Lorenzo Aguilera, poblador de la isla Exposición (Honduras)
"No nos vamos a ir, solo muertos nos van a sacar"
Alba Sud
Cuando, hace más de dos décadas, Fernando Tomé Abarca recibió en concesión del Estado de Honduras, Isla Exposición – una de las 13 islas que integran el Parque Nacional Marino “Archipiélago del Golfo de Fonseca” (PNMAGF) –, decidió contratar al señor Lorenzo Aguilera para que cuidara la isla y comenzara a trabajar en la limpieza de sus playas. “A mí me contrató a finales de los años 90 mi buen amigo Jonathan Espinoza, quien era el consuegro del señor Fernando Tomé Abarca. Cuando llegué por primera vez, la isla ya estaba habitada pero sus playas estaban como abandonadas. Había un gran espinero que imposibilitaba el acceso. Nos pusimos a trabajar, limpiamos todo y comenzamos a echar a andar pequeños proyectos productivos y de cría. Ahora tenemos vacas, ovejas y hasta logramos introducir venados, iguanas, garrobos”, explicó Aguilera a Alba Sud.
Lorenzo Aguilera, de 60 años, firmó un contrato de usufructo en el marco de la concesión otorgada a Tomé Abarca. Los últimos 20 años los ha pasado en la isla donde vive con su familia. “En mi familia somos siete personas. Nunca hemos tenido problemas. Siempre hemos trabajado y vivido en paz. Pero desde que, hace cuatro años, tomó posesión el nuevo presidente, Juan Orlando Hernández, no ha parado el hostigamiento. Aquí en la isla ha llegado la Fiscalía del Medio Ambiente, la Procuraduría General de la República y hasta el comandante que está al mando de las Fuerzas Armadas en la zona sur. Ya por último llegó una jueza, acompañada por militares y policías, a decirnos que teníamos que desalojar”, dijo preocupado.
Entre 2014 y 2015, la PGR y el Ministerio Público presentaron dos demandas contra Tomé Abarca. Ante la presión, el titular de la concesión decidió solucionar el conflicto a través de una conciliación, aceptando devolver la isla a la Procuraduría. La jueza Iris Hernández, encargada del caso, resolvió poner Isla Exposición bajo la protección de la Guardia Naval y advirtió a sus habitantes que tenían cuatro meses para abandonar el lugar. El plazo venció el pasado mes de enero y en cualquier momento podría darse el desalojo.
“Como que fuéramos delincuentes”
“Somos personas humildes y de bajos recursos. Mi familia y yo hemos invertido lo poco que teníamos para poder limpiar las playas y desarrollar los proyectitos que nos dan de vivir. Todo el mundo nos conoce y sabe que somos personas honradas, que vivimos de nuestro trabajo. Nunca le hemos hecho daño a nadie. Ahora llega esta gente y pretende sacarnos como que fuéramos delincuentes”, lamentó Aguilera.
En 1999, el Parque Nacional Marino, ubicado en la jurisdicción de los municipios de Nacaome, Amapala y Alianza en el sur de Honduras, fue declarado por el Congreso Nacional como un área natural protegida. En estos tres municipios se instalará la primera Zona de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) o ciudad modelo. Según organizaciones locales, como el Movimiento Ambientalista Social del Sur por la Vida (MASS-Vida) y la Asociación por el Desarrollo de la Península de Zacate Grande (ADEPZA), que defienden el territorio y los bienes comunes de la voracidad del gran capital nacional y transnacional, detrás de la ofensiva judicial existiría una trama oculta para entregar las islas que integran el PNMAGF al capital turísticos transnacional. Este plan afectaría a unas 70 personas que viven en la Isla Exposición y a cientos más que pueblan otras 5 islas y parte de la península de Zacate Grande (vea aquí el reportaje completo).
Lo mismo de siempre
“Dicen que van a abrir un parque zoológico, que van a traer elefantes y osos. Me parece una locura y me resisto a creer que haya alguien tan desquiciado que esté pensando en hacerlo. La verdad es que se está repitiendo lo de siempre: los ricos y famosos de Honduras y el gran capital transnacional quieren apropiarse de tierras y playas donde vivimos los pobres, para gozar de forma exclusiva de las bellezas naturales y montar sus negocios. Ya controlan varias playas, prácticamente las tienen privatizadas. Con esto de la ZEDE va a ser peor. Se van a llevar todo”, advirtió Lorenzo Aguilera.
La mayoría de las personas que viven en la Isla Exposición tiene más de medio siglo viviendo en el lugar. En la isla han nacido, se han criado. Cerca de sus humildes casas descansan los restos de sus padres y demás seres queridos. Tienen un arraigo muy fuerte. Además, no tienen adonde ir, no tienen alternativas.
“La isla queda sólo a unos 15 minutos de lancha del Coyolito. Después de tanto trabajo y tantos sacrificios pudimos garantizar el acceso y el aprovechamiento de La Playona, una de las más lindas playas de la zona. Para año nuevo llegaron más de 100 lanchas cargadas de personas que venían a disfrutar del lugar. La gente aprovecha de estos momentos para vender pescado y otro tipo de alimento, y con esto se ayuda. Lamentablemente, quienes han puesto sus ojos en la isla piensan en un turismo para ricos, y no para el pueblo pobre del Golfo de Fonseca, que se va a hundir más en la miseria”, manifestó Aguilera.
Para él, la única solución es resistir. “Ya uno de mis hijos no aguantó la presión y decidió irse ‘de mojado’ a los Estados Unidos. Y ahora cayó preso. He hablado con las demás familias que viven en la isla y hemos coincidido en que de aquí no nos vamos a ir. Sólo muertos nos van a poder sacar. Vamos a necesitar del apoyo de las organizaciones amigas y de la gente para que respalden nuestra lucha por la vida”, concluyó Lorenzo Aguilera.
Este artículo se publica en el marco del proyecto «El Objectius de Desenvolupament Sostenible i el turisme: estratègia d’educació per al desenvolupament», ejecutado por Alba Sud con el apoyo de la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament (ACCD) (convocatoria 2017).
Fuente: ALBA SUD
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario