"El socialismo y el comunismo solamente
quieren una cosa: el poder para la clase que ocupa el poder", dijo el
Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ante la Asamblea General
de la ONU, en medio de una diatriba contra los
gobiernos de Cuba y Venezuela. Palabras más, palabras menos, no hay
diferencias esenciales entre lo planteado por Trump y lo repetido
machaconamente por lo que el Memorando Presidencial de Seguridad
Nacional-5 "Fortaleciendo la política de Estados Unidos hacia
Cuba" (NSPM-5) de esta administración denomina "medios de comunicación
independientes", y que según los más recientes reportes recibieron solo
de una de las fuentes abastecidas por el gobierno estadounidense
(National Endownment for Democracy) más de 22 milones
de dólares en el primer año de la administración Trump.
El Twitter de la embajada de Estados Unidos,
los medios de comunicación tradicionales asentados en Miami, los sitios
pioneros de la subversión contra Cuba en Internet surgidos en la era de
W.Bush, y la eclosión de "medios independientes"
gestada durante el gobierno de Barack Obama, han perdido los matices
entre ellos, y su discurso se ha vuelto tan unánime, propagandístico y
previsible como la peor prensa del socialismo real, girando
monótonamente alrededor de una sola idea: "El bloqueo es
un pretexto para disfrazar el fracaso del socialismo en Cuba”.
Al intervenir en la televisión cubana para
explicar las consecuencias del recrudecido terrorismo económico contra
Cuba y cómo enfrentarlo, el Presidente Miguel Díaz-Canel denunció "un
plan genocida con el objetivo de herir a la familia
cubana en sus necesidades básicas, para acusar al Gobierno de ineficaz y
tratar de modelar un estallido social, generar desmotivación y
complejizar el entramado del país". Un plan que una maquinaria casi
perfecta se encarga de gestionar: La guerra económica
crea problemas, la subversión multimillonaria la encubre, el sistema
mediático a su servicio propone su solución envenenada y culpa a la
Revolución por negarse a seguir por propia cuenta el camino inexorable
hacia el capitalismo que sería la solución a todos
los males cubanos, como puede verse con solo mirar alrededor de la
Isla, donde el plan de Estados Unidos y su prensa "independiente" para
Cuba se aplica con éxito resonante en cuanto a males nada coyunturales y
sí estructurales como violencia, narcotráfico,
trabajo infantil, insalubridad y desnutrición. El Doctor en
Ciencias Económicas Rafael Correa lo resumió brillantemente al rendir
tributo de despedida a Fidel:
"En el continente más desigual del planeta
nos dejaste el único país con cero desnutrición infantil, con la
esperanza de vida más alta, con una escolarización del ciento por
ciento, sin ningún niño viviendo en la calle.
"Evaluar el éxito o el fracaso del modelo
económico cubano, haciendo abstracción de un bloqueo criminal de más de
50 años, es pura hipocresía. Cualquier país capitalista de América
Latina colapsaría a los pocos meses de un bloqueo
similar."
Según el informe presentado a la ONU por el
gobierno cubano y que seguramente la Asamblea General de ese organismo
aprobará por aplastante mayoría como hace cada año, los daños a Cuba
por 60 años de bloqueo económico, tomando en
cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado
internacional, suman 922 mil 630 millones de dólares, mientras que a
precios corrientes, totalizan los 138 mil 843 millones de dólares.
Contrario a lo proclamado en algunos
análisis que pueden leerse en esos “medios independientes”, ni la salida
de John Bolton como Consejero de Seguridad Nacional ha detenido la
escalada de la administración Trump contra Cuba y Venezuela,
ni la empresa Twitter parece estar al margen de la inhabilitación de
cuentas de medios de comunicación, periodistas e instituciones cubanas
en esa red social que ha mantenido intactas cuentas dedicadas a
implementar de modo concertado la política norteamericana
hacia La Habana. Ahí están para probarlo la expulsión de dos
diplomáticos de la embajada cubana en la ONU -acusados de intentar
"influencia" entre intelectuales estadounidenses- el hiperagresivo
discurso de Trump ante la ONU, las nuevas sanciones contra buques
y empresas para evitar la entrada de combustible a la Isla, y la
permanencia del bloqueo a un número significativo de cuentas de medios
de comunicación, periodistas e instituciones cubanas en la red social
del pajarito azul.
Como en cualquier guerra, en la que le hace a
Cuba, Washington le impide la llegada de recursos, hace “influencia” y
fomenta las divisiones, pero como el pobre, casi no tiene superioridad,
trata por todos los medios de limitar la
expresión de quienes considera sus enemigos.
"El poder de la clase que ocupa el poder",
el económico y el mediático que terminan decidiendo el político, no
quiere socialismo en Cuba. Es el único modo de colocar en manos de una
oligarquía local que les garantice el control de
un país que hace sesenta años se les salió de control, a eso se reduce
todo y ocultarlo a gritos o dólares es la tarea de Donald Trump y su
equipo de "medios independientes" para la Isla: Regresar Cuba al poder
de la clase que ocupa el poder... en Estados
Unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario