Fragmento de la entrevista concedida por el Comandante en Jefe Fidel Castro a Tomás Borge entre los días 18 y 20 de abril de 1992. Stalin. (Capítulo 3 del libro Un grano de maíz). Por Tomás Borge
Existen
documentos, existen pruebas de todas clases, y es un hecho claro,
evidente, que las potencias occidentales, los países capitalistas
querían echar a pelear a Hitler contra la URSS; es un hecho clarísimo,
evidente, probado en la historia, que Hitler fue visto con beneplácito,
incluso con simpatías, y que el nazismo recibe apoyo de la burguesía en
Alemania como instrumento contra el comunismo. Porque aunque Hitler era
un fanático racista, y lo demostraba, todas esas cosas se las perdonaban
a Hitler porque se presentaba como un campeón de la lucha contra el
comunismo, y todo el mundó vio en Hitler el instrumento para destruir a
la Unión Soviética. Cuando empieza la Segunda Guerra Mundial, yo tenía
13 años y ya entonces leía todos los periódicos; desde la Guerra Civil
Española yo leía todos los periódicos, todas las noticias
internacionales, siempre con una gran avidez.
La
Guerra Civil fue en 1936, entonces iba a cumplir 10 años, y recuerdo
casi como si acabara de leerlas, muchas de las noticias que llegaban
aquí, porque en la finca de mi padre vivían muchos españoles y algunos
de ellos no sabían leer ni escribir —allí estaban divididos entre
republicanos y franquistas, y había muchos de estos españoles que por
instinto eran republicanos—, entonces me pedían que les leyera el
periódico. Al cocinero de la casa, entre otros, un gallego de origen
campesino, analfabeto, republicano a rabiar —parece que por tradición en
la sangre llevaba la rebeldía contra el feudalismo y contra la
explotación—, yo le leía las noticias, y recuerdo todas las batallas en
Asturias, en Teruel, en el Ebro, y seguía al pie de la letra todo
aquello. En los años que precedieron la Segunda Guerra Mundíal leía los
periódicos, y durante los años de la guerra leía las noticias todos los
días, para no hablarte ya de la cantidad de libros que he leído, tanto
de los acontecimientos militares ocurridos entonces como de los
acontecimientos políticos posteriores a la guerra. Durante 50 años he
leído sobre esos hechos y cuando comenzó aquello yo tenía, como te dije,
13 años.
He
podido reconstruir en mi mente muchas cosas y hacer análisis políticos
de todo eso, análisis políticos e incluso análisis militares. No se
puede negar, en absoluto, el hecho de que las potencias occidentales
impulsaron a Hitler, hasta que Hitler se convirtió en un monstruo, en
una verdadera amenaza. Tampoco se puede negar la extraordinaria
debilidad que tuvieron las potencias occidentales con Hitler y su
conducta en los días que precedieron a la anexión de Austria, al famoso
Anschluss; primero que todo a la ocupación del Sarre, donde se le tenía
prohibido enviar las tropas, y todavía antes la intervención de Hitler y
de Mussolini en España.
Fueron
los aviones de bombardeo y los pilotos alemanes los que destruyeron a
Guernica y los que bombardearon a Madrid, los que mataron a cientos de
miles de españoles; fueron los aviones alemanes y los aviones italianos
en una clara política expansionista los que decidieron, entre otros
factores, la guerra. Sin embargo, junto a la República Española no luchó
ningún avión inglés, ningún avión francés, ningún avión norteamericano;
fueron las brigadas de voluntarios internacionales las que participaron
allí. El único país que la ayudó de verdad fue la URSS. No se puede
negar históricamente que las armas con que esencialmente luchó la
República Española eran armas provenientes de la Unión Soviética, y los
aviones con que contó la República, los tanques, la artillería eran
procedentes de la URSS; lo que tenían los soviéticos se lo dieron, se lo
hicieron llegar allá. ¿Qué otro país hizo eso cuando Hitler y Mussolini
desataban una política expansionista? Y lograron su objetivo por fin,
lograron que la República Española desapareciera. ¿Qué hizo Occidente?
