El mundo y Cuba: Barcos negreros, colas y escaseces en tiempos de Covid-19. Por Iroel Sánchezpor La pupila insomne |
De inmediato recordé la imagen incluida en
uno de los libros de historia que me acompañaron en la escuela
primaria: El barco negrero. Aquellos hombres hacinados, como piezas de
una geometría perfecta hecha con seres humanos.
Aunque esta vez no se trataba de historia,
sino de actualidad. Las imágenes que han recorrido el mundo desde las
cárceles de El Salvador, muestran cómo trata a sus desechos el sistema
que se erige en modelo para el mundo. Cierto
que son delincuentes, miembros de bandas criminales que ejercen una
violencia extrema, fruto de las condiciones económicas y sociales que
el modelo impuesto desde Estados Unidos a su "patio trasero" ha dejado
muchas veces como única opción para los jóvenes
de familias humildes. Pero nada justifica el trato humillante y casi
animal a seres humanos, mucho menos su politiquera y demagógica
exhibición mediática, como ha hecho el gobierno salvadoreño. Sin
embargo, los vigilantes de los Derechos Humanos en la región,
aquellos que desde Washington sancionan países en nombre del respeto a
lo que llaman "valores universales" no han tenido más que silencio ante
semejantes hechos.
Las cárceles latinoamericanas en tiempos de
pandemia por el virus Covid-19 han vivido desde contagios masivos
(Perú), motines por no garantizar mínimas condiciones de salubridad para
quienes las ocupan (Argentina, Colombia, Brasil...),
hasta espectáculos que recuerdan el fascismo como lo que testimonian
las imágenes de las cárceles salvadoreñas. Hay excepción, pero no es
noticia.
El gobierno cubano
ha informado que no se reportan casos de Covid-19 en sus establecimientos penitenciarios
y en medio de esta situación global ha
excarcelado a 421 personas en prisión provisional y a 6158 les concedió la libertad anticipadamente.
¿Cómo es posible? Una sociedad donde no hay crimen organizado, en las
que la primera misión de las instituciones penitenciarias es reeducar, y
su
sistema de salud, con el mayor número de médicos per cápita del mundo,
alcanza también a las prisiones, puede hacerlo a pesar de tener una
economía a la que Estados Unidos se empeña en que no le llegue un solo
dolar ni un barco con combustibles, tampoco medicamentos
ni equipos relacionados con la salud.
Pero Cuba es observada con lupa. Mientras el
vecino poderoso, que la bloquea y supera en 30 veces su población,
igualaba con el Covid-19 las muertes de su guerra más cruenta (Vietnam),
llegando al millón de contagios, la noticia
para
una revista estadounidense acreditada en La Habana era que 48 nuevos casos
del contagioso virus* eran detectados por el sistema de salud cubano en un día, y
The Washington Post hablaba sin pruebas y con una sola fuente no contrastada de que "los
cubanos combaten la censura de su gobierno en plena pandemia"
porque supuestamente no se le permite a una persona lucrar con la
escasez que la política del gobierno de Estados Unidos busca provocar y a
la vez presentarla como algo que nada tiene
que ver con esa política. Eso hace un medio de comunicación del país
que persigue con saña a Edward Snowden y Julian Asange y tiene de
aliados en la OTAN a "democracias" como la española que
sólo en 2019 766.416 multas en razón de la llamada "Ley Mordaza", con una cuantía total de 416.527.489 euros.
¿Hay colas en Cuba? Sí y muchas. ¿Hay
escasez? También la hay. ¿Es única y exclusivamente el bloqueo la causa
de los problemas económicos cubanos? No, y el primero que lo ha dicho es
el gobierno cubano, pero también, como ha reconocido
una abrumadora cifra de países en la ONU, ha planteado que el bloqueo
es el principal obstáculo al desarrollo de la Isla y la principal
violación a los Derechos Humanos de su pueblo. Hace sesenta años que
un
funcionario del Departamento de Estado le escribió un memorando al Presidente estadounidense
diciendo que la estrategia eficaz para derrocar a la Revolución
cubana es provocar carencias y escaseces para que el pueblo se canse y
derribe al gobierno, política que nadie ha llevado más lejos que la
administración de Donald Trump.
¿Hay colas en el capitalismo? Las hay.
¿Menos que en Cuba? Menos. ¿Incluso en el capitalismo tercermundista hay
menos colas que en Cuba? Sí. ¿Por qué? Porque en el capitalismo la cola
es la del ejército de excluidos para sobrevivir
en empleos precarios que apenas les dan para pagar electricidad, agua y
alquiler, si tienen alguna o varias de las tres cosas, y cuando algo
escasea, como ha sucedido ahora con el gel de alcohol o las mascarillas
por el Covid-19, se le multiplica el precio
y ya está ¿Por qué entonces vemos colas en estos días en ciudades de
Estados Unidos y Europa? Esas colas son por acceder a comida gratuita
para el número creciente de desempleados y pobres y no están reguladas
por la oferta y la demanda, aunque en estos días
hemos visto allí otras no presentes en Cuba: Colas para recibir
atención médica, colas para morir y colas hasta para ser enterrados.
¿Qué ocurriría si sufrieran un bloqueo como el que sufre Cuba?
Como
ha afirmado el Doctor en Ciencias Económicas Rafael Correa, ex Presidente de Ecuador:
"Evaluar el éxito o el fracaso del
modelo económico cubano, haciendo abstracción de un bloqueo criminal de
más de 50 años, es pura hipocresía. Cualquier país capitalista de
América Latina colapsaría a los pocos meses de un bloqueo
similar."
Aún sin bloqueo, esta mega crisis provocada
por la pandemia de Covid-19 está haciendo visibles grietas en las
cadenas logísticas, incluso entre los más ricos,
como plantea el diario The Chicago Tribune:
"Después de semanas de preocupación por
la escasez en las tiendas de comestibles y las revueltas para encontrar
la última caja de pasta o rollo de papel higiénico, muchas de las
granjas más grandes de la nación están luchando
con otro efecto espantoso de la pandemia. Se ven obligados a destruir
decenas de millones de libras de alimentos frescos que ya no pueden
vender."
(...)
"La cooperativa lechera más grande de la
nación, Dairy Farmers of America, estima que los granjeros están
vertiendo hasta 3.7 millones de galones de leche por día. Un único
procesador de pollo está rompiendo 750,000 huevos sin
eclosionar cada semana."
A propósito, la analista económica Stacy Herbert
señalaba en el programa Keiser Report que cuando retornen los huevos
será a cuatro veces su precio anterior, por supuesto que no habrá colas para comprarlos.
En estos días Cuba libra, como el mundo
entero, su batalla contra el Covid-19 junto a otras dos que sólo le
tocan a ella y a un grupo de elegidos por el gobierno estadounidense: la
del bloqueo económico y la guerra mediática. Para
la prensa que la juzga, todo lo que en la Isla esté mal es culpa del
socialismo, como todo lo malo que está sucediendo con el Covid 19 en
Estados Unidos, solo es, cuando más, culpa de Donald Trump. Mientras
tanto, la Cuba bloqueada, donde escasean los reos
exhibidos como animales de presa en barcos negreros, las colas de
cadáveres sin enterrar y de enfermos sin atención médica, va delante en
la batalla mundial contra el Covid 19, y no le basta luchar por ella
sino que envía sus médicos a decenas de naciones
en las que el capitalismo ha fracasado para garantizar el más elemental
de los derechos: la vida.
*Cuba acumula hasta el 1ro de mayo Cuba
al cierre del viernes 1ro de mayo 1 649 personas positivas al
SARS-CoV-2, 67 fallecidos y 827 pacientes ya recuperados, según informó
este 3 de mayo en conferencia de prensa el doctor
Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del
Ministerio de Salud Pública.
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