jueves, 2 de enero de 2014

Cada pueblo, con su escuela.



Cada pueblo, con su escuela


En el último septiembre, los niños y niñas residentes en Allepuz, ya no iniciaron el curso en la escuela del pueblo. La Consejería de Educación del Gobierno Aragonés había tomado la decisión de cerrarla, al no alcanzar la ratio la cantidad mínima de 6 alumnos, según la reglamentación vigente (efecto de los recortes educativos). Los alumnos “supervivientes” han de ser trasladados de lunes a viernes. En el recuerdo lejano quedan la escuela de chicas y la de chicos con más de treinta en cada una. Para el presente curso escolar, la misma suerte que los de Allepuz, sufrieron los de Mezquita de Jarque, Orrios, Torrijas y Crivillén. Para el curso anterior (2012-13), Palomar de Arroyo, Libros y Loscos ya no abrieron sus respectivas escuelas, cuando, legalmente, todavía eran suficientes 5 alumnos para mantener abierta una escuela unitaria rural.
Esta problemática, general en todo el Aragón rural, incide mayormente en Teruel, como consecuencia de la falta de natalidad propiciada por el envejecimiento y la disminución de la población, y puede convertirse a su vez, en causa de de la pérdida de habitantes de cada pueblo afectado.
Alberto Lorente, director del Colegio Rural Agrupado de Azuara (Zaragoza), afirma que “el cierre de la escuela suele ser la sentencia final para cualquier pueblo”, opinión compartida por Pepe Polo, representante de la Federación de Enseñanza de CCOO en Teruel. La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Aragón (FAPAR), manifiesta que el mantenimiento de la escuela rural “es imprescindible para vertebrar Aragón” y solicita medidas de compensación positiva con la población del medio rural. A esta solicitud se suma nuestro Colectivo Sollavientos desde aquí y remite a la Ley 45/2007 para el desarrollo sostenible del medio rural , que, en su artículo 28, apartado b) contiene referencias a la mejora de las escuelas especialmente en los municipios rurales de pequeño tamaño y a su utilización para actividades culturales, educativas y sociales para el conjunto de la población .
La cara amable de esta situación la proporciona el caso de Lledó, el de Noguera de Albarracín y el de Pancrudo, que han conseguido salvar sus escuelas in extremis. El Ayuntamiento de Lledó ofreció alquiler de vivienda barato y posibilidad de obtener trabajo. Ha conseguido dos familias más con niños. La llegada de otra familia con tres hijos pequeños a Pancrudo ha proporcionado continuidad a su escuela (a este respecto, se puede constatar una amplia demanda, vía internet, de parejas jóvenes para trabajar y establecer su residencia en pueblos de Teruel). Por su parte, el Ayuntamiento de Mezquita de Jarque ha adquirido un vehículo para trasladar su alumnado a la vecina Cuevas de Almudén y percibirá el importe de las becas destinadas al transporte escolar. La llegada de familias inmigrantes contribuye a paliar la situación, es el caso de Hinojosa de Jarque, por ejemplo; aunque la crisis está frenando este fenómeno.
En mayo de 2012 tuvieron lugar las siguientes acciones reivindicativas por la escuela rural turolense: la “marea verde” en la capital, el encierro del profesorado en el Instituto de Albarracín y la marcha de 65 km del profesorado del C R A Somontano Bajo Aragón (Los Olmos), que finalizó en Crivillén.
El mantenimiento de la escuela en el propio pueblo supone la pervivencia de una comunicación más fácil de los padres con la maestra o maestro y también posibilita la participación de las familias en los proyectos educativos. ¿Cómo puede una criatura estudiar el propio pueblo y su entorno y aprender a valorarlo, a amarlo y a actuar para mejorarlo, si se educa en una población diferente a la de residencia? Cada escuela, con su pueblo.
Una sugerencia para con las escuelas cerradas: por supuesto que volverlas a abrir, a una mala, para impartir educación de adultos.
Gonzalo Tena Gómez. Colectivo Sollavientos

Hagamos que el miedo cambie de bando



Hagamos que el miedo cambie de bando



Cargas policiales, agresiones, golpes, identificaciones aleatorias, detenciones. El miedo ha sido infundido en nuestro bando; en el bando de la clase obrera, el bando de los desposeídos y oprimidos.
Los actos de represión policial no son nuevos en el Estado español, ni mucho menos.
Nuestros padres y abuelos nos han relatado una y otra vez las carreras delante de “los grises”, el cuerpo de Policía Armada (1) creado en los primeros años del franquismo, a imagen y semejanza de los cuerpos represivos nazis de Himmler, como principal brazo ejecutor de sus órdenes represivas y violentas.
Este cuerpo de infame recuerdo protagonizó, entre otros muchos, los “sucesos de Vitoria” del 3 de marzo de 1976 (2), que se saldaron con cinco obreros muertos y cientos de heridos por bala; al amparo del ministro de Gobernación (equivalente a Interior) Manuel Fraga Iribarne, y Adolfo Suárez como sustituto del primero, que se encontraba de viaje en Alemania.
Rodolfo Martín Villa -y su frase “ganamos dos a uno” en Pamplona-; los “incontrolados” de extrema derecha que ayudaron sistemáticamente a los cuerpos de represión del Estado durante el franquismo y la Transición (3); la Brigada Político Social; José Antonio González Pacheco, alias “Billy el Niño”, torturador de la BPS bien conocido por cientos de manifestantes de la época; y una larga lista.
Muchos nombres y demasiados sucesos que hicieron ver al Pueblo que existían dos bandos. Dos bandos irreconciliables por representar intereses de clase antagónicos; intereses impuestos, de un lado, a sangre y fuego por el Estado fascista, y combatido, en posición de desventaja pero firme, por la clase oprimida. Se tenía bien claro que el Estado, copado por el franquismo, era el bando enemigo que les hacía sangrar por luchar por unos derechos que la Dictadura había cercenado..
En España se pegaba, se torturaba y se mataba.
Tras la Transición, el Pueblo se acomodó en un régimen con un ligero barniz democrático al que no le hacía falta ejercer la violencia de manera explícita, como años atrás; una democracia burguesa era un escenario más apacible que una dictadura fascista. Pero ese largo periodo de idílica calma está llegando a su fin, propiciado por el desenmascaramiento de un régimen que se sabe en peligro y que recurre a los viejos hábitos de la represión policial.
En el año 1992, el PSOE sacaba adelante la Ley de Seguridad Ciudadana, la “ley Corcuera”, encaminada a reprimir todo tipo de protesta social a partir de la legitimación plena de toda actuación policial que tuviese como fin cercenar cualquier expresión y actuación contraria a los intereses del régimen. Ahora, en 2013, el PP crea la Ley de Seguridad Privada, por la que hasta los miembros de la Seguridad Privada podrán identificar y detener en la vía pública; de otro lado también sacará adelante la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, mucho más lesiva que la anterior, y que tendrá como fin principal recortar -hasta hacerlo insignificante- el derecho de reunión y manifestación. Y es que la clase dominante se ve tan afianzada en su posición privilegiada que se permite crear leyes administrativas que supriman, de facto, los derechos fundamentales que, hasta ahora, no se habían atrevido a tocar. Han pasado a la época de la ofensiva total, y no se avergüenzan ni disimulan, porque no tienen miedo.
El Estado no es más que la violencia ejercida por la clase dominante sobre la dominada de manera organizada (4). La violencia proveniente del Estado se ha recrudecido de manera flagrante tras aquel 15 de mayo de 2011 en el que el Pueblo comenzó a despertar -con todas las matizaciones pertinentes- y se echó a la calle.
Desde entonces, día tras día, manifestación tras manifestación, asistimos impasibles a las cargas policiales, al empleo sistemático de medios represivos, con las tan famosas -por ser mortales (5)- pelotas de goma como máximo exponente. Desbandadas, carreras, golpes, agresiones. Los relatos de nuestros mayores cobran vida de nuevo.
"El miedo va a cambiar de bando". Esta bonita y recurrente frase, tan en boca últimamente de cantantes, compañeros de lucha, ciertos dirigentes de la izquierda, eslóganes revolucionarios, panfletos, no es más que el retrato de una quimera.
El miedo nunca va a cambiar de bando por sí sólo. Los represaliados durante el franquismo y la Transición no esperaron a que los cambios llegasen por sí solos mientras se lamían sus heridas; salían a la calle sin miedo, porque lo habían superado y ahora lo empleaban como un arma contra sus agresores. Propiciaron que el miedo cambiase de bando.
Mientras el Pueblo en la calle siga temblando ante el paso de un furgón policial, mientras nos sintamos amedrentados por formaciones de agentes de la Unidad de Intervención Policial, todo seguirá igual. Hasta que no asumamos que nos han metido el miedo en el cuerpo, no podremos hacerlo nuestro para usarlo contra el régimen que nos reprime. No podremos asaltar los cielos si no actuamos en consecuencia con la realidad que nos ha tocado vivir; la dura realidad manejada por una clase dominante que nos recorta derechos y nos impone castigos y agrede en caso de intentar reconquistarlos.
Sin embargo, debemos tener siempre presente que nosotros, el Pueblo, los dominados, no tenemos nada que perder, salvo nuestras cadenas; pero tenemos, en cambio, un mundo entero que ganar (6).
El miedo no cambia de bando; al miedo se le hace cambiar de bando.
Notas:
  1. http://www.coet.es/Apunts_Policials/Criminologos/Coet_Apuntes_Crimi_Hist_Pol_Dakar.htm
  2. http://www.rtve.es/alacarta/videos/te-acuerdas/acuerdas-sucesos-vitoria-3-marzo-1976/710638/
  3. J. Bordagaray, Que se vayan, 1978.
  4. V.I.Lenin, El Estado y la Revolución”, 1917.
  5. http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/10/paisvasco/1334072731.html
  6. K. Marx, F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista, 1848.