¿Qué hicieron las potencias occidentales que eran poderosas en aquel
tiempo? En medio de aquellos acontecimientos se produce el rearme
alemán. ¿ Qué hizo Occidente por impedir el rearme alemán?
Después
vino la ocupación de todas aquellas áreas del territorio de Europa
donde no podía introducirse el ejército de Hitler. Más tarde los
alemanes se anexionan Austria, se expanden. Después viene Munich y le
arrebatan una parte del territorio a Checoslovaquia, y más adelante, en
poco tiempo, ocupan el resto del país; la influencia y la expansión
alemanas avanzan en dirección a Hungría, en dirección a Rumanía, en
dirección a Bulgaria, enviando fuerzas a todas las partes.
¿Qué
hace Occidente frente a todos esos movimientos? Dejan sola a la URSS, y
la URSS se ve muy atemorizada frente a aquella maniobra, veía que
Hitler penetraba en el Danubio y en lugares estratégicos y nada, se le
toleró todo aquello. Claro, eso estimuló el expansionismo de Hitler y el
temor de Stalin, que lo lleva a algo que yo toda mi vida criticaré,
porque pienso que fue realmente una violación flagrante de principio:
buscar a toda costa la paz con Hitler para ganar tiempo. Nosotros en
nuestra larga vida revolucionaria, en la historia ya relativamente larga
de la Revolución Cubana, jamas hemos negociado un solo principio para
ganar tiempo ni para ninguna ventaja de tipo práctico. Creo que aquello
fue un error garrafal. No voy a decir que fuera su exclusiva culpa, creo
que toda la política occidental lo arrastró hacia esa posición; pero él
cae en aquel famoso Pacto Molotov-Ribbentrop, cuando ya los alemanes
estaban empezando a exigir la entrega del corredor de Dantzig; hicieron
una serie de exigencias sobre Polonia y en ese momento se produce el
pacto.
Toda
mi vida, desde que he tenido conciencia política y conciencia
revolucionaria, al analizar esos hechos, me pareció un enorme error
cometido por la política exterior soviética, cometido por Stalin en esos
años en vísperas de la guerra.pienso que, además, el pacto de no
agresión, lejos de dar tiempo, redujo el tiempo, porque en definitiva se
desató la guerra. Claro que cuando Hitler ataca a Polonia, Inglaterra y
Francia se quedaron sin ninguna otra alternativa, y se desató la
guerra.
¿Qué
consecuencias trajo la guerra? Todas aquellas acciones militares
relámpago de Hitler, la invasión sucesiva de Noruega, posteriormente la
ocupación de Bélgica y Holanda, el ataque a Francia, la derrota de
Francia e Inglaterra en el territorio continental. Se incrementa el
poderío de Hitler en toda Europa; entra oportunistamente Mussolini en la
guerra creyendo que era el momento en que se desplomaba Francia, y cada
mes que pasaba Hitler era más poderoso, cada mes que pasaba tenía más
recursos humanos, más recursos materiales, combustibles, minerales,
todo, y se iba haciendo un enemigo mucho más poderoso para la Unión
Soviética.
Luego,
en ese período también, en esa situación, se va produciendo una
competencia entre Stalin y Hitler, viendo que podía producirse la guerra
a medida que Hitler avanzaba hacia Oriente, tratando de ganar
posiciones, tratando de ganar territorio, tratando de ganar ventajas
estratégicas. ¿Qué pienso de todo eso? ¿Tienen algún peso las razones
para ciertas acciones soviéticas en aquel tiempo? Si tú dices: Aquí hay
una población rusa y la quiero proteger, no debo dejar que vengan los
alemanes, voy a ocuparla. Ahí se produce, a mi juicio, otro gran error:
en el momento en que está siendo atacada Polonia, envía tropas a ocupar
ese territorio que había estado en litigio porque tenía población
ucraniana o rusa, no sé.
