Datos fiscales e ingresos de los más ricos: Sobre el enriquecimiento del 99%
por Ricardo Molero Simarro
En este artículo se lleva a cabo un breve resumen de los recientes
estudios que han analizado el incremento de la participación de las
familias más ricas de diversos países en el ingreso disponible que se ha
producido durante las últimas décadas.
En este artículo se lleva a cabo un breve resumen de los
recientes estudios que han analizado el incremento de la participación
de las familias más ricas de diversos países en el ingreso disponible
que se ha producido durante las últimas décadas, el cual explica el
surgimiento del movimiento “el 1% contra el 99%”. Además, se repasan las
diferentes explicaciones dadas a ese incremento y se proponen
explicaciones alternativas.Los datos fiscales son una importante fuente de información para una amplia cantidad de series estadísticas, pero su uso ha quedado habitualmente restringido al análisis del impacto de las políticas fiscales en diferentes colectivos socio-económicos. Sin embargo, un reciente grupo de investigadores ha comenzado a usar los datos procedentes de los impuestos sobre la renta personal para construir series estadísticas de la participación de las familias e individuos más ricos en el ingreso disponible y analizar su evolución en el largo plazo en diferentes países.
El único precedente del uso de estos datos para calcular participaciones en el ingreso disponible es el trabajo de Simon Kuznets, quien en los años cincuenta elaboró series de la participación de los grupos de ingresos más altos en la renta y el ahorro de la economía de Estados Unidos (Kuznets, 1950). No obstante, desde el año 2001 han comenzado a publicarse nuevas series estadísticas de más de una veintena de países de todo el mundo, incluyendo economías desarrolladas y en desarrollo, en América del Norte (Estados Unidos y Canadá); América del Sur (Argentina); Asia (China, India, Indonesia, Japón y Singapur); Europa Central y Occidental (Alemania, Francia, Países Bajos y Suiza); Europa del Norte (Finlandia, Irlanda, Noruega, Suecia y Reino Unido); Europa del Sur (España, Italia y Portugal); y Oceanía (Australia y Nueva Zelanda).
Se puede encontrar una recopilación de estos estudios en Atkinson y Piketty (2007 y 2010). Además, las series se encuentran disponibles en la página web de la World Top Incomes Database (http://g-mond.parisschoolofeconomics.eu/topincomes/). En comparación con las anteriores bases de datos sobre distribución de la renta, basadas en encuestas de ingresos de los hogares llevadas a cabo durante las últimas tres o cuatro décadas, ésta otra cubre un periodo más largo de tiempo, que para algunos países supera los cien años. Tal disponibilidad de datos hace posible llevar a cabo análisis de largo plazo, los cuales son los únicos capaces de identificar cambios estructurales que se producen en los patrones de distribución de la renta. Más aún, los datos fiscales también permiten analizar por separado la evolución de las rentas del trabajo y del capital de cada uno de los individuos o familias.
Tal y como admiten los autores que han hecho una revisión de los principales descubrimientos logrados con los análisis de las series de los distintos países (Atkinson, Piketty y Saez, 2011), la recopilación de datos de los ingresos de los más ricos utilizando datos fiscales presenta algunos límites. Entre ellos, que se encuentra restringida a los ingresos de las familias más pudientes; que sólo consideran la magnitud de los ingresos brutos antes de aquéllos; y que, importante tenerlo en cuenta, la definición del ingreso y de los sujetos pasivos de los impuestos de los que provienen los datos no son los mismos en cada país y varían a lo largo del tiempo. Más aún, sólo la población que paga impuestos está incluida en las series de datos y la elusión y evasión de impuestos puede provocar una subestimación del montante de ingresos de las familias más ricas, así como su participación en la distribución del ingreso a escala nacional.
Todos estos factores hacen que las recopilaciones de datos fiscales no sean las más adecuadas para los análisis más habituales sobre la desigualdad que tratan la evolución del índice de Gini, el efecto de las políticas redistributivas estatales o llevan a cabo comparaciones entre países. No obstante, hay que tener en cuenta que otros autores han encontrado una relación significativa entre la participación de los ingresos de los más ricos y otras medidas de la desigualdad, como el mismo índice de Gini (Leigh, 2007). Además, también se pueden obtener datos después de impuestos y las series pueden ser corregidas y homogeneizadas. No sólo eso, sino que según Atkinson, Piketty y Saez (2011: 40), “la exención de impuestos sobre los ingresos del capital genera problemas mayores que la evasión y elusión fiscales per se”. Finalmente, los datos procedentes de encuestas a los hogares, la fuente alternativa de datos de ingresos personales, presentan sus propias limitaciones como consecuencia, entre otros factores, de lo incompleto de las respuestas dadas a las encuestas y la sub-declaración de ingresos que en ellas se produce.
La principal conclusión de los estudios sobre ingresos de los más ricos es que la participación de las familias de rentas más altas sobre el ingreso disponible de los hogares habría seguido un patrón con forma de U. Esa participación descendió durante la primera mitad del siglo XX, especialmente alrededor de las dos Guerras Mundiales y la Gran Depresión, pero se ha incrementado desde la segunda mitad del pasado siglo, particularmente en las décadas recientes. Además, las ganancias globales se han concentrado en los percentiles más altos (el 5% y el 1% de los más ricos) de la mayoría de países que se han estudiado.
En los países occidentales de habla inglesa, en China y en India, el incremento de la participación de los más ricos ha sido sustancial. Según los datos de la World Top Incomes Database, en Estados Unidos el porcentaje del ingreso disponible acaparado por el decil (el 10%) de familias más ricas alcanzó casi el 50%, mientras que el del percentil (el 1%) más rico superó el 23% del ingreso disponible en 2007, llevándose dos tercios del incremento de la renta que se produjo desde el comienzo de siglo. La participación de los ingresos de los más ricos en Europa del Sur y los países nórdicos son menores, pero también relevantes. En España, la participación del 1% de hogares más ricos en el ingreso disponible se incrementó del 7,6% que alcanzaba en 1981 al 12,6% en 2006, año en el que las ganancias de patrimonio llevaron a suponer el 42,5% del ingreso de esos hogares, presumiblemente como resultado de la burbuja inmobiliaria. Únicamente en los países de la Europa Central y Japón los incrementos de la participación de los más acaudalados han sido modestos.
Atkinson, Piketty y Saez han encontrado cambios importantes en la composición de los ingresos según fuentes de renta. Las ganancias de patrimonio se encuentran excluidas del análisis en una mayoría de países (menos en algunos casos, como el ya citado de España), debido a la falta de datos existentes. Sin tomarlas en consideración, las participaciones de las rentas del capital en el ingreso de las familias o individuos más ricos muestran que dichas rentas fueron su principal fuente de ingresos durante la primera mitad del pasado siglo, especialmente para los cuantiles (deciles o percentiles) de ingresos más altos. Mientras tanto, según esos autores, el aumento participación de los más ricos en el ingreso familiar disponible durante la segunda mitad del siglo pasado y primeros años del actual se ha debido en buena medida al incremento de las rentas de los trabajadores con salarios más altos (los altos ejecutivos), que han pasado a suponer un porcentaje mayor de los ingresos de las familias más ricas, tal y como ha ocurrido, por ejemplo, en el caso de Canadá.
Los autores han revisado diversas posibles explicaciones del crecimiento de los ingresos de los más ricos, entre ellas, la explicación típica basada en la Curva de Kuznets, que toma como factor más relevante al cambio estructural de la economía; o la explicación basada en el efecto del cambio técnico favorable a los trabajos más cualificados sobre la dispersión salarial. No obstante, el poder explicativo de estos factores no es suficiente para dar cuenta del incremento de la participación de los ingresos de los más ricos. Por ello, los autores han tenido en cuenta también otros factores explicativos sugeridos por diferentes modelos teóricos, que van desde la “política” y la “economía política” a las “crisis financieras”, las “fuerzas globales” o la “imposición progresiva”. Sin embargo, sigue faltando una explicación sistemática de la evolución seguida por los ingresos de los más ricos.
Es cierto que ese tipo de explicación debería incluir múltiples factores. A pesar de ello, otros autores han encontrado una relación general entre las variables distributivas a escala macroeconómica e individual. Concretamente, según estos otros estudios, la participación de cualquier grupo de renta en el ingreso disponible se encuentra vinculada a la evolución de la participación de los factores productivos, capital y trabajo, en la renta nacional. En función de cuál sea la composición del ingreso de las familias según sus fuentes la variación de la participación de los salarios y los beneficios en la renta nacional hará aumentar o disminuir la participación de los diferentes grupos de familias en el ingreso disponible. En concreto, la evidencia empírica sugiere que cuando la participación de los beneficios en la renta nacional se incrementa, también lo hace la participación de los ingresos de los más ricos en la distribución personal o familiar, y viceversa (Daudey y García-Peñalosa, 2007; Adler y Schmid, 2012).
Atkinson, Piketty y Saez toman en consideración este factor cuando citan el estudio de Suecia, en el que se encontró una alta correlación entre la evolución de la participación del capital y la del percentil de familias de ingresos más altos (Roine y Waldenström, 2008). Dado que las participaciones de los ingresos de los más ricos son cálculos antes de impuestos, la evolución de la distribución funcional parece un factor explicativo más adecuado que la progresividad impositiva, uno de los factores explicativos centrales considerados en la mayoría de estudios. Sin embargo, Atkinson, Piketty y Saez no desarrollan el potencial explicativo de la distribución agregada de la renta entre salarios y beneficios para establecer una teoría general de la evolución de los ingresos de los más ricos.
En todo caso, el campo de investigación abierto por los autores que han recopilado los datos fiscales de los ingresos de los más ricos es muy importante y una mayor investigación será capaz de profundizar en las explicaciones dadas a su evolución. No sólo eso, sino que la publicación de los datos de ingresos de los más ricos ha sido un factor explicativo central en la erupción del movimiento social “el 1% contra el 99%”, que denuncia el espectacular incremento de la participación de los ingresos de los más ricos que se ha producido en distintos países.
Referencias:
- Adler, M. and Schmid, K.D. (2012): “Factor Shares and Income Inequality. Empirical Evidence from Germany, 2002-2008”, IAW Discussion Papers, 82.
- Atkinson, A. B. and Piketty, Thomas (eds.) (2007): Top Incomes over the Twentieth Century: A Contrast between Continental European and English‐Speaking Countries. Oxford University Press. Oxford.
- Atkinson, A.B. and Piketty, T. (eds.) (2010): Top Incomes: A Global Perspective. Oxford University Press. Oxford.
- Atkinson A.B.; Piketty T.; and Saez E. (2011): “Top Incomes in the Long Run of History”, Journal of Economic Literature, 49. pp. 3-71.
- Daudey, E. and García-Peñalosa, C. (2007): “The Personal and the Factor Distributions of Incomes in a Cross-Section of Countries”, Journal of Development Studies, 43 (5). pp. 812-829.
- Kuznets, Simon (1950): Shares of Upper Income Groups in Income and Savings. UMI.
- Leigh, A. (2007): “How Closely Do Top Income Shares Track Other Measures of Inequality?”, The Economic Journal, 117. pp. 619-633.
- Roine, J. and Waldenström, D. (2008): “The Evolution of Top Incomes in an Egalitarian Society: Sweden, 1903–2004”, Journal of Public Economics, 92 (1–2). pp. 366–87.
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