El Franquismo arrebató más de 30.000 niños a sus madres biológicas .por Marcos Navarro
“Los niños robados del Franquismo son una desgracia, son sonrisas
robadas a tantas familias desde 1936, durante la guerra y, sobretodo, en
la posguerra y el tardofranquismo”, dice la presidenta de la Asociación
de Mujeres Amparo Poch, Josefina Musulén.
Alrededor de 30.000 niños fueron robados en cárceles, domicilios
particulares y hospitales durante la Guerra Civil y el Franquismo, según
estimaciones del juez Garzón en 2008 después de que las asociaciones de
memoria histórica interpusieran una demanda ante la Audiencia Nacional
para investigar estos delitos, archivados en su gran mayoría. La
decisión de la Fiscalía hace unos meses que determinó que estos casos no
habían prescrito da esperanza a las víctimas, que no olvidan su
desdicha.
“Los niños robados del Franquismo son una desgracia, son sonrisas robadas a tantas familias desde 1936, durante la guerra y, sobretodo, en la posguerra y el tardofranquismo”, dice la presidenta de la Asociación de Mujeres Amparo Poch, Josefina Musulén, que acudió la semana pasada a Alcañiz invitada por Chunta Aragonesista para dar una charla.
Poch explicó que el coronel Vallejo-Nájera, que dirigió los servicios psiquiátricos del ejército franquista, “determinó en el 36 que ser demócrata, rojo y republicano era una enfermedad y que la forma de erradicarla era separar a los hijos de los padres”. Para ello, “se cambiaron las leyes para poder cambiar de identidad a los niños sin problemas”, explicó Musulén. En este aspecto, “el momento del bautismo era muy importante porque se cambiaba al niño de madre biológica”, explicó la experta.
En una etapa inicial era el Estado quien ejercía directamente esta presión, pero a partir de los años 60 surgen “las redes clientelares: médicos, enfermeros, curas y monjas tenían un fantástico negocio que les iba maravillosamente bien y siguieron haciéndolo hasta los años 80”. De hecho, “hasta el 87 el PSOE no cambió la ley de adopción, desde el 82 que ganó las elecciones”, reflexionó.
Musulén explicó que Garzón estimó en 30.000 niños los que fueron robados, aunque “sería difícil decir una cifra” porque “todavía hoy hay gente que después de oír una charla como la mía o leer un artículo de prensa se empieza a preguntar si ese hermano que le dijeron a su madre que había muerto realmente sería un niño fallecido”.
“El Estado siempre va por detrás”, protestó Musulén, que ve una gran dificultad en llegar a la verdad de la mayor parte de los casos porque “muchos han sido archivados”. De todas formas, “a finales del año pasado la Fiscalía determinó que no se podían archivar así, que no habían caducado”, lo cual “abre otra esperanza”.
El hecho de que se haya reabierto el debate ha propiciado también “muchos casos de reencuentros, que no se hacen públicos porque son vidas privadas”, destacó como punto favorable la presidenta de la Asociación de Mujeres Amparo Poch.
Esta agrupación centra su labor contra la violencia de género, pero entre sus prioridades está también “hacer visibles a las mujeres”. Dentro de esta tarea se enmarcan estas charlas. CHA-Alcañiz se preocupó por traerla al aula del teatro de Alcañiz. Según dijo su coordinador local, Santiago Sedeño, “es un tema que se tiene que comunicar, es una visión más de todo lo que supuso el Franquismo”.
http://www.diariodeteruel.net/bajoaragon/30970-el-franquismo-arrebato-mas-de-30000-ninos-a-sus-madres-biologicas.html
“Los niños robados del Franquismo son una desgracia, son sonrisas robadas a tantas familias desde 1936, durante la guerra y, sobretodo, en la posguerra y el tardofranquismo”, dice la presidenta de la Asociación de Mujeres Amparo Poch, Josefina Musulén, que acudió la semana pasada a Alcañiz invitada por Chunta Aragonesista para dar una charla.
Poch explicó que el coronel Vallejo-Nájera, que dirigió los servicios psiquiátricos del ejército franquista, “determinó en el 36 que ser demócrata, rojo y republicano era una enfermedad y que la forma de erradicarla era separar a los hijos de los padres”. Para ello, “se cambiaron las leyes para poder cambiar de identidad a los niños sin problemas”, explicó Musulén. En este aspecto, “el momento del bautismo era muy importante porque se cambiaba al niño de madre biológica”, explicó la experta.
En una etapa inicial era el Estado quien ejercía directamente esta presión, pero a partir de los años 60 surgen “las redes clientelares: médicos, enfermeros, curas y monjas tenían un fantástico negocio que les iba maravillosamente bien y siguieron haciéndolo hasta los años 80”. De hecho, “hasta el 87 el PSOE no cambió la ley de adopción, desde el 82 que ganó las elecciones”, reflexionó.
Musulén explicó que Garzón estimó en 30.000 niños los que fueron robados, aunque “sería difícil decir una cifra” porque “todavía hoy hay gente que después de oír una charla como la mía o leer un artículo de prensa se empieza a preguntar si ese hermano que le dijeron a su madre que había muerto realmente sería un niño fallecido”.
“El Estado siempre va por detrás”, protestó Musulén, que ve una gran dificultad en llegar a la verdad de la mayor parte de los casos porque “muchos han sido archivados”. De todas formas, “a finales del año pasado la Fiscalía determinó que no se podían archivar así, que no habían caducado”, lo cual “abre otra esperanza”.
El hecho de que se haya reabierto el debate ha propiciado también “muchos casos de reencuentros, que no se hacen públicos porque son vidas privadas”, destacó como punto favorable la presidenta de la Asociación de Mujeres Amparo Poch.
Esta agrupación centra su labor contra la violencia de género, pero entre sus prioridades está también “hacer visibles a las mujeres”. Dentro de esta tarea se enmarcan estas charlas. CHA-Alcañiz se preocupó por traerla al aula del teatro de Alcañiz. Según dijo su coordinador local, Santiago Sedeño, “es un tema que se tiene que comunicar, es una visión más de todo lo que supuso el Franquismo”.
http://www.diariodeteruel.net/bajoaragon/30970-el-franquismo-arrebato-mas-de-30000-ninos-a-sus-madres-biologicas.html
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