martes, 30 de octubre de 2018
lunes, 29 de octubre de 2018
viernes, 19 de octubre de 2018
Entrevista a Alberto Garzón, coordinador federal de IU “Hay que estar dispuesto a sacrificar la monarquía para salvar la democracia” Sato Díaz Cuarto Poder
Alberto Garzón (Logroño, 1985), coordinador federal de IU se reincorpora a la actividad política tras su baja por paternidad en un momento especialmente convulso. Unidos Podemos ha cerrado un acuerdo con el Gobierno de Pedro Sánchez que va más allá de los Presupuestos Generales del Estado. Un acuerdo que incluye medidas sociales tras años de recortes, como la subida del Salario Mínimo Interprofesional a 900 euros. Que este acuerdo salga adelante depende, en primer lugar, de que en Bruselas le den el visto bueno a las líneas generales presentadas por el Ejecutivo, algo sobre lo que Sánchez era ayer optimista.
En segundo lugar, de obtener más apoyos en la Cámara. Son necesarios los del PNV y los de Compromís, además de los de los independentistas catalanes, ERC y PDeCat. Estos últimos ponen caros sus apoyos: que el Gobierno interceda en la puesta en libertad de los presos políticos catalanes. Hoy se reúne Pablo Iglesias con Oriol Junqueras, y probablemente otros presos, en la cárcel de Lledoners donde tratarán el apoyo de ERC a los presupuestos. De todo esto, y de la regresión democrática que se vive en el Estado español y Europa, de la monarquía y de memoria histórica, entre otros temas, hablamos con Alberto Garzón, el dirigente de IU, que recibe a cuartopoder.es en el Congreso de los Diputados.
— Ciudadanos y PP están poniendo en duda la legalidad del acuerdo presupuestario de Unidos Podemos con el Gobierno, pues dicen que no cumple la regla del 1,3%, llaman interino al presidente Pedro Sánchez… Estos partidos representan a 11 millones de personas. Ha dicho en varias ocasiones que estas actitudes ponen en riesgo la propia democracia. ¿Hasta qué punto las fuerzas que apuestan por la radicalidad democrática van a remolque de esta involución democrática?
— Lo que están haciendo PP y Ciudadanos es peligroso, están creando un clima profundamente regresivo. Están tratando de deslegitimar no sólo al Gobierno del PSOE en este caso, sino también las propias instituciones democráticas en sus mecanismos fundamentales, los cuales han sido reconocidos siempre por todos los actores. Están tratando de torcer las propias instituciones para forzar su interpretación reaccionaria del momento político, por ejemplo cuando vemos a Ciudadanos y PP pedir un 155 preventivo, sin causa ni tipo de adscripción de la realidad a ese articulado.
Lo que tenemos es una carrera del PP y Ciudadanos hacia la extrema derecha, se van derechizando a ritmos cada vez más acelerados. Esto tiene como consecuencia la normalización de esos discursos de la extrema derecha. No sólo tiene que ver con la deslegitimación política del propio Gobierno, sino con la polarización del discurso político en determinados temas, como con la inmigración o el centralismo, nacionalismo español o anti-independentismo, que se acaba convirtiendo en el discurso de la anti-España. Este ya no señala sólo a los independentistas, también a los comunistas, socialistas, republicanos, ateos, etc. Es una especia de revival de los peores momentos de la historia. Eso lo vemos en Pablo Casado hablando de la hispanidad o en Albert Rivera hablando de la deriva en Catalunya.
— ¿Estos discursos llevan la delantera a los discursos demócratas? ¿Hasta qué punto sus posiciones van a remolque de la derecha?
— No podemos olvidar que la extrema derecha en nuestro país siempre ha existido, aunque con otros ropajes a los de otros países europeos. En otros países europeos, en los que irrumpió el fascismo de forma institucional después de la posguerra, la extrema derecha se reconvirtió en los 80 y 90 y abandonó toda la simbología fascista que les vinculara al periodo de entreguerras, como la fascista italiana o la nazi alemana. Eso condicionó la forma de la extrema derecha europea que hoy llega a tener porcentajes de voto elevados.
España ha tenido elementos que han hecho que esto sea distinto, hemos tenido un partido como el PP, antes Alianza Popular, que incorporaba ese perfil sociológico propio de la extrema derecha, pero con las singularidades de nuestro país. Estas singularidades tienen que ver con que el eje de su discurso no ha sido el de la inmigración, de toda la vida ha sido el del concepto reaccionario de la idea de España. Esto lo estamos viendo resurgir ahora con enorme fuerza. Este es el vector que está haciendo resurgir, ya no sólo la derechización de las fórmulas tradicionales de la derecha de nuestro país, la más conservadora o más moderada, como puede ser el PP o Ciudadanos, sino la radicalización. Lo estamos viendo en el caso de José María Aznar o de Casado, también de Albert Rivera. De esta manera, abren hueco a algo que estaba allí, ese espacio sociológico que quiere ocupar Vox y que utiliza el vector ultranacionalista español que se basa en la idea de una supuesta España real y una anti-España.
Esto está reconfigurando la propia democracia en este país, creo que vamos a ver un escenario nuevo después de las europeas y otros hitos electorales. Veremos una recomposición del espacio político en el que la derecha se fragmenta pero, curiosamente, volviendo a las consignas del pasado, producto de que no se ha roto con la dictadura, de que ese franquismo sociológico ha seguido existiendo.
— Uno de los casos más flagrantes de esta involución democrática es el de los presos políticos catalanes. ERC y PDeCat piden alguna acción para solucionar esto por parte del Gobierno para apoyar los presupuestos. ¿Qué podría hacer el Gobierno en este sentido con respecto a la Fiscalía o la Abogacía del Estado?
— El Gobierno, lo primero que tiene que entender, es que la situación catalana no se va a solucionar por la vía judicial no policial, sino por canales políticos. Estos canales políticos son el diálogo, la negociación, el establecimiento de la normalización de relaciones entre partidos políticos que piensan cosas distintas y que, incluso, algunas de esas cosas que piensan están fuera de la Constitución. Es parte de la política y la adaptación de las leyes a la realidad de un determinado país. Como no se ha entendido esto, ahora tenemos anomalías muy graves, como tener a bastantes personas en la cárcel, en prisión provisional, y que han sido elegidos mediante las urnas y, por tanto, son representantes del pueblo. Esos supuestos delitos se basan en una interpretación profundamente reaccionaria de los jueces que están instruyendo la causa, por ello, se requiere una intervención política que tiene distintos ámbitos de actuación posibles.
Uno es que el Gobierno dé instrucciones a la Abogacía del Estado para retirar la acusación por el delito de rebelión, porque no tiene base política y, además, esto aliviaría el proceso político que se está viviendo en Catalunya. Además, es algo que comparte gran parte de los juristas que intentan acercarse a este fenómeno con neutralidad, es el caso de cuando se hace desde fuera de nuestro país, como desde Bélgica o Alemania, o de organizaciones como Amnistía Internacional.
El delito de rebelión implica violencia, nadie en su sano juicio puede decir que hubo violencia en lo que ocurrió esos días. Llamar a la Abogacía del Estado a que retire la acusación por ese delito ayuda, condiciona el proceso, condiciona lo que suceda en la Fiscalía, deja solos a los jueces reaccionarios… También podría mover ficha, de una forma más sutil, a través de la propia Fiscalía. Creo que esto hay que hacerlo, pero con independencia de lo que pase los presupuestos. Esto es necesario ahora, y también lo era hace un año y seguirá siendo necesario, si no se soluciona antes, después del debate de los presupuestos.
— Por las relaciones que tiene como coordinador federal de IU con los socialistas. ¿Qué presiones internas y externas al PSOE detecta para que no se atrevan a dar este paso en relación a los presos políticos catalanes?
— El PSOE es un partido que ha vivido muchas convulsiones recientes, algunas de ellas se ven hoy en día en el Parlamento. Tienen un grupo parlamentario que es la cristalización de un momento político que ya no existe, el del año 2016. Desde entonces, han pasado muchos hitos políticos, como la renuncia de su secretario general y la vuelta del mismo a través de unas primarias. Todo esto conforma un ecosistema que ha mutado y que condiciona las acciones del PSOE en las que participa, como los presupuestos o la situación de Catalunya.
Por otro lado, creo que el PSOE no termina de comprender la profundidad de lo que está en juego. El PSOE llega al Gobierno apoyado por lo que algunos hemos llamado una alianza republicana, que no tiene que ver con un acuerdo explícito, sino con una manifestación clara y práctica de que todos los partidos que apoyamos la moción de censura entendemos que el modelo de Estado tiene que cambiar: Unidos Podemos y confluencias, ERC, PDeCat, PNV… Somos una parte del Parlamento, mayoritaria, que considera que el modelo de Estado tiene que cambiar. Dentro del modelo de Estado caben muchas posibilidades, pero ese es el hilo común que articula una construcción alternativa al polo que venía dominando, el de la derecha reaccionaria, que tiene una visión del Estado uniforme, homogénea, unitaria del Estado, del país y de la nación.
El PSOE, en vez de entender esto y que no estaría en el Gobierno sin esta alianza, intenta mantenerse entre dos aguas, contentar a unos y a otros, seguir siendo Gobierno sin asumir que la mayoría del Parlamento opta por cambios. Se mantiene en una ambigüedad o ambivalencia que puede durar en el corto plazo, pero no en el largo, porque necesariamente acabaremos agotándonos porque la propia realidad social nos invita a cambios. Esos cambios no pueden ser estéticos, cosméticos, no puede ser un cambio menor en la Constitución para dar la posibilidad de llegar a la Jefatura del Estado a una mujer en vez de a un hombre, tienen que ser cambios que entiendan la profundidad de lo que está en juego.
Lo que está en juego es que hay dos millones de personas en Catalunya que anhelan legítimamente la independencia, y esto no se va a acabar por celebrar el 40 aniversario de la Constitución, esto hay que abordarlo valientemente. El primer mensaje que lanzó Sánchez, en este sentido, fue poner en el Ministerio de Exteriores a Borrell, y Borrell está lanzando mensajes en los últimos días que contribuyen más a que no salgan los presupuestos que a construir esta alternativa que estoy describiendo.
— Y, en este contexto, Sánchez se apresura a llevar ante el Tribunal Constitucional una decisión del Parlament de reprobar la monarquía…
— Eso es absolutamente inconcebible e incoherente. Lo que acabo de decir es perfectamente aplicable. Los partidos que apoyamos a Sánchez para quitar a Rajoy tenemos una clara vinculación con un modelo alternativo de país y es republicano. Es perfectamente posible reprobar en un parlamento a Felipe de Borbón y entra en lo normal en la democracia, un parlamento puede votar o reprobar, decir políticamente que no le gusta su jefe del Estado. Que haya un Gobierno que se dice de izquierdas que no entiende esto me parece preocupante, me parece un mal asesoramiento a Sánchez que sólo puede venir de quienes no le quieren mucho.
— ¿Vemos una evolución del PSOE hacia una tendencia a la portuguesa, rompiendo con esa socialdemocracia de las últimas décadas, alemana, que no ha dudado en formar grandes coaliciones o apoyarse con la derecha, como también ha hecho Susana Díaz en Andalucía con Ciudadanos?
— La constatación es que el espacio socialdemócrata, con generosidad llamado así en nuestro país, está sufriendo profundas contradicciones. Contradicciones entre lo que se ha construido con su favor, un modelo en la Unión Europea neoliberal, profundamente regresivo en lo social y lo económico, y el deseo de lo que se manifiesta en gran parte de sus bases, que son progresistas, que defienden los servicios públicos y que en nuestro país, republicanas. Eso lleva contradicciones que, en algunos casos, han acabado con estos partidos, como es el caso de Grecia o de Francia.
En España, como en Portugal, han optado por protegerse apoyándose en alianzas alternativas de diferente configuración, que se sustentan en acuerdos con la izquierda. Pero esto les genera más contradicciones, porque, evidentemente, el PSOE ha cambiado en su totalidad y ahora está de acuerdo en pactar con nosotros. Sólo hay que observar que Susana Díaz, que se presentó contra Pedro Sánchez, gobierna en Andalucía, hasta ahora, con el apoyo de Ciudadanos, con la derecha reaccionaria de este país.
Hay que ver esto como una especie de contingencia, un momento puntual que ocurre en la política por una persona que fue valiente y audaz en un momento concreto, que fue Sánchez presentándose a las primarias, pero dentro de una estructura que fue la misma que le expulsó. Creo que ha comprendido, por eso, que la salvaguarda no está por ese lado, está por el de la izquierda, pero tampoco puede seguir manteniéndose en aquella antigua vieja guardia porque tarde o temprano llegarán los cuchillos.
— Díaz, que antes de gobernar apoyándose en Ciudadanos lo hizo apoyándose en IU. IU en Andalucía aprendió que el PSOE es capaz de apropiarse de las políticas desarrolladas por la izquierda y hacerlas parecer como propias. ¿Está este riesgo ahora a nivel estatal al apoyar a un gobierno socialista?
— El PSOE es un instrumento político de enorme poder e influencia, sin duda menguante, no es el mismo PSOE ahora que el de Felipe González en todos los sentidos. Sin duda, en el caso andaluz, cuando gobernábamos con ellos, se daba la circunstancia de que la capacidad del PSOE de perdurar en el poder había facilitado sus resortes para comunicar la política de manera interesada hacia ellos mismos, así lo demostraron los resultados electorales.
Sin embargo, las alianzas políticas siempre se dan en contextos determinados, y no siempre son los mismos. Yo siempre he sido de la cultura política de programa, programa, programa. Siempre acuerdo con los diferentes actores políticos en base al programa, no por los actores políticos en sí. Puedo llegar a acuerdos con el PSOE en algunos casos o no, como en este caso con los presupuestos o, al contrario, como cuando presentó el acuerdo con Ciudadanos hace un par de años.
De lo que se trata es de ver el programa o el contexto. En este caso, el programa es adecuado, un primer paso para revertir los recortes que se iniciaron en 2010. Es un primer paso, queda mucha tarea en muchos elementos que son todavía muy insuficientes. Pero, en segundo lugar, es un contexto distinto, el PSOE tiene 84 diputados, está en unas condiciones muy distintas a las que estaba en Andalucía en el 2012. Hay que evaluar siempre de forma singular, sin caer en dogmatismo, siendo fiel a las ideas y a las prácticas.
— En el acuerdo entre el Gobierno y Unidos Podemos, no se menciona nada sobre los presos políticos catalanes. ¿Intentaron llevar algo a la negociación sobre este aspecto?
— No. Para nosotros, es un elemento que hay que resolver, pero que no puede condicionar otros elementos necesarios como son los que hemos hablado que tienen que ver con los presupuestos.
— ¿No hay que tratar con el Gobierno que hay presos políticos actualmente en el Estado español?
— Hay que tratarlo y hay que explicarle pedagógicamente que lo que está sucediendo es injusto, pero eso no tiene por qué estar estrechamente ligado y condicionado a un acuerdo sobre los presupuestos. Pueden ser dos carriles simultáneos y paralelos, pueden ser abordados a la vez, pero sería un error condicionar la subida del salario mínimo a los procesos judiciales de Catalunya. Sería un error, con esto no quiero decir que alguna de las dos cosas sea prioritaria sobre la otra, simplemente que no podemos condicionar todo porque iríamos a propuestas maximalistas que al final nos llevarían a la parálisis.
— Pero, este acuerdo, más allá de un acuerdo de presupuestos, se puede intuir un acuerdo de legislatura. Por ejemplo, se habla de modificar las leyes mordaza y eso no tiene por qué estar contemplado en los presupuestos…
— No creo que se trate de un acuerdo de legislatura. Se trata de entender que el PSOE está en el Gobierno gracias a una alianza republicana que le apoyamos. No pusimos precio, queríamos echar a Rajoy y construir una alternativa que abriera oportunidades de transformación en nuestro país y que pudiera dar cambios. En este momento, llega un hito que da una oportunidad, que es el de los presupuestos, y decimos que vamos a apoyar los presupuestos a cambio de programa político, a cambio de determinadas medidas yo no te tiro los presupuestos, no impido que sigas en el Gobierno.
Esto no significa que yo al día siguiente te apoye necesariamente. Te puedo apoyar si veo que las medidas políticas acordadas siguen adelante y no hacerlo si creo que tus políticas desde el Gobierno no son convenientes. Esto quiere decir que el día después de los presupuestos, si el PSOE sigue haciendo leyes inconvenientes, las criticaremos, no hay acuerdo de legislatura. Hay un hito que ha sido superado porque se han puesto sobre la mesa determinadas condiciones que han sido satisfechas. Al día siguiente, habrá que garantizar, entre otras cosas, que se cumplan esos acuerdos.
— Hablaba de que no se ha generado una ruptura sociológica con el franquismo en algunos sectores sociales. Esto se puede plasmar en la judicatura. Billy el Niño o Juan Cotino en actos oficiales de la Policía Nacional, el golpista Tejero, en uno de la Guardia Civil… Usted compartió un tweet del humorista Facu Díaz en el que aludía a una noticia de que en Alemania, tras una inspección en las fuerzas armadas, se detectaron 200 individuos vinculados con la extrema derecha. ¿Se imagina una inspección así en España en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y el Ejército?
— No me lo imagino, pero si la hubiera, probablemente el número que encontrarían sería mayor. Una razón muy sencilla, vivimos una transición política que permitió un sistema político que permitía que nos presentáramos a las elecciones, se legalizó el PCE y terminó con algunas instituciones del franquismo, pero no hubo otra serie de transiciones que suelen acompañar a las transiciones políticas hacia la democracia. No hubo una transición en la estructura de poder, las oligarquías franquistas siguieron siendo las mismas en la democracia. Las viejas familias que se habían enriquecido en el franquismo siguieron siendo millonarias en la democracia. Las altas instituciones del Estado apenas se renovaron, el poder judicial, la estructura militar, incluso en los medios de comunicación, agentes de la propaganda franquista siguieron siendo periodistas en los grandes medios en la democracia.
Lo que hemos tenido ha sido una perpetuación de determinadas culturas políticas, incluida la de la corrupción, la forma de corrupción del tardofranquismo es la que vemos actualmente: un empresario llega a un sitio y a cambio de un favor te da un sobre o un maletín. Algunos de los protagonistas, incluso, son las mismas personas, como Villar Mir.
Se trata de entender que eso está latente, no ha habido una ruptura con eso y eso tiene manifestaciones después. Depende de la correlación de fuerzas y el contexto. Ahora tenemos un contexto de un clima reaccionario que permite que esos jueces que habían estado callados, quizás porque era inconveniente decir políticamente lo que pensaban, empiecen a utilizar elementos que no se habían utilizado hasta ahora para reprimir a tuiteros, cantantes, cómicos o a políticos independentistas.
Esos instrumentos estaban ya, el delito de injurias a la Corona o el de ofensas a los sentimientos religiosos también estaban, pero apenas se usaban, sin embargo, ahora se usan más. ¿Cómo es posible? Es por el clima, el clima actual ha hecho que muchos elementos que estaban vigentes hayan tenido la capacidad de reproducirse como una casta, hayan intervenido de una forma profundamente regresiva. La misma ley, que antes no se utilizaba porque parecía anacrónica, porque lo es, ahora de repente es habitual, casos como el de Willy Toledo, un juez que admite a trámite una supuesta injuria a los sentimientos religiosos. Ese clima es importante entenderlo, no sólo hay que romper con el franquismo en términos simbólicos, sino que hay que ir a la raíz del problema, la ausencia de una ruptura real con el franquismo como cultura y política.
— Y Franco a la Almudena. ¿Es una broma macabra? ¿Cómo valora la acción del Gobierno en lo relativo a la exhumación del dictador?
— Es la mejor expresión de lo que estaba planteando. Cuando uno no es capaz de romper de forma nítida y explícita con el franquismo y sólo acude a resortes menores, siempre hace aguas. Cuando lo que hace falta es una ley de memoria histórica que mejore la de 2007, que tenía enormes lagunas, cuando hace falta eso y te quedas en meros gestos simbólicos como sacar a Franco del Valle de los Caídos, al final haces aguas por todas partes y te encuentras con situaciones inesperadas como que la Iglesia vaya a ser cómplice de lo que va a ser la apología más notable al dictador desde el final de la dictadura.
En este caso, hay que ser contundente. Si la Iglesia tiene la capacidad de vetar que ese dictador esté en el centro de Madrid, debería vetarlo. Si no lo hace, el Gobierno debería acabar con todos los convenios con la Santa Sede.
— Sobre esto de romper relaciones con la Santa Sede, ¿ha tenido alguna conversación con el Gobierno?
— Hemos tenido varias reuniones con el PSOE para abordar una reforma de la ley de memoria histórica profunda y sincera. Creo que hay ganas por algunos militantes y diputados, y que no hay voluntad política desde arriba para afrontar un tema de tanta magnitud. Creo, incluso, que hay desconcierto en el Gobierno porque lo que intentaron responder con un gesto se han dado cuenta que, o dan marcha atrás y quedan peor, o dan una marcha hacia adelante y lo resuelven de fondo, cosa que no se atreven a hacer.
— Piden una comisión de investigación sobre las actividades de Juan Carlos de Borbón una vez terminado su reinado, para que no influya su inviolabilidad. ¿Qué cree que hará el PSOE?
— El PSOE siempre ha hecho lo mismo, defender a la Casa Real. Lo ha hecho, incluso, en los casos más obvios en los que la Casa Real estaba afectada por casos de corrupción, como es el caso de Urdangarin o los relacionados con los procesos de intermediación comercial, con el caso de la amante del ciudadano Juan Carlos de Borbón… El PSOE se equivoca cuando cree que salvar a la monarquía es salvar España. Yo creo que no es así, cuando la monarquía es perniciosa o es corrupta, lo que hay que hacer es limpiarla. La mejor manera de limpiarla es investigarla y abrir un proceso que pueda culminar con la abolición de la monarquía. Hay que estar dispuesto a sacrificar la monarquía para salvar la democracia.
— ¿Cómo ve a la monarquía? Ha pasado un año complicado: Urdangarin, las grabaciones de Corinna…
— La Casa Real leyó bien, en el año 2014, la situación política, se anticipó a los acontecimientos con la abdicación de Juan Carlos de Borbón. Desde luego, a partir de ahí, volvió a cometer los mismos errores. El problema es que cuando tienes una institución dentro de tu ordenamiento jurídico que es inviolable, que puede hacer lo que le dé la gana, sin ningún tipo de consecuencia legal o social, estás abriendo la puerta a que determinadas cosas sucedan.
Por lo tanto, los casos de Urdangarin o Corinna son lógicos dentro de esta arquitectura. Que las instituciones del Estado defiendan a esta Casa Real me parecen una barbaridad, el CNI, el propio Estado, defendiendo a la Casa Real porque creen que así se defiende a España. La gente lo percibe, por debajo va teniendo un sentimiento de desafección claro hacia la monarquía, que ya es total en algunos puntos, como Catalunya o incluso Euskadi, donde han notado que, además, tiene un planteamiento derechista en asuntos como el de Catalunya.
— Le hemos escuchado posicionarse en distintas ocasiones sobre el acuerdo presupuestario, seguro que lo seguiremos escuchando en los próximos días. Le pido que sea pedagógico, que explique, como economista, a gente que no lo es, lo siguiente. ¿Si la senda de déficit se mantiene en el 1,3%, es posible este acuerdo?
— Hay que verlo con los papeles delante. Lógicamente una senda de 1,3 es peor que una de 1,8, siendo las dos malas noticias. Ninguna de las dos responde a la línea que corresponde con las necesidades de nuestro país. Ahora mismo, no tenemos encima de la mesa los diferentes escenarios.
— ¿Se van a subir las cuotas de los autónomos?
— El acuerdo trata de mejorar la vida de los autónomos y ninguna de las acusaciones que se han hecho de que este acuerdo, que se cristalizará en presupuestos, mermará la capacidad de los autónomos son ciertas. Al contrario, creo que las condiciones de los autónomos mejorarán su capacidad en los diferentes cambios, incluyendo que no se sumará la base imponible por la subida del SMI.
— ¿Puede la subida del SMI suponer un aumento del desempleo? Quizás haya pymes que no puedan abordar una subida del salario de sus escasos trabajadores…
— Hay un fundamentalismo de mercado entre quienes aseguran eso. No hay datos empíricos ni hechos constatados en los últimos 30 o 40 años en las economías occidentales que demuestren que la subida del SMI haya generado un incremento de la tasa de paro. La literatura es diversa al respecto y depende de muchas otras variables, por lo tanto, no es tan sencillo como dice la derecha.
Hasta la CEOE pactó con CCOO y UGT una subida del SMI a 1.000 euros, por lo tanto, si la CEOE es capaz de pactar eso, hablamos de unos contextos que requieren un mayor pensamiento. Luego, el SMI puede generar un aumento de la demanda que beneficie a esas pymes. Desde el punto de vista de la teoría económica, tenemos que tener presente que este análisis simplón de los defensores a ultranza del libre mercado autorregulado se olvida de los beneficios. Cuando suben los salarios, puede repercutir en el precio, siempre que los beneficios se mantengan iguales. A lo que hemos asistido durante los últimos años, constatado en los datos, es que los beneficios han crecido mucho a costa de lo salarios, si invertimos esa relación, los precios se pueden mantener igual y, por lo tanto, las empresas no estarían en peligro, estarían en peligro los beneficios desorbitados de muchas empresas.
— Para terminar, vemos cómo el acuerdo entre el Gobierno y Unidos Podemos ha tenido siempre en cuenta a Bruselas. Sin embargo, el gobierno italiano no lo hace. ¿Cuida más a las instituciones europeas la izquierda que la extrema derecha?
— La Unión Europea hace aguas por todas partes. Tiene un problema muy grave con el Brexit, que es un síntoma de los problemas económicos y sociales creados por la propia Unión Europea. Pero luego, tiene otro problema que es Italia, la manifestación de un gobierno con claros tintes fascistas, por parte de la Liga Norte, que no sólo se enfrenta la unión económica, sino también con un discurso ultraderechista de ataque hacia la inmigración. Por lo tanto, la Unión Europea está haciendo aguas como proyecto político, el proyecto económico sigue vigente. Dentro de la magnitud de esos problemas, si se sigue con la obstinación en profundizar su línea neoliberal a través del Banco Central Europeo y de la Comisión Europea, se estará agilizando su propio entierro.
Fuente: http://www.cuartopoder.es/espana/2018/10/19/entrevista-alberto-garzon-sacrificar-monarquia-salvar-democracia/
En segundo lugar, de obtener más apoyos en la Cámara. Son necesarios los del PNV y los de Compromís, además de los de los independentistas catalanes, ERC y PDeCat. Estos últimos ponen caros sus apoyos: que el Gobierno interceda en la puesta en libertad de los presos políticos catalanes. Hoy se reúne Pablo Iglesias con Oriol Junqueras, y probablemente otros presos, en la cárcel de Lledoners donde tratarán el apoyo de ERC a los presupuestos. De todo esto, y de la regresión democrática que se vive en el Estado español y Europa, de la monarquía y de memoria histórica, entre otros temas, hablamos con Alberto Garzón, el dirigente de IU, que recibe a cuartopoder.es en el Congreso de los Diputados.
— Ciudadanos y PP están poniendo en duda la legalidad del acuerdo presupuestario de Unidos Podemos con el Gobierno, pues dicen que no cumple la regla del 1,3%, llaman interino al presidente Pedro Sánchez… Estos partidos representan a 11 millones de personas. Ha dicho en varias ocasiones que estas actitudes ponen en riesgo la propia democracia. ¿Hasta qué punto las fuerzas que apuestan por la radicalidad democrática van a remolque de esta involución democrática?
— Lo que están haciendo PP y Ciudadanos es peligroso, están creando un clima profundamente regresivo. Están tratando de deslegitimar no sólo al Gobierno del PSOE en este caso, sino también las propias instituciones democráticas en sus mecanismos fundamentales, los cuales han sido reconocidos siempre por todos los actores. Están tratando de torcer las propias instituciones para forzar su interpretación reaccionaria del momento político, por ejemplo cuando vemos a Ciudadanos y PP pedir un 155 preventivo, sin causa ni tipo de adscripción de la realidad a ese articulado.
Lo que tenemos es una carrera del PP y Ciudadanos hacia la extrema derecha, se van derechizando a ritmos cada vez más acelerados. Esto tiene como consecuencia la normalización de esos discursos de la extrema derecha. No sólo tiene que ver con la deslegitimación política del propio Gobierno, sino con la polarización del discurso político en determinados temas, como con la inmigración o el centralismo, nacionalismo español o anti-independentismo, que se acaba convirtiendo en el discurso de la anti-España. Este ya no señala sólo a los independentistas, también a los comunistas, socialistas, republicanos, ateos, etc. Es una especia de revival de los peores momentos de la historia. Eso lo vemos en Pablo Casado hablando de la hispanidad o en Albert Rivera hablando de la deriva en Catalunya.
— ¿Estos discursos llevan la delantera a los discursos demócratas? ¿Hasta qué punto sus posiciones van a remolque de la derecha?
— No podemos olvidar que la extrema derecha en nuestro país siempre ha existido, aunque con otros ropajes a los de otros países europeos. En otros países europeos, en los que irrumpió el fascismo de forma institucional después de la posguerra, la extrema derecha se reconvirtió en los 80 y 90 y abandonó toda la simbología fascista que les vinculara al periodo de entreguerras, como la fascista italiana o la nazi alemana. Eso condicionó la forma de la extrema derecha europea que hoy llega a tener porcentajes de voto elevados.
España ha tenido elementos que han hecho que esto sea distinto, hemos tenido un partido como el PP, antes Alianza Popular, que incorporaba ese perfil sociológico propio de la extrema derecha, pero con las singularidades de nuestro país. Estas singularidades tienen que ver con que el eje de su discurso no ha sido el de la inmigración, de toda la vida ha sido el del concepto reaccionario de la idea de España. Esto lo estamos viendo resurgir ahora con enorme fuerza. Este es el vector que está haciendo resurgir, ya no sólo la derechización de las fórmulas tradicionales de la derecha de nuestro país, la más conservadora o más moderada, como puede ser el PP o Ciudadanos, sino la radicalización. Lo estamos viendo en el caso de José María Aznar o de Casado, también de Albert Rivera. De esta manera, abren hueco a algo que estaba allí, ese espacio sociológico que quiere ocupar Vox y que utiliza el vector ultranacionalista español que se basa en la idea de una supuesta España real y una anti-España.
Esto está reconfigurando la propia democracia en este país, creo que vamos a ver un escenario nuevo después de las europeas y otros hitos electorales. Veremos una recomposición del espacio político en el que la derecha se fragmenta pero, curiosamente, volviendo a las consignas del pasado, producto de que no se ha roto con la dictadura, de que ese franquismo sociológico ha seguido existiendo.
— Uno de los casos más flagrantes de esta involución democrática es el de los presos políticos catalanes. ERC y PDeCat piden alguna acción para solucionar esto por parte del Gobierno para apoyar los presupuestos. ¿Qué podría hacer el Gobierno en este sentido con respecto a la Fiscalía o la Abogacía del Estado?
— El Gobierno, lo primero que tiene que entender, es que la situación catalana no se va a solucionar por la vía judicial no policial, sino por canales políticos. Estos canales políticos son el diálogo, la negociación, el establecimiento de la normalización de relaciones entre partidos políticos que piensan cosas distintas y que, incluso, algunas de esas cosas que piensan están fuera de la Constitución. Es parte de la política y la adaptación de las leyes a la realidad de un determinado país. Como no se ha entendido esto, ahora tenemos anomalías muy graves, como tener a bastantes personas en la cárcel, en prisión provisional, y que han sido elegidos mediante las urnas y, por tanto, son representantes del pueblo. Esos supuestos delitos se basan en una interpretación profundamente reaccionaria de los jueces que están instruyendo la causa, por ello, se requiere una intervención política que tiene distintos ámbitos de actuación posibles.
Uno es que el Gobierno dé instrucciones a la Abogacía del Estado para retirar la acusación por el delito de rebelión, porque no tiene base política y, además, esto aliviaría el proceso político que se está viviendo en Catalunya. Además, es algo que comparte gran parte de los juristas que intentan acercarse a este fenómeno con neutralidad, es el caso de cuando se hace desde fuera de nuestro país, como desde Bélgica o Alemania, o de organizaciones como Amnistía Internacional.
El delito de rebelión implica violencia, nadie en su sano juicio puede decir que hubo violencia en lo que ocurrió esos días. Llamar a la Abogacía del Estado a que retire la acusación por ese delito ayuda, condiciona el proceso, condiciona lo que suceda en la Fiscalía, deja solos a los jueces reaccionarios… También podría mover ficha, de una forma más sutil, a través de la propia Fiscalía. Creo que esto hay que hacerlo, pero con independencia de lo que pase los presupuestos. Esto es necesario ahora, y también lo era hace un año y seguirá siendo necesario, si no se soluciona antes, después del debate de los presupuestos.
— Por las relaciones que tiene como coordinador federal de IU con los socialistas. ¿Qué presiones internas y externas al PSOE detecta para que no se atrevan a dar este paso en relación a los presos políticos catalanes?
— El PSOE es un partido que ha vivido muchas convulsiones recientes, algunas de ellas se ven hoy en día en el Parlamento. Tienen un grupo parlamentario que es la cristalización de un momento político que ya no existe, el del año 2016. Desde entonces, han pasado muchos hitos políticos, como la renuncia de su secretario general y la vuelta del mismo a través de unas primarias. Todo esto conforma un ecosistema que ha mutado y que condiciona las acciones del PSOE en las que participa, como los presupuestos o la situación de Catalunya.
Por otro lado, creo que el PSOE no termina de comprender la profundidad de lo que está en juego. El PSOE llega al Gobierno apoyado por lo que algunos hemos llamado una alianza republicana, que no tiene que ver con un acuerdo explícito, sino con una manifestación clara y práctica de que todos los partidos que apoyamos la moción de censura entendemos que el modelo de Estado tiene que cambiar: Unidos Podemos y confluencias, ERC, PDeCat, PNV… Somos una parte del Parlamento, mayoritaria, que considera que el modelo de Estado tiene que cambiar. Dentro del modelo de Estado caben muchas posibilidades, pero ese es el hilo común que articula una construcción alternativa al polo que venía dominando, el de la derecha reaccionaria, que tiene una visión del Estado uniforme, homogénea, unitaria del Estado, del país y de la nación.
El PSOE, en vez de entender esto y que no estaría en el Gobierno sin esta alianza, intenta mantenerse entre dos aguas, contentar a unos y a otros, seguir siendo Gobierno sin asumir que la mayoría del Parlamento opta por cambios. Se mantiene en una ambigüedad o ambivalencia que puede durar en el corto plazo, pero no en el largo, porque necesariamente acabaremos agotándonos porque la propia realidad social nos invita a cambios. Esos cambios no pueden ser estéticos, cosméticos, no puede ser un cambio menor en la Constitución para dar la posibilidad de llegar a la Jefatura del Estado a una mujer en vez de a un hombre, tienen que ser cambios que entiendan la profundidad de lo que está en juego.
Lo que está en juego es que hay dos millones de personas en Catalunya que anhelan legítimamente la independencia, y esto no se va a acabar por celebrar el 40 aniversario de la Constitución, esto hay que abordarlo valientemente. El primer mensaje que lanzó Sánchez, en este sentido, fue poner en el Ministerio de Exteriores a Borrell, y Borrell está lanzando mensajes en los últimos días que contribuyen más a que no salgan los presupuestos que a construir esta alternativa que estoy describiendo.
— Y, en este contexto, Sánchez se apresura a llevar ante el Tribunal Constitucional una decisión del Parlament de reprobar la monarquía…
— Eso es absolutamente inconcebible e incoherente. Lo que acabo de decir es perfectamente aplicable. Los partidos que apoyamos a Sánchez para quitar a Rajoy tenemos una clara vinculación con un modelo alternativo de país y es republicano. Es perfectamente posible reprobar en un parlamento a Felipe de Borbón y entra en lo normal en la democracia, un parlamento puede votar o reprobar, decir políticamente que no le gusta su jefe del Estado. Que haya un Gobierno que se dice de izquierdas que no entiende esto me parece preocupante, me parece un mal asesoramiento a Sánchez que sólo puede venir de quienes no le quieren mucho.
— ¿Vemos una evolución del PSOE hacia una tendencia a la portuguesa, rompiendo con esa socialdemocracia de las últimas décadas, alemana, que no ha dudado en formar grandes coaliciones o apoyarse con la derecha, como también ha hecho Susana Díaz en Andalucía con Ciudadanos?
— La constatación es que el espacio socialdemócrata, con generosidad llamado así en nuestro país, está sufriendo profundas contradicciones. Contradicciones entre lo que se ha construido con su favor, un modelo en la Unión Europea neoliberal, profundamente regresivo en lo social y lo económico, y el deseo de lo que se manifiesta en gran parte de sus bases, que son progresistas, que defienden los servicios públicos y que en nuestro país, republicanas. Eso lleva contradicciones que, en algunos casos, han acabado con estos partidos, como es el caso de Grecia o de Francia.
