Al menos 18 palestinos han muerto y otros 1.416 resultaron heridos (a causa de impactos de balas, bombardeos con tanques, drones y gases lacrimógenos) durante las protestas que se desarrollaron el viernes, 30 de marzo, en cinco puntos de la frontera entre la Franja de Gaza e Israel con ocasión del Día de la Tierra Palestina. Unos 20.000 manifestantes participaron en esta jornada reivindicativa que se celebró bajo el lema de “La Gran Marcha del Retorno” para denunciar las políticas de expropiación de tierras, limpieza étnica y apartheid que practica Israel contra Palestina desde hace siete décadas.
Según Tel Aviv, los disturbios comenzaron cuando un grupo de jóvenes palestinos lanzaron piedras y cócteles molotov contra la valla que separa Gaza de Israel, a lo que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) respondieron con gases lacrimógenos y fuego real.
Esa versión ha sido desmentida por los palestinos, quienes afirman que los soldados dispararon contra la multitud cuando ésta se manifestaba de forma pacífica.
"Todos los palestinos fueron ejecutados por francotiradores, con disparos realizados a larga distancia", afirmó la organización Palestinalibre org. que tiene corresponsables en la zona.
La fuente agregó que las manifestaciones se han extendido a toda Palestina, incluyendo a los árabes que viven en Jerusalén, y que en "Gaza se ha declarado la emergencia sanitaria y se ha hecho un llamamiento a la población a donar sangre".
Entre las víctimas mortales se encuentra un joven palestino de 18 años, identificado como Abed el-Fatah, quien fue ejecutado con un disparo en la espalda.
Poco antes de la protesta, el general israelí Gadi Eizenkot, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), dijo que "hemos desplegado a más de cien francotiradores en la frontera para que, en caso de peligro, abran fuego" contra el enemigo.
Al parecer, los soldados israelíes abrieron fuego cuando los manifestantes traspasaron "el límite se seguridad" de 700 metros de distancia que hay que guardar respecto a la línea fronteriza. Ese desafío habría sido considerado como "casus belli" por el implacable Gobierno de Tel Aviv.
La Gran Marcha del Retorno, convocada por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), se desarrollará durante seis semanas, es decir hasta mediados de mayo. El día 14 de ese mes Estados Unidos mudará su Embajada de Tel Aviv a Jerusalén.
Y el 15 de mayo se celebra el día de La Nakba (El desastre, La tragedia) fecha de 1948 en la que Israel - que proclamó su independencia un día antes - se apoderó de un 78% del territorio palestino para avanzar en la total judaización del país.
Palestina considera Jerusalén Este la capital de “su futuro Estado Independiente”, por lo que la decisión de Donald Trump de trasladar su Embajada a esa ciudad no sólo elevará las tensiones a nivel regional, sino también internacional.
Hamás gobierna de facto en la Franja de Gaza, mientras que Cisjordania (ocupada desde 1967), es la sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), cuyo presidente es Mahmud Abbas.
El pasado mes de octubre, Hamás entabló negociaciones con la ANP para cederla el Gobierno de Gaza, con la excepción de Interior y Seguridad.
Blog del autor: http://www.nilo-homerico.es/
Según Tel Aviv, los disturbios comenzaron cuando un grupo de jóvenes palestinos lanzaron piedras y cócteles molotov contra la valla que separa Gaza de Israel, a lo que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) respondieron con gases lacrimógenos y fuego real.
Esa versión ha sido desmentida por los palestinos, quienes afirman que los soldados dispararon contra la multitud cuando ésta se manifestaba de forma pacífica.
"Todos los palestinos fueron ejecutados por francotiradores, con disparos realizados a larga distancia", afirmó la organización Palestinalibre org. que tiene corresponsables en la zona.
La fuente agregó que las manifestaciones se han extendido a toda Palestina, incluyendo a los árabes que viven en Jerusalén, y que en "Gaza se ha declarado la emergencia sanitaria y se ha hecho un llamamiento a la población a donar sangre".
Entre las víctimas mortales se encuentra un joven palestino de 18 años, identificado como Abed el-Fatah, quien fue ejecutado con un disparo en la espalda.
Poco antes de la protesta, el general israelí Gadi Eizenkot, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), dijo que "hemos desplegado a más de cien francotiradores en la frontera para que, en caso de peligro, abran fuego" contra el enemigo.
Al parecer, los soldados israelíes abrieron fuego cuando los manifestantes traspasaron "el límite se seguridad" de 700 metros de distancia que hay que guardar respecto a la línea fronteriza. Ese desafío habría sido considerado como "casus belli" por el implacable Gobierno de Tel Aviv.
La Gran Marcha del Retorno, convocada por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), se desarrollará durante seis semanas, es decir hasta mediados de mayo. El día 14 de ese mes Estados Unidos mudará su Embajada de Tel Aviv a Jerusalén.
Y el 15 de mayo se celebra el día de La Nakba (El desastre, La tragedia) fecha de 1948 en la que Israel - que proclamó su independencia un día antes - se apoderó de un 78% del territorio palestino para avanzar en la total judaización del país.
Palestina considera Jerusalén Este la capital de “su futuro Estado Independiente”, por lo que la decisión de Donald Trump de trasladar su Embajada a esa ciudad no sólo elevará las tensiones a nivel regional, sino también internacional.
Hamás gobierna de facto en la Franja de Gaza, mientras que Cisjordania (ocupada desde 1967), es la sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), cuyo presidente es Mahmud Abbas.
El pasado mes de octubre, Hamás entabló negociaciones con la ANP para cederla el Gobierno de Gaza, con la excepción de Interior y Seguridad.
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