El PSOE ganaría al PP en València tras 24 años y podría reeditar el gobierno de las izquierdas
Ximo Puig ha acertado al adelantar las elecciones
autonómicas valencianas para hacerlas coincidir con el 'efecto Sánchez'
en las generales, ya que los socialistas lograrían vencer a los
'populares' en esa comunidad por primera vez desde 1991 y podrían
revalidar el pacto del Botànic con Compromís y Unidas Podemos, pese a la
notable caída de estas dos formaciones y la potente irrupción de Vox en
las Corts, según el análisis de las encuestas disponibles elaborado por
Key Data para 'Público'.
Con el giro extremista
que el auge de Vox ha impuesto en la triple derecha, Casado, Rivera y
Abascal no sólo no van a conseguir desbancar del poder autonómico a la
izquierda valenciana, como hicieron con la andaluza, sino que van a
ceder una clara victoria electoral, este domingo, al líder del Partit
Socialista del País Valenciá (PSPV), Ximo Puig, quien hará que su
partido supere en escaños al PPCV por vez primera en casi un cuarto de
siglo.
Al menos eso es lo que pronostican ahora las estimaciones del gabinete demoscópico Key Data –en base a un desk research
de todos los sondeos publicados–, que también vaticinan la reedición
del Pacto del Botànic, por el que Puig revalidaría la presidencia de la
Generalitat Valenciana, a pesar de que sus dos socios (Compromís y Unidas Podemos) perderían 5 escaños cada uno en las Corts.
Así que las encuestas reivindican el acierto pleno
de Puig al adelantar los comicios autonómicos para hacerlos coincidir
con las elecciones generales y aprovechar el tirón de Pedro Sánchez
entre los votantes. Tanto es así que los socialistas obtendrían un sonado triunfo sobre el PP, al que superarían por 112.000 votos y ocho parlamentarios, tal como muestra la siguiente tabla completa de estimaciones, comparadas con los resultados de 2015:
El crecimiento del PSPV (+24% en votos y nueve escaños más) permitiría un nueva mayoría absoluta izquierdista de 54 parlamentarios
El
impresionante crecimiento del PSPV en votos (más del 24%) le supondría
una ganancia de 9 escaños que en la práctica compensaría la pérdida de
diez diputados por parte de sus socios izquierdistas, permitiendo una
nueva mayoría absoluta de 54 parlamentarios (cuatro más de los
necesarios para investir a Puig).
En cambio, el meteórico ascenso de Vox –que multiplicaría por 18 su número de votantes (un crecimiento superior al 1.700%)–
drenaría notablemente las filas de electores de los otros dos partidos
de la derecha, a los que robaría en total unos 107.000 sufragios.
Nuevamente, las proclamas de los dirigentes de Vox sobre su supuesta
atracción para los votantes de izquierdas se demuestran como falacias,
ya que el partido de Abascal no arrebataría ni siquiera un millar de
votos a Compromís o a Unidas Podemos.
El resultado es exactamente el temido por Pablo Casado: la
división de la derecha en tres fuerzas restará siete escaños al PP –con
lo que perderá la primera plaza electoral que inauguró Zaplana en 1995–,
haciendo inútiles los ascensos de Vox (6 diputados) y de Ciudadanos
(+2), que esperaba un crecimiento muchísimo mayor hace sólo medio año.
Movilización masiva del voto útil de izquierda al PSOE
Y el fracaso del giro extremista de las derechas
queda también patente en la movilización masiva del voto útil hacia el
PSOE, ya que en el caso del País Valenciá el efecto Sánchez no sólo arrastra a 38.000 votantes de Pablo Iglesias y 46.000 más de Mónica Oltra, sino que recupera a otros 58.000 electores socialistas que en 2015 se habían quedado en las filas abstencionistas.
No obstante, el reciente análisis demoscópico del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) muestra una elevadísima tasa de indecisos –el 36,4%, más de un tercio de todos los que afirman que acudirán a las urnas–, por lo que sería posible que los resultados finales variasen sustancialmente de estas estimaciones.
Aún así, el análisis ponderado de los sondeos, enmarcado en las limitaciones del sistema electoral, indica que es
muy difícil que las tres derechas remonten en lo que queda de campaña
los cinco escaños que les faltan para alcanzar la mayoría absoluta de 50 diputados sobre un total de 99.
En Castellón, Ciudadanos baja y Unidas Podemos sube
Por provincias, tanto la subida del PSOE como la caída del PP estarían muy repartidas entre las tres, mientras que Vox establecería sus bastiones en València y Alicante, en las que reuniría cinco de sus seis diputados. Cs fracasaría en Castellón, perdiendo allí un escaño.
Por su parte, Compromís mantendría casi intacta su fortaleza en València –donde empataría con el PP en segunda posición– y Unidas Podemos descollaría en Castellón, donde quedaría en tercer lugar al ganar un escaño.
En resumen, la apuesta de Ximo Puig lleva todas
las de ganar tanto para el PSOE como para el objetivo izquierdista de
frenar el empuje de las derechas.
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