Hay por ahi quienes quieren, en estos
momentos en que la batalla prosigue, de manera solapada, poner al mismo
nivel a Evo con sus victimarios. Ahora publican, como es usual en plan
de autopsia, que la situación actual es culpa tanto
del "empecinamiento" de Evo de "aferrarse" al poder, como de los
gorilas criminales y sus amos. Dan por ciertas ciertas las falsedades de
fraude que los golpistas usaron como pretexto y la OEA, ese ministerio
de colonias, avalo. Claro, lo disfrazan
detrás de palabras finas y posturas escépticas y equidistanciadas.
Condenan a unos y otros. Ahora en medio de la batalla, en que sus
"análisis académicos" solo pueden contribuir a la desmovilización de un
sector intelectual necesitado de actuar también como
agente social revolucionario. Creen que los pueblos, sus luchas y sus
sufrimientos, sus muertes y sus batallas, son tan solo útiles como
objeto de indagación académica, de tesis, artículos y materia prima
simbólica para alimentar a sus vanidades.
Mas alla de los análisis, que habrá tiempo
de hacerlos, hoy Evo es el pueblo. Evo humilde, sencillo, puro. Evo es
la belleza de América. Y me importa un carajo si eso es poco objetivo,
racional, no académico y contrario a epistemologías
y ontologías. Que se ataruguen sus análisis por donde mismo atarugaron
hace rato sus principios y sus humildades, si es que alguna vez las
tuvieron.
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