Cuba y México en el Consejo de DDHH de la ONU: esta vez los
medios no hacen caso a Amnistía Internacional
José
Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- Cuba ha sido elegida como miembro
del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Fue el país latinoamericano
más apoyado, con 148 votos, seguido de México, con 135, que también entró a
integrar dicho órgano (1).
En
no pocos medios internacionales han puesto el grito en el cielo por el
nombramiento de Cuba, con un mensaje calcado al del Gobierno de Estados Unidos,
que protestó a través de su portavoz Jean Psaki (2). Grandes diarios como los
españoles ABC (3), El Mundo (4) o El País (5) prefirieron, por supuesto, no
mencionar al Gobierno de Washington, sino a supuestos “grupos en defensa de los
derechos humanos” (6) u “organizaciones humanitarias” (7), cuya convocatoria de
protesta apenas reunió a dos personas con una pancarta frente a Naciones Unidas
(8).
Pero,
¿cuáles son estas “organizaciones de derechos humanos” mencionadas por los
medios que condenan a Cuba? Una es la Human Rigths Foundation, con sede en el
Empire State de Nueva York, en cuyo Consejo Internacional participan figuras
del anticomunismo mundial como Václav Havel y Álvaro Vargas Llosa, y cuyo
trabajo se centra en atacar a los gobiernos opuestos a la política exterior de
EEUU, principalmente los de América Latina (9). El diario español –en su día
“progresista”- El País publicaba un extenso artículo firmado por esta
organización, en el que atacaba el nombramiento de Cuba y otros países como
miembros del citado Consejo de DDHH (10).
Otra
de las ONGs presentadas en los medios como supuestas observadoras neutrales de
los derechos humanos en el mundo es United Nations Watch, una organización
patrocinada por el Congreso Judío Mundial y que apoya los intereses de Israel y
de EEUU en la ONU (11).
Esta
práctica de legitimación como “jueces imparciales” de organizaciones que
respaldan los intereses de los grandes poderes mundiales confunde a no pocos.
El diario español progresista Público daba también legitimidad de ONG
respetable a la citada United Nations Watch, sin hacer mención alguna de sus
verdaderos objetivos (12). Y la enciclopedia Wikipedia (13) avalaba la condena
a Cuba a partir de los informes de la Freedom House, organización ligada a la
CIA y financiada en un 80% por el gobierno de EEUU (14).
Los
medios han remarcado el nombramiento de Cuba –así como el de Rusia y China-
como miembro del citado organismo de Naciones Unidas. Apenas han mencionado el
nombramiento también de Arabia Saudí, monarquía absoluta y socio estratégico de
EEUU (15). Y no han dicho ni una palabra sobre el de Marruecos, también aliado
de Washington y cuyo régimen viola de manera sistemática los derechos humanos
tanto en su territorio como –principalmente- en el Sahara Occidental (16).
Numerosas organizaciones llevan décadas denunciando desapariciones, torturas,
brutalidad policial y restricciones de la libertad de expresión y manifestación.
Pero el caso más llamativo es el de México, país también
elegido para integrar el Consejo de DDHH, en representación de América Latina
junto a Cuba. México ni es mencionado en dichos medios, a pesar de las
denuncias de Amnistía Internacional, organización que sí es citada por sistema
cuando se refiere a Cuba (17). Amnistía Internacional habla de “graves
violaciones de derechos humanos en México (que) ponen de manifiesto que (...)
los compromisos asumidos por el Gobierno mexicano (...) no se están cumpliendo”.
Menciona “casos de homicidios ilegítimos, torturas, violaciones y detenciones
arbitrarias perpetrados por agentes de la policía”, apunta a “casos de presos
de conciencia” y denuncia que “activistas políticos y sociales, periodistas y
defensores y defensoras de derechos humanos son (...) los colectivos más
afectados por la falta de acceso efectivo a la justicia”.
El
nombramiento de Cuba como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU
tiene –sin duda- mucho que ver con la solidaridad –silenciada por los medios-
que ejerce la Isla en decenas de países del llamado Tercer Mundo, donde sus
programas de cooperación Sur-Sur sientan las bases para el desarrollo de
incipientes sistemas de salud o educación (18). Por eso fue uno de los países más
votados, incluso por gobiernos no estrictamente afines. Por enviar médicos, y
no marines, como forma de ejercer los derechos humanos en todo el mundo (19).
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