Emergencia por el coronavirus Nuevo fracaso del Eurogrupo para encontrar respuestas comunes a la crisis tras 16 horas de negociación
Emergencia por el coronavirus Nuevo fracaso del
Eurogrupo para encontrar respuestas comunes a la crisis tras 16 horas de
negociación
Las diferencias entre las posiciones de los países sobre
el uso del fondo de rescate europeo y la remota posibilidad de la creación de
coronabonos, con Italia y Holanda como representantes de extremos opuestos, son
de momento insalvables. Volverán a verse este jueves para desatascar la
situación.
Mario Centeno, presidente del
Eurogrupo, en una imagen de archivo.
Fumata negra en el
tercer intento en el último mes del Eurogrupo de tratar de dar una respuesta
común a la crisis económica que ha traído consigo el coronavirus. Tras pasar
toda la noche negociando, unas 16 horas en total, los ministros de Economía han
constatado que las posiciones
aún estaban alejadas y se han emplazado a seguir hablando mañana
jueves, aunque todavía no han fijado una hora de inicio. Varios de ellos tenían
compromisos nacionales y no podían continuar la negociación durante el
día de hoy.
La propuesta que
tienen los ministros sobre la mesa consiste de dos paquetes. El primero, una
"triple red de seguridad" que proporcionará liquidez a gobiernos,
empresas y trabajadores a través de préstamos y avales que alcanzarían unos
500.000 millones de euros en total para toda la Unión. A medio plazo, la idea
es crear un fondo europeo específico para relanzar la economía y tratar de
evitar al máximo posible que la crisis acabe durando varios años. Los ministros
están bastante de acuerdo en que todo esto es necesario. El problema, de
momento insalvable, es la letra pequeña. Si bien parece que las posturas se han
ido acercando durante la noche y que, si se hace otra reunión el jueves, es
porque hay visos de acuerdo.
Miedo a la troika
El principal escollo
sigue siendo la llamada "condicionalidad" del fondo de rescate
europeo, el MEDE, que se usaría para dar liquidez a los gobiernos, con una
potencia de hasta 240.000 millones de euros. Que dada la urgencia estos
préstamos deberían tener condiciones más relajadas que en la anterior crisis
financiera parece una idea aceptada.
El problema es la
desconfianza. Con Italia y Holanda en los dos extremos. Los italianos no
quieren oír ni hablar del retorno de una troika que pudiera llegar a Roma para
controlar que se llevan a cabo las reformas, o recortes, exigidas como
condición a recibir el préstamo. Los
holandeses parecen descartar las visitas de la troika, pero no se bajan del
caballo de que debe haber un programa de reformas específico para cada país que
pida dinero de manera que el Sur no lo use como pretexto para endeudarse sin
control.
"Debido a la
crisis actual tenemos que hacer una excepción para que el MEDE se pueda usar sin
condiciones para cubrir costes médicos. Pero para el apoyo económico a largo
plazo, creemos que es sensato que el uso del MEDE lleve consigo ciertas
condiciones económicas", tuiteaba el ministro holandés de Finanzas, Wopke
Hoekstra, al término de la reunión. Si el texto final no tiene suficiente
"condicionalidad", Hoekstra está dispuesto a dejar el punto abierto y
devolverle la pelota a los jefes de Estado y de Gobierno, que ya fracasaron
en llegar a un acuerdo hace dos semanas.
España sigue apoyando
a Italia en que los préstamos no deben llevar reformas aparejadas. La
vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, explicaba antes de la reunión que
no cree que las líneas de crédito del MEDE para el coronavirus deban tener
condiciones especiales porque la Unión Europea ya tiene un Pacto de Estabilidad
y Crecimiento que obliga a las capitales a mantener a raya el déficit anual y
los niveles de deuda.
El otro gran problema
sigue siendo el del plan de recuperación a largo plazo, para el que un grupo
formado por alrededor de una decena de países, incluidos España e Italia siguen
pidiendo la emisión de deuda común, ya se les llame coronabonos o eurobonos. Es
tremendamente complicado que se lleguen a aprobar porque, en esto, el frente
Sur tiene varios países más en contra.
Los ministros lo saben
y de hecho no han hablado mucho de los coronabonos en sí. Lo que ha ocupado el
tiempo es encontrar unas palabras para el documento de conclusiones que
contenten a todos. Que sean tan amplias como para mantener abierta la puerta a
la emisión de deuda común, pero sin (o con) una referencia expresa a los
coronabonos. Que se citen era precisamente uno de los objetivos de Calviño
antes de la reunión. Y para los italianos es una línea roja absoluta.
En la mañana de hoy parece
que los ministros habían llegado a encontrar esa fórmula, aunque aún no le han
dado el visto bueno definitivo. ¿Por qué son tan importante esas líneas? Porque
serán la base de lo que discutirán los líderes en una cumbre europea que no
tiene fecha, pero que se espera para los próximos días.
En cualquier caso, sí
parece haber ya consenso sobre que habrá que crear algún tipo de fondo común
extraordinario para luchar contra la crisis económica que se viene encima
cuanto antes. Lo que no está claro es cómo. Si dentro del presupuesto de la UE
o fuera, el tamaño que tendrá (Francia propone una bolsa común por valor del 3%
del PIB), de dónde se sacará el dinero para ese fondo en común…
Luz verde a la red de seguridad para empresas y
trabajadores
No todo han sido
desencuentros en la reunión de la pasada noche. Los ministros dieron su visto
bueno preliminar, sin demasiadas dificultades, a las otras dos patas del plan
de choque a corto plazo. En primer lugar, la creación de un fondo europeo de
avales que sería gestionado por el Banco Europeo de Inversiones, para otorgar
préstamos directos a empresas, y sobre todo a pymes, que lo estén pasando mal
por un valor de hasta 200.000 millones de euros. Para ello, el fondo
necesitaría de 25.000 millones de euros en avales que las capitales
comprometerían en proporción con el tamaño de su economía. Es decir, Alemania y
Francia serían quienes más dinero pondrían.
El segundo puntal no
está completamente cerrado, pero no parece que vaya a ser un problema para
llegar a un acuerdo en esa segunda reunión del Eurogrupo de esta semana. Se
trata de un sistema de reaseguro de desempleo específico, por valor de hasta
100.000 millones de euros, la iniciativa
que ya presentó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen,
la semana pasada. Los préstamos, a tipos muy bajos, irían dirigidos a los
Estados para que puedan financiar reducciones de jornada para los trabajadores
afectados por la crisis, de manera que estos no pierdan sus empleos. Para ello,
las capitales tendrían que poner otros 25.000 millones de euros en avales.
Ambos planes serán solo temporales y deberían desaparecer tras la crisis
actual.
Marlaska:
"La preocupación por las residencias es máxima: su configuración en el
futuro tendrá que cambiar"
·Entrevista
al ministro del Interior: "Los Presupuestos tienen que formar parte de los
pactos para la reconstrucción en los que estemos todos, también el PP"
·“Podemos ser optimistas, el desescalamiento llegará antes de lo que
imaginamos, pero no nos podemos permitir ni un pasito atrás”
·infoLibreofrece
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Publicada el
08/04/2020 a las 06:00Actualizada el
08/04/2020 a las 21:05
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska,
atendió este martes a infoLibre (imagen de archivo).
EFE
“Mi
confinamiento es en el Ministerio”. Fernando Grande-Marlaska (Bilbao, 1962) ha
logrado domar al GPS de su coche. Las pocas veces que abandona su
departamento siempre es para dirigirse al Palacio de la Moncloa. “Creo que el
coche ya sabe automáticamente dónde vamos. Tanto, que cuando esto se arregle no
sé si va a ser capaz de ir a cualquier otro sitio”, bromea. Vive el
confinamiento, flexible por necesidades del cargo, junto a su marido, que es
profesor y teletrabaja impartiendo clases online.
El
titular de Interior es uno de los cuatro ministros que bajo la dirección de
Pedro Sánchez llevan todo el peso de la lucha contra el coronavirus. Este
martes atiende a infoLibre por videoconferencia y asegura ser
"optimista" sobre la salida progresiva de los hogares, pero evita
comprometer fechas. Cuando defiende la oportunidad de unos Pactos de la
Moncloa que, según él, deberían de incorporar la negociación de los
Presupuestos con el PP, ya no parece tan confiado en el éxito de la operación.
Cuando ve fotomontajes como el que esta semana publicó Vox, llenando de ataúdes la Gran Vía de Madrid, su optimismo se
disipa por completo. "Así como nosotros estamos peleando por conseguir una
vacuna contra el virus, otros se podrían aplicar la vacuna de la
tolerancia y, después, la de luchar contra los bulos", pide. Según él,
descansar en casa desde este Jueves Santo hasta el lunes es, en realidad,
trabajar por los demás.
El Consejo de
Ministros ha aprobado pedir una nueva prórroga del estado de alarma hasta el 25
de abril, pero el presidente del Gobierno dijo el pasado sábado que no sería la
última. ¿Cuándo empezaremos a recuperar la normalidad?
Lo
importante ahora es ver los resultados. Entiendo que la gente se pregunte
cuándo vamos a poder a desarrollar nuestra vida del día a día, pero antes de
eso pediría ser conscientes del esfuerzo que se está haciendo y que nadie
imaginaba. Antes del 14 de marzo, cuando se dictó el primer estado de alarma,
teníamos un incremento [diario] del contagio del virus de en torno al 22 o 23%.
Ahora estamos en torno al 4% después de más de tres semanas de un confinamiento
importante. Vemos cómo el número de altas es muy relevante, lo que confirma que
tenemos un sistema de salud a la vanguardia a nivel mundial.
Vamos
en el buen camino. Estamos venciendo al virus. Evidentemente, no podemos cantar
victoria. No podemos dormirnos. Un grupo importante de científicos y técnicos
están valorando distintas posibilidades y escenarios atendiendo a los
resultados que estamos observando. Tenemos que ser razonablemente optimistas
sobre el momento del desescalamiento. Va a ser necesariamente progresivo y
tendremos que tener mucho cuidado porque lo que no nos podemos permitir es que
haya un pasito atrás. No me gusta hablar de fechas, pero antes incluso de lo
que pensamos podremos tener esas medidas de flexibilización.
El cierre también fue gradual: primero las escuelas, luego el
confinamiento y sólo al final sectores no esenciales, como parte de la
industria y la construcción. ¿Será este, sólo que a la inversa, el orden de
desescalamiento? ¿Tardarán meses las personas mayores o vulnerables en salir?
Vamos
a seguir los criterios de los equipos de técnicos. El objetivo principal y
prioritario es seguir garantizando la salud pública y no dar un paso atrás,
pero también salvaguardar la estructura económica y social del país, que es muy
importante porque también genera cohesión. Una cosa y la otra no son
incompatibles.
¿Deben saber las personas mayores que pueden tener que seguir meses de
esfuerzo en sus casas por su propia seguridad?
No
me gusta hablar de meses. Uno de los elementos es la vulnerabilidad de las
personas. Otro, las actividades económicas: cuáles son esenciales, cuáles lo
son menos o tienen más riesgos. También tenemos que tener en cuenta los
territorios. Por lo que dicen los técnicos, los principios rectores del
confinamiento son en muchas ocasiones diferentes a los criterios del paso
subsiguiente, el de desescalamiento.
¿Puede que haya comunidades que tengan que seguir en confinamiento? En
la fase anterior, hubo voces que pidieron el cierre de Cataluña y de Madrid.
¿Serán las medidas iguales para todos?
El
confinamiento tenía que ser para todo el territorio al mismo tiempo y creo
que eso ya nadie lo discute. Todas las comunidades autónomas se han visto
beneficiadas. Veremos lo que el equipo técnico dibija como lo más razonable.
