lunes, 20 de junio de 2022

Un cordón sanitario contra el bloqueo a Cuba. Por José Manzaneda

Un cordón sanitario contra el bloqueo a Cuba. Por José Manzaneda

El diálogo Cuba-EEUU, durante la administración Obama, duró dos años. Y, en ese lapso, un mínimo paquete de licencias y unas pocas medidas de alivio al bloqueo provocaron la mejora visible en la economía de la Isla (1). Cuba vivía tiempos de alivio. Y apostar por el bloqueo estaba mal visto.


Pero llegó Donald Trump, y su pacto con el senador Marco Rubio impuso de nuevo la agenda de sufrimiento a la población cubana (2). Al impacto de doscientas nuevas sanciones, se unió la pandemia, que fulminó los ingresos por turismo y exportaciones. El cóctel de penurias desembocó en las protestas del 11 de julio (3). Que hoy son el argumento de algunos medios para jalear las medidas de fuerza de EEUU contra Cuba, con el pueblo cubano como rehén.
Uno de ellos es el diario español ABC. El reciente anuncio de la Administración Biden de levantar ciertas prohibiciones de vuelos, visados y remesas a Cuba, sería –según el rotativo- abrir “la mano con la dictadura castrista” (4). En el caso de Venezuela, denunciaba que “Biden levanta sanciones a Maduro sin condiciones previas” (5). ¿Qué es lo que apoya por tanto el ABC? El derecho imperial a imponer el asedio contra el pueblo cubano y venezolano –mediante la privación de alimentos, combustible o medicinas- hasta que sus gobiernos acepten las “condiciones previas” de la Casa Blanca.
El ABC actúa, así, como un instrumento de propaganda de guerra, en la línea clásica de los medios de Miami. Uno de estos, Telemundo, aseguraba que “Biden ha decidido relajarle las sanciones a la dictadura cubana” (6). Otro, el “Diario Las Américas”, que “flexibiliza las sanciones al régimen represor de Cuba” y que Obama propició “un acercamiento con el régimen comunista de La Habana a cambio de nada” (7). La misma idea: no se debe levantar el castigo al pueblo si no es “a cambio de” concesiones políticas.
Las medidas de Biden han provocado la ira en las redacciones de Miami. El “Diario Las Américas” llegaba a incluir tres veces, en una sola frase, la palabra “dictadura”. Contamos: “la dictadura (uno) mantenía presos políticos en las mazmorras de la dictadura (dos), una situación que se ha agravado porque la dictadura (tres) ha encarcelado más opositores”. ¿Les ha quedado claro o repetimos lo de “dictadura”?
Por su lado, los medios “progresistas” exageran el impacto del supuesto “levantamiento” o “suavización” de sanciones a Cuba: “Parece que el deshielo ha comenzado”, decía exultante el diario “El País” (8). Lo cierto es que las medidas son muy tibias, apenas nada. Cuba sigue sin poder ejercer el comercio, tiene inflados los precios de sus importaciones, interceptadas sus transferencias, perseguidas sus inversiones, prohibido el turismo de EEUU y negados los préstamos al desarrollo, por mencionar solo una parte del asedio impuesto (9).
La prensa liberal estadounidense, tan sensible con el tema “de las libertades”, calla cuando las viola su gobierno para golpear a Cuba. The Washington Post publicaba un extenso reportaje sobre las citadas medidas, sin hacer el menor análisis crítico sobre las prohibiciones de viaje que mantienen (10) (11). Recordemos que el turismo y los viajes individuales de estadounidenses a Cuba siguen estando prohibidos. Y que solo se autorizan algunos viajes en grupo, bajo control de un “comisario político” y con un declarado fin de influencia e intervención en la sociedad cubana (12). “Ciertamente nos aseguraremos de que el viaje tenga un propósito”, aseguraba el Gobierno de EEUU: el de apoyar a “la sociedad civil en Cuba” y promover su “independencia con respecto de las autoridades cubanas”, porque “los estadounidenses son los mejores embajadores de los valores democráticos” (13).
En cualquier caso, todo alivio –aunque sea mínimo- de las sanciones es positivo, sin duda. Más aún, si provoca los gritos desesperados contra las «concesiones unilaterales», la “claudicación” y la «traición a la causa de la libertad», desde la ultraderecha de Miami (14) (15). Frente a la que habría que establecer un cordón sanitario internacional.
Cordón sanitario que aísle también a las organizaciones que, financiadas desde EEUU, apoyan en Europa esta violación del derecho internacional humanitario, este acto de guerra económica e intento planificado de genocidio que es el bloqueo de EEUU contra el pueblo cubano (16).

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