En España, como en Portugal, han optado por protegerse apoyándose en alianzas alternativas de diferente configuración, que se sustentan en acuerdos con la izquierda. Pero esto les genera más contradicciones, porque, evidentemente, el PSOE ha cambiado en su totalidad y ahora está de acuerdo en pactar con nosotros. Sólo hay que observar que Susana Díaz, que se presentó contra Pedro Sánchez, gobierna en Andalucía, hasta ahora, con el apoyo de Ciudadanos, con la derecha reaccionaria de este país.
Hay que ver esto como una especie de contingencia, un momento puntual que ocurre en la política por una persona que fue valiente y audaz en un momento concreto, que fue Sánchez presentándose a las primarias, pero dentro de una estructura que fue la misma que le expulsó. Creo que ha comprendido, por eso, que la salvaguarda no está por ese lado, está por el de la izquierda, pero tampoco puede seguir manteniéndose en aquella antigua vieja guardia porque tarde o temprano llegarán los cuchillos.
— Díaz, que antes de gobernar apoyándose en Ciudadanos lo hizo apoyándose en IU. IU en Andalucía aprendió que el PSOE es capaz de apropiarse de las políticas desarrolladas por la izquierda y hacerlas parecer como propias. ¿Está este riesgo ahora a nivel estatal al apoyar a un gobierno socialista?
— El PSOE es un instrumento político de enorme poder e influencia, sin duda menguante, no es el mismo PSOE ahora que el de Felipe González en todos los sentidos. Sin duda, en el caso andaluz, cuando gobernábamos con ellos, se daba la circunstancia de que la capacidad del PSOE de perdurar en el poder había facilitado sus resortes para comunicar la política de manera interesada hacia ellos mismos, así lo demostraron los resultados electorales.
Sin embargo, las alianzas políticas siempre se dan en contextos determinados, y no siempre son los mismos. Yo siempre he sido de la cultura política de programa, programa, programa. Siempre acuerdo con los diferentes actores políticos en base al programa, no por los actores políticos en sí. Puedo llegar a acuerdos con el PSOE en algunos casos o no, como en este caso con los presupuestos o, al contrario, como cuando presentó el acuerdo con Ciudadanos hace un par de años.
De lo que se trata es de ver el programa o el contexto. En este caso, el programa es adecuado, un primer paso para revertir los recortes que se iniciaron en 2010. Es un primer paso, queda mucha tarea en muchos elementos que son todavía muy insuficientes. Pero, en segundo lugar, es un contexto distinto, el PSOE tiene 84 diputados, está en unas condiciones muy distintas a las que estaba en Andalucía en el 2012. Hay que evaluar siempre de forma singular, sin caer en dogmatismo, siendo fiel a las ideas y a las prácticas.
— En el acuerdo entre el Gobierno y Unidos Podemos, no se menciona nada sobre los presos políticos catalanes. ¿Intentaron llevar algo a la negociación sobre este aspecto?
— No. Para nosotros, es un elemento que hay que resolver, pero que no puede condicionar otros elementos necesarios como son los que hemos hablado que tienen que ver con los presupuestos.
— ¿No hay que tratar con el Gobierno que hay presos políticos actualmente en el Estado español?
— Hay que tratarlo y hay que explicarle pedagógicamente que lo que está sucediendo es injusto, pero eso no tiene por qué estar estrechamente ligado y condicionado a un acuerdo sobre los presupuestos. Pueden ser dos carriles simultáneos y paralelos, pueden ser abordados a la vez, pero sería un error condicionar la subida del salario mínimo a los procesos judiciales de Catalunya. Sería un error, con esto no quiero decir que alguna de las dos cosas sea prioritaria sobre la otra, simplemente que no podemos condicionar todo porque iríamos a propuestas maximalistas que al final nos llevarían a la parálisis.
— Pero, este acuerdo, más allá de un acuerdo de presupuestos, se puede intuir un acuerdo de legislatura. Por ejemplo, se habla de modificar las leyes mordaza y eso no tiene por qué estar contemplado en los presupuestos…
— No creo que se trate de un acuerdo de legislatura. Se trata de entender que el PSOE está en el Gobierno gracias a una alianza republicana que le apoyamos. No pusimos precio, queríamos echar a Rajoy y construir una alternativa que abriera oportunidades de transformación en nuestro país y que pudiera dar cambios. En este momento, llega un hito que da una oportunidad, que es el de los presupuestos, y decimos que vamos a apoyar los presupuestos a cambio de programa político, a cambio de determinadas medidas yo no te tiro los presupuestos, no impido que sigas en el Gobierno.
Esto no significa que yo al día siguiente te apoye necesariamente. Te puedo apoyar si veo que las medidas políticas acordadas siguen adelante y no hacerlo si creo que tus políticas desde el Gobierno no son convenientes. Esto quiere decir que el día después de los presupuestos, si el PSOE sigue haciendo leyes inconvenientes, las criticaremos, no hay acuerdo de legislatura. Hay un hito que ha sido superado porque se han puesto sobre la mesa determinadas condiciones que han sido satisfechas. Al día siguiente, habrá que garantizar, entre otras cosas, que se cumplan esos acuerdos.
— Hablaba de que no se ha generado una ruptura sociológica con el franquismo en algunos sectores sociales. Esto se puede plasmar en la judicatura. Billy el Niño o Juan Cotino en actos oficiales de la Policía Nacional, el golpista Tejero, en uno de la Guardia Civil… Usted compartió un tweet del humorista Facu Díaz en el que aludía a una noticia de que en Alemania, tras una inspección en las fuerzas armadas, se detectaron 200 individuos vinculados con la extrema derecha. ¿Se imagina una inspección así en España en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y el Ejército?
— No me lo imagino, pero si la hubiera, probablemente el número que encontrarían sería mayor. Una razón muy sencilla, vivimos una transición política que permitió un sistema político que permitía que nos presentáramos a las elecciones, se legalizó el PCE y terminó con algunas instituciones del franquismo, pero no hubo otra serie de transiciones que suelen acompañar a las transiciones políticas hacia la democracia. No hubo una transición en la estructura de poder, las oligarquías franquistas siguieron siendo las mismas en la democracia. Las viejas familias que se habían enriquecido en el franquismo siguieron siendo millonarias en la democracia. Las altas instituciones del Estado apenas se renovaron, el poder judicial, la estructura militar, incluso en los medios de comunicación, agentes de la propaganda franquista siguieron siendo periodistas en los grandes medios en la democracia.
Lo que hemos tenido ha sido una perpetuación de determinadas culturas políticas, incluida la de la corrupción, la forma de corrupción del tardofranquismo es la que vemos actualmente: un empresario llega a un sitio y a cambio de un favor te da un sobre o un maletín. Algunos de los protagonistas, incluso, son las mismas personas, como Villar Mir.
Se trata de entender que eso está latente, no ha habido una ruptura con eso y eso tiene manifestaciones después. Depende de la correlación de fuerzas y el contexto. Ahora tenemos un contexto de un clima reaccionario que permite que esos jueces que habían estado callados, quizás porque era inconveniente decir políticamente lo que pensaban, empiecen a utilizar elementos que no se habían utilizado hasta ahora para reprimir a tuiteros, cantantes, cómicos o a políticos independentistas.
Esos instrumentos estaban ya, el delito de injurias a la Corona o el de ofensas a los sentimientos religiosos también estaban, pero apenas se usaban, sin embargo, ahora se usan más. ¿Cómo es posible? Es por el clima, el clima actual ha hecho que muchos elementos que estaban vigentes hayan tenido la capacidad de reproducirse como una casta, hayan intervenido de una forma profundamente regresiva. La misma ley, que antes no se utilizaba porque parecía anacrónica, porque lo es, ahora de repente es habitual, casos como el de Willy Toledo, un juez que admite a trámite una supuesta injuria a los sentimientos religiosos. Ese clima es importante entenderlo, no sólo hay que romper con el franquismo en términos simbólicos, sino que hay que ir a la raíz del problema, la ausencia de una ruptura real con el franquismo como cultura y política.
— Y Franco a la Almudena. ¿Es una broma macabra? ¿Cómo valora la acción del Gobierno en lo relativo a la exhumación del dictador?
— Es la mejor expresión de lo que estaba planteando. Cuando uno no es capaz de romper de forma nítida y explícita con el franquismo y sólo acude a resortes menores, siempre hace aguas. Cuando lo que hace falta es una ley de memoria histórica que mejore la de 2007, que tenía enormes lagunas, cuando hace falta eso y te quedas en meros gestos simbólicos como sacar a Franco del Valle de los Caídos, al final haces aguas por todas partes y te encuentras con situaciones inesperadas como que la Iglesia vaya a ser cómplice de lo que va a ser la apología más notable al dictador desde el final de la dictadura.
En este caso, hay que ser contundente. Si la Iglesia tiene la capacidad de vetar que ese dictador esté en el centro de Madrid, debería vetarlo. Si no lo hace, el Gobierno debería acabar con todos los convenios con la Santa Sede.
— Sobre esto de romper relaciones con la Santa Sede, ¿ha tenido alguna conversación con el Gobierno?
— Hemos tenido varias reuniones con el PSOE para abordar una reforma de la ley de memoria histórica profunda y sincera. Creo que hay ganas por algunos militantes y diputados, y que no hay voluntad política desde arriba para afrontar un tema de tanta magnitud. Creo, incluso, que hay desconcierto en el Gobierno porque lo que intentaron responder con un gesto se han dado cuenta que, o dan marcha atrás y quedan peor, o dan una marcha hacia adelante y lo resuelven de fondo, cosa que no se atreven a hacer.
— Piden una comisión de investigación sobre las actividades de Juan Carlos de Borbón una vez terminado su reinado, para que no influya su inviolabilidad. ¿Qué cree que hará el PSOE?
— El PSOE siempre ha hecho lo mismo, defender a la Casa Real. Lo ha hecho, incluso, en los casos más obvios en los que la Casa Real estaba afectada por casos de corrupción, como es el caso de Urdangarin o los relacionados con los procesos de intermediación comercial, con el caso de la amante del ciudadano Juan Carlos de Borbón… El PSOE se equivoca cuando cree que salvar a la monarquía es salvar España. Yo creo que no es así, cuando la monarquía es perniciosa o es corrupta, lo que hay que hacer es limpiarla. La mejor manera de limpiarla es investigarla y abrir un proceso que pueda culminar con la abolición de la monarquía. Hay que estar dispuesto a sacrificar la monarquía para salvar la democracia.
— ¿Cómo ve a la monarquía? Ha pasado un año complicado: Urdangarin, las grabaciones de Corinna…
— La Casa Real leyó bien, en el año 2014, la situación política, se anticipó a los acontecimientos con la abdicación de Juan Carlos de Borbón. Desde luego, a partir de ahí, volvió a cometer los mismos errores. El problema es que cuando tienes una institución dentro de tu ordenamiento jurídico que es inviolable, que puede hacer lo que le dé la gana, sin ningún tipo de consecuencia legal o social, estás abriendo la puerta a que determinadas cosas sucedan.
Por lo tanto, los casos de Urdangarin o Corinna son lógicos dentro de esta arquitectura. Que las instituciones del Estado defiendan a esta Casa Real me parecen una barbaridad, el CNI, el propio Estado, defendiendo a la Casa Real porque creen que así se defiende a España. La gente lo percibe, por debajo va teniendo un sentimiento de desafección claro hacia la monarquía, que ya es total en algunos puntos, como Catalunya o incluso Euskadi, donde han notado que, además, tiene un planteamiento derechista en asuntos como el de Catalunya.
— Le hemos escuchado posicionarse en distintas ocasiones sobre el acuerdo presupuestario, seguro que lo seguiremos escuchando en los próximos días. Le pido que sea pedagógico, que explique, como economista, a gente que no lo es, lo siguiente. ¿Si la senda de déficit se mantiene en el 1,3%, es posible este acuerdo?
— Hay que verlo con los papeles delante. Lógicamente una senda de 1,3 es peor que una de 1,8, siendo las dos malas noticias. Ninguna de las dos responde a la línea que corresponde con las necesidades de nuestro país. Ahora mismo, no tenemos encima de la mesa los diferentes escenarios.
— ¿Se van a subir las cuotas de los autónomos?
— El acuerdo trata de mejorar la vida de los autónomos y ninguna de las acusaciones que se han hecho de que este acuerdo, que se cristalizará en presupuestos, mermará la capacidad de los autónomos son ciertas. Al contrario, creo que las condiciones de los autónomos mejorarán su capacidad en los diferentes cambios, incluyendo que no se sumará la base imponible por la subida del SMI.
— ¿Puede la subida del SMI suponer un aumento del desempleo? Quizás haya pymes que no puedan abordar una subida del salario de sus escasos trabajadores…
— Hay un fundamentalismo de mercado entre quienes aseguran eso. No hay datos empíricos ni hechos constatados en los últimos 30 o 40 años en las economías occidentales que demuestren que la subida del SMI haya generado un incremento de la tasa de paro. La literatura es diversa al respecto y depende de muchas otras variables, por lo tanto, no es tan sencillo como dice la derecha.
Hasta la CEOE pactó con CCOO y UGT una subida del SMI a 1.000 euros, por lo tanto, si la CEOE es capaz de pactar eso, hablamos de unos contextos que requieren un mayor pensamiento. Luego, el SMI puede generar un aumento de la demanda que beneficie a esas pymes. Desde el punto de vista de la teoría económica, tenemos que tener presente que este análisis simplón de los defensores a ultranza del libre mercado autorregulado se olvida de los beneficios. Cuando suben los salarios, puede repercutir en el precio, siempre que los beneficios se mantengan iguales. A lo que hemos asistido durante los últimos años, constatado en los datos, es que los beneficios han crecido mucho a costa de lo salarios, si invertimos esa relación, los precios se pueden mantener igual y, por lo tanto, las empresas no estarían en peligro, estarían en peligro los beneficios desorbitados de muchas empresas.
— Para terminar, vemos cómo el acuerdo entre el Gobierno y Unidos Podemos ha tenido siempre en cuenta a Bruselas. Sin embargo, el gobierno italiano no lo hace. ¿Cuida más a las instituciones europeas la izquierda que la extrema derecha?
— La Unión Europea hace aguas por todas partes. Tiene un problema muy grave con el Brexit, que es un síntoma de los problemas económicos y sociales creados por la propia Unión Europea. Pero luego, tiene otro problema que es Italia, la manifestación de un gobierno con claros tintes fascistas, por parte de la Liga Norte, que no sólo se enfrenta la unión económica, sino también con un discurso ultraderechista de ataque hacia la inmigración. Por lo tanto, la Unión Europea está haciendo aguas como proyecto político, el proyecto económico sigue vigente. Dentro de la magnitud de esos problemas, si se sigue con la obstinación en profundizar su línea neoliberal a través del Banco Central Europeo y de la Comisión Europea, se estará agilizando su propio entierro.
Fuente: http://www.cuartopoder.es/espana/2018/10/19/entrevista-alberto-garzon-sacrificar-monarquia-salvar-democracia/
jueves, 18 de octubre de 2018
Derechos humanos y democracia en Estados Unidos. Por Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba 17 octubre, 2018 de La pupila insomne
Derechos humanos y democracia en Estados Unidos. Por Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba
No
puede hablar de derechos humanos y democracia un país cuyo sistema
electoral es corrupto por naturaleza y tiene un gobierno de millonarios,
destinado a aplicar medidas salvajes contra las familias de menos
ingresos, los pobres, las minorías y los inmigrantes. Un país en el que,
en las campañas electorales y los procesos políticos, no hay límites
éticos, se promueve el odio, la división, el egoísmo, la calumnia, el
racismo, la xenofobia y la mentira. En el que el dinero y los intereses
corporativos son los que definen quién será electo.
En Estados Unidos, se niega el derecho
al voto a centenares de miles de estadounidenses por ser pobres. En
nueve Estados, no pueden votar quienes tengan facturas legales o multas
judiciales por abonar. En Alabama, más de 100.000 personas con deudas
fueron eliminadas de las listas de votantes en 2017.
Los medios de información son coto de
élites corporativas. Un grupo extremadamente pequeño de corporaciones
controla los contenidos que el público consume, mientras se anula o
convierte en marginal cualquier versión u opinión discrepante.
Es una vergüenza que en el país más rico
del mundo cerca de 40 millones de personas vivan en situación de
pobreza, 18,5 millones en pobreza extrema y 5.3 millones en condiciones
de pobreza absoluta. La vida de los “sin hogar” es miserable. En el
2016, 553 742 personas pasaban las noches a la intemperie en Estados
Unidos.
El diseño y aplicación de políticas ha
sido secuestrado por los llamados “intereses especiales”, es decir, el
dinero corporativo. La falta de garantías de educación, salud y
seguridad social, las restricciones a la sindicalización y la
discriminación terrible de género son prácticas cotidianas.
Las mujeres estadounidenses son
claramente discriminadas laboralmente y siguen recibiendo salarios
inferiores a los de los hombres por la realización de iguales trabajos.
La pobreza, salud y problemas de seguridad de los niños son
preocupantes. Las personas con discapacidades sufren abusos violentos.
El acoso sexual y las violaciones generalizadas motivan múltiples
denuncias y protestas. Los asesinatos de personas LGTBI se incrementaron
durante el 2017, en un marco de discriminación continuada contra ese
colectivo en la legislación estatal y federal.
En Estados Unidos, la riqueza media de
las familias blancas es siete veces superior a la riqueza media de las
familias negras. Más de uno de cada cuatro hogares negros tenía un
patrimonio neto de cero o negativo. La tasa de desempleo de los negros
es casi el doble que la de los blancos.
El gobierno de los Estados Unidos debería
responder por las 987 personas que murieron durante 2017 a manos de
agentes encargados de hacer cumplir la ley empleando armas de fuego.
Según esos datos, las personas afroamericanas, que constituyen un 13% de
la población, representaron casi el 23% de las víctimas.
Existe una discriminación racial
sistemática en la aplicación de la ley y en los órganos judiciales. Los
infractores varones negros fueron condenados, como promedio, a penas un
19,1% más largas, que aquellos blancos infractores que se encontraban en
situaciones similares.
Los crímenes de odio por motivos de raza
alcanzaron un récord en los últimos años y sólo en el 2016, fue
informado un total de 6.121 delitos de odio ocurridos en Estados Unidos.
Los delitos violentos han ido en
aumento. El gobierno de ese país, al servicio del lobby de las armas, no
ejerce un control efectivo sobre estas, lo que causó un continuo
incremento de homicidios, incluso de adolescentes.
Estados Unidos debería poner fin a la
separación de familias migrantes, y a la reclusión de centenares de
niños, incluso en jaulas, separándolos de sus padres.
Mientras Estados Unidos le da la espalda
a los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, Cuba
mantiene un elevado nivel de actividad y cooperación, lo que le ha
granjeado el respeto en los órganos pertinentes de la Organización y
entre los Estados miembros.
Estados Unidos, que fue el promotor y
sostén de las sangrientas dictaduras militares en nuestra región, con la
complicidad de la OEA, ha declarado la vigencia y aplicabilidad de la
Doctrina Monroe como instrumento de política exterior, en total
desprecio de la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de
Paz.
(Fragmento de Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba:Fracasó el show anticubano para justificar el bloqueo)
ONU: fracasa espectáculo anticubano. Por Ángel Guerra Cabrera 18 octubre, 2018 de La pupila insomne
ONU: fracasa espectáculo anticubano. Por Ángel Guerra Cabrera. de La pupila insomne
Estados
Unidos fracasó estrepitosamente esta semana en su intento de montar un
espectáculo anticubano en el salón de sesiones del Consejo Económico y
Social de la ONU, ECOSOC por sus siglas en inglés. Allí presentó una
nueva campaña contra Cuba con el nombre de jailed for what(preso
por qué) cuyo objetivo es apoyar a los presuntos presos políticos en la
isla, solo existentes en la pobre imaginación de sus organizadores. El
público consistía principalmente de periodistas, pues las misiones
acreditadas ante la ONU y los invitados, casi sin excepción, optaron por
no acudir. Quienes sí estuvieron , presentes fueron todas y todos los
integrantes de la Misión de Cuba ante la ONU en Nueva York, quienes al
grito de ¡Cuba sí, bloqueo no!, impidieron que fueran escuchados los
discursos anticubanos. Días antes, la embajadora Anayansi Rodriguez,
jefa de esa misión, envió una carta de protesta a Antonio Guterres,
secretario general de la organización en la que denunciaba la
convocatoria como parte de la escalada de Washington para justificar la
política genocida del bloqueo. La representante cubana también hizo la
denuncia en una reunión de urgencia del Movimiento de Países no
Alineados, en la que 17 Estados se opusieron a la maniobra yanqui.
También la realizó ante la Comisión de Asuntos Socio-Humanitarios de la
Asamblea General, donde 11 países la rechazaron explícitamente.
La sesión
convocada por Washington comenzó casi una hora después de lo
programado. Acudieron al panel Kelley E. Currie, representante de
Estados Unidos ante el ECOSOC, como orador principal Michael Kozak, jefe
de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del
Departamento de Estado, viejo conocido en las lides anticubanas y,
particularmente familiarizado con los mercenarios de Estados Unidos en
la isla, que constituían buena parte del escuálido público. Aquellos
reciben cuantiosos fondos en dólares de esa, entre otras muchas
dependencias y organizaciones fachada de la CIA, que los financian
generosamente. Fue también uno de los oradores el despreciable Luis
Almagro, secretario general de la desprestigiada OEA, a quien no le
alcanza el tiempo para calumniar a Venezuela y conspirar contra su
gobierno legítimo, a menos que se trate de hacerlo también contra Cuba o
Nicaragua. Como es conocido, Cuba ha dicho que nunca volverá a la OEA.
La rabia
de Estados Unidos ante la próxima condena abrumadora en la ONU del
bloqueo contra Cuba, es de tal magnitud, que no atina a hacer nada
razonable. Sus personeros han hecho últimamente una serie de
declaraciones crecientemente hostiles hacia la isla y su Revolución. El
problema es que Washington sabe que llueva, truene o relampaguee, el día
31 de octubre una mayoría casi absoluta de naciones se pronunciará
enérgicamente una vez más contra esa medida unilateral e ilegal y pedirá
su levantamiento. Como no puede impedir la reiterada humillación que
recibirá, como todas sus mentiras contra Cuba quedan en evidencia, es
cada vez menos original y más alocado en sus intentos de desviar la
atención de esas realidades.
El último
gran fiasco fue el de los supuestos ataques sónicos contra su personal
diplomático en Cuba, que terminaron siendo objeto de burla por
científicos de varios países, incluyendo estadounidenses. Tan obvia fue
la mentira sobre las ondas sónicas que hasta en el diario español El
País, nada amistoso con Cuba, apareció una columna que atribuía su
autoría intelectual a Mike Pompeo desde su cargo anterior de director de
la CIA, en unión del senador por Florida Marco Rubio, al que muy
acertadamente califica de “una suerte de asesor palaciego en asuntos
cubanos”. El autor de la columna atribuye la idea de los supuestos
ataques al propósito de la administración de Trump de reducir a la
mínima expresión los avances en las relaciones bilaterales, que durante
el período de Obama llegaron al restablecimiento de relaciones
diplomáticas y a un buen número de acuerdos y proyectos bilaterales.
El
cinismo de Estados Unidos no conoce límites. Apelar al tema de los
derechos humanos en su obsesión anticubana es el colmo del descaro. Cuba
es un miembro activo y respetado de la ONU, signatario de la mayoría de
los instrumentos internacionales de derechos humanos. Washington,
enfrascado hasta hoy en sangrientas guerras de agresión, no ha firmado
la mayoría de esos instrumentos, ni siquiera el de los derechos de la
niñez y se retiró del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. El genocida
de Hiroshima y Nagasaki tiene más de 50 millones de pobres, su policía
asesina más negros cada año, encarcela niños migrantes, posee el mayor
presupuesto de guerra, discrimina salarialmente a las mujeres, fomenta
ideas fascistas, como el odio, la xenofobia y superioridad de ese país y
él sí tiene presos políticos. Entre otros lugares en Guantánamo,
centro de tortura, en territorio ilegalmente ocupado de Cuba.
Twitter:@aguerraguerra
lunes, 15 de octubre de 2018
Comprender los desafíos económicos de Venezuela
Comprender los desafíos económicos de Venezuela
¿Es la crisis económica de Venezuela la prueba del fracaso de la revolución bolivariana?
En ' Los siete pecados de Hugo Chávez', Michel Collon analizó el desafío que se plantea: reequilibrar una economía basada en la renta del petróleo y que dispone de unos escasos sectores agrícola e industrial. Contrariamente a las ideas preconcebidas, Chávez no solo distribuyó el dinero del petróleo a los pobres a través de programas sociales. El ex presidente se dispuso a sentar las bases necesarias para el desarrollo de una verdadera economía nacional. Un proceso aún en progreso, pero cuyo camino está lleno de escollos.
Una economía bloqueada y poco productiva
Tal es la situación de diversas clases sociales de Venezuela. Una burguesía nacional aplastada y atrofiada, un campesinado desalojado del campo, un proletariado expulsado de las fábricas y un sector informal hipertrofiado e improductivo. Todas las clases se ven afectadas por las consecuencias de la dependencia extranjera.
¿Cuál es el quid de la cuestión? Le pregunté a José Rivas, director del Banco Central de Venezuela, cuál era, en su opinión, la causa fundamental de los problemas actuales de la economía venezolana. Me respondió sin vacilar que "[...] sigue siendo el carácter rentista, no productivo, de la economía del país. Nuestra burguesía ha vivido siempre ganando lo suficiente sin preocuparse de que la gente no tuviera con qué comprar".
¿El petróleo es pues una 'maldición'? "No, la verdadera cuestión es qué se hace con los beneficios que comporta, con la denominada renta petrolera. Si va a parar a cuentas bancarias en el extranjero por 'las venas abiertas de América Latina', según la expresión de Eduardo Galeano, bloquea el desarrollo del país. La distribución de la renta petrolera ha favorecido la concentración del capital y de los beneficios. Como resultado, el consumo dependía sobre todo de ingresos altos. Aunque haya permitido el desarrollo incipiente de alguna industria, y aunque, a veces, a los trabajadores les haya tocado una pequeña porción, en general el dinero del petróleo no ha sido bien utilizado. Además, el desarrollo del país ha sido muy desigual al no haberse creado industria alguna en un Sur abandonado".
Chávez ha heredado, pues, una economía totalmente desequilibrada. Por un lado, la preponderancia no sólo del petróleo, sino también de los servicios: comercio, finanzas, especulación inmobiliaria. Por otro, el raquitismo de la industria y la agricultura. No es que la gente no quiera trabajar, como se oye a veces. No, a las cinco de la mañana, se ve multitud de gente que desciende desde los barrios de Caracas. No se quedan en la cama; van a trabajar. La pregunta es: ¿qué trabajos se les ofrece? Se limita al comercio, la construcción, algunas pequeñas industrias... No existe un tejido económico válido.
Hacer un diagnóstico correcto
Hacer el diagnóstico correcto es vital para cualquier alternativa en Latinoamérica: es la dependencia la que deriva al Norte la plusvalía generada en estos países y la que impide que ésta sirva a su desarrollo.
Identificar la verdadera causa de la pobreza es esencial, como indica el sociólogo James Petras: "El retroceso en el nivel de vida y el empobrecimiento masivo son, a la vez, causa y consecuencia de que la riqueza y el capital se concentren y se centralicen en manos de unos pocos bancos extranjeros y nacionales. Las desigualdades han alcanzado niveles sin precedentes mientras que el capital y los productos del exterior dominan los mercados y las economía locales" 1.
La élite latinoamericana ha provocado el desempleo masivo decidiendo especializarse en la exportación de productos agrícolas y minerales al servicio de países imperialistas. En sus innumerables estudios e informes sobre la pobreza, el Banco Mundial jamás señala que han sido las grandes potencias, las multinacionales y el propio Banco Mundial quienes han causado el empobrecimiento.
Al Banco Mundial --al igual que a todos los organismos internacionales más importantes, y a los principales medios de comunicación-- le gusta hablar de los pobres sin explicar porqué lo son. Sin establecer el nexo que existe con los ricos. Como si ambas realidades se dieran por separado; como si la fortuna de los unos no procediese de la explotación y la miseria de los otros.
Debido a esta dependencia de las multinacionales, todos los regímenes que precedieron a Chávez fueron incapaces de desarrollar en Venezuela una economía moderna, equilibrada y capaz de satisfacer las necesidades de la población. Pero, ¿existe un remedio para salir del impasse?
¿La solución? Un desarrollo 'endógeno'
Después del golpe de Estado de enero de 2003, Hugo Chávez hizo un solemne llamamiento a todos los sectores del país: "Independientemente de nuestra ideología, independientemente de nuestros conceptos políticos y filosóficos, todos tenemos un objetivo común: hacer que el país y la economía progresen para el desarrollo. Para crear empleo, es necesario reactivar la economía en su conjunto: las pequeñas, medianas y grandes empresas, la agroindustria y la agricultura. Lanzo este llamamiento a empresarios y trabajadores: trabajemos juntos por el futuro del país. Venezuela no debe contentarse con exportar petróleo. Debe convertirse igualmente en un país industrializado, un país agrícola y un país turístico. Y en todo ello, la industria debe desempeñar un papel fundamental" 2.
¿Cómo desarrollar el país? Creando una economía que escape a la dependencia de las multinacionales: "Por encima de todo, producir para el mercado nacional, a fin de satisfacer las necesidades internas del país. Exportar no es una prioridad para nuestro país". Esto es lo que Chávez llama desarrollo 'endógeno': "Ser capaces de producir por nosotros mismos las semillas que necesitamos para cultivar, los alimentos que comemos, la ropa que llevamos, los productos y servicios que necesitamos. Debemos romper los grilletes de la dependencia económica, cultural y tecnológica" 3.
' Endógeno' significa, según el diccionario Le Petit Robert: "Lo que nace del interior de un cuerpo, de un organismo". La idea es que la salud no vendrá de las exportaciones sino del crecimiento interno. La idea consiste en desarrollar la industria y la producción nacional de alimentos y aumentar la colaboración con otros países latinoamericanos (que en realidad son parte del mismo 'cuerpo' en la visión de Chávez). El objetivo es reducir significativamente la dependencia de la inversión y de las importaciones procedentes de EEUU. La prioridad es apoyar las iniciativas locales. Por ejemplo, el decreto presidencial 3.898 obliga a todas las industrias de base --públicas o privadas-- a suministrar en primer lugar a las empresas de transformación nacionales y a exportar únicamente los excedentes.
Una economía mixta en la que coexisten diversas formas de propiedad
Para desarrollar la producción nacional tienen que darse dos condiciones indispensables: 1) Una fuerte intervención del Estado que ponga remedio a las debilidades de la economía, y defenderla de las multinacionales que no vean con buenos ojos a este país que se les escapa. 2) Una economía mixta que combine distintas formas de propiedad.
"La revolución no es destruir la propiedad privada", sostiene Chávez. Al contrario, debemos estimularla y apoyarla para desarrollar el país junto con el sector público". Dado el atraso y la debilidad de la economía venezolana, es imperativo movilizar y apoyar todas las formas de propiedad y de organización económica que puedan ser útiles. La economía venezolana será, por tanto, y por mucho tiempo, mixta: un sector privado, un sector público y un sector cooperativo. Los tres. Se trata de liberar la iniciativa y la creatividad de las clases populares manteniendo al mismo tiempo las formas de propiedad capitalista de las que no se pueda prescindir...
Ello implica políticas positivas hacia los medianos y pequeños capitalistas, hacia la clase obrera, hacia los campesinos y también para reintegrar al sector informal en la producción. Estas cuatro áreas son indispensables.
Primero, el gobierno intenta proteger las empresas de los pequeños y medianos capitalistas, ya que tienen un papel importante que desempeñar. Según Chávez, "Debemos protegerlos contra los monopolios, contra los altos tipos de interés de los bancos, contra cualquier amenaza que pudiera desestabilizar los proyectos de las pequeñas y medianas empresas que tantos venezolanos querrían poner o ya han puesto en marcha" 4.
Una ley de promoción de la inversión permite al Estado apoyar a los empresarios de todo el país. Del mismo modo, la introducción de la cadena pública de tiendas Mercal, descrita al comienzo de este libro, ha permitido a los poderes públicos hacer contratos con cooperativas y también con las pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, la debilidad general de la industria no proporciona puestos de trabajo inmediatos para los millones de personas perdidas en el sector informal. ¿Qué hacer entonces? Crear cooperativas parece una buena respuesta al problema...
Las cooperativas: un hermoso proyecto
Cuando Chávez alcanzó el poder, en Venezuela sólo había 762 cooperativas legalmente registradas. Desde entonces, su número se ha disparado. Habrá entre cincuenta y setenta mil: pequeñas tiendas, restaurantes u hoteles, o pequeñas empresas de transporte como los moto-taxis de Caracas, o cooperativas agrarias, e incluso pequeños grupos de trabajo encargados de mantener y embellecer los barrios. La mayoría de estas cooperativas tienen sólo cinco ó seis miembros, a menudo de una misma familia.
El 8% de las cooperativas realizan una producción industrial y en ese sector, el tamaño es más importante. Por ejemplo, durante nuestra visita, cerca de trescientos trabajadores estaban empleados en las dos fábricas del núcleo endógeno Fabricio Ojeda, a las afueras de Caracas. Una fabrica zapatos, la otra de camisetas, monos de trabajo, pantalones...
La creación de estas cooperativas ha supuesto una pequeña revolución: "Yo era una madre que estaba en casa", explica María, trabajadora de 35 años que habla con entusiasmo comunicativo en medio del ruido de las máquinas: "No me dedicaba más que a mi casa. Cuando llegó la Misión, me sentí muy motivada. Terminé mis estudios de bachillerato ( no había podido acabarlos), me he formado, y ahora estoy trabajando" 5.
Con el mismo entusiasmo se expresa Alida Bastida, supervisora elegida por los trabajadores de la fábrica de camisetas. Con cuarenta años radiantes y una sonrisa que le ilumina el rostro, nos guía a través de los diferentes puestos de trabajo. "Aquí tenemos mujeres que estaban encerradas en sus casas. El presidente habló de formar una cooperativa que nos daría una formación y un empleo, y de que entonces seríamos nuestros propios jefes, bueno, todo esto ha sido una maravilla para nosotras. Nos llena de orgullo".
¿Se trata de un modelo precursor para un nuevo tipo de sociedad? Alida está convencida: "Aquí todos estamos asociados, sin jefe, todos somos los propietarios". Al hablar con estas mujeres uno siente que su vida se ha transformado completamente. Sobre todo porque sus hijos van a la guardería que hay al lado del taller y ya no se tienen que preocupar de ellos. La emancipación a través del trabajo.
...para desarrollar una economía popular
¿Cómo funciona la cooperativa? Las decisiones importantes se toman en asamblea general, cada miércoles, en medio del patio, entre el taller y el dispensario médico, que también forma parte del complejo de Fabricio Ojeda, donde se han construido dos filas de bancos frente a frente. Bajo un toldo grande, y sin paredes para que circule el aire. Aquí, la nueva democracia económica funciona al aire libre.
El proyecto ha sido financiado por PDVSA, la petrolera estatal. Pero la decisión de fundar una cooperativa no cae del cielo como si tal cosa; primero, la gente tiene que organizarse colectivamente. La iniciativa surgió de la gente del barrio, explica Briteira Pérez: "Empezamos con asambleas donde la gente comenzó a expresarse. Preguntamos a niños, adolescentes, adultos, y a las personas mayores qué debíamos hacer en estos terrenos que pertenecen a PDVSA. Nos dijeron: 'no tenemos espacio para jugar, ni dispensario médico, ni tienda, ni centro recreativo'. Así que elaboramos un documento y lo presentamos a PDVSA, que nos apoyó. Hoy, nuestro sueño se ha hecho realidad. Tenemos un dispensario, una tienda, un parque infantil, un centro de producción y uno recreativo al mismo tiempo. Así que tenemos una buena calidad de vida" 6.
Lo que está emergiendo aquí puede ser una nueva forma de economía ligada a la vida de la gente del barrio y de mayor calado democrático. Como dice Wilmar, uno de los pocos miembros varones de la cooperativa: "Para lograr la transformación económica se tenía que partir de la gente de aquí. Se forma un trabajo para lograr una nueva forma de producir. En lugar de producir para unos pocos, se produce para todos".
Para empezar, las cooperativas necesitan medidas de apoyo por parte del Estado: créditos generosos, devolución a largo plazo y exención de todos los impuestos. Las primeras máquinas deFabricio Ojeda fueron financiadas por tales ayudas. Pero la meta es que la cooperativa llegue a ser independiente, que devuelva los préstamos iniciales y que sea capaz de adquirir su propio equipamiento. En 2006, Fabricio Ojeda pudo comprar con sus propios fondos ocho nuevas máquinas de coser. Todo un orgullo.