¿Cómo se está tomando la sociedad estas medidas? El Gobierno habla de
una gran disciplina social, pero los datos de su propio Ministerio dicen que el
lunes hubo 216 detenido y se acumulan 377.000 propuestas de
sanción. ¿Si la movilidad es tan reducida, por qué la curva de arrestos y
sanciones no para de subir?
Hay
unos mínimos, de gente insolidaria, que es difícil bajar. Llevamos más de tres
semanas de confinamiento. Si tenemos en cuenta esa circunstancia y los millones
de ciudadanos que residimos en nuestro país quizás no sea tan importante. Me
gustaría que [las cifras] fueran menores. Quiero bajar esa curva igual que
hemos logrado bajar la de la propagación del virus. Eso implicaría que los
poquísimos insolidarios dejen de serlo.
Interior comprueba las denuncias
sobre las residencias
El dato de mayores fallecidos en residencias es muy alto. Los equipos
de desinfección, en ocasiones de las Fuerzas Armadas, se han encontrado casos
verdaderamente dramáticos y preocupantes, que apuntan a que pudo haber
negligencias y hechos delictivos. ¿La Policía está actuando e investigando?
¿Tienen una idea clara de lo que está pasando?
La
preocupación del Gobierno es máxima y ya está siendo objeto de análisis y de
estudio. Lo será mucho más profundamente cuando acabe esta pandemia. Tendrá que
ser necesariamente tema de reflexión y de una nueva configuración de lo que
deben ser la residencias de personas de edad avanzada; no simplemente
asistencia social sino sanitaria y de protección. Lo tenemos absolutamente
claro. Nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad -Policía, Guarcia Civil, Mossos
d’Esquadra, Ertaintza y Policía Foral- están trabajando y obteniendo
información de las propias residencias. El fin es comprobar cualquier elemento
o disfunción que conlleve una actuación irregular susceptible de constituir
infracción penal o de cualquier otro tipo. Cuando procede, damos traslado a la
Fiscalía, con la que trabajamos como policía judicial en los supuestos
abiertos.
¿Cuántos casos han
trasladado a la Fiscalía? ¿Qué está fallando? ¿Falla el sistema de
competencias, la supervisión? ¿Hace la titularidad privada que muchos de
nuestros mayores no estén bien atendidos?
No
le puedo decir el número de casos remitidos a la Fiscalía, pero tenemos una
comunicación directa con ella. Como parte de los servicios sociales, la
competencia es en su mayor parte de las comunidades autónomas, pero ahora no es
el momento de discutir o debatir ese extremo sino de afrontar la realidad para
evitar que cualquier acontecimiento que no procede siga sucediendo. Por eso hay
un seguimiento específico y expreso del Gobierno central. La Unidad Militar de
Emergencias (UME) , las Fuerzas Armadas y de seguridad proceden a la
desinfección para garantizar también la sanidad y salud de los residentes. Se
ha intervenido en más de 2.300 residencias, pero hay investigaciones precisas,
comunicaciones, visitas y seguimientos de esas residencias con el fin de poder
observar el día a día.
Este lunes anunció un sistema de protección por app para las mujeres
víctimas de la violencia de género. ¿Tiene datos sobre la situación? ¿Está
empeorando? ¿Hay una menor notificación de alertas?
Para
un análisis cierto tendremos que esperar a tener la situación normalizada, que
hayamos vencido a la pandemia y que no haya un confinamiento. Hemos tomado las
medidas adecuadas para garantizar la seguridad de las mujeres. Ya el 12 de
marzo, dos días antes de que se acordara el estado de alarma, se dictaron las
indicaciones desde el sistema Viogen de violencia de género para que se
realizaran nuevas evaluaciones del riesgo sin esperar a los plazos de los
propios protocolos. Se estableció la necesidad de hacer seguimientos precisos en
el día a día, más allá de lo que habitualmente se hace, así como la
contravigilancia. Hacemos un análisis sobre si la supuesta víctima vive con el
presunto agresor. Hay una protección continuada y directa dentro de nuestros
profesionales.
Es
importante que la población conozca la aplicación AlertCops,
con la que el ciudadano se puede comunicar directamente a la Policía y la
Guardia Civil cualquier hecho delictivo, tanto si se trata de una víctima
como de un testigo. Es como un 112, un 091 o un 062 pero actualizado a las
nuevas tecnologías. Ahí hay un subapartado dedicado a la violencia de género.
Hay un botón que dirige a una llamada de SOS que, aplicado por la víctima en un
momento de riesgo, pone en contacto inmediato con las unidades más cercanas de
la Policía o la Guardia Civil.
¿Cuántas
denuncias hay? En el 016 recibimos llamadas importantes y se atienden, pero
para realizar una valoración concreta de la situación final de la violencia
machista esperaría a volver a la normalidad. Que toda mujer que pueda ser
víctima sepa que tiene los medios necesarios y precisos. Para eso no estamos en
confinamiento.
Cuando
hablamos de delitos de odio lo hacemos de valores democráticos. Lo que se
infringe es el propio Estado de Derecho y democrático en sus valores. Desde el
Ministerio del Interior monitorizamos todas las redes sociales para observar
dónde hay bulos. Los hay que pueden no ser constitutivos de delito. Dejemos
que sean los tribunales los que se pronuncien. Nosotros lo estamos poniendo en
su conocimiento y el de la Fiscalía. Ese tipo de actuaciones [por el tuit de
Vox] me parecen éticamente deplorables. Dicen mucho de quién las expande y lo
que les importa la salud pública, la responsabilidad y la ciudadanía. Pero yo
no voy a prejuzgar.
La
libertad de expresión se caractertiza porque muchas veces tenemos que escuchar
no lo que nos gusta -eso no tiene ningún mérito- sino aquello que nos
pone los pelos de punta, como esto. ¿Dónde está el límite de lo penalmente
relevante? Hay una idea sustancial en los Estados de Derecho avanzados en
Europa. No es aceptable el discurso de odio que incita a la violencia o a la
discriminación. El discurso del odio es grave y no se puede relativizar,
porque es la antesala de lo que llamamos delitos de odio. Para que alguien
cometa un delito de odio -de daños, lesiones, agresiones o calumnias-, primero
hay normalmente un discurso de odio de alguien que tiene relevancia social.
La Policía tiene identificada la proliferación de cientos de miles de cuentas
en redes sociales que se dedican a lanzar bulos, pero también a menoscabar
la confianza en las instituciones o desestabilizarlas. Puede haber injurias o
calumnias. ¿Cree que Vox está aprovechando la crisis para defender el discurso
de odio?
No
voy a entrar en la confrontación política porque en este momento no es
positiva. La gente pide, y más a un miembro del Gobierno, que trabaje. No les
voy a dar un segundo. Habrá tiempo para eso. Lo importante sobre los bulos es
que la ciudadanía no traslade aquello que no es seguro porque en ese caso los
estarán propagando y multiplicando sus efectos. Que sólo transmitan la
información que no tienen duda de que es veraz. En eso tenemos que ser todos
responsables. Respecto a Vox o la extrema derecha, en los valores constitucionales
tiene mucho que aprender. Así como nosotros estamos peleando por conseguir una
vacuna contra el virus, otros se podrían aplicar la vacuna de la
tolerancia y, después, la de luchar contra los bulos.
Pactos de la Moncloa:
"Queremos un acuerdo casi unánime"
Se habla mucho de los Pactos de la Moncloa. La ministra
de Defensa, Margarita Robles, dijo recientemente que después de esta crisis,
con tantas víctimas mortales, había que reevaluar el equilibrio previo e
incluso las alianzas. ¿Cree el PSOE que puede sacar adelante los Presupuestos
o asuntos nucleares con el PP?
Tenemos
la necesidad de una reconstrucción social y económica en parámetros
democráticos. Es una situación extraordinaria. Siendo diferente por los
motivos históricos a la de 1977, sí tiene una entidad idéntica. Es necesario
que todos lleguemos a acuerdos y el presidente ya ofrece empezar a hablar de
la necesaria concertación social. Muchos presidentes autonómicos también
hablan de esa necesidad y de que ellos tienen que participar. No va a ser
fácil, todos lo sabemos. En 1977 no fue nada fácil y en muchos momentos hubo
peligro de no llegar a un resultado. Ahora, después de 40 años, ¿alguien me
puede decir que en 2020 no va a ser posible? Muchas encuestas nos dicen que
más de un 90% de la sociedad española nos pide que lleguemos a un acuerdo.
Pongámonos a ello y luego veamos si lo logramos, que es muy posible.
Mientras, hablemos, así es más fácil que seamos conscientes de lo importante
que es.
Probablemente el consenso se demuestre en lo concreto.
¿Qué tiene que ver en lo económico el programa del Gobierno de coalición y el
del PP? ¿Qué tiene que ver, por ejemplo, la derogación de la Ley de Seguridad
Ciudadana, llamada ‘ley mordaza’ [la norma fue aprobada por el PP]? ¿Está
usted dispuesto a no derogarla tras acuerdo con el PP?
Sería
absurdo mantener los criterios de antes. Todos vamos a ser algo distintos. Las
prioridades sociales han cambiado y son reconstruir social y económicamente
este país. Estamos en otro campo de juego. Eso es lo que vamos a tener que
afrontar sin dejar a nadie atrás. Este Gobierno, legítimo, elegido por el
Parlamento y la sociedad en las últimas elecciones, está abordando la crisis y
necesita la cooperación y colaboración de todos. En esa reconstrucción
entendemos que tenemos que estar todos.
¿Sería partidario de negociar los Presupuestos con el PP?
Los
Presupuestos tienen que formar parte de los pactos en los que estemos todos.
Si queremos pactos, unidad de criterio y salir adelante, esos Presupuestos
tienen que ir en consonancia con la voluntad real y mayoritaria de conformar
una reconstrucción social y económica. ¿Alguien piensa que los Presupuestos
van a ser los mismos que los que pensábamos hace tres o cuatro semanas? No es
factible.
Le pregunto por los socios. ¿La base de los acuerdos
podría sumar al PP o deben mantener las alianzas que hicieron a Pedro Sánchez
presidente con partidos de izquierda, nacionalistas e independentistas?
Tenemos
un Gobierno de coalición que está afrontando con toda la responsabilidad la
situación. Esto no tiene que ver con que a los acuerdos deban sumarse el resto
de las fuerzas políticas. Es lo que está pidiendo la sociedad. ¿Por qué vamos
a crear nosotros, la clase política, doctrina si la sociedad nos lo está
pidiendo? ¿Estamos para generar opinión pública o para asumir lo que la
sociedad quiere? Cada uno tiene sus formas de afrontar la realidad, pero lo
mejor para hacerlo es conocerla. Lo que queremos es un acuerdo casi unánime.
De ahí no puedo salirme.
¿Cómo le afecta a usted y a su entorno el
confinamiento?
Mi
confinamiento es en el Ministerio. De esta crisis espero que salgamos todos un
poquito mejores, pero de ella sacaremos experiencias como estas [en referencia
a la entrevista]. Tengo videoconferencias todo el día. El tacto y el contacto
ha desaparecido. Mi única salida del Ministerio es cuando voy a Moncloa, con
todas las medidas de seguridad. Es mi único desplazamiento. Creo que el coche
ya sabe automáticamente dónde vamos. Tanto, que no sé si cuando esto se
arregle va a ser capaz de ir a cualquier otro sitio.
En
mi entorno familiar, mi marido está en casa, como todas las parejas y
familias. Él es profesor y teletrabaja dando clases. El mundo de la educación
ha seguido activo en esta sociedad poniendo los medios necesarios. Ahora, que
la gente descanse estos cuatro días en casa, aunque permanecer en el hogar
ahora es trabajar por los demás. Quedarse en casa, corresponsabilizarse, es
una vacuna fantástica para luchar contra los intransigentes, los insolidarios
y aquellos que parece que sólo en la desunión obtienen oxígeno.
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