26
personas tienen más riqueza que los 3.800 millones más pobres
Es un fenómeno
global. Se detiene la reducción de la pobreza y aumenta la concentración de
riqueza. Los directores ejecutivos de las 200 compañías más grandes de Estados
Unidos tienen un sueldo promedio de 18,6 millones de dólares al año. La mitad
de las personas en el mundo viven con menos de dos dólares al día
Por Gustavo Sierra
2 de junio de 2019
Especial para
Infobae America
Jeff Bezos, dueño de
Amazon, alcanzó el año pasado una fortuna de 112.000 millones de dólares (Foto:
Archivo)
Es una de esas
contradicciones de las estadísticas. Desde hace años la pobreza en el
mundo viene bajando acompañada de un aumento significativo de las clases
medias. Pero en este 2019, según el "Reloj Mundial de la
Pobreza", una organización auspiciada por el gobierno alemán que provee
datos en tiempo real de los ingresos de las personas, el ritmo de los que
escapan de la miseria está disminuyendo en forma considerada. Somos menos
pobres, pero la pobreza sigue aumentando. También la
concentración. Ya son apenas 26 los multimillonarios que poseen más dinero
que los 3.800 millones de personas más pobres del planeta.
Cuando el Reloj
Mundial de la Pobreza se lanzó hace dos años, en promedio, una persona
escapaba de la pobreza cada segundo. El año pasado, el ritmo de reducción se
desaceleró a 0,8 personas por segundo. Las últimas proyecciones para este año
muestran que se ralentizó aún más: a 0,6 personas por segundo. Este es el
resultado de la desaceleración en el crecimiento de la economía global que
afecta particularmente a los países africanos y se alimenta de las grandes
crisis como las que viven Siria, Yemen y Venezuela.
India, por ejemplo, consiguió
en la última década tasas muy altas de reducción de la pobreza en enormes capas
de la población que pasaron a engrosar la ascendente clase media. Pero en
la última etapa del primer gobierno de Narendra Modi –reelegido la
semana pasada- muestra una caída considerable del producto bruto per
cápita. Ya no hay compradores para los 100.000 nuevos departamentos
construidos en New Delhi en los últimos meses, tampoco se venden como antes
motos ni autos nacionales. Se detuvo la movilidad social.
A nivel global, la última
proyección confirmada por datos del Banco Mundial, el Instituto de
Desarrollo de Ultramar (ODI) y el Instituto de Salud Métricas y
Evaluación (IHME), indica que, en 2030, unos 500 millones de personas
seguirán viviendo en la pobreza extrema, 44 millones más de la estimación
anterior. Con esta actualización, el World Data Lab dice que África
tiene hoy 427 millones de personas viviendo en pobreza extrema. Se espera
que el continente sea el hogar de casi tres cuartas partes de la pobreza
mundial a finales de 2019. "Sin embargo, muchas partes de África,
como Etiopía y Kenia, están logrando avances significativos de un Desarrollo
Sostenible. Pero Nigeria tuvo un retroceso muy importante", dice
un informe del Brookings Institute, el centro de pensamiento demócrata en
Washington. África sigue siendo el hogar de la mayoría de los extremadamente
pobres del mundo, viven con menos de dos dólares por día.
Las guerras en Yemen y Siria,
así como el conflicto social en Venezuela y el estancamiento económico en
Tanzania, provocaron las mayores caídas de la población en la indigencia.
Casi 18 millones de yemeníes viven en la pobreza extrema, el 57% de la
población. En Venezuela, se prevé un aumento de 2,4 millones más de
personas en la indigencia. Y ya permanecen en esa categoría 8,6 millones
de venezolanos, el 26,5 por ciento de la población. En Tanzania son
23 millones, casi el 42% de sus habitantes.
Steven Pinker, el
profesor de Harvard y uno de los divulgadores científicos más reconocidos,
decía que en 2018 el éxito en el combate de la pobreza y el ascenso social a la
clase media de millones de personas en todo el mundo era "la noticia
ignorada" del año. Pero poco después, comentó en su cuenta de Twitter que
las mismas estadísticas en las que basó su observación, estaban siendo
revisadas. En 2019 sólo 20 millones de personas escaparán de la pobreza
extrema. A este ritmo, el número global tardará cinco años en caer por debajo
de 500 millones, lo que hace casi imposible cumplir con el objetivo de las
Naciones Unidas de acabar con la pobreza extrema para el 2030.
