CUBA. Ocultamiento de realidades y Metamorfosis de significados.
por Desde Cuba - René Díaz
Jueves, 04 de Julio de 2013
Quien usurpa la soberanía del pueblo lleva a cabo, en un solo acto,
todas las usurpaciones. A pesar de lineamientos y Conferencia esa
soberanía continúa usurpada. O se restituye esa soberanía o tendremos
que aceptar que habrá conflictos extremos. Así, claramente dicho.
- Introducción.
Revolución traicionada, Revolución
burocratizada, Revolución desviada,Revolución cercada, Revolución
contenida,Revoluciona agotada, Revolución inconclusa, son algunos de
los calificativos en boga sobre la revolución. Quizás todos tengan
alguna parte de razón. La preocupación de que solo los revolucionarios podrían hacer fracasar la revolución, fue expuesta por alguien bien identificado. No podemos seguir bordeando el precipicio fue dicho por alguien bien identificado. Nuestro
peor enemigo no es el imperialismo ni mucho menos sus asalariados en
suelo patrio, sino nuestros propios errores y estos si son analizados
con profundidad y honestidad, se transformaran en lecciones para no
volver a incurrir en ellos, y… aquí no se cumplían los acuerdos de los
congresos, fue dicho por nuestro presidente hace muy poco.
Juicios todos, perfectamente calificables, como la cumbre del llamado
hipercriticismo, si dejáramos hablar a algunos dentro del mismo
gobierno y partido.
No obstante cualquier discrepancia sobre
calificativos y calificaciones y las diferencias, existe consenso en
que la revolución está en hora peligrosa y definitoria.
Los dirigentes cubanos parecen considerar solo como error crítico y real sus deseos de adelantar la historia y dar al pueblo más de lo que objetivamente se podía dar.
Destacan las afectaciones del bloqueo enemigo y olvidan la descomunal
ayuda recibida durante todos estos años. Destacan los desvíos y la
ausencia de disciplina laboral y no la entrega absoluta a sus
orientaciones por más de 50 años de esos mismos trabajadores, Consideran
su triunfo y superioridad sobre las otras dirigencias estar en el poder
y elevar su prestigio ante el mundo con una solidaridad real - pero a
cuenta del sacrificio del pueblo. Existen señales que no parece
interesarles ya construir un Socialismo que, según ellos, nadie sabe cómo hacer.
Sin embargo, sí les interesa dejar el poder a sus seguidores y amigos y
al menos aliviar la extraordinaria crisis económica y social en que
dejan al país.
Por ello solo se concentran en la economía.
Pero no es serio establecer programas y
metas sin fechas de cumplimiento, no es serio prometer la subsanación de
un error y después demorar años para cumplirlo, no es serio enmascarar
las decisiones con nombres colectivos de esta o aquella agrupación
cuando todos sabemos que la toma alguien en específico, y menos
continuar cometiéndolo. No es serio y muy peligroso continuar formando a
los cuerpos militares deformando la historia del país y en las antiguas
concepciones del Socialismo que fue derrumbado por sus pueblos y solo
decirles que fue porque no fueron suficientemente revolucionarios allá y
porque no actuaron reprimiendo bien. ”.
Cuba, cuesta decirlo, no ha sido ni un
país totalmente libre, ni un país verdaderamente democrático y mucho
menos un país definitivamente Socialista. Es un proyecto en marcha
agónica hacia esos objetivos, en tránsito interminable, torpedeado
constantemente por el imperialismo y mal concebido por la dirigencia
cubana, que ahora está en crisis y en ruta dudosa.
Si son nuestros errores internos lo
principal entonces es esencial esclarecer que el socialismo no lo define
la existencia de un partido llamado comunista ni de un estado
preocupado por el pueblo. Sin la soberanía y la libertad para decidir
del pueblo y los trabajadores no habrá socialismo. Si la revolución no
se implementa como práctica perenne de democracia no habrá revolución
digna de ese nombre y solo será un subterfugio de nuevos dictadores. Hay
que regular democráticamente el poder revolucionario constituido. Todos
los derechos pueden emanar de la revolución si existen derechos para
detener la desviación de la revolución que prescinde de la soberanía
popular. La revolución es creadora de derechos pero tiene que someterse
al derecho o deja de ser revolución. Martí fundó un solo partido para la
revolución, no para la república. El marxismo de Marx y Engels no
fundamenta un solo partido para el socialismo y exigían la disolución
del estado y el control de las elites. El absolutismo mata… La libertad del individuo es la condición de la libertad de la república., dijo Martí.
Ampliemos.
