VENEZUELA. Conozcan por qué Juan Guiado ya no es noticia
Juan Guaidó, o más bien el ‘personaje’ Juan Guaidó, ha sido y continúa siendo en muchos sentidos una incógnita para la mayoría de venezolanos, politólogos y periodistas.
Juan Guaidó es un ingeniero de 35 años, graduado de la Universidad Católica Andrés Bello, que fue elegido presidente de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora y considerada en desacato por el Tribunal Supremo de Justicia, el pasado 5 de enero.
Antes de esa fecha, tal y como señala el periodista y analista internacional Miguel Ángel Pérez Pirela en conversación con Sputnik, “era un total desconocido para más del 80% de los venezolanos, y a partir de ahí se convirtió en uno de los paquetes de ‘marketing’ político más rocambolescos que ha creado EEUU”.
“Es un fenómeno comunicacional creado a la medida para los objetivos en Venezuela y para los que previamente habían apostado por otros personajes que se han ido quemando uno a uno”, advirtió Pérez Pirela.
El analista se refiere a Freddy Guevara, el segundo al mando de Voluntad Popular, quien fue vicepresidente de la Asamblea Nacional y hoy encuentra refugiado en la Embajada chilena por enfrentarse a un juicio por su papel como uno de los principales líderes de los disturbios violentos de 2017 conocidos como guarimbas.
También está el caso de Yon Goicoechea, detenido en 2016 por las fuerzas de seguridad que afirmaban haber encontrado un kilo de explosivos en su vehículo. Y el de David Smolansky, exalcalde de Voluntad Popular del municipio El Hatillo, condenado a 15 meses de prisión tras estas mismas guarimbas y que actualmente permanece exiliado en EEUU.
Todos ellos son conocidos como la ‘Generación 2007’. Según publican los periodistas Dan Cohen y Max Blumenthal en el medio de comunicación Grayzone, se trata de “un cuadro especializado de activistas para el cambio de regímenes respaldados por EEUU”, financiados por el Centro de Acción y Estrategias No Violentas Aplicadas (CANVAS) y de la National Endowment For Democracy (NED), un apéndice de la CIA que funciona como el brazo principal de EEUU para promover cambios de Gobierno.
Para Diego Sequera, investigador del portal web Misión Verdad, “esta generación fue preparada para perpetrar Revoluciones de Colores basadas en el mismo formato de ‘golpe suave’ o ‘golpe blando’ ideado por Gene Sharp (politólogo y escritor estadounidense) siguiendo la estrategia de no violencia”.
La guerra en el siglo XXI se hace de otra manera. Ahora importan más las armas psicológicas, sociales, económicas o políticas. Ese es el manual de estilo de la ‘Guerra no convencional’ o ‘Guerra de Cuarta Generación’ en la que se basa la doctrina de Sharp y que es la que se está intentando aplicar en Venezuela siguiendo otros modelos de éxito como Libia o Ucrania.
Pero para Sequera, Guaidó “no es el último en la fila (detrás de sus compañeros de la ‘Generación 2007’) ni tampoco la opción propiamente desesperada”. Para el analista venezolano, “en términos estéticos, Guaidó tiene ese rostro puebloso y esa capacidad semiótica de empatizar con un venezolano promedio. No tiene esa impronta sifrina (de clase alta, cheta, fresa, pija en jerga venezolana) que tienen otros personajes como Guevara o Smolansky. Es más fácil encubrirlo así”.
Entender por qué Guaidó, y no otro, es el elegido para protagonizar los últimos meses de actualidad política venezolana, pasa además por un segundo nivel, según el investigador: “Guaidó es el protegido de Leopoldo López. Él sería el presidente de la transición y López el presidente de la ‘Venezuela libre’”, explicó.
Sin embargo, la realidad está demostrando, según Sequera, que “eso no está saliendo bien porque hay conflictos entre ellos. Además, para EEUU, la única figura que no es sacrificable, que no pueden botar a la basura es Leopoldo. Guaidó es un parachoque político en el terreno para que luego sea López el que asuma”, indicó.
La realidad es que, casi tres meses después de que Guaidó se autoproclamase presidente encargado de Venezuela en una plaza pública de Caracas y prometiese la renuncia o salida de Nicolás Maduro del poder y la convocatoria de unas elecciones libres, nada ha cambiado en el país. La expectación mediática, en ebullición durante las primeras semanas del año, ha desaparecido.
Para Miguel Ángel Pérez Pirela, Guaidó “es una especie de Forrest Gump estadounidense que pusieron a correr en las grandes ligas y que ha hecho el papelón de su vida porque, por más que los medios privados, nacionales e internacionales hagan todo lo posible por encumbrarlo mediáticamente, Guaidó ha venido desinflándose con el paso de los días y me atrevería a decir que se le está acabando el tiempo”.
Y continuó. “Después de tantas promesas, de tantos ‘Días D’, días definitivos que han sido un fraude, sus seguidores ya no le creen y por más que la mediática tenga un impacto muy grande en la política, al final la mediática no puede sustituir a la realidad”, comentó Pérez Pirela.
Es curioso cómo este devenir de los días sin acciones concretas por parte de la oposición, han influido hasta en la manera de denominar a Juan Guaidó por parte de los periodistas. Muchos reporteros “militantes” del cambio han pasado de llamarle “presidente” tanto en privado como en público, a designarle como “el ingeniero”, “el prometedor líder opositor”, o sencillamente “Juan”.
“Esta operación relámpago se ha caído por su propio peso”, aseguró el periodista. “Dentro de poco ya no solamente se estará hablando de Guaidó como un “ingeniero de 35 años, sino que ya no se hablará más de Guaidó”, concluyó.
El porqué de todo este final tiene su origen, según Diego Sequera, en “varios errores de cálculo”. “El plan estaba concebido con una lógica muy cortoplacista y no pensaron en un plan B. Hay improvisación sobre el terreno y conflicto entre los operadores de poder. Por ejemplo, Elliot Abrams, representante de EEUU para Venezuela, y Marco Rubio, senador republicano de Florida, no se ponen de acuerdo y exponen públicamente sus diferencias sobre la posible intervención militar”, mencionó.
Siguiendo con esta lógica, para entender porqué Guaidó ha dejado de generar titulares y se encuentra en su peor punto de desinterés a nivel internacional, hay que tener en cuenta cómo han actuado otros personajes de la estrategia, como John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de EEUU, Mike Pompeo, secretario de Estado, y Mike Pence, vicepresidente.
“Ellos creen que con nombrar la realidad, la realidad se crea”, dice Sequera. Y continúa: “Es una constante neoconservadora: creen que crean realidades y eso es una locura vista desde cualquier punto de vista”.
A todo ello habría que añadir las profundas claves culturales venezolanas que marcan el carácter y la idiosincrasia del país y del chavismo, arraigado profundamente en un sector muy importante de la sociedad cada vez más y mejor organizado.
Otro punto importante a tener en cuenta y que explicaría la derrota de Guaidó: el autoproclamado presidente de Venezuela habló a los convencidos. Así lo señala a Sputnik el analista Pérez Pirela: “es un ‘marketing’ político cuyo ‘target’ no son los venezolanos de a pie, de la provincia, del interior, de los sectores populares del oeste de Caracas. El personaje Guaidó, aunque se intentó hacer lo contrario, no se consiguió.
De nuevo, “fue creado para los sectores de la clase media alta, que son los que finalmente salen a protestar en las zonas pudientes de la capital. Juan Guaidó no ha levantado al pueblo venezolano”, aseguró.
Es Semana Santa y Guaidó está de gira por el país. Hace semanas que la anunció como parte importante de lo que ha denominado ‘Operación Libertad’, su hoja de ruta para el “cese de la usurpación”, la salida de Nicolás Maduro.
Hasta el momento ha estado en los estados de Zulia y Falcón. No ha ocupado ningún titular de prensa ni nacional ni internacional. Son días feriados en el país caribeño y las posadas cuelgan el cartel de ‘Completo’.
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