"Ahora podemos tomar la iniciativa"
En Mango de Ocoita, situado en la costa a 130 kilómetros al este de Caracas, los campesinos de la cooperativa Cafecao se sienten muy satisfechos de que los siete millones de dólares pagados porPDVSA hayan permitido construir una fábrica para procesar cacao. Así, pueden producir manteca de cacao, cacao en polvo y licor de cacao que exportan ellos mismos. Pedro Venegas se muestra encantado: "Nos veíamos obligados a vender nuestro grano crudo a cualquier comprador que se presentara. Ahora podemos tomar la iniciativa" 1. Para ello, tres mil campesinos se organizaron en cooperativas.
Incluso el turismo puede ser más social. Por ejemplo, en la famosa y paradisíaca Isla Margarita, el Hotel Residencia Guaiquerí, amenazado de quiebra, ha podido reconvertirse y ahora se gestiona como una cooperativa. El que fuera su jefe sigue ejerciendo su labor, aunque ahora cada trabajador tiene derecho a opinar y se le trata como un igual. El hotel acoge a cientos de funcionarios que reciben vales de vacaciones y pagan sólo diez dólares por noche. Se han salvado doce puestos de trabajo y el hotel ha contratado a dieciséis nuevos empleados entre la población desfavorecida y no cualificada 2.
Percibí el mismo entusiasmo en el sector de los pequeños servicios. En un gran aparcamiento del barrio 23 de enero, en las afueras de Caracas, Alfonso deja de barrer un momento para explicarnos cómo funciona esta pequeña empresa de limpieza y embellecimiento: "Somos cuarenta socios. La empresa nos pertenece y somos nosotros mismos quienes supervisamos nuestro trabajo" 3.
¿Cambian fácilmente las actitudes? Alida explica cómo se gestiona en su taller el absentismo: "Si un trabajador sufre un verdadero problema de salud puede beneficiarse de una baja recibiendo el mismo salario que los demás. Pero, al final de año, los beneficios de la cooperativa se distribuyen a cada trabajador en función del número de días trabajados". Y funciona. El año pasado, los trabajadores ganaron casi lo mismo con los beneficios que con sus salarios 4.
Al igual que las empresas autogestionadas, las cooperativas son muy útiles en el contexto actual de Venezuela. En primer lugar, amplían el sector productivo y reducen el desempleo. Además, enseñan a la gente a auto organizarse, a romper con la pasividad y el fatalismo. Por último, establecen nuevos comportamientos económicos que no están orientados exclusivamente a los beneficios, sino que tienen en cuenta la valorización de sus miembros y cómo satisfacer las necesidades de la sociedad.
El sistema cooperativo en un país poco desarrollado es un factor vital para el establecimiento de una economía popular. Por ejemplo, las cooperativas de pescadores han obtenido resultados tan notables que han llegado a derribar el monopolio de las grandes empresas.
En la actualidad, las cooperativas ocupan alrededor del 7% de la fuerza laboral del país, un porcentaje que probablemente aumentará. Pero sin un sólido apoyo del Estado quedarán limitadas a sectores muy marginales o serán eliminadas por las grandes empresas que dominan el mercado, tal y como ocurrió en Europa a principios del siglo XX.
El economista José Rivas confirma el peligro: "Pongamos por caso, una cooperativa de pollos que funcione bien. Si son las multinacionales las que controlan las incubadoras, los alimentos y la distribución, ¿qué se puede hacer para que no acabe estrangulada? La presión es tal que, de hecho, las cooperativas corren el riesgo precisamente de servir de cobertura para una mano de obra puramente capitalista exenta de impuestos". Por ello, un nuevo Ministerio para la Economía Popular se encarga de protegerlas y ayudarlas en su desarrollo. El Estado les concede créditos interesantes y contratos. Además, la misión Vuelvan caras distribuye becas y lleva a cabo la formación en gestión, contabilidad y otras técnicas.
Cambiar la mentalidad llevará tiempo
Porque hay que admitir que no todo es de color de rosa. De acuerdo con el organismo de control, la mitad de las cooperativas estarían en situación irregular por no presentar sus cuentas periódica y satisfactoriamente.
Por un lado, muchas cooperativas son, de hecho, empresas capitalistas clásicas disfrazadas para beneficiarse de las nuevas leyes y no pagar ciertos impuestos. Por otra parte, muchas operan de manera ineficiente porque sus socios carecen de conocimientos o de experiencia y no saben, por ejemplo, cómo organizar una cadena de trabajo. Han recibido formación al inicio pero no es permanente. Otro problema: el igualitarismo. Muchos de sus miembros pretenden aplicar de inmediato la igualdad salarial, algo poco realista que lleva a algunos directivos y trabajadores cualificados a buscar trabajo en otra parte.
Finalmente, la idea de las cooperativas parece ser excelente aunque difícil de realizar. Algunas han alcanzado un buen nivel de eficiencia económica, pero la mayoría todavía no puede competir con la eficacia del sector privado, ni con sus precios, ni con su calidad. El Estado ha perdido decenas de millones de dólares a causa de la improvisación y el mal uso de fondos públicos.
Pilotar una experiencia tan novedosa no es tarea fácil, indica Steve Ellner, profesor en la Universidad de Oriente-Anzoátegui (Venezuela): "El Ministerio ha tratado de ejercer un mayor control aunque es posible que ello haya sido contraproducente. En la actualidad, las cooperativas están obligadas a pedir cada tres meses un certificado al Ministerio, en Caracas, que acredite que han desempeñado sus responsabilidades. Los trámites, que incluyen la presentación de un balance firmado por un contable, llevan mucho tiempo. Además, la cooperativa debe demostrar su solvencia en materia de obligaciones financieras para con los organismos gubernamentales tales como la seguridad social o en el instituto de formación profesional" 5.
Ante un balance tan moderado, ¿se debe tirar todo por la borda? No, dice José Rivas: "Es cierto que tal vez sólo un 5% sean válidas en este momento. Muchas de ellas se crearon para robar al Estado o para precarizar la mano de obra. De hecho, no contamos con estadísticas precisas; las primeras estadísticas económicas desde hace veinte años se están elaborando. Aunque sólo pueda considerarse como exitosa una minoría, aunque sean de difícil formación, hay que darles tiempo para que adquieran dicha formación, para que desarrollen una cultura del trabajo productivo". Hay que añadir una condición, estima el economista Rafael Enciso: "Una planificación económica seria debe precisar con rigor qué tipo de cooperativas se requiere, qué tareas deben realizar, y con qué formación ideológica".
Para el periodista argentino Guillermo Almeyra, se trata de un reto que pone en juego el futuro de Venezuela. "Chávez quiere 'sembrar el petróleo', es decir, desarrollar con la riqueza del petróleo la producción de alimentos y de productos agroindustriales. Pero para que este loable objetivo sea una realidad no basta con conceder subsidios a los campesinos para que no abandonen el campo por la ciudad: hay que darles tierras, apoyo técnico y, sobre todo, condiciones políticas que les permitan superar la burocracia durante una primera fase en la que tendrán que aprender, pese a las dificultades, cómo producir de manera autogestionada y cómo responder a un mercado interno impreciso y en plena formación 6.
Así pues, las cooperativas requieren un tiempo para formarse y mejorar su grado de concienciación. Es todo un proceso. Pero las que han resistido el paso del tiempo han logrado reintegrar a muchos excluidos de la economía productiva. Han permitido que sus miembros adquieran conocimientos de gestión y transformen su actitud en el sentido de la cooperación y la solidaridad. Por lo tanto, los miembros de las cooperativas están legalmente obligados a trabajar para su comunidad, por ejemplo, proporcionando servicios de mantenimiento en las escuelas o distribuyendo regalos de Navidad a los niños. Además, compartir los beneficios de la empresa permite romper con la tradición del trabajo asalariado.
Las fábricas recuperadas
A las cooperativas hay que añadir las llamadas 'fábricas recuperadas'. Son fábricas a las que sus jefes echaron el cierre y cuyos trabajadores tratan de continuar la producción con el apoyo del Estado.
¿Cómo funcionan? El Estado negocia su recuperación con los propietarios o las expropia con la indemnización correspondiente. Luego, delega la empresa a los trabajadores, quienes pagan al Estado una cuota. La gestión se confía conjuntamente a los representantes electos de los trabajadores y a los representantes del Estado.
Ejemplo: la empresa Sanitarios Maracay. Cuando sus 800 trabajadores se declararon en huelga para exigir el pago efectivo de sus salarios y condiciones legales de trabajo, el jefe, Álvaro Pocaterra, decidió finalmente echar el candado y prefirió invertir su capital en negocios que le beneficiaran más. Sin embargo, la fábrica contaba con un buen equipamiento y su producción se vendía bien. Dadas las necesidades del país de nuevas viviendas, se trataba sin duda de una producción útil. Por ello, el Estado asistió a los trabajadores para que pudieran continuar. Salvar empresas que la burguesía venezolana echa a perder es impedir la desindustrialización, es preservar el poder adquisitivo y el empleo. Lo mismo ocurre con las empresas de subcontratación.
Pero después de un año, se ha puesto fin a la experiencia de Sanitarios Maracay. No es el único fracaso de una fábrica recuperada. El por qué hay que buscarlo principalmente en las divisiones que afectan al movimiento sindical. ¿Cómo mantener una fábrica autogestionada sin que los trabajadores se conviertan en jefes? Este debate no ha hecho más que comenzar en el seno del movimiento obrero.
De lo que se trata es de introducir gradualmente una lógica económica distinta. Haiman El Trudi, asesor próximo a Chávez, propone que las fábricas recuperadas y las cooperativas se llamen 'empresas de producción social': "Las Empresas de Producción Social producen para satisfacer necesidades sociales; su objetivo no es vender por vender y aumentar los ingresos. No tratan de fomentar el consumo de productos innecesarios o de lujo, sino que se centran en la fabricación de productos esenciales para la subsistencia humana. Cumplen una prestación social en beneficio de sus comunidades, a cuyos consejos comunales se vinculan, establecen relaciones de comercio justo, rompen las cadenas de la distribución y de la especulación, construyen relaciones de democracia directa dentro de las unidades de trabajo, retribuyen a los trabajadores con un salario digno: a cada uno según sus necesidades y según su trabajo, adquieren un compromiso ecológico con las generaciones futuras...". 7
Transformar la sociedad implica transformar al ser humano. Al igual que el Che Guevara, aunque con otros métodos, Chávez ambiciona preparar al 'hombre nuevo'. Una labor a largo plazo.
Por qué la reforma agraria no avanza rápidamente
Para que una reforma agraria tenga éxito, hace falta que los pequeños agricultores --que parten con mayor dificultad frente a las grandes explotaciones y a las importaciones de las multinacionales extranjeras-- obtengan no solo tierras, sino también préstamos baratos, maquinaria moderna, capacitación técnica.
No obstante, ello no es suficiente: frente a las multinacionales que dominan los mercados internacionales, el Estado tiene que desempeñar igualmente una importante función. Por ejemplo, ayudando a relanzar productos tradicionales locales descuidados o abandonados por completo cuando Venezuela se convirtió en un Estado adicto al petróleo.
Por ejemplo, el chocolate. El cacao venezolano, de gran calidad, se exporta actualmente, a Suiza, Italia y Bélgica. Y vuelve a Venezuela, en forma de... barras bastante más caras. La materia prima proviene del Sur, el beneficio se obtiene en el Norte. Lo mismo con la caña de azúcar y café. En los Andes y al este del país se cultiva un café que crece a la sombra y da un grano de alta calidad, de dulce y fuerte aroma. Requiere más mano de obra, pero podría impulsar las exportaciones.
¿Cómo desarrollar producciones locales más elaboradas que creen valor en el propio país? El Estado debe ayudar a que las cooperativas campesinas adquieran las habilidades necesarias y recuperen el control de los productos 8.
Todas las reformas agrarias que han tenido lugar en Latinoamérica han fracasado porque no se han llevado a cabo esas tareas. Con Chávez es diferente. En primer lugar, muchos campesinos han participado en la redacción de la nueva Ley General de Tierras y Desarrollo Agrario, de 9 de noviembre 2001. Además, se ha creado un Instituto Nacional de Tierras para poner en marcha la reforma agraria, al tiempo que un Instituto Nacional de Desarrollo Rural se ocupa de los créditos, la tecnología, la formación técnica y la construcción de carreteras. Por último, la Corporación Venezolana Agrícola (CVA) se encarga de la comercialización de los productos de los campesinos.
