Así
se trate de medios gubernamentales con divisiones especiales dedicadas a
la Isla, o de medios privados con gestores instalados al interior del
país, la línea editorial que ocupa el centro de la prensa construida
desde el exterior para conducir a Cuba al capitalismo es exhibir el
éxito de lo privado frente al fracaso de lo colectivo.
En su vista
panorámica de la autopista del capital no aparecen quienes se arrastran
por sus márgenes pero es más atractiva si junto al triunfador individual
-“emprendedor” o emigrado- se colocan en primer plano los baches en el
proyecto colectivo sin decir cuántos son fruto de las minas sembradas
allí por quienes pagan el encargo.
Que se haga a través de la seducción mercantil no lo hace menos propaganda que la indicación explícita. Ya se sabe que para la CIA la “forma de propaganda más efectiva” es
aquella en que el individuo actúa en la dirección en que se espera, por
razones que cree son las suyas propias. En cuanto al uso de la censura,
sobran los testimonios de que allí cuecen habas, pero es cierto que cuando manda el dinero hace menos falta porque como dijo Milton Friedman:
“Cuanto
más amplio sea el uso del mercado, menor será el número de cuestiones
en las que se requieren decisiones expresamente políticas y, por tanto,
en las que es necesario alcanzar un acuerdo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario