El auto de Santiago Pedraz decretando el archivo de la querella contra Guillermo Zapata, puede haber incurrido a juicio del Manos Limpias, “en un presunto delito de prevaricación”. Así lo defiende la organización ultraderechista en un comunicado para informar que está estudiando querellarse contra el juez de la Audiencia Nacional que ayer dio carpetazo por tercera […]
El auto de Santiago Pedraz decretando el archivo de la querella contra Guillermo Zapata, puede haber incurrido a juicio del Manos Limpias, “en un presunto delito de prevaricación”. Así lo defiende la organización ultraderechista en un comunicado para informar que está estudiando querellarse contra el juez de la Audiencia Nacional que ayer dio carpetazo por tercera vez al caso de los polémicos tuits del concejal de Ahora Madrid, Guillermo Zapata.
Según Manos Limpias, “el auto en sus razonamientos jurídicos, es un auténtico disparate y se basa en valoraciones subjetivas del magistrado”. El sindicato acusa al juez con los mismos argumentos con los que el magistrado cerraba la causa: Pedraz acusaba a los magistrados de la Audiencia Nacional Enrique López y Concepción Espejel de “retorcer el derecho” y “hacer justicia a pesar de la ley” al pedir continuar con la causa.
Con el auto de ayer, Pedráz se negó a seguir las órdenes de la sala para llevar a juicio al concejal, que en2011 escribió tuits con chistes antisemitas y de humor negro sobre víctimas del terrorismo en lo que él defendió un contexto de debate sobre los “límites del humor”. Zapata se enfrentaba a una acusación por supuesta humillación de las víctimas del terrorismo.
Sin embargo, Pedraz consideraba ayer, por tercera vez, que los hechos cometidos por el edil están dentro de “los límites del derecho fundamental de la libertad de expresión advirtiendo que “sencillamente el señor Zapata publicó una frase que pueda haber ofendido a algunos” pero aclarando que no existe un derecho a no ser ofendido” recalcando que por lo menos “en las democracias no aparece tal derecho en el catálogo de derechos fundamentales”.
Pedraz considera que con su frase no tenía intención humillar a las víctimas y aclara que “se trata de palabras que no pueden como tales criminalizarse a salvo de las dictaduras que criminalizan las palabras como si fueran hechos y no distinguen entre ellas (las palabras son hechos y, por tanto, se puede procesar a la gente por lo que dice, no por lo que hace”.
Pero en opinión de Manos Limpias, el magistrado “retuerce el derecho, retuerce los elementos del tipo penal y finalmente le da al derecho a la libertad de expresión una impunidad total y absoluta lesionando los derechos de los agraviados”.
Manos Limpias dice lamentar “profundamente que resoluciones como el caso que nos ocupa, deslegitimen la acción de la justicia y creen un estado de alarma social que en nada beneficia al Estado de Derecho”.
En la delirante cronología de este caso, que ha dado tumbos entre los despachos de la Audiencia Nacional durante ocho meses, la última novedad anterior al carpetazo de Pedraz fue el cambio de opinión de la Fiscalía: el Ministerio Público, que en recurrió el primer archivo de la causa y pidió a Pedraz tomar declaración al concejal, pedía hace unas dos semanas cerrar la causa por considerar que los chistes de Zapata no incluían expresiones “laudatorias” a ETA y que su finalidad no eran causar “sufrimiento” a Irene Villa ni al resto de víctimas del terrorismo.
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