lunes, 1 de junio de 2020

Europa y la URSS en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Por Fidel Castro por La pupila insomne

Fragmento de la entrevista concedida por el Comandante en Jefe Fidel Castro a Tomás Borge entre los días 18 y 20 de abril de 1992.  Stalin. (Capítulo 3 del libro Un grano de maíz). Por Tomás Borge
Existen documentos, existen pruebas de todas clases, y es un hecho claro, evidente, que las potencias occidentales, los países capitalistas querían echar a pelear a Hitler contra la URSS; es un hecho clarísimo, evidente, probado en la historia, que Hitler fue visto con beneplácito, incluso con simpatías, y que el nazismo recibe apoyo de la burguesía en Alemania como instrumento contra el comunismo. Porque aunque Hitler era un fanático racista, y lo demostraba, todas esas cosas se las perdonaban a Hitler porque se presentaba como un campeón de la lucha contra el comunismo, y todo el mundó vio en Hitler el instrumento para destruir a la Unión Soviética. Cuando empieza la Segunda Guerra Mundial, yo tenía 13 años y ya entonces leía todos los periódicos; desde la Guerra Civil Española yo leía todos los periódicos, todas las noticias internacionales, siempre con una gran avidez.

La Guerra Civil fue en 1936, entonces iba a cumplir 10 años, y recuerdo casi como si acabara de leerlas, muchas de las noticias que llegaban aquí, porque en la finca de mi padre vivían muchos españoles y algunos de ellos no sabían leer ni escribir —allí estaban divididos entre republicanos y franquistas, y había muchos de estos españoles que por instinto eran republicanos—, entonces me pedían que les leyera el periódico. Al cocinero de la casa, entre otros, un gallego de origen campesino, analfabeto, republicano a rabiar —parece que por tradición en la sangre llevaba la rebeldía contra el feudalismo y contra la explotación—, yo le leía las noticias, y recuerdo todas las batallas en Asturias, en Teruel, en el Ebro, y seguía al pie de la letra todo aquello. En los años que precedieron la Segunda Guerra Mundíal leía los periódicos, y durante los años de la guerra leía las noticias todos los días, para no hablarte ya de la cantidad de libros que he leído, tanto de los acontecimientos militares ocurridos entonces como de los acontecimientos políticos posteriores a la guerra. Durante 50 años he leído sobre esos hechos y cuando comenzó aquello yo tenía, como te dije, 13 años.
He podido reconstruir en mi mente muchas cosas y hacer análisis políticos de todo eso, análisis políticos e incluso análisis militares. No se puede negar, en absoluto, el hecho de que las potencias occidentales impulsaron a Hitler, hasta que Hitler se convirtió en un monstruo, en una verdadera amenaza. Tampoco se puede negar la extraordinaria debilidad que tuvieron las potencias occidentales con Hitler y su conducta en los días que precedieron a la anexión de Austria, al famoso Anschluss; primero que todo a la ocupación del Sarre, donde se le tenía prohibido enviar las tropas, y todavía antes la intervención de Hitler y de Mussolini en España.
Fueron los aviones de bombardeo y los pilotos alemanes los que destruyeron a Guernica y los que bombardearon a Madrid, los que mataron a cientos de miles de españoles; fueron los aviones alemanes y los aviones italianos en una clara política expansionista los que decidieron, entre otros factores, la guerra. Sin embargo, junto a la República Española no luchó ningún avión inglés, ningún avión francés, ningún avión norteamericano; fueron las brigadas de voluntarios internacionales las que participaron allí. El único país que la ayudó de verdad fue la URSS. No se puede negar históricamente que las armas con que esencialmente luchó la República Española eran armas provenientes de la Unión Soviética, y los aviones con que contó la República, los tanques, la artillería eran procedentes de la URSS; lo que tenían los soviéticos se lo dieron, se lo hicieron llegar allá. ¿Qué otro país hizo eso cuando Hitler y Mussolini desataban una política expansionista? Y lograron su objetivo por fin, lograron que la República Española desapareciera. ¿Qué hizo Occidente? ¿Qué hicieron las potencias occidentales que eran poderosas en aquel tiempo? En medio de aquellos acontecimientos se produce el rearme alemán. ¿ Qué hizo Occidente por impedir el rearme alemán?
Después vino la ocupación de todas aquellas áreas del territorio de Europa donde no podía introducirse el ejército de Hitler. Más tarde los alemanes se anexionan Austria, se expanden. Después viene Munich y le arrebatan una parte del territorio a Checoslovaquia, y más adelante, en poco tiempo, ocupan el resto del país; la influencia y la expansión alemanas avanzan en dirección a Hungría, en dirección a Rumanía, en dirección a Bulgaria, enviando fuerzas a todas las partes.
¿Qué hace Occidente frente a todos esos movimientos? Dejan sola a la URSS, y la URSS se ve muy atemorizada frente a aquella maniobra, veía que Hitler penetraba en el Danubio y en lugares estratégicos y nada, se le toleró todo aquello. Claro, eso estimuló el expansionismo de Hitler y el temor de Stalin, que lo lleva a algo que yo toda mi vida criticaré, porque pienso que fue realmente una violación flagrante de principio: buscar a toda costa la paz con Hitler para ganar tiempo. Nosotros en nuestra larga vida revolucionaria, en la historia ya relativamente larga de la Revolución Cubana, jamas hemos negociado un solo principio para ganar tiempo ni para ninguna ventaja de tipo práctico. Creo que aquello fue un error garrafal. No voy a decir que fuera su exclusiva culpa, creo que toda la política occidental lo arrastró hacia esa posición; pero él cae en aquel famoso Pacto Molotov-Ribbentrop, cuando ya los alemanes estaban empezando a exigir la entrega del corredor de Dantzig; hicieron una serie de exigencias sobre Polonia y en ese momento se produce el pacto.
Toda mi vida, desde que he tenido conciencia política y conciencia revolucionaria, al analizar esos hechos, me pareció un enorme error cometido por la política exterior soviética, cometido por Stalin en esos años en vísperas de la guerra.pienso que, además, el pacto de no agresión, lejos de dar tiempo, redujo el tiempo, porque en definitiva se desató la guerra. Claro que cuando Hitler ataca a Polonia, Inglaterra y Francia se quedaron sin ninguna otra alternativa, y se desató la guerra.
¿Qué consecuencias trajo la guerra? Todas aquellas acciones militares relámpago de Hitler, la invasión sucesiva de Noruega, posteriormente la ocupación de Bélgica y Holanda, el ataque a Francia, la derrota de Francia e Inglaterra en el territorio continental. Se incrementa el poderío de Hitler en toda Europa; entra oportunistamente Mussolini en la guerra creyendo que era el momento en que se desplomaba Francia, y cada mes que pasaba Hitler era más poderoso, cada mes que pasaba tenía más recursos humanos, más recursos materiales, combustibles, minerales, todo, y se iba haciendo un enemigo mucho más poderoso para la Unión Soviética.
Luego, en ese período también, en esa situación, se va produciendo una competencia entre Stalin y Hitler, viendo que podía producirse la guerra a medida que Hitler avanzaba hacia Oriente, tratando de ganar posiciones, tratando de ganar territorio, tratando de ganar ventajas estratégicas. ¿Qué pienso de todo eso? ¿Tienen algún peso las razones para ciertas acciones soviéticas en aquel tiempo? Si tú dices: Aquí hay una población rusa y la quiero proteger, no debo dejar que vengan los alemanes, voy a ocuparla. Ahí se produce, a mi juicio, otro gran error: en el momento en que está siendo atacada Polonia, envía tropas a ocupar ese territorio que había estado en litigio porque tenía población ucraniana o rusa, no sé.
¿Cuál pienso que habría sido la mejor política? Estoy seguro de que si nosotros nos hubiéramos visto en una situación como ésa, habríamos hecho otra cosa. Nosotros, antes de dar la imagen de que estamos atacando por la retaguardia a ese país invadido por Hitler, hubiéramos preferido invitar a la población a que cruzara al otro lado de la frontera para protegerse, pero no hubiéramos violado la frontera de ese país y no hubiéramos combatido con ese país cualesquiera que hubieran sido las diferencias ideológicas, un país que está siendo agredido por Hitler. Creo que fue un error garrafal desde el punto de vista de los principios y de la opinión internacional.
Creo que la guerrita contra Finlandia fue otro error garrafal, lo he pensado toda mi vida, tanto desde el punto de vista de los principios como desde el punto de vista del derecho internacional; esa es la opinión que he tenido siempre.
Fue cometiendo sucesivos errores que le granjearon la antipatía a la Unión Soviética en grandes sectores de la opinión pública mundial, que pusieron en todo el mundo a los comunistas, que eran muy solidarios y muy amigos de la Unión Soviética, en situaciones sumamente difíciles al tener que defender ante la opinión pública de esos países cada uno de aquellos episodios, porque tuvieron que hacerse una especie de harakiri los comunistas en todo el mundo -eran los años de la internacional- por defender a la URSS. Y yo diría que fue correcto defender a la URSS. No podían abandonar a la URSS cualesquiera que fueran errores, pero se vieron obligados a defender cosas tan impopulares y tan antipáticas como el Pacto Molotov-Ribbentrop, la ocupación de una parte del territorio polaco y la guerra de Finlandia. Ya que estamos hablando de este tema, aprovecho y te digo, nunca he abordado estos temas así ningún periodista.
Considero que fueron errores políticos garrafales y errores de principio también, que nosotros jamás habríamos cometido. Creo que la historia de la Revolución Cubana es un argumento que demuestra esto que estoy razonando, porque jamás la Revolución cometió una violación de principio; jamás la Revolución, por ninguna razón ni por ninguna conveniencia nacional, abandonó ninguna causa justa en este mundo, ni abandonó a un solo movimiento revolucionario a pesar de que nosotros teníamos por adversario a un país tan poderoso y un gobierno tan poderoso como el de Estados Unidos.
