el BOC? Los presos y exiliados políticos tienen sus
derechos políticos intactos en tanto no hayan sido condenados o inhabilitados
por sentencia firme. Negárselos es atentar contra ellos. Y como todo esto
acabará en una instancia judicial europea conviene guardar nota de los desmanes.
El gobierno insiste en que prolonga el 155 para proteger a la mayoría de los catalanes, pero eso es falso. La mayoría de los catalanes apoya al govern que el Estado boicotea. El gobierno central se empeña en gobernar Catalunya en contra de la voluntad de los catalanes; está actuando como un gobierno tiránico y perdiendo el derecho a exigir obediencia a los ciudadanos a cuyos deseos se opone.
El gobierno insiste en que prolonga el 155 para proteger a la mayoría de los catalanes, pero eso es falso. La mayoría de los catalanes apoya al govern que el Estado boicotea. El gobierno central se empeña en gobernar Catalunya en contra de la voluntad de los catalanes; está actuando como un gobierno tiránico y perdiendo el derecho a exigir obediencia a los ciudadanos a cuyos deseos se opone.
Si se impide la
formación del govern por la fuerza bruta, es muy poco probable
que el bloque del 155 se allane a establecer algún tipo de diálogo y mucho
menos negociación con la Generalitat. Sobre todo ahora que M. Rajoy ha
descubierto que C’s y el PSOE le ganan por el flanco nacional-español. El
reciente pacto entre PP y PSOE mirando a Catalunya y dejando fuera expresamente
a C’s permite ver una estrategia de recuperación del bipartidismo. Los dos
partidos dinásticos están amenazados por sendos rivales. Así pues, se refuerzan
mutuamente como opciones “respetables” de gobierno y atraen cierto “voto útil”
porque dan a entender una posible “gran coalición”, fundamentada en la unión
sagrada del supremo interés de España.
Sánchez ha pasado
de pedir la dimisión de M. Rajoy a gobernar con él y para él y, a veces, hasta
más allá de él. Por ejemplo, cuando acusa a Torra de ser como Le Pen. Eso no lo
haría M. Rajoy para quien, claro, Le Pen es OK. Pero sí lo hace Sánchez con
mucho rasgarse las vestiduras y mesarse los cabellos en puro estilo fariseo.
Así cree justificarse para pedir acto seguido una reforma del Código Penal que
castigue como rebelión también las manifestaciones pacíficas. Es decir, a qué
engañarnos, que castigue como rebelión el independentismo.
Tengo para mí que
todo conspira en favor de unas elecciones anticipadas. Todo son las
circunstancias, los ánimos de las partes, los proyectos de los partidos. La
prolongación del 155 sin elecciones, con una intervención directa y estricta de
Catalunya no deja otra salida que la convocatoria de elecciones que es
competencia que conserva la Generalitat. Siempre y cuando el gobierno central
no decida arrebatársela a través del 155, cosa que puede hacer cuando quiera.
Añado que, de
acuerdo con lo anterior, el plan puede ser hacer coincidir las elecciones
catalanas (inevitablemente referendarias) con las generales en España con la
propuesta de una gran coalición PP/PSOE. El resultado sería: un govern
independentista reforzado por la lista única y un gobierno de gran coalición en
España con mayoría absoluta, el añadido del apoyo exterior de C’s y, quizá, una
parte de Podemos por aquello del discurso nacional-español.
Una situación
pintiparada para entablar negociaciones y deliberaciones constitucionales y,
¿por qué no? constituyentes. Y conste que no estoy prejuzgando
qué se haya de constituir y en dónde, aunque tengo mis preferencias.
Etiquetas: Cataluña., República
Catalana.
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