Sonando en Cuba”: Otra televisión es posible. Por Iroel Sánchezby Iroel Sánchez |
La segunda temporada del concurso televisivo de interpretación musical "Sonando en Cuba" ha generado muchas opiniones en nuestra prensa, mayoritariamente positivas. Entre ellas están varias que comparto: la elevada factura, excepcional en nuestra televisión, el poner en circulación, desde voces jóvenes y otras reconocidas, temas clásicos de la música cubana, además del uso intensivo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).
Sin embargo, hay dos elementos que no he leído entre quienes han escrito sobre el programa y me gustaría subrayar.
Uno es la inserción del programa en la realidad social del país a través de sus protagonistas, lo mismo participando en el tradicional homenaje a Camilo Cienfuegos, refiriéndose a la votación contra el bloqueo de Cuba en la ONU, interactuando con las víctimas del huracán Matthew en el Oriente del país, o visitando un hospital donde convalecía una de las concursantes. En todos los casos de modo ameno, inteligente, sin rupturas ni tour de force, "Sonando en Cuba" supo hacer saltar por los aires los muros que muchas veces convierten la programación musical de la televisión en una burbuja cuyos protagonistas parecen habitar otro país.
El otro, es el hecho de que a partir de su calidad y el hecho de involucrar a músicos boricuas, la final de "Sonando en Cuba" fuera transmitida en vivo en Puerto Rico. Cuando se polemiza sobre "guerra cultural" y "oleada globalizadora", el programa cuya segunda temporada acaba de concluir ha dado un ejemplo de cómo la calidad y la creatividad pueden actuar de manera no defensiva en un contexto desfavorable, llevando nuestra identidad y realidad, a través de alianzas con representantes de una cultura hermana.
Son cosas que salvan con creces cualquier desliz y confirman que "otra televisión es posible" para bien de Cuba, su cultura y sus jóvenes.
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