miércoles, 3 de agosto de 2016

Odio e ignorancia, los ingredientes de moda para cocinar una tertulia exitosa


Odio e ignorancia, los ingredientes de moda para cocinar una tertulia exitosa.  
Por
 Lola R.
 -


330
Es verdad que esta gente no es nadie a nivel nacional, y que dedicarles un solo minuto, incluso para mostrar sus carencias educativas e insultante incompetencia, es acabar haciéndoles un favor. Pero hay que hacerlo a pesar de ello, porque no son más que el producto y mejor ejemplo de la deprimente tendencia mediática que se ha impuesto en la actualidad. Y hay que denunciarlo cada vez que exista ocasión, y con todo el rigor posible, no por los agravios comparativos con los Zapata, Strawberry, o cualquiera que no vaya de Torrente o de fascista por la vida (porque para estos hay licencia pepera), sino por toda una profesión que no podemos permitirnos perder definitivamente, y que nada tiene que ver con lo que hacen estos mindundis ni sus egregios modelos a imitar, se llamen Losantos, Rojo, Inda, o las empresas (o partidos políticos) que los mantienen.
Por cierto, más allá de que estos indeseables, por el tono y el lenguaje utilizado hayan perdido la oportunidad de hacer una crítica que, tratada con seriedad, quizá sí fuera posible en la actuación de Pablo Echenique, lo que es de risa es ir de periodistas salvapatrias cargados de presunta verdad y razón vehemente y no conocer ni lo que es vox pópuli sobre aquellos a los que tanto odian y contra los que con tanta saña y pésima educación cargan. Por ejemplo que Echenique no es politólogo (carrera que para estos patanes que no saben ni hablar debe ser de poca monta) sino doctor cum laude en Ciencias Físicas y científico titular del CSIC.
No seré yo la que diga que deberían prohibir la emisión de estas cosas. Creo en la libertad de expresión hasta sus últimas consecuencias. Pero me preocupa que esta horterada salvaje sea económicamente sostenible, porque eso significa que tiene un público. Y ni en una barra de bar taurino cutre se escuchan tantas bobadas y tanto rencor inexplicable e infantil. Por lo que lo más triste es que si estos son los emiten opinión, habría que ver a sus espectadores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario