martes, 14 de julio de 2020

Un análisis en 360 grados. Por Karima Oliva Bello por La pupila insomne

1. La gestión de los espacios públicos debiera basarse en la profundización de los mecanismos democráticos de participación popular. Transparentar los procesos y brindar información sobre la toma de decisiones en torno a lo público debe ser una cultura de trabajo. El socialismo brinda las mejores condiciones para que así sea, hay que perfeccionar y profundizar todo cuanto se deba en esa dirección. En las urbes latinoamericanas se mantienen en las periferias (físicas, simbólicas y de toma de decisiones) grandes sectores de la población, ya que las ciudades son reconstruidas y funcionan en sintonía con las pautas de privatización y el ordenamiento que el mercado dispone. Hay áreas urbanas completas cuyas dinámicas expulsan a todos aquellos que, a pesar de ser habitantes de la ciudad, no ostentan un lugar privilegiado en la estructura socio-clasista. Investigaciones informan cómo, no solo es impensable que sean consultados sobre algo, sino que estas zonas de clase media o clase media alta son inhóspitas para los jóvenes residentes en áreas marginadas debido al alto grado de criminalización y las violencias simbólicas de que son víctimas. Las ciudades latinoamericanas son extremadamente violentas y exclusivas en el manejo de los espacios públicos. Esa realidad es más compleja que la que se ha estado discutiendo, lo cual no quita valor a los temas en cuestión.
2. Resulta interesante la importancia que tiene la defensa del carácter de lo social en el imaginario colectivo en Cuba, el derecho a decidir sobre lo público. Por lo demás, veo a cubanas y cubanos expresándose libremente, a favor y en contra del sistema político, en entornos tan públicos como las redes sociales. En ese sentido, siempre me pregunto, ¿lo que se discute en las redes es representativo de las inquietudes y del sentir de las cubanas y cubanos que viven en la isla de manera general, o de círculos muy específicos de la población que, ya sea estando en Cuba o fuera de ella, cuentan con recursos para hacer vida en las redes, acceder a contenidos y/o elaborarlos? Las redes sociales no son el país, pero comprender cómo van interactuando los diferentes planos en que el país va produciendo sus modos de subjetivación sería muy interesante.
3. La “oposición” (la declarada o la disimulada) en Cuba, capitaliza cada problemática para atacar a las instituciones e incentivar estados de opinión adversos al gobierno y al sistema político, de manera general. Lo que pudiera ser justamente presentado como la necesidad de una revisión o debate en cuanto a la forma como se gestionan determinados asuntos para, incluso, disparar un análisis más amplio que fortalezca y perfeccione el sistema, es hiperbolizado para construir una imagen de catastrofismo en torno a lo que pasa en Cuba, en que pareciere que todo se hace mal, nada funciona y, lo que es peor, el socialismo no es una alternativa. Las redes sociales seguirán usándose como armas de desinformación, manipulación mediática y guerra psicológica. Cediendo ante las presiones que se generan o desconociéndolas no son vías que ayuden a resolver el problema. Las redes pudieran ser incorporadas intencionalmente de manera estratégica como instrumentos que enriquezcan la gestión del gobierno y la participación popular, creándose mejores condiciones de canalizar insatisfacciones y construir alternativas ante la labor de quienes quieran fabricar escenarios de caos y odio.
4. Una estrategia integral de los medios de comunicación oficiales que tome en cuenta el papel que van adquiriendo las redes sociales como plataformas para el ejercicio del debate público sobre diversos temas de la realidad nacional ayudaría a contrarrestar las campañas de infodemia o desinformación que se articulan en torno a la realidad cubana y crearía un escenario de diálogo con la ciudadanía que pudiera ser efectivo.
5. Es necesario educar para una cultura crítica en el uso de las redes sociales. La idea de que ahora sí estaremos informados, porque el entorno virtual es plural y las corrientes de opinión circulan en igualdad de condiciones, es una ilusión que no tiene cómo sostenerse en la actualidad. Analizando el comportamiento en las redes sociales se evidencia que hay quienes obviamente reproducen contenidos con total claridad y conciencia del manejo que están haciendo, en una dirección u otra, sin embargo, determinados sectores de la población lo hacen sin detenerse a constatar las fuentes de la información, sin tener idea clara de la impronta ideológica de los medios o los actores políticos que producen contenidos, sin conciencia de la responsabilidad que adquieren cuando publican algo. Las estrategias de dominación cultural están muy desarrolladas en la actualidad, nos llevan un tramo grande de ventaja, hay que crear las bases de un pensamiento crítico, decolonial. Eso es tarea de las organizaciones políticas, las instituciones, los medios masivos de comunicación, los programas y planes de estudio en escuelas y universidades.
6. En última instancia, cada quien, desde donde nos encontremos, tenemos la responsabilidad de tomar una decisión personal de carácter político sobre qué queremos para nuestro país y desde ahí pensar cuál será el derrotero ético de nuestro comportamiento en las redes sociales. Si colaboraremos con análisis cada vez más críticos, sistémicos, en que ponderemos los contextos, que aporten una visión compleja, donde las diferentes aristas de un problema se pongan en perspectiva, o si, por lo contrario, abonaremos el sendero del catastrofismo, el caos, la desinformación y la mentira que se quiere construir sobre la realidad cubana.
7. La defensa del bien común es importante y no se logrará si no se asume como una tarea de todas y todos.

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