Evo, el golpe y México. Por Ángel Guerra Cabrerapor La pupila insomne |
El recibimiento de Evo Morales como
refugiado político por el gobierno de AMLO hace resplandecer la política
exterior mexicana de soberanía, autodeterminación y asilo a los
perseguidos políticos en proceso de rescate por el tabasqueño.
Fue emotivo escuchar a Evo expresar “López Obrador me salvó la vida”. Y
es que en realidad, su vida pendió de un hilo desde que los principales
jefes militares y policiales golpistas de Bolivia le “sugirieron”
renunciar hasta que pudo abordar el avión de la
Fuerza Aérea Mexicana que lo trajo al Anáhuac. Durante las décadas
neoliberales la diplomacia de México fue gradualmente perdiendo
independencia y se subordinó a los designios de Washington. Sobresalen
en aquella época las desleales actitudes del presidente
Ernesto Zedillo en relación con Cuba, antes y durante la IX Cumbre
Iberoamericana celebrada en La Habana(1999); el grotesco “comes y te
vas” del presidente Vicente Fox a Fidel Castro, que puso en el más
absoluto ridículo al guanajuatense(2002). Luego vendría
el triste papel, otra vez de Fox, de enfrentarse junto a Bush a la
mayoría de América Latina y el Caribe en un desafortunado intento de
defender el neoliberal Acuerdo de Libre Comercio para las
Américas(ALCA), derrotado ignominiosamente en Mar del Plata(2005)
por una insubordinación de los presidentes progresistas dentro de la
Cumbre de las Américas, principalmente Néstor Kirchner, Hugo Chávez,
Lula da Silva y Tabaré Vázquez. Mientras, en las calles, protestaba
contra el intento bushista una gran movilización
convocada por los movimientos populares, cuyo líder más notable era Evo
Morales, entonces por llegar a la presidencia de Bolivia. Pero tal vez
nada colocó al Estado mexicano en una tesitura tan bochornosa y
obsequiosa hacia Washington como su ingreso al
Grupo de Lima(2017) y el haber asumido una actitud de abierta
hostilidad hacia Venezuela bolivariana durante el gobierno de Enrique
Peña Nieto.
El golpe de Estado contra Evo va dirigido a
liquidar un proyecto social extraordinariamente exitoso en nuestra
región por sus logros de participación política democrática, cuya
expresión más elevada es la creación del Estado Plurinacional
de Bolivia, el que acogió en su seno a todos los pueblos originarios de
Bolivia. Añádase el fin del analfabetismo, la igualdad de derechos
para las mujeres, que ocupan la mitad de los cargos de elección popular,
incluyendo entre ellas un 63 por ciento de
mujeres indígenas. Sorprendente, en los 14 años de Evo, Bolivia, de ser
el país más pobre de América del sur pasó a lograr la mayor taza de
crecimiento económico de toda América, aunada a una inigualable
reducción de la desigualdad, la pobreza extrema y la
pobreza. El gran desempeño económico, social y de estabilidad de este
modelo, a contramano del neoliberal, ha sido una pesadilla para Estados
unidos y las derechas locales. Ello explica que el golpe se haya
planeado con más de un año de antelación y puestas
en marcha sus distintas fases desde entonces. Evo expulsó de Bolivia a
la DEA, a la AID y al embajador Phillip Golberg, pero el personal de la
CIA estacionado en la embajada continuó atando los hilos de una
conspiración muy abarcadora, que va desde políticos
genocidas y ladrones como Carlos Mesa y Jorge Quiroga(exiliado en
Estados Unidos para escapar a la justicia boliviana), hasta los ricos
empresarios fascistas, separatistas y racistas de Santa Cruz de la
Sierra, herederos ideológicos de los líderes que en su
departamento intentaron una asonada golpista contra Evo en 2008. Estos
fascistas iniciaron en Santa Cruz una espiral de atropellos a indígenas
y militantes del MAS, partido de Evo, que en casos llegó al asesinato, y
que en los días previos al golpe trasladaron
a La Paz. Allí, además de repetir las agresiones racistas contra
indígenas profanaron y quemaron banderas wiphalas, que representan a los
pueblos indígenas y constituyen un símbolo nacional reconocido por la
Constitución.
Estos hechos han enfurecido a la población
originaria y a muchos mestizos, algunos de los cuales comienzan a darse
cuenta de lo que significa la ausencia de Evo y un eventual
desmantelamiento del proceso de cambios como los vistos
en Ecuador y Argentina, que les arrebataría todos los derechos
adquiridos con la Asamblea Constituyente y el Estado Plurinacional. Esa
es la intención que se aprecia de los golpistas. Ya comienzan a llamar
al país república en lugar de Estado Plurinacional.
Con la ilegal autoproclamación como “presidenta constitucional” de la
senadora opositora Janine Áñez esta situación no puede más que
agravarse. La autoproclamada ya ha sido reconocida por los mismos
gobiernos que reconocen al títere Guaidó, incluidos los de
la obsecuente Unión Europea. Se trata de una persona con profundos
prejuicios racistas, que por eso mismo, por la clase social a la que
pertenece y sus antecedentes sumamente conservadores complace a la
oligarquía y a Estados Unidos pero nada a los indígenas
y al pueblo boliviano, sean simpatizantes o no de Evo. La resistencia
ya comenzó.
Twitter:@aguerraguerra
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