Salir de la pesadilla del euro



Salir de la pesadilla del euro


Mientras tanto electrónico
I Pasan los meses, se convierten en años y las posibilidades de que los países periféricos de la Eurozona superen esta crisis por una vía que no sea una solución de ruptura se alejan cada vez más del horizonte.
Frente a quienes mantienen que existen vías de reforma capaces de enfrentar la actual situación de deterioro económico y social, la realidad se empeña en demostrar que la viabilidad de esas propuestas requiere de una condición previa inexcusable: la modificación radical de la estructura institucional, de las reglas de funcionamiento y de la línea ideológica que guía el funcionamiento de la Eurozona.
El problema de fondo es que ese marco resulta funcional y esencial para el proceso de acumulación del gran capital europeo; pero, también, y es algo que debemos mantener permanentemente presente, para que Alemania consolide tanto su papel protagónico en Europa como al que aspira en la nueva geopolítica multipolar en construcción. En este sentido, pueden plantearse al menos dos argumentos básicos que refuerzan la tesis de la necesidad de la ruptura del marco restrictivo impuesto por el euro si se desea abrir el abanico de posibilidades para optar a una salida de esta crisis que permita una mínima posibilidad emancipatoria para el conjunto de los pueblos europeos.
El primer argumento es que la solución que se está imponiendo frente a esta crisis desde las élites dominantes a nivel europeo es, en sí misma, una solución de ruptura por su parte y a su favor. Las políticas de austeridad constituyen la expresión palmaria de que esas élites se encuentran en tal posición de fuerza con respecto al mundo del trabajo que pueden permitirse romper unilateral y definitivamente el pacto implícito sobre el que se habían creado, crecido y mantenido los Estados de bienestar europeos. Esas élites saben perfectamente que una clase trabajadora precarizada, desideologizada, desestructurada y que ha perdido ampliamente su conciencia de clase es una clase trabajadora indefensa y sin capacidad de resistencia real para preservar las estructuras de bienestar que la protegían de las inclemencias de la mercantilización de los satisfactores de necesidades económicas y sociales básicas. Las concesiones hechas durante el capitalismo fordista de posguerra están en trance de ser revertidas porque, además, en la privatización de esas estructuras de bienestar existe un nicho de negocio capaz de facilitar la recuperación de la caída en la tasa de ganancia.
El segundo argumento es que no puede olvidarse, como parece que se hace, la naturaleza adquirida por el proyecto de integración monetaria europeo desde que se creó y comenzaron a actuar las dinámicas económicas que el mismo promovía a su interior. El problema esencial es que la Eurozona es un híbrido que no avanza en lo federal, con y por todas las consecuencias que ello tendría en materia de cesión de soberanía, y se mantiene exclusivamente en el terreno de lo monetario porque esa dimensión, junto a la libertad de movimientos de capitales y bienes y servicios, basta para configurar un mercado de grandes dimensiones que permite una mayor escala de reproducción de los capitales, que elimina los riesgos de devaluaciones monetarias competitivas por parte de los Estados y que facilita la dominación de unos Estados sobre otros sobre la base de la aparente neutralidad que se le atribuye a los mercados.
Por lo tanto, Europa –y, con ella, su expresión de “integración” más avanzada que es el euro– se ha convertido en un proyecto exclusivamente económico puesto al servicio de la oligarquías industriales y financieras europeas con el agravante de que, en el proceso, han cooptado a la clase política, tanto nacional como supranacional, secuestrando con ello los mecanismos de intervención política sobre la dinámica económica y restringiendo los márgenes para cualquier tipo de reforma que no actúe en su beneficio. En consecuencia, este espacio difícilmente puede ser identificado y defendido por las clases populares europeas como la Europa de los Ciudadanos a la que en algún momento aspiró la izquierda.  
II
