Agentes de la UDEF y periodistas del clan Villarejo coinciden en los casos Estepona, Pujol, Podemos y CNMV
El dudoso tándem que los comisarios José Luis Olivera
 y José Manuel Villarejo hicieron en la Comisaría General de Policial 
Judicial está grabado en algunas investigaciones que la UDEF realizó 
desde 2005 hasta la salida de Mariano Rajoy del Gobierno: pruebas 
escondidas, falsas o adulteradas para negocios privados y una red de 
agentes que mantienen sus puestos y de periodistas que colaboraron en la
 difusión de noticias tóxicas, según la Audiencia Nacional.
El comisario José Manuel Villarejo
 nunca se ha cortado en explicarlo: “Volví a la Policía con la condición
 de no perder mi negocio”. Y el negocio de Villarejo –que después de 
jubilado fue enviado a prisión por la Audiencia Nacional- es el dinero. 
Por eso, cuando en 1995 la actual ministra de Defensa, Margarita Robles,
 desde su puesto de secretaria de Estado de Interior le sacó de la 
Comisaría General de Información y tuvo que recolocarlo en la de Policía
 Judicial, el policía tuvo que idear cómo vender lo de los trabajos a la
 patria y que la rueda siguiera girando.
Y en la Comisaría General de Policía Judicial encontró un gran aliado, el compañero José Luis Olivera,
 destituido como director general del Centro de Inteligencia contra la 
Corrupción y el Crimen Organizado (CITCO) tras la llegada de Pedro 
Sánchez al poder, pero que sigue cobrando su salario y sus medallas y, 
según fuentes policiales consultadas por Público, “demasiado 
tranquilo con la investigación que hay abierta. Por la Audiencia 
Nacional ya ha pasado a declarar el excomisario General de Información, 
Enrique Barón, porque sus agentes participaron en los seguimientos de 
Kitchen; también quien fue jefe de la Unidad de Asuntos Internos, 
Marcelino Martín Blas, y, sin embargo, José Luis Olivera, que es una 
pieza clave en los casos que se investigan -desde Estepona, Gürtel, 
Catalunya, etc-, ni ha sido llamado a declarar”.
Según la relación que ha podido hacer Público con ayuda de fuentes de los diferentes procedimientos, los agentes de la UDEF
 bajo las órdenes de José Luis Olivera que se han visto envueltos en la 
presunta introducción de testigos o pruebas falsas, adulteradas o 
filtradas a la red de periodistas vinculada con Villarejo se mantienen 
activos dentro de la Policía en estos momentos.
Testigos contra PSOE y Podemos
Uno de los casos más singulares es el de la agente 89.169, que fue a Nueva York a tomar declaración al exministro chavista Rafael Isea
 junto a José Ángel Fuentes Gago, uno de los pesos fuertes de la brigada
 política al servicio del exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
 Lo importante era que el huido venezolano diera datos contra Podemos, Pablo Iglesias
 y sus dirigentes, aunque estos fueran falsos, pero tanto ella como él 
no han tenido ninguna apertura de expediente disciplinario interna 
después de conocerse su actuación en Estados Unidos hace unas semanas.
Esta misma agente, que por las grabaciones se conoce 
que se llama Silvia, lleva en la UDEF desde sus orígenes y es una de las
 personas de confianza de quien fuera el fundador de la Unidad de 
Delincuencia Económica y Fiscal, José Luis Olivera, con la llegada del 
PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero al poder. Ella realizó los primeros
 40 informes de la Operación Astapa, de la que Público ha 
ido informando a lo largo de estos años, y por la que perdió la alcaldía
 el socialista Antonio Barrientos. Lo más singular de esta actuación de 
la UDEF, que venía a desmontar la corrupción en Estepona (Málaga), es 
que el sustituto de Barrientos contrató de arquitecto municipal a Diego 
de Lucas, que acabó como socio de Villarejo en el digital que le sirvió 
para difundir noticias de la unidad de investigación económica de la 
Policía.
Es más, en el origen del caso está la declaración de 
un testigo que en estos momentos está imputado en Tándem por ser el 
testaferro del comisario en Estepona, Juan Carlos Escribano Cárcel.
 Quien toma declaración a algunos de estos testigos que surgen de la 
nada para iniciar el caso Astapa, como el que será alcalde del municipio
 malagueño tras Barrientos –David Veládez-, es el agente 78.777, que en 
2012 tomará declaración a los testigos con los que se inicia el caso 
Pujol y que cobraron de los fondos reservados, según la investigación de
 la Audiencia Nacional, Javier de la Rosa y Victoria Álvarez.
Hay que sanear la UDEF y el periodismo
En diciembre de 2016, casi un año antes de que 
saltara la operación pero después de que se empezaran a destapar las 
maniobras del clan Villarejo y de los agentes de confianza de la 
Dirección Adjunta Operativa que dirigía Eugenio Pino, una voz autorizada en movimientos financieros como la del expresidente de la CNMV Manuel Conthe, escribía un artículo titulado Hay que sanear la Udef.
Explicaba con datos y nombres cómo agentes de la UDEF habían ideado la Operación Parqué
 contra la CNMV para servir a los intereses de una empresa que había 
contratado al despacho de un comisario, que ahora se ha descubierto que 
es el comisario José Manuel Villarejo, aunque en ese momento quienes lo 
tenían que saber en la Justicia lo sabían perfectamente.
Pero señalaba una pata fundamental Conthe, la de los
 periodistas que sabiendo que la información que estaban publicando era 
falsa, seguían haciéndolo, y a quien denominaba “monos con metralleta”. 
Entre ellos estaban Daniel Montero y Esteban Urreiztieta.
Como Público ha ido informando, la Policía y la Audiencia Nacional investigan a estos dos junto con Eduardo Inda y Alfonso Rojo
 por haber podido percibir cobros económicos, en especie, vía contratos,
 sueldo o en otra forma de la red del comisario Villarejo.
Y más allá de los contratos hallados en el registro y
 que involucran a Rojo y Montero, presuntamente, se analiza la relación 
entre los reportajes de estos periodistas y los encargos de los clientes
 de Villarejo debido a que hay constancia de que el comisario ofrecía 
los servicios de sus “infiltrados” en los medios. Por ejemplo, en el 
caso de Daniel Montero, que llegó a ser socio del comisario, durante la 
Operación Astapa publicó unas presuntas irregularidades que afectarían 
al exministro de Defensa José Bono y que nunca pudieron demostrarse por 
la UDEF. Y, como Eduardo Inda, ha sido receptor de todas esas presuntas 
investigaciones de Villarejo que ahora se investigan como trabajos de 
una organización criminal. 
 
 
 
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