Réquiem de pueblo. Por Pedro Pablo Gómezpor La pupila insomne |
El próximo día 25 de noviembre habrá transcurrido un año de la desaparición física de un hombre historia, nuestro Fidel Castro Ruz, en el corazón y la mente del pueblo cubano, este momento nos arrugará los corazones por quien no estará junto a nosotros en la contienda por mantener la Revolución ideada y ejecutada por su inconmensurable voluntad y vocación libertaria e independiente.
Los que vivimos de cerca su impronta revolucionaria desde sus inicios, siempre lo tuvimos, lo tenemos y lo tendremos presente en cada acción y cada día en que afrontemos las adversidades y los esfuerzos del imperialismo estadounidense por tratar de eliminar el ejemplo de la Cuba revolucionaria como bandera del socialismo en el hemisferio americano.
Muchos hechos ocurridos nos hacen recurrir a la memoria desde los sucesos del Moncada y del Céspedes, la Prisión Fecunda, el exilio combativo, el desembarco en el yate Granma, La Sierra y el Llano, la llamada a la huelga general ante la maniobra politiquera en los albores de la Revolución y después el inicio de la marcha hacia una sociedad mas justa, por los humildes, con los humildes y para los humildes contra viento y marea. Siempre al lado de su pueblo que nunca traicionó y defendió con valor espartano ante el enemigo más poderoso existente en el universo que habitamos.
Lo mismo lo veíamos afrontando una tempestad bajo el agua y con riesgo de su vida en los combates directos, hablando comúnmente con la población de los detalles mínimos de la comunidad que habita nuestra isla, en su relación con los viejos compañeros de lucha y su interés con los jóvenes por hacerles ver el camino a seguir para mantener el honor y la independencia de la patria. Con un ejemplo de humanidad incomparable y una enseñanza ante los reveses para convertirlos en victoria o ayudarnos a comprenderlos y seguir adelante.
Todos te extrañamos Comandante, te necesitamos siempre y en la memoria permaneces presente velando por mantener en alto las banderas por la que tanta sangre se ha derramado en la Patria. El mundo te reclama vida, nosotros también y tu imborrable e irrepetible persona se hace más necesaria en este mundo tan complicado que habitamos
No cabría en esta pequeña cuartilla la valoración de la entrega de tu vida a la obra de la Revolución, pero aunque ahora nos faltes físicamente estarás junto a nosotros en todos los momentos los alegres, los tristes y en el enfrentamiento a los peligros que surjan, como dijera el Che, llevaremos la fe que nos inculcaste.
Te recordamos y te queremos siempre, nunca está demás decirlo y actuar en función de tu memoria para seguir el camino que con tu vida nos abriste en la historia.
Hasta la Victoria Siempre, mi Comandante.
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