De hecho, existe una serie de elementos que explican por qué el euro haya sido, desde la perspectiva de los pueblos europeos, un proyecto fallido desde su mismo inicio: por un lado, tanto las políticas de ajuste permanente que se articularon durante el proceso de convergencia previo a la introducción del euro como las políticas que se han mantenido desde su entrada en vigor han restringido las tasas de crecimiento económico con el consecuente impacto sobre la creación de empleo; por otro lado, la ausencia de una estructura fiscal de redistribución de la renta y la riqueza o de cualquier mecanismo de solidaridad que realmente responda a ese principio ha dificultado la reducción de los desequilibrios de las condiciones de bienestar entre los ciudadanos de los Estados miembros; y, finalmente, también debe resaltarse que las asimetrías estructurales existentes entre las distintas economías al inicio del proyecto se han ido agravando durante estos años, reforzando la estructura centro-periferia al interior de la Eurozona y apuntalando la dimensión productiva de la crisis actual.
Si a todo ello se le añade el que las políticas encaminadas a salvar el euro son políticas dirigidas a preservar los intereses de la élite económica europea en contra del bienestar de las clases populares, la resultante es que se reafirma la idea del distanciamiento acelerado de la posibilidad de identificar a la Eurozona con un proceso de integración que los pueblos europeos puedan reconocer como propio y construido a la medida de sus aspiraciones.
Puede concluirse, entonces, que el euro –y entiéndaselo no sólo como una moneda en sí misma, sino como todo un sistema institucional y una dinámica funcional puesta al servicio de la reproducción ampliada del capital a escala europea– es la síntesis más cruda y acabada del capitalismo neoliberal. Un tipo de capitalismo que se desarrolla en el marco de un mercado único dominado por el imperativo de la competitividad y en el que, además, se ha producido un vaciado de las soberanías nacionales –y no digamos de las populares–, en beneficio de una tecnocracia que actúa políticamente a favor de las élites europeas y en menoscabo de las condiciones de bienestar de las clases populares.
Y si coincidimos en que para éstas últimas la creación del euro se trata de un proyecto fallido, la cuestión que inmediatamente se plantea es qué pueden hacer, al menos las de los países periféricos sobre los que está recayendo con mayor intensidad el peso del ajuste, frente a un futuro tan poco esperanzador y en el que las opciones de reforma en un sentido solidario se van bloqueando con candados cada vez más férreos. La respuesta a esta cuestión va a depender de cuál sea la concepción que se tenga de la crisis actual, de las dinámicas que la mantienen activa y de las perspectivas de evolución de las relaciones políticas y económicas al interior de la Eurozona que pudieran revertir la situación actual o, en sentido contrario, consolidarla.
III
A mi modo de ver, la crisis presenta en estos momentos dos dimensiones difícilmente reconciliables y que facilitan la consolidación del status quo actual.
La primera dimensión es financiera y se centra en el problema del endeudamiento generalizado que, en el caso de la mayor parte de los países periféricos, se inició como un problema de deuda privada y se convirtió en uno de deuda pública cuando se rescató –y, por tanto, se socializó– la deuda del sistema financiero. Los niveles que ha alcanzado el endeudamiento, tanto privado como público, son tan elevados que es imposible que esa deuda pueda reembolsarse completa, y eso es algo de lo que se debe ser plenamente consciente por sus consecuencias prácticas. De eso, y del hecho de que, privados de moneda nacional y con unas tasas de crecimiento del ratio deuda/PIB muy superiores a las de la tasa de crecimiento económico, la carga de la deuda se hace insostenible y se convierte en una bomba de relojería que en algún momento estallará sin remedio.
La segunda dimensión es real y se concreta en las diferencias de competitividad entre las economías centrales y las economías periféricas. Esas diferencias se encuentran, entre otros factores, en el origen de la crisis y el problema de fondo es que no sólo no están disminuyendo sino que se están ampliando. Es más, la lectura de la reducción de los desequilibrios externos de las economías periféricas al interior de la Eurozona como un síntoma de que estamos en tránsito de superación de la crisis es manifiestamente perversa porque desconsidera la tremenda repercusión del estancamiento económico sobre las importaciones.
El vínculo de conexión entre ambas dimensiones de la crisis lo constituye la posición dominante alcanzada por los países centrales frente a los periféricos y, en concreto, la posición alcanzada por Alemania en el conjunto de la Eurozona, no sólo relevante por su peso económico sino también por su control político de las dinámicas de reconfiguración de la Eurozona que se están desarrollando con la excusa de ser soluciones frente a la crisis pero que actúan, de hecho, reforzando su hegemonía.