La cubana fue una revolución nacionalista y antiimperialista con vocación de justicia social y fuerte espíritu solidario. En
Cuba fue la pequeña burguesía radical quien encabezó la revolución y a
pesar de su nacionalismo sin cuento y valentía, ha permitido poco a los
obreros tomar conciencia de clase para sí, y muy poco formar parte de su
dirección. El régimen de dictadura del proletariado establecido,
jerarquizó la dictadura y se congeló en su proceso de transición. Y
todo ello se pudo hacer por las carencias, civilizatorias, culturales y
democráticas del pueblo, los propios trabajadores, incluyendo sus
conductores y por la implementación de un Socialismo previamente
vulgarizado teórica y prácticamente, cuyo esencial objetivo fue crear
una fortaleza en manos de unos revolucionarios radicalmente
antinorteamericanos y antiimperialistas, no una república en manos del
pueblo.
A partir de los lineamientos y la
Conferencia tampoco asistimos a un nuevo camino Socialista, sino que
como han dicho algunos amigos, asistimos a una readecuación del Socialismo de Estado HACIA un modelo de Socialismo estatista rentista. Asistimos
ESENCIALMENTE a ampliaciones de pequeños espacios de acción individual
económica bajo el control indirecto de la burocracia, y un
perfeccionamiento formal de estructuras estatales, más que a una
socialización y democratización relevante e institucionalizada y a la
creación de un estado de derechos cualitativamente nuevo. Es claro que
obligada a cambiar, laburo tecnocracia está dirigiendo los cambios a su
favor, como han hecho con el cambio de los colores de la chapa -una de
sus demandas más viejas. Lo lograron. Ya es difícil distinguir el uso de
los carros estatales en asuntos privados.
Ese NO es el proyecto que necesitan los trabajadores, ni las bases revolucionarias. Como no lo es algún tipo de capitalismo, ni de idea, en las condiciones actuales del país, de establecer “una
economía mixta con predominio del mercado, pero con un rol estatal
regulador y garante de un sistema de bienestar social, basado en una
democracia pluralista”, Ni el regreso al nacionalismo basado en los elementos pudientes de la emigración, las fuerzas armadas y la iglesia,
ni una democracia representativa y formal en la que el dinero de los
poderosos, convertido en zorro, se comerá a las gallinas.
El pueblo no luchó solo por un sistema de bienestar social con garantías a cuenta del estado.
Luchó todos esos años tanto contra el imperialismo como contra el
nacionalismo que deja intacto la explotación. Luchó por una democracia
radical que no ofrece el multipartidismo en boga. Luchó, por
solidaridad,no por caridad.
Ni el regreso al nacionalismo ni a la
socialdemocracia light favorecerían al pueblo cubano ni aseguraría nada
que cualquier viento de crisis no anularía inmediatamente. Hoy, ni
siquiera los países y las políticas de bienestar tienen futuro en
Europa, arrollada ante el neoliberalismo, menos lo tendrían en Cuba. No
importa cuán buena voluntad puedan tener incluso sus promotores.
La nueva izquierda cubana ofrece todo lo que el capitalismo ofrece en
cuanto a libertades y derechos políticos y civiles y también el derecho
de toda minoría a ser mayoría, siempre mediante la más alta cultura
cívica y social, sin la demagogia, el oscurantismo o el vedetismo de las
políticas al uso -con ver sus programas esto se tiene bien claro. Y
ofrece mucho más, ofrece la total soberanía del pueblo sin mediaciones
elitistas, ofrece la democracia económica y autogestionaria y ofrece la
más total antidiscriminación y anti exclusión , en toda esfera humana.
Nadie niega el avance civilizatorio que fue el capitalismo, pero este no ha dejado de chorrear sangre por lo poros,
excluir, oprimir o explotar a las mayorías. Nadie niega incluso
mejoras en el capitalismo moderno, pero basta ver el panorama actual en
el mundo para no preferirlo. No es internet el milagro más destacado
del capitalismo, es haber concentrado en una quinta parte de la
población mundial más del ochenta por ciento de toda la riqueza.
La civilización humana necesita
otra respuesta a esta situación. Ni el capitalismo ni el Socialismo real
–estatista, reduccionista, anti emancipatorio- que continuó su lógica
opresiva y explotadora con otras palabras y más dictadura. En
este último, el aspecto definitorio, el error decisivo de ese
socialismo, fue la estatización y militarización total de la sociedad y
el secuestrar la voluntad de TODA la vanguardia -las bases del partido-
mediante el mecanismo del llamado centralismo democrático y de
TODA la soberanía popular mediante el artículo constitucional sobre la
labor dirigente del PCC en la sociedad -los llamados del artículos 5to-
que en realidad debió llamarse centralismo burocrático, y entregó
a una persona - el secretario general- y a un grupito -el Buró
Político- todo el poder y todos los derechos sobre las masas
partidarias y populares. Entregó igualmente todo el derecho a pensar y
el monopolio de la verdad.