En 2004, el gobierno instaló a ciento treinta mil familias en casi dos millones de hectáreas de terreno. En 2005, concedió doscientas mil hectáreas a cooperativas cuya prioridad es producir para Venezuela. En un país que utiliza extensas áreas para la industria agroalimentaria (azúcar, harina, bebidas fermentadas), ello representa un cambio de modelo agrícola: "Tenemos que producir alimentos para la nación", dice el campesino José Hernández durante una ocupación de tierras en el Estado de Yaracuy.
Esencial como es, la reforma agraria se lleva a cabo con mucha cautela. Afecta únicamente a propiedades de más de cinco mil hectáreas consideradas improductivas, y que únicamente pueden expropiarse parcialmente y previa indemnización a precio de mercado.
Chávez ya había adoptado una clara posición al respecto en 2001: "Algunos sectores se oponen a la reforma agraria. Entendemos que se opongan, pero nosotros ponemos por encima el interés de la gran mayoría de campesinos, de pequeños y medianos productores, de familias venezolanas que jamás han obtenido el derecho a la tierra, un factor vital para el desarrollo del país, para el desarrollo integral de Venezuela" 9.
Sin embargo, los grandes terratenientes, aliados de la burguesía compradora, combatieron la reforma agraria de manera muy violenta. En apenas cuatro años, ciento treinta campesinos fueron asesinados por sus milicias. Desafortunadamente, la mayoría de esos asesinatos han quedado sin castigo. En algunas partes del país aún controladas por la oposición, grupos paramilitares vinculados a las fuerzas colombianas mantienen una importante actividad impunemente, con el apoyo de elementos corruptos de la Policía y de la Justicia venezolanas.
Frente a la violencia, Chávez ha radicalizado su orientación. En 2005, hablando ante la explotación recuperada de Hato la Marquesana (en la que el 80% de las tierras no se cultivaban), pronunció estas contundentes palabras: "El latifundio debe desaparecer del país porque afecta gravemente a la producción nacional".
Aunque a decir verdad, si la reforma agraria avanza tan lentamente no es sólo debido a la violencia de las milicias, sino también a la burocracia. Este mal, que alcanza a todo el aparato estatal, contamina asimismo a los organismos encargados de ayudar a los campesinos. En consecuencia, la productividad de las pequeñas explotaciones sigue siendo demasiado baja. No pueden competir con las importaciones, que han aumentado drásticamente en los últimos años con el aumento del poder adquisitivo. Por otra parte, mientras se puedan importar alimentos extranjeros más baratos, la población desempleada de las ciudades o con bajos ingresos, no tendrá motivación para ir a trabajar al campo. En definitiva, la soberanía alimentaria es un gran proyecto, pero aún está lejos de alcanzarse.
Mantequilla francesa contra mantequilla venezolana
Los campesinos no sólo deben hacer frente a los grandes terratenientes, sino también a los intereses de la industria y del comercio alimentario.
Los datos del problema son: 1) La federación de empresas de alimentos controla actualmente el 86% de la distribución de alimentos del país; la red alternativa Mercal sólo controla el 14%. 2) En la actualidad, Venezuela todavía importa el 85% de sus alimentos. Por sorprendente que pueda parecer, la mayoría de los productos que distribuye la propia cadena Mercal aún son importados.
Al entrar en un supermercado de Caracas, uno queda impresionado por la invasión, aún hoy, de productos extranjeros. En Venezuela se fabrica la mantequilla Maracay pero la mantequilla francesaElle & Vire, que es más barata, reina en todos los estantes.
Romain Migus, que vive en Caracas, explica así este frenesí por las importaciones: "En Francia, se considera normal que una inversión rinda un 30% ó 40%. Los capitalistas de aquí quieren obtener un 400%. Pongamos por caso, la agricultura: es una inversión a largo plazo con la que no se obtienen beneficios en los primeros años. Aquí, sin embargo, los capitalistas se han acostumbrado al petróleo y siempre han exigido beneficios rápidos. De manera que anteponen el comercio y la especulación a la agricultura y sus limitados y lentos beneficios.
Cuando tuve que comprar un camión pequeño para mi asociación, descubrí las empresas "maletín más teléfono móvil". Mi distribuidor sólo disponía de eso y se limitaba a conseguir camiones importados. Los vendía un 30% ó 40% más caros llevándose una buena comisión por el precio y también por el seguro y los accesorios. ¡Eso sí que es parasitismo! Y es lo que ocurre con todos los productos del Norte que uno se contenta con vender, llevándose una buena comisión. Importamos camiones, ordenadores, alimentos, ollas, cobre, caucho, talco (todos productos que se fabrican también aquí) y uno se hace rico como intermediario. Obviamente, así se destruye la producción local".
El Estado debe desempeñar un papel importante en la nueva economía
Se trate de la reforma agraria, de las cooperativas o de las fábricas recuperadas, vemos que el Estado venezolano juega un papel importante. Protege a las fuerzas sociales que corren el riesgo de ser aplastadas. Organiza la cooperación entre clases verdaderamente confrontadas pero que comparten el interés común de escapar de las multinacionales. El papel del Estado puede ser sorprendente. ¿No se dice en Europa que el Estado debe retirarse de la economía y hacer lo menos posible?
De hecho, se trata de dos tipos muy diferentes de Estado. En el Norte, el Estado sirve a las multinacionales, aún cuando hace todo lo posible para que no se note. Con Chávez, se trata de construir un Estado totalmente diferente, que defienda verdaderamente el interés público. La tarea del Estado no sólo es proteger a los débiles, sino también asegurar un desarrollo 'pleno' del país, es decir, coordinar a todos los sectores y no limitarse a los sectores que benefician a la élite.
¿Por qué corresponde al Estado dirigir el desarrollo del país? Porque la burguesía nacional, como ya hemos visto, no tiene la fuerza para enfrentarse a las multinacionales. En el tercer mundo, es esencial que el Estado desempeñe un papel central en la economía para relanzar la producción, recuperar empresas malversadas o sacrificadas, redistribuir la renta, para poner fin a la fuga de capitales, poner el sector financiero al servicio de los demás, controlar los intercambios con el extranjero, utilizar los ingresos procedentes del petróleo, del gas y de las materias primas para crear otras industrias, invertir en la infraestructura necesaria: puertos, carreteras, ferrocarril, metro...
Todo ello requiere un Estado fuerte y activo. Fue un requisito previo para el desarrollo de EEUU, Alemania y Japón en el siglo XIX. Y para la China del siglo XX. Del mismo modo, cualquier país del tercer mundo que trate de desarrollarse deberá contar con un Estado fuerte.
Las 49 leyes fundamentales: ruptura con el pasado
Para dar al Estado poder sobre la economía, Chávez comenzó adoptando, en noviembre de 2001, las49 Leyes habilitantes, una especie de leyes fundadoras que establecen los principios básicos de los diversos sectores económicos. Su propósito general es democratizar la propiedad y la producción.
Por supuesto, se debe partir del petróleo que puede seguir siendo un 'excremento del diablo'. En adelante, tendrá que proporcionar felicidad a la nación y no ser su desgracia, por ello, la nueva Ley de Hidrocarburos pone fin a la privatización rampante de los últimos veinte años.
Al recuperar el control sobre el oro negro, el Estado venezolano puede ponerlo al servicio de un desarrollo equilibrado de la economía en su conjunto, a condición de 'sembrar el petróleo', como dijo Chávez, es decir, redistribuyendo de forma inteligente este maná financiero. Los otros recursos del subsuelo (oro, diamantes, cobre, níquel, uranio, etc.) se deberán utilizar asimismo de forma racional y socialmente útil.
Entre estas 49 leyes, hay que señalar: 1) La Ley de Tierras, que permite al Estado confiscar y redistribuir las tierras privadas. 2) La Ley de Pesca, que amplía el ámbito de las aguas territoriales a seis millas y que, sobre todo, promueve la pesca tradicional de redes, a fin de preservar el equilibrio ecológico. 3) La ley de la Microfinanciación, que apoya la economía social y, en particular, la incorporación de la mujer al mercado laboral a través de las pequeñas empresas.
Con estas 49 leyes se abre la vía a una nueva concepción de la economía y de la sociedad...
Impedir que el dinero salga
Para desempeñar su papel, el nuevo Estado debe controlar dos problemas fundamentales: 1) Impedir que el dinero salga. 2) Controlar los sectores estratégicos.
Como apenas se pagaban impuestos, el gobierno se ha hecho cargo de los servicios fiscales. Pero para que el dinero entre en caja, hay que impedir primero que salga del país. A principios de 2003, cuando la derecha venezolana organizó su segunda tentativa de golpe de Estado saboteando el petróleo y la economía, organizó asimismo una fuga masiva de capitales estimada en mil millones de dólares en un mes. Sin embargo, en aquel momento, las reservas del Banco Central ascendían a sólo doce mil millones de dólares.
La autoridad respondió de inmediato estableciendo un control total sobre el cambio. Era esencial impedir la fuga masiva de capitales y la quiebra total de la economía venezolana. Desde entonces, el Banco Central de Venezuela supervisa todos los intercambios con el exterior. En lo sucesivo, la moneda nacional se cambiará a una tasa fija y estable: 2,15 bolívares por dólar. Por otra parte, las reservas de cambio del Banco Central se ampliaron a treinta mil millones de dólares.
Por supuesto, los venezolanos ricos pusieron el grito en el cielo aduciendo que todas esas medidas violaban las libertades más sagradas y que tenían derecho a hacer lo que quisieran con su dinero. Muy bien, aunque una afirmación tal quizás debiera debatirse. ¿Se trata realmente de 'sus' capitales? Si sus fortunas se han amasado mediante la desviación de recursos del Estado, apoderándose de las riquezas naturales de la nación, explotando y reduciendo a la miseria a los campesinos que han despojado de sus tierras, ¿a quién pertenece verdaderamente ese dinero?
Y si se invocan los derechos humanos, el problema se puede plantear de otra manera. Los propietarios de ese capital exigen el derecho a su libre circulación, y a sacarlo masivamente del país para obtener beneficios en otro, y volver a colocarlo en un tercero, y así sucesivamente. Esta 'libertad' dará lugar a que ningún gobierno en el mundo pueda desarrollar un programa social porque estará permanentemente sujeto al chantaje de los capitalistas.
La derecha considera que el control de cambios tendrá efectos negativos sobre los intercambios comerciales. En realidad, después de que se tomaran las medidas mencionadas, las importaciones aumentaron en un 40% a partir de 2005. La recuperación económica ha permitido asignar 5.5 mil millones de euros a programas sociales. Como explica la investigadora francesa Yannick de la Fuente: "Lejos de provocar el aislamiento y el empobrecimiento del país, el control de cambios ha permitido que un gobierno legítimamente elegido por sus ciudadanos establezca una política macroeconómica de desarrollo social" 10.
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Notas:
1 James Petras: «Propuestas para el Nuevo Orden Social, Economico y Cultural», http://lahaine.org/aK4X, 21 de mayo de 2006.
2 Hugo Chávez, Caracas, discurso de 23 de julio de 2003.
3 Hugo Chávez, Caracas, discurso de 23 de julio de 2003.
4 Hugo Chávez, Caracas: discurso de 23 de julio de 2003.
5 Extracto de la película Bruxelles-Caracas, de Vanessa Stojilkovic, Investig'Action, Bruselas, 2005.
6 Vanessa Stoji lkovic: película documental Bruxelles-Caracas, 2006.
1 Chris Kraull: Los Angeles Times, 21 de agosto de 2006.
2 Chris Kraull: Los Angeles Times, 21 de agosto de 2006.
3 Vanessa Stojilkovic: película-documental Bruxelles-Caracas, 2006.
4 Steve Ellner: www.inthesetimes.com, septiembre de 2007.
5 Steve Ellner: www.inthesetimes.com, septiembre de 2007.
6 G. Almeyra: « L'économie, talon d'Achille du Venezuela », marzo de 2008, www.amlatinetrecuerdo.blogspot.com
7 Haïman El Troudi: 18 questions et réponses sur le socialisme du 21ème siècle, inédito.
8 Mario Sanoja: Conferencia pronunciada en Montevideo, 24 de abril de 2006, comunicación personal.
9 Hugo Chávez: Declaración con motivo de la firma de Leyes habilitantes, 9 de noviembre de 2001.
10 Yannick-Hélène de la Fuente, Hugo Chavez, la révolution bolivarienne et la décroissance, inédit, 2004.
Investigac'tion
Texto completo en: https://www.lahaine.org/comprender-los-desafios-economicos-de
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