Si a ello se le añaden las peculiaridades de su estructura productiva, caracterizada por la debilidad crónica de su demanda interna –y, por tanto, por la existencia recurrente de exceso de ahorro nacional– y la potencia de su demanda externa –fundamento de sus superávits comerciales continuos–, comprobaremos cómo lo que parecía un círculo virtuoso de crecimiento para toda la Eurozona se ha acabado convirtiendo en un yugo sobre las economías periféricas, principal destino de los flujos financieros a través de los que Alemania rentabilizaba sus excedentes de ahorro interno y comerciales reciclándolos en forma de deuda externa que colocaba en dichas economías.
De esa forma, Alemania ha reconvertido su posición acreedora en una posición de dominación cuasi hegemónica que le permite imponer las políticas necesarias a sus intereses. Esto implica, en la práctica, que cualquier solución de naturaleza cooperativa para resolver la crisis es automáticamente rechazada mientras que se refuerzan, por el contrario, los planteamientos de naturaleza competitiva entre economías cuyas desigualdades en términos de competitividad ya se han demostrado insostenibles en un marco tan disímil y asimétrico como el de la Eurozona.
Y, así, resulta tan trágico como desolador asistir a la aquiescencia con la que los gobiernos de la Eurozona periférica asumen y aplican políticas que están agravando las diferencias estructurales preexistentes y que, por lo tanto, no hacen sino acentuar las diferencias en términos productivos y de bienestar entre el centro y la periferia sin que pueda existir ningún viso de solución a través de las mismas: los procesos de deflación interna no sólo merman la capacidad adquisitiva de las clases populares sino que, además, elevan la carga real de la deuda a nivel interno tanto de la deuda privada (por la vía de la deflación salarial) como de la deuda pública (por el diferencial entre las tasas de crecimiento del producto interior bruto y de la deuda pública), con el agravante añadido de que cualquier apreciación del tipo de cambio del euro se traduce en una erosión de las ganancias de competitividad espurias conseguidas por la vía de la deflación salarial. Se trata, por tanto, de un camino hacia el abismo del subdesarrollo.
Es por ello por lo que, si no se producen cambios estructurales radicales (que pasan todos ellos por mecanismos de transferencias fiscales redistributivas), la Eurozona se consolidará como un espacio asimétrico de acumulación de capitales en el que las economías periféricas se verán condenadas a desenvolverse en alguna de las soluciones de equilibrio sin crecimiento posibles, por utilizar un eufemismo economicista, o, en el peor de los casos, aquélla acabará saltando parcial o totalmente por los aires.
El problema es que esas reformas radicales no sólo no aparecen en la agenda europea, sino que son sistemáticamente vetadas por Alemania. De hecho, creo que es fácilmente constatable cómo en estos momentos, en el seno de la Eurozona, existen tensiones entre los intereses de las élites económicas y financieras europeas y los de las clases populares del conjunto de la Eurozona, más intensas en el caso de las de los Estados periféricos; entre los intereses de Alemania y otros Estados del centro y los de los Estados de la periferia; y entre las propuestas de solución de la crisis impuestas por dichas élites y Estados y la lógica económica más elemental, la que queda expresada en las principales identidades macroeconómicas que recogen las interrelaciones entre los balances de los sectores privado, público y externo de las economías de la Eurozona. Todas esas tensiones, debidamente gestionadas por quienes detentan el poder en los diferentes ámbitos de expresión del mismo, son funcionales a la consolidación de una Eurozona asimétrica, en el sentido ya señalado, y dominada por Alemania.
IV
Pero, además, esas tensiones ciegan la posibilidad de una salida a la crisis para las clases populares que no sea de ruptura, tal y como se apuntó al inicio de este texto. El problema se presenta cuando quienes únicamente están planteando esa posibilidad de ruptura unilateral, de salida del euro, son los partidos nacionalistas de extrema derecha, apropiándose de un sentimiento de insatisfacción popular creciente contra el euro, frente a una izquierda que sigue invocando la opción por unas reformas que confrontan directamente con los intereses de quienes han puesto a su servicio las potencialidades de dominación imperial por la vía económica que facilita el euro. Desde ese punto de vista, sería oportuno dejar de visualizar al euro meramente como una moneda y pasar a asimilarlo a un arma de destrucción masiva que está destruyendo no sólo el bienestar de los pueblos europeos sino, también, el sentimiento europeísta basado en la fraternidad entre esos pueblos que tanto trabajo costó construir.
El problema de credibilidad se agrava para la izquierda cuando, para promover las reformas necesarias, se apela a la activación de un sujeto, la “clase trabajadora europea”, que actúe como vanguardia en la transformación de la naturaleza de la Eurozona. Y es que la situación de la clase trabajadora en Europa nunca se ha encontrado más deteriorada en lo que a conciencia e identidad de clase se refiere, sin que ello merme un ápice el hecho incontestable de que la relación salarial sigue siendo la piedra de toque esencial del sistema capitalista. Como escribía recientemente Ulhrich Beck, vivimos la tragedia de estar en momentos revolucionarios sin revolución y sin sujeto revolucionario. Ahí es nada.
En todo caso, el horizonte se clarificaría si la izquierda fuera capaz de dar una respuesta creíble a una cuestión que se niega a considerar y que, sin embargo, puede manifestarse más pronto que tarde en el escenario europeo y, concretamente, en Grecia: ¿qué podría hacer un gobierno de izquierdas que alcanzara el poder en un único país de la periferia? ¿Debería esperar a que estuvieran dadas las condiciones objetivas en el resto de la Eurozona para proceder a su reforma, siendo conscientes que eso exige el voto unánime de 27 Estados, o debería aprovechar la ventana de oportunidad que la historia le ha permitido abrir y promover la salida de ese Estado del euro?
Evidentemente, la respuesta no es fácil pero tampoco cabe hacerse trampas al solitario. Para ello es necesario reconocer de partida que, en el marco del euro, no hay margen alguno para políticas realmente transformadoras que actúen en beneficio de las clases populares. Es más, me atrevería a afirmar que en ese marco no hay margen alguno para la política porque ésta ha sido secuestrada por el tipo de institucionalidad desarrollada para dar carta de naturaleza a una moneda que carece detrás de cualquier tipo de proyecto de construcción de una comunidad política integradora de los pueblos de Europa. Es por ello que resulta un contrasentido reclamar procesos constituyentes cuando la condición de posibilidad previa para que ese proceso pueda realizarse con plenitud es la ruptura con el marco institucional, político, económico y legal que impone el euro. Una comunidad sólo puede refundarse a través de un proceso constituyente si lo hace sin restricciones de partida previas, impuestas desde fuera y que actúan, para más inri, en detrimento de los intereses de las mismas clases populares que reclaman ese proceso constituyente.
O, por decirlo en otros términos, la ruptura con el euro no es condición suficiente pero sí necesaria para cualquier proyecto de transformación social emancipatorio al que pueda aspirar la izquierda. Por lo tanto, reivindicar la revolución en abstracto y, simultáneamente, tratar de preservar la moneda europea y las instituciones y políticas que le son consustanciales en esta Europa del Capital hasta que se den las condiciones europeas para su reforma, constituye una contradicción en los términos que resta credibilidad ante unas clases populares que parecen haber identificado al enemigo con mayor claridad que los dirigentes de la izquierda.
Es por ello que hasta que esa contradicción no sea asumida y superada y los discursos políticos y económicos sean ambos de ruptura y corran en paralelo; hasta que la salida del euro sea percibida no sólo como un problema, sino también como parte de la solución a la situación dependiente de las economías periféricas al abril el horizonte de posibilidades para recomponerse como economías y buscar su senda de desarrollo en la producción y provisión de bienestar de una forma más autocentrada y menos dependiente de su inserción en la economía mundial; hasta que deje de atenazarnos el miedo a romper las cadenas del euro por carecer de certezas absolutas sobre cómo podría ser la vida fuera del mismo, de la misma forma que atenazaba a quienes se negaban a romper con el patrón oro tras la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado; hasta que todo eso no ocurra sólo me queda pronosticar, con pesar, un largo periodo de sufrimiento social y económico para los pueblos y trabajadores de la periferia europea.
Alberto Montero Soler (Twitter: @amonterosoler) es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga. Puedes leer otros textos suyos en su blog La Otra Economía.

El video 'más odiado' de YouTube

El video 'más odiado' de YouTube


 

El video de la entrevista del director de la Agencia de la Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA) se volvió uno de los 'más odiados' en YouTube. En el video, el jefe de la NSA intenta justificar el espionaje por parte de la agencia.

video
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=6Kc5Xvr24Aw

En la entrevista que dura 30 minutos, el jefe de NSA, el general Keith Alexander, intenta "aclarar las cosas" sobre las prácticas de espionaje de la NSA, lo que provocó una ola de críticas severas por parte de los usuarios de Youtube.
De las más de 190.000 personas que han visto el video, tan solo 323 le dieron un 'like'. Pero más de 17.000 usuarios indicaron que no les gustaba el video, demostrando su descontento y convirtiéndolo de esta manera en uno de los videos más odiados de Youtube según la proporción de 'like' y 'dislike' (más del 98% de 'dislike').
La NSA sigue estando en el epicentro del escándalo, inciado con la publicación de los documentos revelados por su exempleado Edward Snowden. Los documentos revelaron los programas de espionaje masivo practicado por la agencia de seguridad estadounidense.
  La reacción de los usuarios de Youtube demostró que, a pesar de los intentos de la NSA de defenderse de las críticas, hasta ahora no ha logrado limpiar su nombre.

Menea y vencerás...

El Gobierno del PP (Partido Podrido) decide que sólo los expertos en álgebra comprendan el recibo de la luz.

El PP (Partido Podrido) decide que sólo los expertos en álgebra comprendan el recibo de la luz

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Aparecido en la web: 
http://www.suelosolar.es/newsolares/newsol.asp?id=9237&idp=10&idioma=es&idpais=
Publicados en el BOE el Real Decreto 1047/2013, de 27 de diciembre, y el Real Decreto 1048/2013, de 27 de diciembre, con la metodología para el cálculo de la retribución del transporte y distribución, respectivamente, de energía eléctrica.
Como aperitivo de la publicación que próximamente verá la luz sobre la metodología y cálculo de la retribución de las energías renovables, se ha publicado en el BOE las metodologías para los cálculos de retribución de las actividades de transporte y distribución de energía eléctrica.
Como ejemplo de la absurda complejidad de esta normativa y para ir intuyendo cual va a ser el cálculo de la retribución de nuestras instalaciones de energías renovables, extraemos el artículo 11 correspondiente al cálculo de la retribución base de las instalaciones de distribución, que por cierto, además de tener alguna errata, creemos que por el bien de la salud mental de todo ser normal afectado por la normativa, hubiera sido recomendable que el autor hubiera visitado a un psiquiatra antes de volvernos locos a los demás. Como ejemplo práctico dejamos este artículo.

Menea y vencerás...

La trama Gürtel tuvo un detalle con la hija de Aznar: un móvil exclusivo de 1250 euros




Que la red Gürtel cubrió de regalos a cargos y dirigentes del PP y de las administraciones populares durante años, incluidos costosos viajes y obsequios de marcas de lujo, ya no es ninguna novedad. Lo que hasta ahora era desconocido es que la trama que dirigía Francisco Correa llegó, incluso, al entorno más cercano del entonces jefe de Gobierno y presidente del PP, José María Aznar. Los nuevos papeles incluidos en la causa por la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) revelan que Gürtel supuestamente agasajó de manera directa a Ana Aznar Botella, mientras su padre era presidente. Y todo ello, amén de hacerse cargo de parte de los gastos de su boda con Alejandro Agag, amigo íntima del propio Correa, quien fue testigo en ese enlace.
Fue en la navidad del 2002, cuatro meses después de la famosa boda de El Escorial y coincidiendo con la época de mayor apogeo de Gürtel, beneficiada constantemente por adjudicaciones públicas y contratos para organizar eventos para el PP. El hombre de confianza de Correa, Álvaro Pérez Alonso, El Bigotes, se encargó de comprar un lujoso móvil de edición limitada para Ana Aznar, que costó 1.250 euros de los de hace once años.
Una indiscreción del Bigotes es la que ha revelado la existencia de aquel costoso obsequio. El propio Álvaro Pérez pasó el 23 de diciembre del 2002 una nota de gastos a Special Events por esos 1.250 euros, en la que especificaba que el concepto de ese desembolso era «teléfono móvil para regalo Ana Aznar». El número 2 de la trama adjuntó a esa nota de gastos la factura que emitió el departamento de Telefonía de El Corte Inglés de la madrileña calle de Serrano a favor de Special Events.
Un tercer documento del sumario confirma la existencia de aquel regalo. En los movimientos de caja de la empresa de eventos del grupo de Francisco Correa aparece como «salida» 1.250 euros el 23 de diciembre del 2002, bajo el concepto «Ent. A. Pérez / compra móvil regalo Navidad (Fra. El Corte Inglés 2003)». Este periodista ha tratado en los últimos días de manera insistente pero sin éxito de recabar la versión del matrimonio Agag-Aznar sobre aquel regalo y si, finalmente, lo aceptó obsequio. Su entorno ha preferido guardar silencio.

Más regalos navideños
La factura de El Corte Inglés no especifica qué modelo de móvil fue el que Gürtel compró para Ana Aznar. No obstante, diversos especialistas del sector de la telefonía apuntan que hace once años solo un móvil personalizado o de edición limitada de los que sacaban al mercado algunas marcas del sector del lujo podría alcanzar una cifra tan alta, ya que en el 2002 el precio de las terminales libres más caras rondaba los 400 euros. Los primeros costosos smartphones comenzaron a comercializarse en España a partir del 2007.
En la misma tanda de documentos en los que aparece la compra del móvil figuran varias facturas y salidas de dinero bajo el concepto «regalos de Navidad» de Special Events, si bien nadie escribió para quien fueron esas lujosas dádivas, entre las que hay 2.481 euros de Loewe en gemelos para hombre.
Organizadora de actos del PP
Para los investigadores, es relevante el hecho de que el dinero para el regalo a Ana Aznar saliera de las arcas de Special Events, la empresa de actos de Correa que por entonces gozaba de una posición absolutamente privilegiada en el PP y que se llevó millones de euros en adjudicaciones de administraciones gobernadas por los populares. Y no solo contratos públicos, porque Special Events, poco después pasó a dirigir las caravanas electorales del PP, entre ellos 41 actos en las generales del 2004, por más de 1.7 millones de euros. La trama de Correa y sus empresas de actos (fundamentalmente Special Events) en los meses y años posteriores a la boda organizó actos en el País Vasco, Andalucía, Asturias, La Rioja, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Baleares, Canarias y, sobre todo, Valencia y Madrid. Solo en esta última comunidad, Correa montó 71 actos de Esperanza Aguirre para las autonómicas del 2003.

lavozdegalicia

Su moral y la nuestra, la moral de arzobispo de Pamplona que bendijo la muerte en Afganistán de personas hechas y derechas participa en un escrache a una Clínica que practica abortos, donde se interrumpe una célula, un zigoto, un embrión, que ni tan siquiera es nada. No es otra cosa que lo que vienen siendo un arzobispo cínico e hipócrita.

El arzobispo de Pamplona que bendijo la muerte en Afganistán participa en un escrache a una Clínica que practica abortos




La foto del arzobispo de Iruñea liderando el escrache a una clínica abortista de Antsoain ha dado que hablar, pero resulta aún más llamativa si se recuerda su trayectoria. Durante cuatro años, Francisco Pérez, adalid de la vida de los no nacidos, fue padre espiritual del Ejército español embarcado las guerras de Irak y Afganistán y estrechó la mano a «marines» en la base kirguís de Manas.
Tan solo dos docenas de personas han acompañado este viernes al arzobispo de Iruñea y obispo de Tutera, Monseñor Francisco Pérez, en el polémico "rezo de un rosario" frente a la Clínica Ansoáin, que ha ocasionado momentos de tensión entre detractores y defensores de la nueva Ley del Aborto, aprobada el pasado viernes por el Gobierno del Partido Popular.
Durante el rezo, que ha comenzado pasadas las 20.00 horas, Monseñor Francisco Pérez ha pedido por la "conversión", ya que grupos 'pro-vida' habían convocado un 'rosario' ante el centro que practica la IVE.
Cabe destacar que la Guardia Civil ha protegido a Francisco Pérez y a las personas que le acompañaban, que han abandonado el lugar escoltados por efectivos policiales.
En los últimos meses, diferentes grupos pro-vida están acosando a las mujeres que acuden a la Clínica Ansoáin; clínica concertada con el Gobierno de Navarra desde octubre de 2011 para realizar las Interrupciones Voluntarias del Embarazo (IVE).
gara/deia