¿Y si en vez de la independencia de Catalunya viniera el socialismo de Marx y Lenin?
El proceso catalán puede servirnos como avanzadilla, ejemplo o antesala de lo que podría ocurrir si una revolución de obreros y trabajadoras asomara en la historia de este país. Hay cosas comunes que volveríamos a ver y oír:
- Al rey exigiendo aplicar la ley, y … mirando en googlemap el camino más corto Madrid-Cartagena.
- Al PP/PSOE/C´s diciendo que a los revolucionarios golpistas hay que aplicarles el artículo 116 (donde se habla de el estado de alarma, el estado de excepción y el estado de sitio; esto es cuando se dé concurrencia de circunstancias excepcionales que imposibiliten el mantenimiento de la normalidad mediante los poderes ordinarios).
- A las empresas yéndose en estampida del “terror rojo”, un minuto antes de ser nacionalizadas.
- A los equidistantes diciendo que hay que dialogar y que estas no son formas, que vayamos a las urnas a dirimir.
- A la prensa del régimen bramar hasta que los ojos salgan de sus órbitas contra los comunistas antisistema.
- A la derecha movilizarse bandera patria en mano y pidiendo a Franco que resucite. Y a éste diciendo que cómo va a ser eso si él nunca se murió.
- A la Iglesia rezando a toda prisa y llamando a los fieles a la guerra santa.
- A los sindicatos mayoritarios pidiendo paz social.
- A los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado acudiendo una vez más a Colegios públicos a ver qué coño pasa.
- A los famosos repitiendo cual soniquete “Venezuela, Corea del Norte, Venezuela, Corea del Norte,Venezuela, Corea del Norte,Venezuela, Corea del Norte,Venezuela, Corea del Norte,Venezuela, Corea del Norte,Venezuela, Corea del Norte.
- A Europa diciendo que dictaduras comunistas no está contemplado en la eurocámara y que así peligran los erasmus.
- A los inmovilizados por internet haciendo memes y chistes cortos en FB, Twitter, Instagram, emails, whatsapp… contra los que quieren cambiar la clase social que gobierna.
En este contexto, es de pura sagacidad saber que aquí y ahora no estamos ante un proceso revolucionario, también que esa “chispa” que lo enciende todo es tan imprevisible como queramos imaginar. Lo que sí es seguro es que al otro lado de la trinchera estarán los mismos pero con más pánico.
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