La historia de la Revolución demuestra que nosotros nunca hemos incurrido en una violación de principios. Las cosas que mencioné están reñidas con los principios, con la doctrina; están reñidas, incluso, con la sabiduría política. Aunque es cierto que desde septiembre de 1939 hasta junio de 1941 transcurrieron un año y nueve meses para el rearme de la URSS, en ese período quien se hizo mucho más fuerte, cinco veces más fuerte, diez veces más fuerte, fue Hitler. Pudo la URSS haber incrementado a un altísimo costo político y moral su poderío militar, pero Hitler se hizo diez veces más poderoso en ese momento.
Si Hitler va a la guerra en 1939 contra la URSS, te digo que hubiera hecho menos destrucción que la que hizo en junio de 1941, y habría corrido la misma suerte que Napoleón Bonaparte. No ya solo con el ejército soviético, que era una realidad y que tenía muchos oficiales valientes, aguerridos, experimentados en las guerras de la época de la Revolución de Octubre: un pueblo siempre Combativo, un pueblo valiente. Con la participación del pueblo en la guerra irregular, la Unión Soviética hubiera derrotado a Hitler.
Desde luego, a mi juicio, fue y siempre vi eso como un gran error de Stalin y la dirección soviética. Por último, el carácter de Stalin, su desconfianza terrible de todo, lo llevó a cometer otros graves errores: uno de ellos fue caer en la trampa de las intrigas alemanas, y llevó a cabo una depuración tremenda, terrible, cruenta, de las fuerzas armadas y descabezó, prácticamente, al ejército soviético en vísperas de la guerra.
Otro error gravísimo fue en junio de 1941, cuando los alemanes habían concentrado millones de hombres, miles y miles de aviones, decenas de miles de tanques y carros blindados, cientos de divisiones en las fronteras divisiones alemanas, rumanas, húngaras, finlandesas, incluso—, que, frente a una evidentísima agresión —era imposible ocultar esos planes de agresión—, se empecina -cn la teoría de que era una provocación, de que todo lo que le decían y todo lo que le informaban de eso era una provocación, y adopta una política de avestruz, mete la cabeza en un un hueco. No movilizó las tropas, y cualquier país, cuando ve que una agresión es inminente, lo primero que tiene que decretar es una movilización general.
Un país como la Unión Soviética, que podía movilizar a muchos millones de hombres, campesinos, soldados, obreros; que podía movilizar a toda la población y que tenía miles de aviones, y miles de tanques, en vez de movilizar, aunque fuera de manera progresiva, pero movilizarlos, o decretar una movilización general oportuna e inmediata, adopta una posición, a mi juicio, absurda, demasiado cautelosa, extraordinariamente cautelosa, podríamos decir que excesivamente cautelosa, para no darle pretexto a Hitler, y por ello no moviliza al ejército, no decreta la movilización general. Entonces, figúrate, ¿qué ocurre? Después de todos los errores anteriores —eso fue en el año 1941—, atacan a la Unión Soviética por sorpresa el día 22 de junio; creo que era un fin de semana, un sábado o un domingo.
¿Cómo tú puedes atacar con millones de hombres por sorpresa? Se produjo, sin embargo, la sorpresa y se atacó a un país desmovilizado. Resulta que los oficiales y muchos soldados estaban de pase el día del ataque, la aviación en primera línea, en los aeródromos de primera línea. Para mí siempre ha sido clarísimo que lo que se debió hacer en ese momento fue la movilización general total, retirar a la profundidad la aviación y otras medidas similares. Si tú no vas a atacar, si vas a adoptar una política defensiva, en esas condiciones debes retirar a la profundidad toda la aviación, movilizar toda la reserva, concentrar toda esa reserva en los puntos estratégicos, tener en máxima alerta combativa a todos los hombres de primera línea, y Hitler no habría podido atacar por sorpresa y alcanzar grandes resultados iniciales.
Cuando se produce la invasión de Yugoslavia, que retrasa tal vez en algunas semanas el ataque de Hitler, ya tenía que estar la Unión Soviética movilizada. Y si eso ocurre en el año 1941, tengo la absoluta seguridad de que el ejército de Hitler se estrella contra el ejército soviético en la profundidad y no hubieran cercado a millones de hombres, no hubieran hecho cientos de miles de prisioneros en las primeras semanas de la guerra, no habrían destruido casi toda la aviación el primer día, y no hubieran causado la enorme destrucción que causaron en las primeras semanas y meses de la guerra. No llegan a Moscú, no llegan a Kiev, no llegan a Stalingrado, no llegan a ninguna de esas partes; era imposible, ese país inmenso se habría tragado a los ejércitos alemanes si su pueblo, si sus fuerzas hubieran estado movilizados. Creo que la historia del mundo sería otra, incluso, y la Segunda Guerra Mundial, si hubiera hecho la Unión Soviética lo que tenía que haber hecho en vísperas de la agresión alemana, la guerra no termina en Berlín, sino en Portugal si los hitlerianos no se rendían.
La pupila insomne | 1 junio, 2020 de 7:53 | Etiquetas: Alemania, Unión Soviética | Categorías: Fidel Castro, Historia | URL: https://wp.me/p10AwN-ipA

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