El trato infligido a Salman al Odah, Awad al Qarni y Ali al Omari, todos acusados de “terrorismo”, ha sido condenado por grupos de derechos humanos
Arabia Saudí ejecutará a tres destacados académicos moderados después de Ramadán
Middle East Eye
Traducción para Rebelión de Loles Oliván Hijós. |
El más famoso es el seij Salman al Odah, erudito de renombre internacional conocido por sus comparativamente avanzadas opiniones sobre la sharia y la homosexualidad dentro del mundo musulmán. Odah fue detenido en septiembre de 2017 poco después de twittear una oración por la reconciliación entre Arabia Saudí y su vecino del Golfo, Qatar, tres meses después de que Riad impusiera el bloqueo contra el emirato.
Los otros dos que van a ser ejecutados son Awad al Qarni, predicador, académico y escritor suní, y Ali al Omari, un popular locutor. Fueron también detenidos en septiembre de 2017.
Los tres tenían muchos seguidores en internet. Solo la cuenta árabe de Twitter de Odah cuenta con 13,4 millones de seguidores; después de su detención se puso en marcha el hashtag#freesalmanalodah. El canal de televisión de Omari, Para la juventud, también tenía una gran audiencia.
Dos fuentes del gobierno saudí han confirmado de forma independiente que se prepara la ejecución de los tres que actualmente están a la espera de juicio en el Tribunal Penal Especial de Riad. Se había fijado una audiencia para el 1 de mayo pero se pospuso sin fijar nueva fecha.
Una de las fuentes ha declarado a MEE que “una vez que se haya dictado la sentencia de muerte no esperarán para ejecutarlos”. Una segunda fuente del gobierno saudí afirma que la ejecución en abril de 37 saudíes, en su mayoría activistas chiíes acusados de terrorismo, se utilizó como globo sonda para ver hasta dónde llegaba la condena internacional.
“Cuando vieron que se produjo muy poca reacción internacional, particularmente a nivel de gobiernos y jefes de Estado, decidieron proceder con su plan de ejecutar a figuras destacadas”, ha afirmado la fuente, que como la primera lo hace en condición de anonimato.
El calendario de las ejecuciones lo determinará el aumento de las tensiones actuales entre Estados Unidos e Irán. “Les están animando a hacerlo, especialmente en el contexto de la tensión que vive el Golfo en este momento. Washington quiere complacer a los saudíes ahora. Los cálculos del gobierno [saudí] son que la coyuntura les favorece para llevarlas adelante [las ejecuciones]”, sostiene la primera fuente.
Un miembro de la familia de uno de los académicos ha declarado a MEE que “de seguir adelante con las ejecuciones, sería muy grave y supondría un peligroso punto de inflexión”.
MEE se ha dirigido a las autoridades saudíes para recabar sus comentarios.
Provocar la condena
La detención de los tres académicos ya provocó la condena de Naciones Unidas y del Departamento de Estado de Estados Unidos, así como de los grupos de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), Reprieve y Amnistía Internacional.
En septiembre, un año después de su detención, Odah compareció en audiencia a puerta cerrada ante el Tribunal Penal Especial, un tribunal creado por el Ministerio del Interior para juzgar casos de terrorismo. El fiscal especial acusó a Odah de 37 cargos de terrorismo. Entre ellos una supuesta afiliación a “organizaciones terroristas”; la fiscalía señaló a los Hermanos Musulmanes y al Consejo Europeo para la Fatwa y la Investigación, dos importantes organizaciones islamistas internacionales.
Un segundo grupo de cargos le acusan de denunciar “injusticias hacia los presos” y de “expresar cinismo y sarcasmo sobre los logros del gobierno”.
El tercer grupo de cargos alegan afiliación con la familia real de Qatar y cita la falta de voluntad de Odah para apoyar públicamente el boicot dirigido por Arabia Saudí contra el emirato de la península.
Dos días antes de su brutal asesinato en el consulado saudí de Estambul, el periodista saudí Jamal Khashoggi dijo a sus amigos de Londres que estas 37 acusaciones ilustraban todo lo que había que saber sobre el estado de derecho en el reino bajo su gobernante de facto, el príncipe heredero Mohammed bin Salman. “Aplastará la disidencia a toda costa. Hay que publicar estas acusaciones”, dijo Khashoggi en su momento. “Odah será ejecutado no por extremista sino por moderado. Por eso lo consideran una amenaza”.
En respuesta a la información de MEE, la directora de HRW para Oriente Próximo, Sarah Leah Whitson, comentaba: “Cualquier nueva ejecución de disidentes políticos es consecuencia directa del clima permisivo de la administración Trump y de sus repetidas y públicas señales de que apoyarán posiciones nocivas: no importa lo atroces que sean los abusos que cometas contra tu pueblo, nosotros te respaldamos”.
En enero del año pasado un grupo de expertos de Naciones Unidas integrante del Consejo de Derechos Humanos acusó a Riad de ignorar los repetidos llamamientos a detener las violaciones mientras se arrestaba a figuras religiosas, escritores, periodistas y activistas “en un preocupante patrón de arrestos y detenciones arbitrarias generalizadas y sistemáticas”.
El panel de expertos se refirió a que “Pretendemos asimismo que el gobierno nos aclare cómo estas medidas son compatibles con las obligaciones asumidas por Arabia Saudí en virtud del derecho internacional relativo a los derechos humanos, así como con las promesas y compromisos voluntarios que ofreció cuando intentaba integrarse en el Consejo de Derechos Humanos. A pesar de haber sido elegido miembro del Consejo de Derechos Humanos a finales de 2016, Arabia Saudí ha mantenido su práctica de silenciar, detener, encarcelar y perseguir arbitrariamente a defensores de los derechos humanos y a opositores”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos también citó a principios de este año el juicio de Odah y de los otros dos académicos en un informe anual sobre derechos humanos. “El fiscal presentó 37 cargos contra [Odah], la gran mayoría de los cuales alegaban vínculos con la Hermandad Musulmana y con el gobierno de Qatar, además de su apoyo público a los disidentes encarcelados”, dice el informe. “Ninguno se refería a actos específicos de violencia o de incitación a actos violentos, según declaración de HRW del 12 de septiembre”.
– Salman al Odah es clérigo y académico saudí que ha conseguido muchos seguidores internacionales como consecuencia de sus escritos y sus apariciones en TV. Fue encarcelado por las autoridades saudíes en 1994 acusado de “actividades antigubernamentales” y lanzó una célebre reprimenda pública a Osam Bin Laden en televisión y en directo cuando se conmemoraba el sexto aniversario de los ataques del 11-S.
– Ali al Omari, clérigo saudí, es una reconocida figura publica en cuyos programas de TV ha reclamado más derechos para las mujeres y contra el extremismo violento. Sus apariciones en TV y en las redes sociales, particularmente en Snapchat, le han procurado muchos seguidores jóvenes musulmanes del mundo árabe.
– Awad al Qarni es otro prominente clérigo y académico saudí reconocido por ser uno de los cerebros del Movimiento Sahwa. Aparece en televisión y radio y ha publicado libros y artículos.Tiene también muchos seguidores. A principios de año las autoridades saudíes le multaron y le prohibieron tweetear.
Fuente: https://www.middleeasteye.net/news/exclusive-saudi-arabia-execute-three-prominent-moderate-scholars-after-ramadan
Los otros dos que van a ser ejecutados son Awad al Qarni, predicador, académico y escritor suní, y Ali al Omari, un popular locutor. Fueron también detenidos en septiembre de 2017.
Los tres tenían muchos seguidores en internet. Solo la cuenta árabe de Twitter de Odah cuenta con 13,4 millones de seguidores; después de su detención se puso en marcha el hashtag#freesalmanalodah. El canal de televisión de Omari, Para la juventud, también tenía una gran audiencia.
Dos fuentes del gobierno saudí han confirmado de forma independiente que se prepara la ejecución de los tres que actualmente están a la espera de juicio en el Tribunal Penal Especial de Riad. Se había fijado una audiencia para el 1 de mayo pero se pospuso sin fijar nueva fecha.
Una de las fuentes ha declarado a MEE que “una vez que se haya dictado la sentencia de muerte no esperarán para ejecutarlos”. Una segunda fuente del gobierno saudí afirma que la ejecución en abril de 37 saudíes, en su mayoría activistas chiíes acusados de terrorismo, se utilizó como globo sonda para ver hasta dónde llegaba la condena internacional.
“Cuando vieron que se produjo muy poca reacción internacional, particularmente a nivel de gobiernos y jefes de Estado, decidieron proceder con su plan de ejecutar a figuras destacadas”, ha afirmado la fuente, que como la primera lo hace en condición de anonimato.
El calendario de las ejecuciones lo determinará el aumento de las tensiones actuales entre Estados Unidos e Irán. “Les están animando a hacerlo, especialmente en el contexto de la tensión que vive el Golfo en este momento. Washington quiere complacer a los saudíes ahora. Los cálculos del gobierno [saudí] son que la coyuntura les favorece para llevarlas adelante [las ejecuciones]”, sostiene la primera fuente.
Un miembro de la familia de uno de los académicos ha declarado a MEE que “de seguir adelante con las ejecuciones, sería muy grave y supondría un peligroso punto de inflexión”.
MEE se ha dirigido a las autoridades saudíes para recabar sus comentarios.
Provocar la condena
La detención de los tres académicos ya provocó la condena de Naciones Unidas y del Departamento de Estado de Estados Unidos, así como de los grupos de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), Reprieve y Amnistía Internacional.
En septiembre, un año después de su detención, Odah compareció en audiencia a puerta cerrada ante el Tribunal Penal Especial, un tribunal creado por el Ministerio del Interior para juzgar casos de terrorismo. El fiscal especial acusó a Odah de 37 cargos de terrorismo. Entre ellos una supuesta afiliación a “organizaciones terroristas”; la fiscalía señaló a los Hermanos Musulmanes y al Consejo Europeo para la Fatwa y la Investigación, dos importantes organizaciones islamistas internacionales.
Un segundo grupo de cargos le acusan de denunciar “injusticias hacia los presos” y de “expresar cinismo y sarcasmo sobre los logros del gobierno”.
El tercer grupo de cargos alegan afiliación con la familia real de Qatar y cita la falta de voluntad de Odah para apoyar públicamente el boicot dirigido por Arabia Saudí contra el emirato de la península.
Dos días antes de su brutal asesinato en el consulado saudí de Estambul, el periodista saudí Jamal Khashoggi dijo a sus amigos de Londres que estas 37 acusaciones ilustraban todo lo que había que saber sobre el estado de derecho en el reino bajo su gobernante de facto, el príncipe heredero Mohammed bin Salman. “Aplastará la disidencia a toda costa. Hay que publicar estas acusaciones”, dijo Khashoggi en su momento. “Odah será ejecutado no por extremista sino por moderado. Por eso lo consideran una amenaza”.
En respuesta a la información de MEE, la directora de HRW para Oriente Próximo, Sarah Leah Whitson, comentaba: “Cualquier nueva ejecución de disidentes políticos es consecuencia directa del clima permisivo de la administración Trump y de sus repetidas y públicas señales de que apoyarán posiciones nocivas: no importa lo atroces que sean los abusos que cometas contra tu pueblo, nosotros te respaldamos”.
En enero del año pasado un grupo de expertos de Naciones Unidas integrante del Consejo de Derechos Humanos acusó a Riad de ignorar los repetidos llamamientos a detener las violaciones mientras se arrestaba a figuras religiosas, escritores, periodistas y activistas “en un preocupante patrón de arrestos y detenciones arbitrarias generalizadas y sistemáticas”.
El panel de expertos se refirió a que “Pretendemos asimismo que el gobierno nos aclare cómo estas medidas son compatibles con las obligaciones asumidas por Arabia Saudí en virtud del derecho internacional relativo a los derechos humanos, así como con las promesas y compromisos voluntarios que ofreció cuando intentaba integrarse en el Consejo de Derechos Humanos. A pesar de haber sido elegido miembro del Consejo de Derechos Humanos a finales de 2016, Arabia Saudí ha mantenido su práctica de silenciar, detener, encarcelar y perseguir arbitrariamente a defensores de los derechos humanos y a opositores”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos también citó a principios de este año el juicio de Odah y de los otros dos académicos en un informe anual sobre derechos humanos. “El fiscal presentó 37 cargos contra [Odah], la gran mayoría de los cuales alegaban vínculos con la Hermandad Musulmana y con el gobierno de Qatar, además de su apoyo público a los disidentes encarcelados”, dice el informe. “Ninguno se refería a actos específicos de violencia o de incitación a actos violentos, según declaración de HRW del 12 de septiembre”.
– Salman al Odah es clérigo y académico saudí que ha conseguido muchos seguidores internacionales como consecuencia de sus escritos y sus apariciones en TV. Fue encarcelado por las autoridades saudíes en 1994 acusado de “actividades antigubernamentales” y lanzó una célebre reprimenda pública a Osam Bin Laden en televisión y en directo cuando se conmemoraba el sexto aniversario de los ataques del 11-S.
– Ali al Omari, clérigo saudí, es una reconocida figura publica en cuyos programas de TV ha reclamado más derechos para las mujeres y contra el extremismo violento. Sus apariciones en TV y en las redes sociales, particularmente en Snapchat, le han procurado muchos seguidores jóvenes musulmanes del mundo árabe.
– Awad al Qarni es otro prominente clérigo y académico saudí reconocido por ser uno de los cerebros del Movimiento Sahwa. Aparece en televisión y radio y ha publicado libros y artículos.Tiene también muchos seguidores. A principios de año las autoridades saudíes le multaron y le prohibieron tweetear.
Fuente: https://www.middleeasteye.net/news/exclusive-saudi-arabia-execute-three-prominent-moderate-scholars-after-ramadan
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