No fueron solo errores de
hombres, el sistema se desvió de su camino emancipatorio y los
revolucionarios no tuvieron el valor o las posibilidades de detener su
corrupción.
Esos problemas se observan hoy en Cuba. La
mayoría de los dirigentes cubanos han emergido de la guerra, con
hábitos ajenos a la ética y a la cultura democrática que exige la
fundación de una nación. La militarización de la mentalidad, del
lenguaje y de la política afecta a toda Cuba y afecta la visión del
socialismo y de la democracia. Y no es algo del pasado. Existen serias
contradicciones e incoherencias en una política y una sociedad en que la
palabra y los hechos comienzan a distanciarse profundamente.
Quien lea Filosofía del Derecho
sabe que el sistema instaurado en Cuba no fue el de Marx, sino el de
Hegel: La Sociedad Civil y la voluntad del individuo debían subordinarse
“a la sustancia general del estado.
El ejército rebelde, el alma de la revolución,
jamás entregó el poder a la sociedad o al partido, como se afirmó en el
Primer Congreso del PCC. Adoptó la vestimenta del gobernante eterno y
se disfrazó de políticos. Es evidente que el Partido Comunista de Cuba
no es una institución marxista, gramsciana o, tan siquiera, leninista en
sus mejores momentos, donde se concibe y debate ideológicamente la
política nacional. Es evidente, también, que la Asamblea del Poder
Popular no es el espacio donde se delibera y legisla esa política. Ambos
cuerpos, al igual que los Consejos de Estado y de Ministros, son cuevas
de eco de un único centro de poder: la cada vez más reducida élite militarista, burocrática y tecnocratica. En Cuba, para bien o mal, han mandado Fidel y Raúl, lo demás es escenografía.
El régimen de socialismo de Estado no ha
sido ni es democrático, en primerísimo lugar, debido a la falta de
voluntad política de unas -muy pocas- personas para quienes sus propias
leyes tienen escaso valor y ejercer el poder absoluto es una filosofía
personal y de gobierno. Convencidos que un modelo de sociedad espartana
es el adecuado para enfrentarse al adversario externo o preferentemente
interno. Personas por demás profundamente convencidas que están
legitimadas por sus sacrificios y que nadie tiene las virtudes, los
conocimientos, la experiencia para mandar el país que ellos creen
conquistaron y han mantenido ellos solos.
Cuba, cuesta decirlo, ha vivido una
revolución radical que ha ofrecido ventajas a gran parte del pueblo
pero, no ha sido ni un país totalmente libre, ni un país verdaderamente
democrático y mucho menos un país Socialista.
Cuba no es libre
porque sin ciudadanos libres no hay país libre, porque la libertad no
es, solamente, la libertad para oponerse al enemigo exterior, o a otro
país o al Mundo, la libertad es el derecho a pensar diferente -y defenderlo públicamente- en el propio país sin represalias.
La libertad tiene que ver esencialmente con la libertad para oponerse a
prácticas internas injustas e irracionales. Ningún país es libre y
soberano si sus ciudadanos no lo son. La soberanía de un país es derecho
de todos los nacionales y se alcanza y ejerce por medio de plebiscitos,
pactos nacionales, elecciones, y no por la decisión unilateral de un
solo hombre, partido o asamblea. La verdadera autoridad y soberanía de
un país emana de su pueblo.
No es democrática
porque la democracia no la conceptúa el número de simpatizantes de una
idea, ni está definida por la participación, ni el pueblo
permanentemente en la calle, no lo es tampoco, votar cada x tiempo, ni
la asistencia plena a actos conmemorativos alguno, ni informar a este
lo que se va a hacer, ni siquiera el ser consultado. Eso puede ser
parte, pero no la más importante
Si así fuera, el fascismo y el nazismo
hubieran sido regímenes democráticos. Grandes masas lo apoyaban e
incluso votaban abrumadoramente por ellos, no tuvieron necesidad alguna
de falsear elecciones. Si así fuera, la democracia norteamericana o la
española sería el ideal. Y no lo son.
La democracia no es solo una filosofía o
una política acerca del derecho de todos a determinar las condiciones
de su existencia. La democracia debe unir esencia y forma o será una
farsa. Ella establece claramente la distinción entre estado, sociedad y
Gobierno y establece claramente que este último sirve y depende de la
sociedad y no al revés. Y en democracia verdadera las opiniones de la
sociedad determinan lo que se persigue. La democracia se define -no por
los números ni por el voto quinquenal- sino por el poder decisorio del
pueblo para elegir sin intermediarios quien manda realmente, que leyes
le gobiernan, informarse con integralidad de su realidad, evaluar
pública, informada y transparentemente cualquier situación vital y la
gestión de todos los responsables, y determinar qué se hará con el
resultado de las riquezas del país. Es el gobierno del pueblo, para el
pueblo y por el pueblo, no para una parte o para unos representantes
elegidos o auto elegidos por unos pocos o ellos mismos, ni por supuestos
amigos del pueblo.
En democracia, cada cual debe ser libre
de expresar, por los medios libres de información, su pensamiento, sin
ofensas, descalificaciones, ni agresiones de ningún tipo, nos guste o
disguste, o todo discurso sobre estos temas, democracia y libertad,
seguirá siendo manipulación monda y lironda del poder. La democracia, en
ausencia de la discusión libre de hechos, argumentos y razones
eventualmente conduce a los pueblos al suicidio. Si además, no se
respetan los derechos de las minorías -está confirmado por la historia y
la práctica política- los conduce al fascismo. Y La democracia
Socialista no puede traicionarse así misma de esa forma.
Y Cuba no es Socialista
porque, excepto una política distributiva con espíritu de justicia
social, no ha dado a los trabajadores las herramientas para implementar
el Socialismo que son la plena socialización de la propiedad, la
democracia directa y plebiscitaria, la libertad para juzgar y proponer
en los asuntos del gobierno y la comunidad. Es la abolición del trabajo
asalariado y la plena soberanía del pueblo, que hoy usurpa el PCC. Y el
PCC no es democrático ni Socialista porque sus bases ni definen
política, ni pueden discutir entre ellos políticas, ni eligen entre
ellos a los dirigentes máximos de forma directa y transparente.
En realidad, la única libertad que tiene
el cubano es apoyar lo que propone el gobierno y la única democracia
que tiene el cubano es la de elegir al escalón más bajo del sistema, el
delegado del circunscripción del PP, que no tiene poder alguno en un PP
que es una ficción, pues dirige el partido y el consejo de ministro que a
su vez decide quien administra qué y cómo. En Cuba incluso, hay
algunos que no gobiernan, pero verdaderamente mandan y no están
sometidos al escrutinio del pueblo.
En realidad, la explicación de la crisis y los problemas que enfrentamos actualmente que ofrece la dirección, son solo una parte de las dificultades y solo la definición reducida
de algunas concepciones como el aspecto de la corrupción, o la falta de
disciplina de los trabajadores o la falta de institucionalización, o
las famosas indisciplinas sociales. Esos son efectos. Las raíces son más
profundas y se evaden conscientemente.
La raíz está en un erróneo y desfasado
Socialismo de estado autoritario, verticalista, no democrático y en el
caso cubano, absolutamente militarizado. Está en la falta de una
concepción dialéctica, integral y moderna del Socialismo y nuestra
propia experiencia histórica.
Esta multiplicidad de situaciones y su
ignorancia en el diagnóstico realizado, hace que las soluciones de los
problemas planteadas y puestas en marcha en la Política, estrategia y
táctica que implementa la dirección del país, sean en la práctica de
resultados dudosos y potencialmente fatales para una Sociedad como la
Cubana.
En especial el poder, no importa las
intenciones, ha hecho creer al pueblo, mediante el sesgamiento de la
historia y la manipulación de los hechos y del lenguaje y sus constantes
imprecisiones, que goza de derechos y tienen posibilidades que en
realidad solo son exclusivas del poder. Mientras el pueblo no escoja a
sus dirigentes y no participe plebiscitariamente, después de cuidadosa y
horizontal discusión de todos los puntos de vistas, será falso que el
poder del pueblo sea verdadero, falso que seamos libres y soberanos,
democráticos y socialistas.
Los que durante años han utilizado el
contexto y la cercanía del imperio para aducir que Cuba no puede cambiar
por los peligros del acoso enemigo deberían morderse la lengua ahora.
NO podía haber ley migratoria por el enemigo, no podía ampliarse las
relaciones con la emigración y dejarlos pasar más tiempo en Cuba por el
enemigo, no podía ampliarse él cuentapropismo por el enemigo, ni haber
internet por el enemigo, ni permitir a los blogueros viajar, por el uso
que haría el enemigo, ni dar a los deportista las mismas posibilidades
de los intelectuales por el enemigo y la corrupción, ni ver Telesur pues
veríamos una realidad más equilibrada y se afectaría la imagen que
necesitamos del enemigo. Bueno ya estamos haciendo todo eso…y no pasa
nada.
Parece que ahora no podemos democratizar la economía ni la sociedad por… el enemigo.
Viva cuba libre, anticapitalista y sobre todo socialista.
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