Olviden la realidad y abran el periódico El skate entraen la larga lista de `actividades perseguidas´en Cuba (+ video). Por José Manzanedapor La pupila insomne |
“Un viaje de longboard a Cuba” es un
excelente documental del canal “Riding Adventures”, sobre la experiencia
de once patinadores españoles en Cuba y su relación con skaters de la
Isla (1). Son 40 minutos de bellas imágenes rodadas en barrios,
carreteras, plazas y avenidas de todo el país.
El tono de la película es respetuoso hacia
Cuba. E introduce una referencia imprescindible para comprender muchas
de las limitaciones materiales a las que se enfrentan estos deportistas
en la Isla: el bloqueo de EEUU. “Quedan países que tienen dificultades
para integrarse en esta enorme comunidad (de longboard). Y uno de ellos
es Cuba, un país con un bloqueo económico que impide, entre otras cosas,
la importación de material de skate y longboard”, explica el narrador.
La película refleja también los valores
solidarios de los patinadores cubanos, que difícilmente se encontrarían,
de manera tan natural, en otros países: “Nosotros, la comunidad de
longboard, somos más que una familia (…) Siempre hemos intentado que
todos, en alguna medida, de una forma u otra, tengamos casi lo mismo”,
decía un patinador llamado Carlos Manuel, que pedía que “lo que tengamos
de sobra (patines, piezas) vamos a dárselo al que está al lado”. Otro
joven cubano, llamado Javier, añadía: “Cada cual se ayuda en lo que
puede, si tiene una pieza de sobra a quien le haga falta se la dona, hay
una mezcla buena de amistad”.
Pero un bello y respetuoso documental
siempre puede ser deformado con fines comerciales. Así, en su promoción,
el productor de la película mentía con absoluto descaro y aseguraba que
en Cuba “el skateboarding sigue siendo una actividad prohibida” (2).
“Es un lugar donde nuestra pasión es una prohibición”, leíamos en varias
webs especializadas (3).
Este señuelo promocional era rápidamente
recogido por los medios. El diario madrileño “El País” publicaba un
completo fotorreportaje titulado “Así es patinar en Cuba, donde el skate
está perseguido” (4). En él leíamos inventos tan absurdos como que “se
trata de un deporte considerado antirrevolucionario, porque el material
que les llega es de EEUU”.
Curiosa “actividad prohibida” que, tal y
como se ve en la película, es practicada, con absoluta libertad, en
todos los rincones del país, y que en sus escenarios más céntricos, como
el Paseo del Prado de La Habana, llega a concentrar a más de un
centenar de jóvenes.
Y es que el skate ya ha pasado a la larga
lista de actividades “perseguidas” en Cuba: como el rock, a pesar de que
cada año se celebran 13 festivales en la Isla (5); como la
homosexualidad, aunque contra la homofobia haya campañas oficiales por
televisión y programas en las escuelas (6); o como la religión, a pesar
de que haya, en todo el país, 600 templos católicos y 900 protestantes
(7).
Y es que sobre Cuba, ya saben: olviden la realidad y abran el periódico.
José Manzaneda es coordinador de Cubainformación.
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