¿Cuál
pienso que habría sido la mejor política? Estoy seguro de que si
nosotros nos hubiéramos visto en una situación como ésa, habríamos hecho
otra cosa. Nosotros, antes de dar la imagen de que estamos atacando por
la retaguardia a ese país invadido por Hitler, hubiéramos preferido
invitar a la población a que cruzara al otro lado de la frontera para
protegerse, pero no hubiéramos violado la frontera de ese país y no
hubiéramos combatido con ese país cualesquiera que hubieran sido las
diferencias ideológicas, un país que está siendo agredido por Hitler.
Creo que fue un error garrafal desde el punto de vista de los principios
y de la opinión internacional.
Creo
que la guerrita contra Finlandia fue otro error garrafal, lo he pensado
toda mi vida, tanto desde el punto de vista de los principios como
desde el punto de vista del derecho internacional; esa es la opinión que
he tenido siempre.
Fue
cometiendo sucesivos errores que le granjearon la antipatía a la Unión
Soviética en grandes sectores de la opinión pública mundial, que
pusieron en todo el mundo a los comunistas, que eran muy solidarios y
muy amigos de la Unión Soviética, en situaciones sumamente difíciles al
tener que defender ante la opinión pública de esos países cada uno de
aquellos episodios, porque tuvieron que hacerse una especie de harakiri
los comunistas en todo el mundo -eran los años de la internacional- por
defender a la URSS. Y yo diría que fue correcto defender a la URSS. No
podían abandonar a la URSS cualesquiera que fueran errores, pero se
vieron obligados a defender cosas tan impopulares y tan antipáticas como
el Pacto Molotov-Ribbentrop, la ocupación de una parte del territorio
polaco y la guerra de Finlandia. Ya que estamos hablando de este tema,
aprovecho y te digo, nunca he abordado estos temas así ningún
periodista.
Considero
que fueron errores políticos garrafales y errores de principio también,
que nosotros jamás habríamos cometido. Creo que la historia de la
Revolución Cubana es un argumento que demuestra esto que estoy
razonando, porque jamás la Revolución cometió una violación de
principio; jamás la Revolución, por ninguna razón ni por ninguna
conveniencia nacional, abandonó ninguna causa justa en este mundo, ni
abandonó a un solo movimiento revolucionario a pesar de que nosotros
teníamos por adversario a un país tan poderoso y un gobierno tan
poderoso como el de Estados Unidos.
La
historia de la Revolución demuestra que nosotros nunca hemos incurrido
en una violación de principios. Las cosas que mencioné están reñidas con
los principios, con la doctrina; están reñidas, incluso, con la
sabiduría política. Aunque es cierto que desde septiembre de 1939 hasta
junio de 1941 transcurrieron un año y nueve meses para el rearme de la
URSS, en ese período quien se hizo mucho más fuerte, cinco veces más
fuerte, diez veces más fuerte, fue Hitler. Pudo la URSS haber
incrementado a un altísimo costo político y moral su poderío militar,
pero Hitler se hizo diez veces más poderoso en ese momento.
Si
Hitler va a la guerra en 1939 contra la URSS, te digo que hubiera hecho
menos destrucción que la que hizo en junio de 1941, y habría corrido la
misma suerte que Napoleón Bonaparte. No ya solo con el ejército
soviético, que era una realidad y que tenía muchos oficiales valientes,
aguerridos, experimentados en las guerras de la época de la Revolución
de Octubre: un pueblo siempre Combativo, un pueblo valiente. Con la
participación del pueblo en la guerra irregular, la Unión Soviética
hubiera derrotado a Hitler.
Desde
luego, a mi juicio, fue y siempre vi eso como un gran error de Stalin y
la dirección soviética. Por último, el carácter de Stalin, su
desconfianza terrible de todo, lo llevó a cometer otros graves errores:
uno de ellos fue caer en la trampa de las intrigas alemanas, y llevó a
cabo una depuración tremenda, terrible, cruenta, de las fuerzas armadas y
descabezó, prácticamente, al ejército soviético en vísperas de la
guerra.
