¿Qué esperaban?
Una oleada de
indignación ayer al conocerse las peticiones fiscales. En la izquierda
española, consternación; en el independentismo, furia. Y eso sin atender a las
peticiones de Vox, que no exigen la pena de muerte porque no es legal, pero sí
pena de muerte civil.
Realmente, ¿qué
esperaban? ¿Entretenernos con la rebajita de la abogacía del Estado? La han
aprovechado los de C's para enseñar los colmillos y pedir elecciones
anticipadas. O quizá fueron los del PP. Son lo mismo.
¿Qué se esperaba?
Cuando se dice que este es un proceso político contra el independentismo
disfrazado de farsa judicial, ¿qué es lo que no se entiende?
El Estado se
siente amenazado y, ante la amenaza, responde movilizando todos sus poderes. O
casi todos. Falta el militar abierto. Sus poderes más obvios son el gobierno,
el Parlamento y los jueces. Tiene otros, en los medios, la banca, etc. El
poder judicial es un poder del Estado. Administra justicia en nombre del Estado
(o del rey, que lo simboliza) y, si el Estado se siente amenazado y en contra
de otra parte, administra la justicia en nombre e interés del Estado y en
contra de la parte. Administra la justicia de la parte fuerte contra la débil y
esta sufre la "justicia" del enemigo.
Conclusión: las
peticiones, con ser disparatadas, no son absurdas. Lo absurdo es el proceso en
sí. Aunque las peticiones fueran simbólicas, de unas horas o una semana de
servicios sociales, serían absurdas. Estos ciudadanos y ciudadanas no han hecho
nada delictivo. Han cumplido escrupulosamente un mandato popular
democrático.
Es un proceso
inquisitorial y lo sería aunque la causa hubiera sido gestionada con
competencia jurídica, porque el punto de partida, el origen del hecho
reprochable, no es reprochable, sino puramente ideológico. La pena es personal,
pero el objetivo es amedrentar a una sociedad, acallarla por el miedo. Una
técnica muy frecuente en España en manos de la derecha a la que ahora se ha
unido de modo entusiasta el PSOE.
La lucha del
Estado contra la nación catalana es una lucha por la supervivencia como Estado.
Por fin se confiesa claramente. Y en la lucha por la supervivencia vale todo.
Desde que el rey llame a los empresarios catalanes para que abandonen Catalunya
hasta que el mismo mozo saque a su primogénita a hacer el ganso en una
ceremonia que, en sí, es una gansada. ¿O no es una gansada celebrar tan contentos
el 40 aniversario de una Constitución que una gran mayoría cuestiona y quiere
reformar? Sí, esa misma Constitución que los gobiernos blanden como si fuera
una Tizona, lista para volver a la España del Cid.
Vale todo. Hasta
que un poder judicial al servicio de la política "nacional"
administre la justicia en nombre de la tiranía. Porque este es el momento en
que el Parlament ha reprobado al monarca. Felipe VI no es rey
de Catalunya por libre voluntad de los catalanes.
Entonces, ¿por qué
lo es? Por derecho de conquista que los indepes tratan de revertir democrática
y pacíficamente y el Estado de mantener a costa de la justicia y con obvia
violación de los derechos más elementales de los presos/as políticas, los y las
representantes independentistas democráticamente elegidos.
Sí, hay una cuestión española, hay un problema. Pero el sentido común más elemental dice que los problemas políticos, sobre todo de esta envergadura, no se resuelven metiendo a la gente en la cárcel.
¿No les da vergüenza basar su poder en la persecución y la represión?
Sí, hay una cuestión española, hay un problema. Pero el sentido común más elemental dice que los problemas políticos, sobre todo de esta envergadura, no se resuelven metiendo a la gente en la cárcel.
¿No les da vergüenza basar su poder en la persecución y la represión?
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