Fermin
Muguruza: "La muerte artística de Willy Toledo está firmada"
The Black Panthers, la revolución cubana, Otis
Redding, el festival de Monterey, la batalla de Argel... Estos son algunos de
los ingredientes de 'Black is Beltza', película de animación comandada por el
músico vasco que retrata una década convulsa.
El
músico vasco Fermin Muguruza.- CHRISTIAN GONZÁLEZ
Fermin Muguruza regresa —si es que alguna vez se fue— y
lo hace con un thrillerguerrillero. Estrena
en cines Black is Beltza, una
película de animación que arranca en octubre de 1965 en Pamplona, cuando la
comparsa de gigantes, imagen típica de las fiestas de San Fermín, es invitada a
desfilar en la Quinta Avenida de Nueva York. Ahí es nada. La censura se vuelve
en su contra y, debido a la discriminación racial, las
autoridades norteamericanas prohibirán la participación de los dos gigantes
negros. Comienza entonces el periplo de su protagonista Manex Unanue, un viaje iniciático
con el compromiso y la revolución por bandera.
¿Cómo nace esta historia?
Empecé a barruntar esta idea en Cuba en 1991. Era mi primera
actuación allí y yo llevaba puesta una camiseta de los Black Panthers. Alguien
me contó que el gobierno revolucionario ayudó en su día a la organización
afro-americana a salvar a uno de sus hombres que iba a ser eliminado por la
CIA. La historia me fascinó; entraron por México a EEUU e iniciaron un
rocambolesco viaje que les llevaría a ciudades como Montreal, Madrid o Argel,
para acabar de nuevo en La Habana.
Tremendo
periplo…
Fue una maniobra de confusión en toda regla. Buscaba desorientar a
los diferentes servicios secretos y que no pudieran confirmar sus sospechas
sobre la implicación de los cubanos con los distintos grupos beligerantes que
emergían en países foráneos.
¿Por
qué 1967?
Porque aquel año, en tan solo cinco meses, se vivieron momentos
que considero decisivos para la historia de la humanidad. En junio estalla la
Guerra de los Seis Días, clave para entender todo lo que ha ido ocurriendo
después en Oriente Medio, se celebra el Festival de Monterey que simboliza el
punto álgido de toda esa marea de psicodelia proto-hippie que no tardó en
expandirse, muere en accidente de avión Otis Redding y asesinan en Bolivia al
Che. A otra escala, fue también el año en el que tuvo lugar aquel mítico
festival de bertsolaris que supuso la recuperación de la lengua vasca.
Una
revolución global que termina jugándose en casa
Sí, la idea es que fuera como un viaje iniciático. Llegué a esa
reflexión en el 96 durante una visita a Chiapas tras el levantamiento
zapatista. Mucha gente iba a la selva Lacandona a sentirse revolucionaria, lo
cual estaba muy bien pues el apoyo internacional siempre era bienvenido aunque
fuera para hacer de escudos humanos. Pero yo creo que la gran lección de lo que
allí sucedió era que la revolución se debía hacer en casa y Lacandona era el
barrio.
La
revolución será cultural o no será…
No la contemplo de otro modo. Como tampoco si no va aparejada de
una revolución sexual. En aquel momento se plantea todo un movimiento de
liberación de la mujer, así como un pugna entre el amor revolucionario frente
al convencional.
El
hombre nuevo estaba en ciernes…
Todavía me sorprende el compromiso de esta gente, imagínate hoy
día un deportista de élite como Mohamed Ali, campeón de los pesos pesados, que
decide no alistarse para ir a Vietnam y matar a gente pobre que nunca le ha
llamado negrata. No lo encontrarás. Como tampoco un músico que cante como Otis
Redding, que cuando lo oyes parece que es un esclavo recién liberado. Esos
compromisos inquebrantables ya no se ven y a mí me fascinan.
Fermin Muguruza.- CHRISTIAN GONZÁLEZ
La disidencia pasa factura…
El miedo a la pérdida de trabajo se ha convertido en algo
atenazador. Cada vez que alguien levanta un poco la voz se le machaca. En ese
sentido, yo podría impartir un máster de censura y persecución ideológica.
Cuando veo que un chaval joven como Valtònyc se tiene que ir a Bruselas porque
si no lo encarcelan, o cuando veo el momento que está pasando Willy Toledo, que
es un actorazo, y no encuentra trabajo…
Y usted va y lo pone a doblar a un Guardia Civil…
¡Lo pongo de subalterno de Melitón Manzanas! [risas]. Lo que le
está sucediendo a Willy Toledo es una de las mayores injusticias, en qué cabeza
cabe que se condene a alguien a no poder trabajar por el simple hecho de
utilizar su libertad de expresión. Le han condenado, la muerte artística de
Willy Toledo está firmada. Creo que esto es una radiografía muy clara de cómo
se cuida la cultura en un país. En Francia en ningún momento permitirían algo
así, para ellos los actores son un bien cultural, su patrimonio. Aquí, sin
embargo, la derecha —¿o deberíamos decir la ultraderecha?—, esa derecha que se
dice de centro, de centro comercial como diría Evaristo, tiene un odio visceral
especialmente con el cine.
Todo por cagarse en dios y en la virgen…
Esa es la excusa, es lo más demencial de todo… ¿De dónde habrá
salido ese grupo fundamentalista de cristianos de no sé qué? Parece kafkiano,
sería muy difícil de comprender si no fuera porque se quiere dar una lección,
siempre ha funcionado así; eligen a uno, en su día fui yo el elegido, de tal
forma que sirve de aviso a navegantes para los que puedan venir.
Su nombre al frente de este proyecto tampoco habrá generado entusiasmo
inversor…
Aquí no hay ni ICAA [Instituto de la Cinematografía y de las Artes
Audiovisuales], ni ningún tipo de ayuda institucional más allá del apoyo que
hemos reicibido del gobierno y la televisión vasca. Lo hemos hecho a pleno
pulmón, mi piso y el de la directora de producción han servido de avales para
el préstamo que hemos tenido que pedir. No había otra manera.
¿Está usted bien de riego?
[Risas] ¡No teníamos más remedio! Era nuestro único modo de
conseguir financiación, y bueno, quizá estemos un poco locos, sí, pero en este
mundo tan realmente surrealista estar loco simboliza en realidad estar cuerdo.
Tampoco es que la autogestión le pille por sorpesa…
Siempre me he movido ahí. Todos nuestros discos han sido autogestionados
y hemos distribuido en el extranjero cantando en euskera. Hay que jugársela, de
lo contrario la vida no avanzaría, tenemos que estar siempre en la vanguardia
cultural, fue eso lo que me hizo empezar en esto…
¿Se refiere a Kortatu?
Sí, Kortatu nace de mi identificación con el 2 Tone.
Justo cuando más apretaba el Frente Nacional con todo el tema de la supremacía
blanca, surge en Inglaterra un movimiento cultural que pone bajo los focos a
bandas formadas por blancos y negros tocando una mezcla de ska jamaicano con
punk rock, bandas como The Specials, The Selecter o The Beat. Yo vengo de ahí,
la cultura y la revolución se enriquecen cuando hay un diálogo entre
ellas. El internacionalismo es una constante en mi vida. Con este película
lo que pretendía era mostrar hasta qué punto las revoluciones se enriquecen
entre ellas, se van retroalimentando.
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