Lo que enseña Nicaleaks. Por Iroel Sánchez .
Me topo con un interesante sitio llamado Nicaleaks que muchos deberían leer en Cuba y América Latina. Allí nombres muy conocidos a raíz de recientes acontecimientos en la región (NED, IRI, NDI, USAID y Open Society de George Soros) aparecen asociados a medios de comunicación privados en la batalla de cara a las elecciones que tendrán lugar el próximo domingo.
¿Qué enseña Nicaleaks? Pues que es el mismo equipo que actúa en el Este de Europa, Oriente Medio o Brasil, pasando por New York con el más reciente evento del “laboratorio de ideas” Cuba Posible en la sede de Open Society, repitiendo el mismo proceder.
La reiterada fórmula de Fundaciones norteamericanas y europeas -en Nicaleaks se documenta también la labor subversiva del Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido, (DFID por sus siglas en inglés) que es una especie de USAID británica- financiando medios de comunicación privados que actúan como partidos políticos se repite de país en país.
“Expertos” de USAID y la CIA en Oriente Medio han sido posteriormente contratistas del gobierno norteamericano para la subversión contra Cuba, en la construcción de redes para la estrategia estadounidense de cambio de régimen como Alan Gross, o para crear y gestionar equipos de periodistas en la Isla, como Dan Gabriel. Ambos sirvieron antes en Iraq y Afganistán.
El mismo Soros jugó un rol relevante en los procesos de la llamada “Primavera árabe” y financió a grupos coaligados con los terroristas de Al Nusra como los “Cascos blancos” en Siria que el llamado Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Coventry, Reino Unido, convierte en mártires para los medios de comunicación occidentales.
Cuando el ex Secretario General del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, confesó a un periodista cómo presionaron sobre él los responsables de la poderosa empresa Telefónica y el diario El País para que no obstaculizara el acceso al gobierno del conservador de Mariano Rajoy muchos se hicieron los sorprendidos pero Sánchez -despechado y resentido con el sistema- solo confesaba el funcionamiento “democrático” que desde el Norte lleva tiempo imponiéndose al Sur.
En América Latina el smart power usa esas herramientas -oligarquía y medios de comunicación privados- allí donde ya existen y busca crearlas donde no, como en el caso de Cuba. Se puede decir que eso no es así o que es paranoia pero los hechos son tozudos y los datos también. Gracias, Nikaleaks.
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