El gobierno de Rajoy en guerra con los trabajadores ¡Hay que responder con contundencia! |
CCOO Y UGT DEBEN ORGANIZAR, INMEDIATAMENTE, UNA HUELGA GENERAL DE 48 HORAS.
El nuevo recorte, de 65.000 millones de
euros, anunciado por Rajoy el miércoles 12 supone un ataque sin
precedentes contra la clase obrera, los empleados públicos y los
parados.
* Entre las medidas aprobadas por el gobierno de la derecha destacan:* Se rebaja el importe de la prestación por desempleo a partir del séptimo mes un 16’6%. * Se suprime la paga extra de Navidad de todos los empleados públicos, que también volverán a ver disminuidos sus días de libre disposición. * Sube el IVA. El tipo general, del 18 al 21% y el reducido (el que se aplica a la mayoría de los alimentos), del 8 al 10%. Esto representa un aumento del 16% y del 25% respectivamente en el dinero a pagar en concepto de impuesto en una compra. * Se elimina la deducción por compra de vivienda. * Se adelantará el calendario de recorte de las pensiones y se restringirá la jubilación anticipada. * Se les hace un nuevo favor a los empresarios rebajando en 2 puntos las cotizaciones sociales.
Estos recortes se producen en el momento
en que se ha aprobado un rescate de cerca de 100.000 millones de euros
a la gran banca, los auténticos responsables de la crisis que
padecemos. Las consecuencias de este trasvase de riqueza al capital
financiero, como prueban las medidas adoptadas por el PP, no se han
hecho esperar: los banqueros siguen manteniendo sus beneficios a costa
del empobrecimiento general de la población y de un ataque salvaje a
las conquistas del movimiento obrero.
La derecha ha dejado claro para quién
gobierna y a qué intereses sirve: los de la gran banca, la CEOE y el
capital internacional. Por eso los diputados del PP aplaudían como locos
y se reían mientras Rajoy anunciaba en las Cortes estas medidas que
tanto sufrimiento va a provocar a millones de personas. La movilización
de la juventud y de la clase obrera también debe tener como objetivo
crear las condiciones para tumbar a este gobierno reaccionario y
capitalista.
Estos nuevos recortes, que se suman a
las agresiones anteriores, exigen una respuesta contundente. En este
sentido, al mismo tiempo que decimos que es positivo que CCOO y UGT
hayan convocado una jornada de manifestaciones en todo el Estado para el
jueves 19, también decimos que es totalmente insuficiente. Los
dirigentes sindicales deben rectificar urgentemente su estrategia y
basarse en la fuerza que la clase trabajadora y la juventud ha
demostrado en las grandes movilizaciones de este año, para frenar estos
ataques.
La burguesía está en una actitud muy
dura y no frenaremos sus ataques con meras manifestaciones que dejen
patente nuestro malestar. Ni tampoco los vamos a frenar con un rosario
de movilizaciones sectoriales como las que se han venido convocado en
los últimos meses, cuando los intereses que tenemos los trabajadores de
todos los sectores son los mismos. Hay que unificar todas las luchas. Solamente una auténtica rebelión social de la clase obrera que ponga el país patas arriba puede frenar a los capitalistas.
El ejemplo de la lucha de los mineros, con una huelga indefinida de
casi dos meses y la recepción multitudinaria en Madrid, reflejan
rotundamente y una vez más que existe una extendida voluntad de lucha
por parte de los trabajadores y la juventud. Es necesario que las
direcciones de CCOO y UGT se coloquen a la altura de las circunstancias y
convoquen otra huelga general, y esta vez UNA HUELGA GENERAL DE 48 HORAS.
Esto es lo que Toxo y Méndez tienen que anunciar el día 19, en vez de
esa consulta popular prevista para el otoño que no servirá para nada. ¿O
es que alguien se piensa que el PP no sabe ya que la gran mayoría de
los trabajadores estamos en contra de los recortes?
Pero para que nuestra lucha obtenga
resultados hay un requisito fundamental: tiene que ir dirigida a la raíz
del problema. Y el problema es que la burguesía quiere proceder a una
nueva distribución, más injusta, de la riqueza, aprovechando una crisis
económica cuya causa última es la propia naturaleza del capitalismo,
es el propio sistema. Y precisamente por esto ellos van a continuar con
los recortes mientras los trabajadores no digamos ¡BASTA! y actuemos
en consecuencia para pararles los pies.
Tenemos que luchar contra todos estos ataques. Y la mejor forma de hacerlo es dotando a nuestra lucha de un claro carácter político,
es decir, que no sólo vaya dirigida a intentar frenar los ataques, sino
que también sirva para extender la conciencia socialista, la
conciencia de que solamente un cambio revolucionario, solamente la
transformación socialista de la sociedad nos garantizará un futuro
digno.
Los capitalistas saben muy bien lo que
quieren y lo que tienen que hacer para conseguirlo, y además están
dispuestos a hacerlo. Lo que falta ahora es que el movimiento obrero
también tenga claro sus objetivos. En este sentido, lo que impide que la
lucha de los trabajadores se arme con la estrategia necesaria es que
los dirigentes de nuestras organizaciones (tanto sindicales como
políticas) no creen en el socialismo y sólo aspiran a intentar convencer
a los capitalistas para que vuelvan a ser “civilizados” (al menos
desde la perspectiva de los países desarrollados de Occidente). Pero su
intento será en vano.
Toda la riqueza que se crea en el mundo,
todo el funcionamiento de la sociedad descansa sobre el trabajo de la
clase obrera. Esto es lo que nos da a los trabajadores nuestra inmensa
fuerza potencial. Pero para que esa fuerza potencial se convierta en fuerza real
tenemos que ser conscientes de ello y tiene que haber voluntad de
usarla. La experiencia demuestra que los actuales dirigentes del
movimiento obrero no tienen esa voluntad. A pesar de que la política de
pactos y consensos practicada por las cúpulas sindicales durante todos
estos años no ha servido para defender nuestros derechos, su
alternativa en estos momentos es un gran pacto social frente a la
crisis. Con esta estrategia, es imposible defender nuestras conquistas.
La alternativa no es crear nuevos
sindicatos, sino cambiar los existentes. Para esto hay que construir en
su seno una fuerte corriente marxista que los dote de una dirección con
una perspectiva política socialista. Una dirección marxista dispuesta a
enfrentarse con el capital, que anime a responder a todos los ataques y
que organice esa respuesta porque no luchar significa siempre perder.
Y, sobre todo, una dirección que comprende que los intereses de la
burguesía y los trabajadores son absolutamente incompatibles en todo
momento y lugar, y que comprende que los problemas de nuestra clase sólo
podrán solucionarse de forma permanente si eliminamos el sistema
capitalista. Las luchas inmediatas deben servir para preparar la lucha
decisiva: la lucha por la transformación socialista de la sociedad.
Estas son las ideas que defiende la corriente marxista El Militante. ¡Únete a nosotros para fortalecerlas!
¡POR LA UNIFICACIÓN DE LAS LUCHAS Y LA HUELGA GENERAL DE 48 HORAS!
¡DIMISIÓN GOBIERNO DEL PP! ¡ESOS RECORTES NADIE LOS HA VOTADO!
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