Otro
error gravísimo fue en junio de 1941, cuando los alemanes habían
concentrado millones de hombres, miles y miles de aviones, decenas de
miles de tanques y carros blindados, cientos de divisiones en las
fronteras divisiones alemanas, rumanas, húngaras, finlandesas, incluso—,
que, frente a una evidentísima agresión —era imposible ocultar esos
planes de agresión—, se empecina -cn la teoría de que era una
provocación, de que todo lo que le decían y todo lo que le informaban de
eso era una provocación, y adopta una política de avestruz, mete la
cabeza en un un hueco. No movilizó las tropas, y cualquier país, cuando
ve que una agresión es inminente, lo primero que tiene que decretar es
una movilización general.
Un
país como la Unión Soviética, que podía movilizar a muchos millones de
hombres, campesinos, soldados, obreros; que podía movilizar a toda la
población y que tenía miles de aviones, y miles de tanques, en vez de
movilizar, aunque fuera de manera progresiva, pero movilizarlos, o
decretar una movilización general oportuna e inmediata, adopta una
posición, a mi juicio, absurda, demasiado cautelosa, extraordinariamente
cautelosa, podríamos decir que excesivamente cautelosa, para no darle
pretexto a Hitler, y por ello no moviliza al ejército, no decreta la
movilización general. Entonces, figúrate, ¿qué ocurre? Después de todos
los errores anteriores —eso fue en el año 1941—, atacan a la Unión
Soviética por sorpresa el día 22 de junio; creo que era un fin de
semana, un sábado o un domingo.
¿Cómo
tú puedes atacar con millones de hombres por sorpresa? Se produjo, sin
embargo, la sorpresa y se atacó a un país desmovilizado. Resulta que los
oficiales y muchos soldados estaban de pase el día del ataque, la
aviación en primera línea, en los aeródromos de primera línea. Para mí
siempre ha sido clarísimo que lo que se debió hacer en ese momento fue
la movilización general total, retirar a la profundidad la aviación y
otras medidas similares. Si tú no vas a atacar, si vas a adoptar una
política defensiva, en esas condiciones debes retirar a la profundidad
toda la aviación, movilizar toda la reserva, concentrar toda esa reserva
en los puntos estratégicos, tener en máxima alerta combativa a todos
los hombres de primera línea, y Hitler no habría podido atacar por
sorpresa y alcanzar grandes resultados iniciales.
Cuando
se produce la invasión de Yugoslavia, que retrasa tal vez en algunas
semanas el ataque de Hitler, ya tenía que estar la Unión Soviética
movilizada. Y si eso ocurre en el año 1941, tengo la absoluta seguridad
de que el ejército de Hitler se estrella contra el ejército soviético en
la profundidad y no hubieran cercado a millones de hombres, no hubieran
hecho cientos de miles de prisioneros en las primeras semanas de la
guerra, no habrían destruido casi toda la aviación el primer día, y no
hubieran causado la enorme destrucción que causaron en las primeras
semanas y meses de la guerra. No llegan a Moscú, no llegan a Kiev, no
llegan a Stalingrado, no llegan a ninguna de esas partes; era imposible,
ese país inmenso se habría tragado a los ejércitos alemanes si su
pueblo, si sus fuerzas hubieran estado movilizados. Creo que la historia
del mundo sería otra, incluso, y la Segunda Guerra Mundial, si hubiera
hecho la Unión Soviética lo que tenía que haber hecho en vísperas de la
agresión alemana, la guerra no termina en Berlín, sino en Portugal si
los hitlerianos no se rendían.
La pupila insomne | 1 junio, 2020 de 7:53 | Etiquetas: Alemania, Unión Soviética | Categorías: Fidel Castro, Historia | URL: https://wp.me/p10AwN-ipA
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