Steven Pinker. (Rose Lincoln /Harvard)
Junto a la pobreza,
aumenta la desigualdad económica planetaria. En su último informe, la ONG Oxfam,
muestra que la riqueza de los multimillonarios aumentó 900.000 millones de
dólares el año pasado. La concentración se acentuó a tal punto en 2018 que 26
multimillonarios poseen más dinero que los 3.800 millones de personas más
pobres del planeta. Un año antes eran 43 esos multimillonarios. La
cantidad de personas que acumularon más riqueza se duplicó desde la crisis
financiera de 2008. "El abismo que aumenta entre ricos y pobres
penaliza la lucha contra la pobreza, perjudica la economía y alimenta la rabia
en el mundo", afirmó Winnie Byanyima, la directora ejecutiva de Oxfam.
La riqueza de los
multimillonarios del mundo aumentó a un ritmo de 2.500 millones por día, mientras
que los ingresos de la mitad más pobre del planeta cayeron un 11%. La ONG
estimó que el hombre más rico del mundo, Jeff Bezos, dueño de Amazon, alcanzó
el año pasado una fortuna de 112.000 millones de dólares. El presupuesto
de Salud de Etiopía equivale al 1% de esa suma.
Oxfam dice que
"los más ricos se benefician no sólo de una fortuna en plena expansión,
sino también de los niveles impositivos menos elevados desde hace
décadas". La riqueza está particularmente infragravada; de cada
dólar de impuestos a los ingresos, sólo cuatro céntimos provienen del impuesto
a la riqueza. Y a esto hay que agregarle la evasión impositiva. Se estima
que los más ricos esconden al fisco 7,6 billones de dólares, en algunos países
como Brasil o Reino Unido, el 10% de los más pobres pagan
impuestos más altos en proporción a sus ingresos que los más ricos.
Y la tendencia a la
acumulación la propician las mismas empresas que benefician a sus directivos en
forma desproporcionada con respecto a los salarios del resto de los empleados. Equilar,
una consultora de compensaciones para ejecutivos, hizo una encuesta para el New
York Times que muestra cómo los doscientos directores ejecutivos
mejor pagados en Estados Unidos obtienen beneficios todavía mayores cada
año. En 2018, les fue especialmente bien a los CEO: el promedio recibió
pagos equivalentes a 18,6 millones de dólares, un aumento de 1,1 millones, o
del 6,3 por ciento, en comparación con el año anterior. Una tasa de casi el
doble de la registrada para los salarios comunes. En 2018, un año muy bueno
para el mercado laboral estadounidense, el trabajador promedio recibió en el
sector privado un aumento del 3,2 por ciento, equivalente a 84 centavos
adicionales por hora.
Tesla autorizó en
diciembre pasado un paquete de pagos a su director, Elon Musk, por cerca de
2.300 millones de dólares.
El ejemplo más
destacado es el de la empresa Tesla, de innovación en automóviles y
energía, autorizó en diciembre pasado un paquete de pagos a su director,
Elon Musk, por cerca de 2.300 millones de dólares. No solo es la suma más
elevada del año pasado para un directivo empresario, sino que es la mayor de la
historia. David Zaslav, director ejecutivo de la empresa de
entretenimiento Discovery, ocupó el segundo lugar con 129,5 millones de
dólares. Palo Alto Networks, proveedora de servicios de ciberseguridad, le
otorgó a su nuevo CEO, Nikesh Arora, un paquete que equivale a 125
millones de dólares. Oracle convino en pagarle a cada uno de sus dos
directores ejecutivos 108 millones de dólares y un poco más a su presidente, Larry
Ellison. Una de estos directores ejecutivos, Safra Catz, fue la mujer
mejor pagada en 2018. Y el jefe global de Uber, Dara
Khosrowshahi, obtuvo 45,3 millones de dólares y ocupó el décimo lugar en
la lista de Equilar.
Pobreza y concentración
de la riqueza son dos caras en el mismo espejo. No se puede
acabar con una si no se elimina al mismo tiempo a la otra. Todos los
especialistas lo saben y lo comparten. Pero no hay un liderazgo global
para remediarlo. Por ahora, apenas si comparamos estadísticas y llenamos
las notas de frías cifras.
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