¿Qué es superior lo público o lo privado? Los casos de Google y Apple. Por Vincenc Navrro
En
España, como resultado de la derechización de la gran mayoría de los
principales medios de información (sean periódicos, radios o canales de
televisión) del país, existe un sesgo neoliberal muy marcado entre los
gurús mediáticos en las áreas económicas, que aparecen en programas de
información económica, los cuales constantemente alaban las
excelencias del sector privado, denunciando a su vez las supuestas
ineficiencias y despilfarros del sector público.
Frecuentemente
estos economistas hacen referencia al modelo económico que suponen
existe en EEUU (que erróneamente definen como liberal), señalando la
superioridad de tal modelo sobre el modelo económico existente en la
Europa Occidental, que ven estancado en las rigideces del sistema de
regulación e intervencionismo público que frena la eficiencia y
desarrollo económico de la Europa Occidental de este continente.
Es
casi imposible leer los diarios, oír la radio o ver la televisión sin
que este mensaje de superioridad de lo privado sobre lo público se
repita constantemente con una frecuencia machacona digna del mejor
lavado de cerebro.
Uno de los
que tienen mayor visibilidad mediática en defensa de la economía privada
versus la pública es el Sr. Sala i Martín, el economista neoliberal que
la televisión pública catalana, TV3 (controlada por el partido
neoliberal gobernante Convergència Democràtica de Catalunya), presenta
explícitamente como “el economista de la casa”.
Este
economista neoliberal tiene un programa de una hora cada dos semanas en
TV3 y recientemente hizo un programa con varios capítulos que le costó
al contribuyente catalán nada menos que 400.000 euros (más IVA),
programa que tenía como objetivo promocionar la visión neoliberal de la
economía, haciendo un canto a las excelencias del mundo empresarial,
acentuando el valor de la genialidad de los grandes emprendedores, y
atribuyendo el éxito de las empresas más conocidas a la libertad que
favorece el capitalismo.
Este programa, Economia en Colors, se
presentó de octubre a noviembre del 2015, habiendo recibido
personalmente por cada capítulo 7.500 euros (4.500 como presentador más
3.000 como guionista), facturando un total de 60.000 euros. Es
interesante notar que este programa, un canto al pensamiento liberal a
favor del sector privado, se emitió en un medio público pagado por la
ciudadanía a través de sus impuestos.
Otro gurú mediático es el Sr. Daniel Lacalle, asesor de La Sexta,
entre otros medios que promueven tal mensaje con gran vocación
apostólica, enfatizando constantemente los méritos de la propiedad,
inversión y gestión privada sobre la pública. Aparece frecuentemente en
los medios, y hace unos días escribió un artículo (“Entender lo que
siempre es público”, La Vanguardia, 03.07.16) en donde criticaba el intento de los partidos de izquierdas de desprivatizar la compañía Aigües Ter-Llobregat (ATLL), privatizada
por el gobierno catalán del partido liberal (Convergència), acusándoles
de estar estancados en una ideología anticuada que conducía a la
ineficiencia en los servicios públicos a la ciudadanía.
¿Qué hay detrás de Apple, Google y otros casos de éxito empresarial?
Dicho pensamiento neoliberal (también activamente promovido por blogs de economía como Nada es Gratis,
un panfleto financiado hasta hace poco por el IBEX-35) desconoce,
ignora u oculta varios hechos básicos, tales como que el modelo
económico de EEUU no es liberal, puesto que aquel modelo está basado en
un enorme intervencionismo público.
En
realidad, el gobierno federal es uno de los gobiernos más
intervencionistas que existen en el mundo occidental. Gran parte de los
sectores económicos en EEUU han sido iniciados, y/o intervenidos, y/o
establecidos por el gobierno federal.
En un excelente libro (The Entrepreneurial State), Mariana Mazzucato, profesora de la Universidad de Sussex, desmonta,
caso por caso, la definición del modelo económico estadounidense como
liberal. Analiza, por ejemplo, los grandes éxitos de la economía
estadounidense, como Apple, que se atribuyen, según el credo liberal, a
la gran genialidad de Steve Jobs, presentado como ejemplo del rol
central que juega el gran innovador, interpretación ampliamente
promovida incluso por la industria cinematográfica con la película sobre
Steve Jobs y en muchos libros y miles de artículos laudatorios de su
figura.
La
profesora Mazzucato muestra que Apple no habría existido si no hubiera
sido por la activa intervención del Estado federal. En realidad, no solo
Apple, sino toda la industria electrónica, no hubiera existido sin el
gobierno federal, que financió en gran parte los “descubrimientos” que
se atribuyen a los grandes emprendedores privados, incluyendo Steve
Jobs.
La
autora señala en su libro el proceso de creación de Apple (paso a paso)
y de los elementos innovadores que se atribuyen a esta empresa,
mostrando cómo detrás de cada uno de ellos había un trabajo previo,
financiado públicamente, y desarrollado ya sea en instituciones públicas
o en privadas (financiadas públicamente).
En realidad, fueron las Fuerzas Armadas del gobierno federal las que introdujeron el GPS positioning y los voice-activated “virtual assistants”, utilizados
por Apple. Y fueron las mismas Fuerzas Armadas las que financiaron los
primeros pasos de la industria electrónica del famoso Silicon Valley. Y
fueron también fondos públicos los que financiaron el touchscreen así como el lenguaje HTML, también utilizados por Apple. Y fue,
de nuevo, el propio gobierno el que prestó en términos súper
favorables los primeros 500.000 dólares que Apple necesitó para
establecerse como empresa.
Sin la intervención pública, las empresas privadas en muchos sectores innovadores no hubieran existido
Una
situación semejante ocurre con Google, compañía que ya en sus inicios
recibió fondos públicos procedentes de la National Science Foundation,
institución pública. Y no digamos ya con la industria farmacéutica, una
de las industrias con mayor rentabilidad en EEUU, y que se ha
beneficiado enormemente de la investigación básica financiada
públicamente por los National Institutes of Health con un presupuesto de
30.000 millones de dólares al año, una investigación sin la cual la
industria farmacéutica estadounidense tampoco hubiera existido.
Y
ha sido, de nuevo, el gobierno federal el que ha sido el mayor inversor
en la industria aeronáutica, a través del gasto militar. En realidad, el
complejo militar-industrial que centra la economía estadounidense en
muchos de sus sectores, está financiado públicamente (ni que
decir tiene que ninguno de estos datos aparece en las alabanzas al
emprendimiento de los grandes genios empresariales promovidos por los
gurús mediáticos neoliberales).
En base a
estos y otros datos documentados en aquel libro, es cuestionable definir
el modelo estadounidense como un modelo neoliberal. En realidad, una de
las causas que están creando mayor enfado entre la población
estadounidense es la toma de conciencia de que un gran número de
las industrias altamente exitosas, que han sido apoyadas, cuando no
financiadas, públicamente en sus orígenes (como Apple y Google), ahora
estén evitando pagar impuestos en EEUU, situando las sedes de sus
empresas en el extranjero.
Por cierto,
gran parte de las empresas que ofrecen a nivel estatal en EEUU (nivel
semejante al nivel autonómico en España) elementos básicos, como el
agua, son públicas, como también ocurre en el continente europeo, y lo
hacen a unos precios menores y a una calidad mayor que la que provee la
empresa privada a la cual el Sr. Lacalle hace referencia. Ahora bien, le
aseguro a usted, lector, que estos últimos datos raramente aparecen en
los grandes medios de información y persuasión de este país. Así es
España (incluyendo Catalunya).
(Cubadebate)