Un brigada de la Policía Armada remató a Companys
Un libro desvela el nombre del suboficial catalán autor del tiro de gracia en Montjuïc al presidente de la Generalitat republicana
“Acabo de ordenar a un grupo de hombres que fusilen al presidente de la Generalitat de Cataluña, el señor Lluís Companys. Y yo lo he rematado en el suelo. Que Dios tenga piedad de su alma y que perdone la mía”. Esto es lo único que pudo decir a su mujer y a sus hijos, tras regresar a casa poco antes de las ocho de la mañana procedente del castillo de Montjuïc, aquel 15 de octubre de 1940. Nunca más volvió a hablar de ello el brigada de la recién creada Policía Armada Benjamí Benet Blanch, cuyo nombre, 75 años después de los hechos, desvela públicamente por vez primera el periodista Jordi Finestres en Retrat d’un magnicidi. Les últimes hores del president Companys (Ara Llibres).
Las pistas facilitadas por un nieto de Benet han permitido a Finestres —que en 2003 ya localizó en Venezuela donde se refugiaba a Ramón de Colubí, militar que defendió a Companys— reconstruir la trayectoria del policía, de entonces 48 años, si bien no las causas que le llevaron a ser trágicamente escogido para dirigir el pelotón de fusilamiento de militares de manera misteriosa y precipitada la noche anterior. Era policía, pero el cuerpo estaba bajo las leyes militares: quisiera o no, debía obedecer.
El "pulso tembloroso" del ejecutor le obligó a realizar varios disparos con su Astra 400 de 9 milímetros, según relata Jordi Finestres
Algunos aspectos de su carrera podrían, sin embargo, explicar su elección. Nacido en Mont-roig del Camp, y alistado voluntario como educador de música en el Ejército, en 1912 se ofreció a ir a Melilla, donde ya fue condecorado. Se licenció en 1914 pero no volvería al Ejército sino que en 1921 ingresaría en la Policía.
La sublevación de 1936 le pilló en Zaragoza. Si bien, según Finestres, no quería saber nada del separatismo catalán pero tampoco del anticatalanismo, dio apoyo a los rebeldes y en octubre de 1937 está en la Brigada Legionaria Italiana, los Flechas Negras. En abril de 1938 entrará en Lleida. Ascendido a brigada por méritos de guerra en julio de 1939, pocos meses después participaría en el traslado de los restos del fundador de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, desde Alicante a El Escorial.
El suboficial intentó quedarse con el pañuelo ensangrentado del President pero un capitán de la Guardia Civil se lo impidió; ese y otros objetos de Companys siguen hoy extraviados
Alternando las últimas horas de Companys y el testimonio de De Colubí, Finestres habla en el libro (cuyo contenido avanza la revista Sàpiens) de “diversos tiros de gracia” fruto del “pulso tembloroso” de Benet, que los ejecuta con su Astra 400 de 9 milímetros. Y comenta también un misterioso episodio: Benet habría cogido el pañuelo blanco manchado de sangre que Companys llevaba en su americana, pero que tuvo que dejar en el suelo tras ser recriminado por un capitán de la Guardia Civil, Fernández-Valdés, que se apropiaría después de él, según el libro. Ese pañuelo, y otros objetos personales de Companys, están hoy aún oficialmente extraviados. Una afección pulmonar acabaría con el entonces ya capitán Benet en 1950, que moriría en Tarragona a los 58 años.
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